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Remedios

que acudes a mi encuentro
y alivias mis dolores
como nadie puede hacerlo,
Querida Remedios;
sé lo mucho que peleaste
y que no ha sido fácil
contemplar toda esa fiebre
sin saber cómo gritar.
Remedios, mi alma;
cuerpo de porcelana,
voluntad de acero,
en tu mirada valiente brilla
invicto
el universo entero.
Remedios, que lloras a veces
cuando otros te ven
y quieres esconderte,
¡no lo hagas!
tus lágrimas son la lluvia
que da luz, gracia y vida
en este largo sendero.
Remedios, habla si quieres,
ríe fuerte,
canta,
no prives a nadie
de oír tu dulce voz.

EpifaníasWhere stories live. Discover now