BLOODY MARY

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En un remoto pueblo rodeado de densos bosques, se contaba la leyenda de Bloody Mary, un espíritu maligno que acechaba en las sombras de una casa abandonada en las afueras. Los lugareños temían pronunciar su nombre, pero siempre había unos pocos valientes dispuestos a desafiar lo desconocido.

Un grupo de jóvenes, ansiosos por experimentar la emoción de lo sobrenatural, decidió poner a prueba el mito de Bloody Mary. En una noche sin luna, se reunieron en la vieja casa, donde el viento susurraba secretos y las sombras cobraban vida. Con una vela encendida en la mano y el corazón latiendo con anticipación, se pararon frente al espejo y comenzaron el ritual.

Uno por uno, giraron lentamente mientras susurraban el nombre de Bloody Mary, y luego al revés, Mary Bloody. El ambiente se cargó de tensión con cada repetición, y cuando alcanzaron la decimotercera, un escalofrío recorrió la habitación. Un susurro inquietante llenó el aire, anunciando la presencia del espíritu invocado.

Una figura femenina apareció, traía puesta una bata blanca y estaba bañada en sangre de pies a cabeza, con ojos ardientes y una sonrisa retorcida, reflejó su imágen en el espejo. Su risa resonó con un eco maligno, haciendo que los jóvenes se estremecieran de terror. "¿Quién osa perturbar mi descanso, resonó en eco su voz gutural y demoníaca?" su voz era semejante al susurro de las sombras.

Con una advertencia siniestra, Bloody Mary les ofreció una única oportunidad de escape: salir de la casa antes de que pronunciara sus nombres por trece veces. El pánico se apoderó del grupo, y uno de ellos, desesperado por huir, se lanzó hacia la puerta. Pero antes de que pudiera alcanzar la salida, sombras oscuras se materializaron, bloqueando su camino con fuerza sobrenatural. Sus pies se volvieron pesados como si tuvieran grilletes dónde parecía que estaban arrastrando grandes bolas de hierro.

Bloody Mary comenzó a recitar los nombres de los jóvenes, uno por uno, mientras las sombras los envolvían lentamente. Con cada nombre pronunciado, el terror crecía en sus corazones, sabiendo que estaban condenados. Intentaron huir, gritaron por ayuda, pero la casa se convirtió en una prisión de pesadilla, alimentada por el poder del espíritu vengativo.

Cuando el último nombre fue pronunciado, un chico sin querer pidió perdón a Bloody Mary diciendo: prometo dejarte descansar en paz y nunca más te vuelvo a invocar. Todos los demás jóvenes repitieron las mismas frases sin saber que pasaría.

De pronto un silencio ominoso llenó la habitación. Las sombras se retiraron dejando a los jóvenes temblando en la oscuridad. Los jóvenes así pudieron salir de la casa y a Bloody Mary ya no se la volvió a escuchar.

Pero ellos sabían que habían despertado a un mal ancestral, y ahora tendrían que pagar un precio. Los jóvenes cuando ya estaban prestos a marcharse escucharon un silbido agudo y acto seguido una voz rasposa se pronunció detrás de la puerta color marrón, que era la entrada y salida de aquella morada del infierno. Esta voz provenía de Bloody Mary, ella dijo lo siguiente: "Alguien tiene que pagar el precio".

Un individuo por cada hogar formará parte de mi sanguinolenta venganza. Me llevaré al más querido, el más amado por ustedes sufrirá las consecuencias. Verán rodar por el piso las cabezas de sus familiares y sus entrañas endulzarán el paladar de los buitres. Así la imagen de Bloody Mary permanecerá para siempre en sus memorias y mi nombre jamás por ustedes podrá ser olvidado.

A continuación Bloody Mary soltó una carcajada gutural y terriblemente demoníaca que hizo huir despavoridos a los jóvenes ante aquella amenaza.

CUENTOS CORTOS DE TERROR  [COMPLETA]Where stories live. Discover now