XVIII

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RECUERDO DEL PASADO


*aunque el título sea «recuerdo del pasado», no está en pasado, sigue en presente, la continuación del capítulo anterior, como siempre, por si había dudas <3

Me despierta una llamada. Hoy he descansado mucho más de lo que ayer pude en la residencia de Andrew por culpa de los besos y las conversaciones profundas. Es muy raro. Mis padres suelen llamarme a la hora de cenar, y mis amigos no suelen llamarme tan temprano. Me levanto y cojo el teléfono, cuando me doy cuenta de que es una llamada de número desconocido, me da un poco de mal rollo así que al final me lo pienso dos veces y no lo cojo.

Son las cinco de la mañana, así que me vuelvo a tumbar en mi cama, da gracias que Michelle sigue durmiendo, porque sino me hubiera pedido explicaciones que no puedo dar. Vuelvo a dormirme tan profundo que cuando me vuelvo a levantarme porque suena la alarma, tengo otras dos llamadas perdidas, y las dos del mismo, así que dudo que sea publicidad, pero tampoco cambio mi opinión.

Hago mi rutina diaria como siempre; me doy una ducha, me pongo ropa cómoda, y me echo un poco de máscara de pestañas.

Cojo todos los libros que necesito para hoy y espero a Michelle en la puerta de nuestra habitación para irnos con el grupo. Ella también está bastante integrada en el grupo, así que creo que se puede decir que ya es una de nosotros, y después hablaré con mis amigos de oficialmente meterla en todos nuestros chats.

—¡Vamos o llegarás tarde a ver a tu novio! —dice ella, mientras salimos rápido de nuestra habitación y cerramos la puerta con llave, normalmente a esta hora estamos saliendo y tenemos un minuto exacto para recorrer toda la residencia, porque si no llegamos tarde.

—Pero si nos está esperando...

—¡Shh! Quiero ver cómo os dais el beso de buenos días —¿beso de buenos días? ¿delante de Tania y Michelle? no gracias, qué vergüenza.

Me he dado cuenta de que parte de las inseguridades de tener pareja, no dar la talla por Andrew, ser insuficiente para él... todo eso ha disminuido porque me he dado cuenta de cuánto me quiere, y cuánto le aprecio yo a él, la manera en que nos apoyamos mutuamente y darnos afecto en público, ya no me asusta tanto, ya no tengo miedo de estar cerca de él por el qué dirán, y por eso estoy bastante orgullosa de mí, porque lo he conseguido yo sola.

—Hoy hay una fiesta en la fraternidad—dice Adonis— podríamos ir, como la otra vez, y así Elle se da cuenta de lo que es una fiesta universitaria de verdad, no los clubs de lectura esos a los que va. Tienen pinta de ser un rollazo.

—No son un rollo, y yo creo que sí podríamos ir, así cambiamos un poco el ambiente de estar entre el césped y las clases de la universidad —añade ella.

—Yo no sé si iré— aclaro.

—¿Por qué? Si en la otra nos lo pasamos genial, podríamos repetir— me dice Andrew mientras me guiña un ojo— ¿o es que no te gustó? —añade pícaro y todos sabemos que no se refiere a la fiesta en sí, porque ayer mismo dijimos que nuestro primer beso fue allí, y por eso también entendieron mis ganas de irme de allí corriendo aquella vez.

—No, la verdad es que no me apetecería volver a llevaros uno a uno ebrios a un cuarto piso, tumbaros en la cama, y que no me ayudaseis nada, además de dormir en el sofá de vuestros amigos, que a saber qué han hecho ahí. La verdad es que no fue la mejor experiencia del mundo —digo, y aunque fuese verdad, todos nos echamos a reír por la anécdota —además de que estamos en época de estudiar, aunque me hayan concedido una beca increíble, no es para no aprovecharla, porque sino me la quitan y cuando apruebe, ya iremos de fiesta y vivir la vida con lo que ganamos de nuestro trabajo.

Inefable (YA EN FÍSICO)Where stories live. Discover now