XIV

44 12 20
                                    


STEREO HEARTS


Me despierto por la claridad que entra por la ventana de la habitación donde estoy durmiendo. Rápidamente me doy cuenta de que no es mi habitación de la casa de mis padres, ni la habitación de la residencia, donde me quedaba antes. Esta habitación es mucho más clara y grande, pero no consigo ver mucho ya que cuando muevo la cabeza para ver la habitación me entra un gran dolor de cervicales y cuello, no puedo moverme.

Pero no puedo moverme no solo porque si muevo la cabeza me mareo, sino también porque me doy cuenta de que tengo un brazo sobre mi cintura ¿quién narices...? Me doy la vuelta lentamente, intentando no moverme demasiado, para descubrir quien tiene su brazo sobre mí. Andrew. He dormido con él; y como consecuencia inmediata, recuerdo lo último que me dijo antes de dormirme:

«—Y tú... tú eres Inefable, Regina.»

¿Qué hemos hecho? Esto es un error, pero... un error se comete una vez, a la segunda se aprende, ¿no? pero... ¿y si no queremos aprender de este error? ¿Y si quizá nos gustamos? No, a mi no me puede gustar mi amigo, pero... ¿qué significaba inefable? Uf, Andrew y sus palabras raras.

—Buenos días chaton—dice a centímetros de mi cara, y yo estoy tan ensimismada que no me doy cuenta que está despierto hasta que habla, por lo que pego un grito— ¡shh! No grites, es temprano aún.

—Eh... hola bête... ¿Qué significa lo que me dijiste ayer?— pregunto, demasiado nerviosa como para que no se note en la voz. No se le ocurre otra cosa mejor que darme un beso en la frente para que me tranquilice— ¿Qué estamos haciendo, Andrew? No podemos comportarnos así.

—Ya, pero ambos sabemos que nos gustamos —Me dice, acercándose más aún a mí, yo me intento alejar, olvidando que estamos en una cama individual y me puedo caer, pero tampoco podría porque sigue teniéndome entre su brazo— Escúchame porque no te voy a soltar ¿podemos intentarlo, al menos?

—¿El qué? No sé de qué me hablas— miento.

—Hablo de querernos como nos deseamos, de ser nosotros mismos y hacerle a la otra persona lo que queramos y que no se quede solo en nuestros pensamientos —estoy tan confundida que no puedo decir nada, así que sigue hablando— Regina, no sé si te has dado cuenta, pero ayer yo estaba... diferente, porque estas navidades hemos estado mucho tiempo juntos, y me he dado cuenta de que me gustas, y sé que te gusto también a tí. Lo de la fiesta de Tony, no fue un error, te besé porque me gustabas, no porque fuese un borracho meloso, como pensabas, y no creo que pueda volver a hacerlo sin saber qué somos o que sólo somos amigos que se besan, porque ahora mismo estoy deseándolo.

—No lo entiendo. No podemos tener una relación, no estoy preparada.

—¿Para qué no estás preparada? ¿Para quererme? Ya lo haces Regina, y lo sé, quizá te conozca desde hace poco, pero soy el que mejor te conoce del grupo, y sé todo lo que te cuesta querer, porque te han hecho daño y ahora piensas que el amor no existe y todo eso, pero quiero que lo intentemos, al menos para no quedarnos con la duda de cómo seríamos si fuésemos algo más, solo si quieres, claro, no quiero obligarte a nada.

—Pero... tú no me gustas—Vuelvo a mentir, y es evidente que los dos lo sabemos, porque no quiero quitarme de sus brazos y tampoco rompo el contacto visual.

—Ayer me dijiste que era tu lugar seguro y que te sentías a gusto conmigo, y hay veces... que noto como me miras. No pasa nada por admitirlo, no somos críos. —hace una pausa— Si de verdad no te gusto, y no quieres intentarlo, es decir, ser algo más, aunque no tenga título aún, solo dímelo para que no me duela tanto, podremos seguir siendo amigos perfectamente, y fingir que no ha pasado nada, de nuevo.

Inefable (YA EN FÍSICO)Where stories live. Discover now