𝑰'𝒎 𝑶𝑴𝑬𝑮𝑨 - 𝑰𝒘𝒂𝒐𝒊

Capítulo treinta y cinco

Capítulo treinta y cinco: Unión

😈

Oikawa se giró después de terminar de colocar su pijama, tomando las prendas sucias para dejarlas en su respectivo cesto, de paso estiró su brazo hasta el interruptor de luz, apagando la mayor iluminación de aquella habitación. Notó entonces como una tenue luz apareció al lado de su cama, Iwaizumi había encendido la lamparita sobre la mesa de noche de al lado.

El castaño sintió su corazón bombear fuertemente al notar los ojos verdes del moreno brillar debido a la luz cercana a su rostro y si se viera más de cerca podría haberse notado la pequeña sonrisa que decoraba sus labios. Sus largas piernas le guiaron hasta el lado contrario de la cama, recostándose sobre el colchón sin decir nada y tan solo acercándose al cuerpo de su novio para rodearle con sus brazos. Oikawa conocía mejor que nadie a Iwaizumi, o eso quería creer, por lo que estaba seguro de que el moreno no tomaría ninguna iniciativa si él no daba señales de quererlo primero.

Su mente divagó por unos segundos hasta sentir una suave caricia en su cabellera castaña, los dedos de Iwaizumi subían y bajar entre sus hebras con delicadeza. Ninguno dijo nada, no hasta que Oikawa levantó un poco su torso para observar a su pareja.

— ¿Qué pasa, Tōru? — La voz de Iwaizumi salió sorpresivamente rasposa, Oikawa no pudo evitar sonreír.

— Iwa-chan, eres un desvergonzado... ¿Crees que no puedo verte a través del espejo? Sirven más que solo para verte a ti mismo. — Respondió el castaño, una risilla nasal salió del menor al notar el suave tono rojizo aparecer en las mejillas ajenas.

— Claro que lo sé, amor... Lo siento si te incomodé.

Oikawa negó de inmediato, inclinándose al frente para unir sus labios en un suave y largo beso. Las delicadas caricias en su cabello no se detuvieron, pero sí fue agregada una suave caricia a su cintura que le arrancó un suspiro contra los labios ajenos. Iwaizumi se alejó primero, observando con una pizca de confusión en sus ojos a Tōru. Las manos de Oikawa se deslizaron sobre los musculosos brazos del moreno, dando un suave apretón al llegar a sus hombros desde donde se deslizó por su pecho hasta su abdomen sintiendo cada músculo bajo sus palmas.

— Amor-

— Shh... — El castaño elevó la mirada encontrándose con los ojos curiosos de Iwaizumi, este guardó silencio por unos segundos hasta que intentó hablar de nuevo, pero fue silenciado por los labios de Oikawa en un nuevo beso.

Iwaizumi arrugó su entrecejo y correspondió a aquel dulce beso.

Un quejido de sorpresa abandonó la boca de Tōru al sentir como su cintura era tomada con firmeza obligándole a cambiar de sitio, ya no se encontraba a un lado de su novio, sino sobre su regazo, observando desde arriba sus ojos que ya no mostraban curiosidad y confusión en ellos.
Oikawa sonrió, su torso se inclinó al frente volviendo a unir sus labios a los ajenos mientras sentía un par de enormes palmas recorrer sus piernas de arriba a abajo antes de que sus glúteos fueran fuertemente tomados por las mismas manos.

Su cuerpo se encontraba sumergido en llamas inextinguibles que no hacían más que intensificar su calor y sus labios ya se sentían adormilados por el constante contacto que había con los ajenos. Sus manos no se quedaron quietas, sino que decidieron arrancar rápidamente la prenda superior de su pareja, dejando ver su pecho y abdomen descubierto haciéndole sentir extrañamente emocionado. Iwaizumi le observó por un momento antes de reír y subir sus manos hasta las caderas del castaño.

— Tōru. — A pesar del tono cariñoso utilizado Iwaizumi se escuchó bastante serio a oídos de Oikawa quien le miró de inmediato con curiosidad. — Amor, ¿quieres hacer esto? ¿Estás seguro?