Epílogo

3.4K 222 42
                                    

Thomas

—¿Seguro que no quieres más? —me preguntó mi madrastra, levantándose de la mesa, luego de devoráramos el pavo y todo lo que habían comprado o preparado. Las velas que habían encendido llevaban iluminándonos desde hace bastante rato, llenando el aire con un olor dulzón a navidad. 

—Creo que si como un poco más voy a reventar —sentía hasta como los botones de mi camisa se estaban estirando un poco más que como estaban antes de haber empezado a comer. Probablemente tendría que soltarme el botón del pantalón en algún punto para no sentir que iba a romperlo. 

—Ya mismo nos vamos —anunció mi padre, ayudando a Lizzie a recoger las cosas y llevarlas a lavar —Espero que te gusten los fuegos artificiales, Thomas, porque vas a ver un montón. 

—Es mejor que Times Square, al menos hay menos personas y más espacio —dijo mi madrastra. Mi hermana se levantó de la mesa para ir directamente a la sala y tirarse en el sofá a jugar con su Switch mientras esperaba para irnos.

—Nunca lo he despedido ahí —dije, ayudándolos a limpiar. 

—Solo los turistas lo despiden ahí —dijo mi padre —Pero fuimos el año pasado, para que Laura tuviese la experiencia. Yo no vuelvo, mejor prefiero pasarlo acá. 

Había llegado a Atlanta hace menos de 12 horas, y hasta ahora, no había gran diferencia en comparación con Rubis, sin contar que el frío estaba muchísimo más intenso acá. Mi padre y mi madre habían decidido un punto medio en el que me iban a buscar y recoger luego de que pasara unos días acá con ellos. Mi madre se despidió de mi en el carro con ojos llorosos, haciéndome prometerle por enésima vez que me iba a portar bien y que no iba a causar ninguna problema, como si no supiera que soy el hijo ejemplar. 

El plan era estar al menos hasta el domingo en Atlanta, que era también el tiempo que Dylan iba a estar en Seattle,  para llegar justo un día antes de que comenzara el nuevo semestre. Cuatro días para estar con mi familia por parte de padre. 

Hoy, según mi padre, era un día para estar tranquilos y no abrumarme demasiado. Mañana la pasaríamos, celebrando el primer día del año, con la familia de mi madrastra. Así podría conocer a sus padres, hermanos, sobrinos, etc. Según Laura, era una familia bastante grande, en comparación a la de mi padre, que era casi inexistente. Al menos me confortaba un poco saber que mi hermana había podido crecer cerca de su familia y de más personas de su edad, algo por lo que yo no había podido pasar desde que nos mudamos a Rubis. 

Mientras los adultos en la casa terminaban de limpiar todo para prepararnos para salir, en mi teléfono podía ver como todos mis amigos estaban disfrutando de la víspera de año nuevo. Ali me había enviado fotos de su maquillaje y su ropa, se había quedado en Rubis para pasarlo con su familia. Se veía hermosa, como siempre, y ahora llevaba las trenzas hechas con pelo rubio, que combinaban con el maquillaje dorado que se había hecho. Freddy y Robert estaban pasándola frente una enorme chimenea en un centro de ski en Canada con sus familias. Todavía venía a mi mente, con dolor, la foto que Robert nos había enviado ayer de su costado derecho, que estaba completamente violeta y rojo por un golpe que se había dado contra un árbol mientras esquiaban. 

No tenía forma de saber cómo la estaba pasando Cassandra. Desde la fiesta de navidad en casa de Ali, y de probablemente haber visto las fotos que habíamos subido juntos, nos había bloqueado a todos en sus redes sociales. Había tenido que ir a mis perfiles y esconder todas nuestras fotos juntas, por respeto hacia ella y por querer cerrar un capítulo en mi vida que no tenía ya sentido re-visitar. Siempre me iba a doler no tenerla presenta, no escuchar sus historias, no contarle mis cosas. Pero tampoco podía obligar a alguien a que tuviera una amistad conmigo si no querían, y menos a una persona que no me iba a aceptar por quien realmente soy. 

Te amo, y por eso te odio. [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora