CUENTOS CORTOS DE TERROR [COMPLETA]

EL JINETE SIN CABEZA

En lo profundo del bosque oscuro, donde los árboles susurran secretos antiguos y las sombras se retuercen como serpientes, se dice que deambula el Jinete sin Cabeza. Su presencia es anunciada por el eco de cascos sobre la tierra y un siseo espeluznante que hiela la sangre en las venas de aquellos que se aventuran demasiado lejos en la oscuridad.

Cuenta la leyenda que el Jinete sin Cabeza una vez fue un noble caballero, cuyo destino se torció en las profundidades de la noche. Se dice que su espíritu atormentado vaga eternamente en busca de una cabeza que reemplace la suya perdida, una cabeza que pueda descansar sobre sus hombros y poner fin a su maldición.

Las aldeas cercanas tiemblan de terror al escuchar los relatos de aquellos que han sido testigos de su aparición fantasmal. Susurran sobre cómo el Jinete sin Cabeza cabalga a través de la oscuridad, su figura envuelta en una capa negra que ondea al viento, mientras su montura negra como la noche galopa sin descanso.

Pero lo más aterrador de todo es la macabra colección que lleva consigo: una bolsa de cuero gastado que cuelga de su espalda. Dentro de esa bolsa, se dice que yacen las cabezas cortadas de sus víctimas, mirando fijamente con ojos vacíos y bocas congeladas en un grito eterno de terror.

Los valientes que se aventuran a seguir al Jinete sin Cabeza cuentan historias espeluznantes sobre lo que presenciaron. Afirman que cuando atrapa a un desafortunado viajero, desliza su espada afilada como el hielo a través del cuello de su víctima con una precisión escalofriante. Luego, con un movimiento fluido, arranca la cabeza y la añade a su colección macabra, dejando al pobre alma sin vida para pudrirse en la oscuridad del bosque.

Dicen que el Jinete sin Cabeza no busca venganza ni redención, solo busca una cabeza que pueda sustituir la suya propia, una cabeza que le permita descansar en paz. Pero hasta que encuentre esa cabeza, seguirá cabalgando por la eternidad, sembrando el terror y la desesperación en su camino.

Así que ten cuidado, viajero intrépido, cuando escuches el eco de cascos en la noche y sientas el siseo helado en la nuca. Puede que el Jinete sin Cabeza esté cerca, y si te encuentra, tu cabeza podría ser la próxima en adornar su macabra colección.