Capítulo 30

3.6K 236 49
                                    

Thomas 

—¿Necesitas ayuda con eso? —me preguntó mi madre, parada frente a mi puerta, ya con un traje y un abrigo puesto. 

—Nah —respondí, haciendo mi intento número cinco en crear un perfecto nudo para mi corbata. Ella se mantuvo recostada contra el portal, mirándome divertida —Nunca me sale bien —respondí con un resoplido, rindiéndome con la corbata. Dylan me la había prestado, junto con una camisa de vestir, que había intentando meticulosamente planchar sin quemarla o dejarle alguna marca. 

—Es que tú no tienes paciencia —dijo mi madre, riendo, tomando ambos pedazos de tela y comenzado a doblarlos, hasta dejar un perfecto nudo, algo que, claramente, yo nunca había logrado hacer —Ya —dijo, ayudando a ponerme un saco y sacudiendo mis hombros y mangas, quitando cualquier pelusa que tuviese pegada. 

—¿Ya nos vamos? —pregunté, poniéndome una última rociada de perfume. Me volteé al ver que no recibí ninguna respuesta, pero ella seguía ahí, observándome, ahora con los ojos aguados —¿Qué pasa? —pregunté medio asustado. 

—Nada, nada —respondió, riendo y secándose un poco las lágrimas que se le habían acumulado —Me siento tan orgullosa de ti —me dijo, tomando mi barbilla en sus manos, alzando mi cabeza para mirarla a los ojos. 

—Mami, ni siquiera sabemos qué premio gané... —comencé a decir. 

—No hablo sobre el premio. No importa si ganas el primer lugar o cualquiera, lo importante es que te van a reconocer por algo que yo siempre he sabido. Que eres inteligente, maduro, que tienes un talento enorme que deberías seguir desarrollando. Y que yo, y toda tu familia y amigos, estamos orgullosos de ti. Sabes que si tu abuela, tus tíos, tus primos, si ellos pudiesen estar aquí, te estarían diciendo estas mismas palabras... 

—Bueno, no creo que esas mismas palabras... 

—Tú sabes a lo que me refiero —me dijo. 

—Perdón por estos días...—murmuré sujetando su cuerpo en un abrazo —Me he portado como un estúpido y... 

—Ya, ya —dijo, sentándose en el borde de mi cama, dando un golpe a su lado para que también me sentara —Thomas, tú sabes que nuestras vidas nunca han sido fáciles. No han sido malas, siempre hemos estado llenos de bendiciones, y siempre hemos resuelto cuando las cosas se ponen difíciles. Pero, al final del día, hemos sido tú y yo contra los problemas. Y eso, mayormente, ha sido por mi culpa. No he sido la mejor tomando buenas decisiones, y sé que fui egoísta al prohibirte por tantos años ver a Matthew —traté de interrumpirla, pero alzó su mano, pidiéndome que la dejara hablar —Pero, también, no sabes lo alegre y orgullosa que me hace sentir verte convertirte en alguien de buen corazón, sin rencor, dispuesto a darle segundas oportunidades a las personas. Y sé que tu padre tiene que estar contento de por fin tenerte presente en su vida, tampoco me cabe duda de eso. Las cosas van a cambiar, pero estoy segura de que van a ser para bien —me tomó la mano, apretándola suavemente, dándome unas pequeñas palmadas sobre ella. 

—¿Tú estás bien con que él entre así en nuestras vidas? Si no te sientes cómoda no tienes que... 

—Me tomó muchos años poder verlo como otra persona, muchísimos, y tú lo sabes, pero verlo convertido en el ser humano que es ahora.... También me llena de orgullo, por él, y por su familia. Cuando quieres a alguien en algún punto de tu vida, siempre va a haber una parte de ti que no quiere verlo mal, al menos así lo siento yo. 

—Ojalá todo funcione —dije, soltando un resoplido. 

—Todo va a funcionar. Y sabes que me tienes a mí, siempre, sin importar nada. Yo te amo por quien tú eres, Thomas, y eso jamás va a cambiar. Te amo porque eres mi hijo, sin importar nada, nada, nada—me dijo, mirándome directamente a los ojos, como intentándome dejar saber algo sin necesariamente decir las palabras. La abracé fuertemente, a mi madre que siempre había dado la milla extra por mí, a mi madre que se había sacrificado toda su vida para darme todo lo que necesitaba. 

Te amo, y por eso te odio. [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora