II

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NO HAY VIDAS BONITAS O TRISTES, SINO MOMENTOS BONITOS Y TRISTES


Justo antes de entrar me encuentro con Adonis y su grupo, cada uno va a su clase correspondiente, yo miré ayer el mío por la página web de la universidad, incluso me lo intenté memorizar, pero al ver que no se me quedaba desistí.

Cuando los veo empezamos a comentarlo y me doy cuenta de que la mayoría de asignaturas coincido con alguno del grupo de Adonis, así que supongo que tampoco estaré sola y también, que tengo una oportunidad para poder abrirme a ellos como siempre quise hacer con alguien, demostrar que valgo para tener amigos.

La primera clase es de lingüística, y me siento en el centro de la sala, al lado de Adonis, es una clase muy luminosa y hay muchas butacas, es imposible controlar a todos los alumnos de aquí, pero después recuerdo que esto no es el instituto.

—Buenos días, hoy empieza su primer curso de universidad, espero que lo sepan aprovechar y no hagan tonterías durante sus clases, sintiéndose universitarios de película, o superiores por estudiar lingüística, cosa que aún no saben que es, o cualquier ridiculez similar— Dice la profesora de Lingüística en su presentación con la misma cara de póquer desde que entró, es obvia la tensión de la clase cuando echamos todos una risa nerviosa.

Me da un poco de miedo, aunque no se si me entran más ganas de reírme más alto para ver si me aprueba —tiene pinta de ser una asignatura difícil y una profesora a la que es fácil tomarle el pelo —o salir corriendo–, pero sé que me tengo que controlar.

Adonis está burlándose de ella con caras raras, pero enseguida se pone a enseñar otras cosas en el proyector y empiezo a hablar con él.

—¿Es así normalmente? —pregunto, intentando no sonar mal. ¿Cómo es posible que ya le tenga un poco de asco a esa profesora, y solo han pasado cinco minutos del curso?

—¿Así como? ¿Así de imbécil? Sí, cielo, no te asustes, es lo único que pretende esta vampira, que nos larguemos ya de aquí porque somos unos inútiles y no sabemos supuestamente darle la importancia que debería a la asignatura. Menos mal que no viste el cabreo que se llevó cuando a final del curso me enteré que me había suspendido la asignatura por segunda vez y le pregunté porqué— Hace una pausa, asegurándose de que no está mirando y la imita—¿¡Qué por qué?! ¿¡Que por qué te he suspendido!? ¡Porque eres un vago! No sabes hacer nada bien y te crees guay por hacer los trabajos un día antes cuando tus compañeros tardan meses ¡Meses! ¡Y tú horas!— Dice con voz demasiado aguda como para no darse cuenta, ya que toda la clase está en silencio, pero para mi sorpresa, nadie se entera, cada uno está a su rollo, obviamente, sin escuchar a la profesora — No pongas esa cara de horror, es así con todo el mundo, intentamos que la echen pero no hay manera.

El resto de la clase estoy hablando con Adonis sobre el resto de las asignaturas, me presenta a varios compañeros de clase, pero no les doy mucha importancia, seguramente ellos tampoco se han molestado en recordar mi nombre.

El resto del día transcurre igual, todas las clases con presentaciones, y casualmente siempre coincido con algún amigo de Adonis en una clase y acabamos sentándonos juntos, cosa que no me esperaba y me resulta un poco incómoda ya que ayer no me esmeré mucho en conocerlos ni recordar sus nombres. Mierda.

Con los que más hablo son Andrew y Adonis, al segundo ya lo puedo considerar mi amigo —creo—y ya empiezo a entender su sarcasmo ¿Qué raro decir todo esto no? Sin embargo, con Andrew he conseguido la misma química pero desde el principio he visto algo diferente, él no es sarcástico al menos no tanto, pero se preocupa por que yo entienda todo lo que dice la profesora, ya que a él al principio le costó adaptarse al idioma. También ha estado muy atento para sacarme conversación, a mí me cuesta mucho hacerlo de forma natural, pero con él incluso parece fácil.

Inefable (YA EN FÍSICO)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu