23. AVENTURA DE COMISARÍA

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Zion

Vale, tengo que admitirlo. Puede que haya aprovechado el momento que ella esté conduciendo para apretujarme más. En mi defensa puedo decir que llevo varios tragos encima y aun y todo, ella no me ha echado nada en cara. No voy a ser yo el que arruine este precioso momento.

Estamos yendo bastante rápido. De hecho, nos hemos saltado varios semáforos, pero no le debe de importar. Si cuando veía cómo conducía mi moto ya me daba algo, ahora que estoy en ella cuando la conduce, temo por mi vida. Lo peor de todo es que no sé a dónde vamos, al montar me dijo algo que no entendí y ahora he olvidado. Pero tampoco voy a preguntar. Mas que nada porque me gustaría conservar las partes de mi cuerpo pegadas entre sí.

Paramos en un semáforo, cosa que me parece raro teniendo en cuenta su historial, solo porque hay personas que quieren cruzar. Aprovecha este momento para girarse hacia mí y subir el visor del casco.

—Disfrutando del viaje, ¿no?

—No te creas. He visto piedras que se mueven menos.

—Cabrón. -suelta con un suspiro. - En momentos cómo este necesito moverme, ya lo sabes.

—Si, ya me dijiste. -no me acuerdo cuando me lo dijo. - Por curiosidad, ¿Qué es lo que pasa en este momento?

—En cuanto lleguemos y te des un buen refrescón para bajar esa borrachera, te lo vuelvo a explicar.

No han pasado ni quince minutos para que aparque la moto delante de la comisaría y salga corriendo hacia el establecimiento. Yo no soy menos y la sigo como puedo intentando no hacer muchas eses. Ahora que lo pienso, voy a entrar en una comisaría borracho, no sé yo si es muy buena idea.

—Rheeeeeaa. Rheeeeaaaaa. -canto mientras la intento alcanzar y algo he debido de hacer porque se gira hacia mi dejándome algo de ventaja. - ¡No te acerques a ella que te abofe-tea! -grito cuando paso a su lado para llegar el primero.

La veo negar con la cabeza a la vez que echa una carcajada y llega hasta dónde estoy.

—Escúchame. Cuando estaba con Luka en la fiesta hemos discutido. La cosa se ha puesto bastante caliente, pero eso no importa porque el de las amenazas es él. Tiene que ser él. La rabia con la que me ha mirado cómo si le hubiera destrozado la vida, todo lo que me ha dicho y como ha estado persiguiéndome por todo el bar no es normal. No puede ser una coincidencia. Sabía cosas de amenazas anteriores que solo te he dicho a ti. Estoy se-gura, es él.

La borrachera se me baja de golpe. ¿Qué cojones acabo de escuchar? Suponiendo que es verdad, cosa que lo parece por lo que cuenta, ¿Cómo se ha atrevido a mirarla en la cara tras haber hecho esas cosas? ¿Cómo ha podido? ¿Por qué? Miles de preguntas pasan por mi cabeza mientras yo sigo sin creérmelo. ¿Por eso últimamente se comportaba así? ¿Por ella? No le ha hecho nada que yo sepa y tampoco es cómo si se conocieran de antes para guardarle rencor por algo que hizo.

—No hay tiempo. Tenemos que avisar a la policía en cuanto antes. -me agarra del brazo para terminar de llegar a la puerta, pero me paro en seco y la hago girar para, acto se-guido, darle un buen abrazo. Rodeo su cintura con un brazo a la vez que con la otra le rodeo la nuca. Llevaba teniendo cosquillas en los brazos desde que bajamos de la moto, necesitaba tenerla cerca en todo momento. No parece asimilar en un principio lo que está pasando, pero al cabo de unos segundos me rodea con sus brazos.

—Lo siento. Debería de haberlo visto venir. -le digo enterrando la cabeza en el hueco del cuello.

—No pasa nada. ¿Cómo ibas a saberlo, imbécil? Anda vamos. -nuestras manos se juntan en un agarre firme.

—De acuerdo.

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— Cuide su tono, señorita. Ya le he escuchado, pero no hay nada que podamos hacer si no tenemos ninguna prueba para confirmar o negar lo que está diciendo. Acusar sin pruebas es un delito de calumnia que puede terminar en cárcel. Por su bien, vayan a casa y descansen.

Ya estaba hasta la polla de estos inútiles. Llevamos aquí alrededor de una hora, les hemos explicado tres veces lo que pasa y lo único que hacen es marcharse para hacer que están buscando la solución o como este de aquí, que nos está diciendo que igual nos llevamos nosotros la multa. Manda huevos.

Tengo a Rhea a mi lado y estamos sentados en uno de los escritorios de la comisaría con el jefe de policía, que no nos está haciendo ni puñetero caso, delante nuestro. Parece que estamos en un puto circo y somos los payasos del momento, porque no nos están tomando en serio desde que entramos por la puerta.

—Cómo ya he dicho antes, estábamos celebrando su cumpleaños y Luka quería hablar conmigo. La conversación escaló bastante rápido y terminó casi gritándome que había sido él. -vuelve a intentarlo Rhea. -No dijo exactamente: he sido yo. Pero sí que habló de cosas que me habían puesto en amenazas anteriores y solo se las dije a él. -termina señalándome.

—¿Y no has pensado que tu novio igual le dijo esas cosas? -Tu novio. Esas palabras casi hacen que me olvide de lo que ha dicho.

—¿Qué está insinuando? ¿Qué estoy involucrado? Hemos venido aquí para poner una denuncia sin darnos ninguna solución y ¿ahora me viene diciendo que estoy involucrado? Haga bien su trabajo, por favor.

—Solo estoy mirando el problema desde diferentes perspectivas. Todo el mundo es sospechoso hasta que se demuestre lo contrario y dado que no tenemos ninguna prueba que respalde su acusación, usted también está incluida en esa lista, señorita.

—Esto es una locura. -arrastro la silla hasta quedar de pie. -Quédate aquí, Rhea. Enseguida vuelvo. -me agacho hasta quedar a la altura de su oreja. -Si vuelven a insinuarte algo así, llama a mi abogado. Te paso el numero en cuanto salga.

Asiente con la cabeza y esa es suficiente señal para mí como para salir de la comisaría y poner rumbo a casa. Le mando el contacto de mi abogado y subo a la moto sin creerme el trato de mierda que hemos tenido. Acusándola a ella misma ¿de qué? ¿autosabotaje? Venga ya por favor. Intento llegar lo más rápido que puedo, no quiero dejar mucho tiempo a Rhea sola con esos palurdos. En cuanto llego a nuestra calle reduzco la velocidad para que no se me oiga tanto, que difícil lo veo, pero bueno, y aparco la moto unas casas más debajo de a dónde me dirijo. Paso por delante de mi casa e intento llegar a una de las ventanas esperando que alguna esté abierta. Cómo era de esperarse, una de las ventanas del salón lo está, con que me acerco y, con el menor ruido posible, termino de abrirla por completo para poder entrar y ponerme a buscar el maldito ordenador.

No parece haber nadie en casa, asi que por esa parte no me debo de preocupar tanto. Sé que tienen cámaras instaladas, es por eso por lo que voy todo de negro con la capucha de la sudadera puesta. Tengo que darme prisa, ya habrán avisado a seguridad y no me apetece que el policía tenga razones para regocijarse.

Subo corriendo a la habitación de Luka y en el escritorio, como si estuviera llamándome para que lo coja, encuentro el portátil. Lo meto debajo de mi brazo y salgo corriendo de ahí hasta llegar a la moto. No había ni rastro de Luka, una pena, quería enseñarle mis nuevos pasos de baile llamados acércate y llévate el puño. Guardo el ordenador como puedo y arranco. Solo espero que con esto tengan las pruebas suficientes para incriminarle y dejen de acusarnos a diestro y siniestro.

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Holaa, aquí os dejo otro más. 💕

Paso por aquí para deciros que esta historia ya está llegando a su fin y sólo quería daros las gracias a tod@s.

¿Habríais hecho lo mismo?

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Un beso amore ;3

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