Capítulo 4. Corazón como la muerte

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El hecho de estar delante de tanta gente y por no hablar de que se encontrarían con otras personas afuera, fue una gran ayuda para Cen Li e hizo un leve esfuerzo por deshacerse de quién lo sostenía.

Pero la mano de Ning Xiuyuan en el pliegue de su rodilla se movió hacia arriba, como señal de una advertencia.

El corazón de Cen Li estaba gris como la muerte y sus mejillas aún más pálidas.

Al salir de la habitación, muchas personas en el pasillo se asomaron con miradas ambiguas.

Las miradas eran como instrumentos afilados que atravesaban su cuerpo, haciendo que estuviera entumecido y ya no pudiera sentir el dolor. Todo el cuerpo de Cen Li se puso rígido y el corte de su dedo derramó sangre, manchando la ropa de Ning Xiuyuan.

Su voz era una rara súplica: —Bájame, puedo caminar solo.

Ning Xiuyuan no le prestó atención, y como solía ocurrir muchas veces, su voluntad no le importaba en absoluto.

Lo más indispensable que había al lado de un club nocturno era un hotel, así que Ning Xiuyuan se dirigió al más cercano y la gente de allí debía conocerlo, ya que le dió una habitación directamente.

La mente de Cen Li se quedó en blanco, y sólo esperaba que los demás no hubieran visto su cara con claridad.

El reloj que llevaba en la muñeca izquierda había servido en un principio para recordarle que debía distribuir su tiempo sabiamente, pero hoy hubiera preferido que el tiempo pasara más rápido.

Después de que Ning Xiuyuan abriera la puerta con su tarjeta de habitación, el cuerpo de Cen Li se estremeció por un momento.

Nunca había estado enamorado, y mucho menos había tenido contacto íntimo con nadie, antes de entrar en contacto con esta persona. Pero por desgracia, Ning Xiuyuan directamente le permitió experimentar de todo, incluso lo que no quería.

Mientras pensaba en esto, su cuerpo no pudo evitar temblar inconscientemente, ya que nunca pensó que podría ser un simple objeto para que otros desahogaran sus más oscuros deseos.

Su cuerpo había sido arrojado a la cama y la parte baja de su abdomen, que se había golpeado antes con la esquina de la mesa, ahora tenía otro ataque de dolor, por lo que Cen Li encorvó un poco su cuerpo.

Cuando abrió los ojos, vió el cuerpo alto del otro hombre, e inconscientemente alargó la mano y la puso contra su hombro.

Tenía un examen mañana temprano y se había estado preparando para ello durante algún tiempo, así que no quería que sus esfuerzos fueran desperdiciados.

—Así que, ¿no estás dispuesto a todo? —Preguntó Ning Xiuyuan en voz baja.

—... —No se podía ver la luz en ojos de Cen Li, y se detuvo unos segundos antes de retirar la mano.

De todos modos, tanto si estaba dispuesto como si no, el resultado era el mismo.

Ning Xiuyuan estaba acostumbrado a congraciarse con él, y por otro lado, Cen Li siempre parecía tan frío, que directamente se quitó el abrigo exterior oscuro, mostrando así su cuerpo que parecía aún más delgado a simple vista.

La piel de Cen Li era muy blanca, como una fina pieza de jade puro y que con un simple toque, lograría encantar a cualquier persona. En comparación con estudiar en el aula todo el tiempo, Ning Xiuyuan sentía que Cen Li es más adecuado para estar acostado debajo de un hombre.

Pero en este momento, el cuerpo de Cen Li temblaba ligeramente.

—¿De qué tienes miedo? No es como si nunca no lo has hecho antes. —Ning Xiuyuan habló.

La piel expuesta quedó al aire, y sintiendo la frialdad, Cen Li cerró los ojos para luego girar la cabeza hacia un lado.

Ning Xiuyuan estaba tan cansado de esta mirada suya, que sujetó su barbilla con la mano y dijo: —¡Habla!

Era claramente una depredación unilateral, pero siempre que llegaban a esos momentos, Ning Xiuyuan le exigía una respuesta.

—No tengo nada que decir. —Dijo Cen Li.

Originalmente, habría pensado en cómo ayudar a Ning Xiuyuan con sus deberes de estudio, pero para Ning Xiuyuan, ni siquiera se consideraban del mismo nivel.

Con estas palabras parecía haber enfadado a la otra persona, por lo que su barbilla se levantó de repente y sus labios fueron severamente bloqueados, como si le estuvieran saqueando incluso el aliento. Cen Li intentó apartar a la otra persona, pero... ¿cómo podía igualar la fuerza de Ning Xiuyuan?

Sólo cuando estaba a punto de asfixiarse, Ning Xiuyuan lo dejó ir.

En trance, sintió que le ataban las muñecas y esa sensación de ser una carne de pescado frente al cuchillo del hombre, hizo que un atisbo de pánico apareciera en la cara de Cen Li: —No, no...

—Hoy no me has dado un regalo. —Ning Xiuyuan habló de repente.

—...

Ning Xiuyuan añadió: —Lo tomaré yo mismo, pero es mucho más de lo que tú puedes ofrecer.

Antes de que Cen Li pudiera reaccionar, la otra persona ya había penetrado entre sus piernas y su cuerpo se estremeció violentamente, con sus dedos apretando y arrugando las sábanas.

FO - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora