CAPÍTULO 44 | CAMBIOS |

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capítulo EXTRA largo
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Robert miró a mi madre y pestaño un par de veces.

— ¿ustedes? — levantó sus cejas — ¿vivir juntos?

Era como si su mente estuviese analizando lo que le había dicho. Iba a responder, pero Tom se adelantó.

— si, en mi departamento — respondió nervioso, pero su voz era totalmente segura y madura.

— ¿no creen que es algo apresurado? — preguntó mi madre con total seriedad.

— puede ser, pero queremos hacerlo — contestó Tom.

Esto se había convertido en una conversación entre Tom y mi madre, Robert y yo los mirabamos como en un partido de tenis.

— ¿tomaron esta decision juntos?

— si, osea yo se lo pedí a ______, pero ella aceptó. No voy a obligarla a vivir conmigo, se lo aseguro

— ¿______? — mi madre me miró — ¿estas completamente segura? aún te quedan cuatro meses en el liceo este año, debes terminar el liceo el otro

— estoy segura mamá, Tom termina este año el liceo y si voy a terminar mis estudios mamá, de eso no debes preocuparte

— ¿y que harás después del liceo Tom?

— compraron al equipo de F.A en el que estoy y el próximo año desde enero comenzarán a pagarnos bien, entraremos a las mejores ligas — contó Tom sonriente.

Abrí mis ojos como plato, eso no lo sabía. Lo miré por unos segundos y luego observé a mi mamá.

— genial mocoso, te felicito — se adelantó Robert muy sonriente.

— si, yo también Tom — dijo mi madre.

No dije nada, se suponía que yo ya sabía...se supone.

— gracias — respondió él sonriente.

Nos quedamos en silencio unos segundos, mi madre suspiró y nos miró intercaladamente.

— esta bien — suspiró — pero, Tom...debes cuidar a mi hija, cuando se comienza a convivir con alguien es mucho más difícil, pero les tengo fé

Sonreí feliz mirandola y luego ví los ojos ilusionados de Tom.

— no se preocupe de nada, la cuidaré como si fuese mia — sonrió divertido.

Enarqué una ceja mirandolo.

Luego de conseguir el permiso, nos quedamos conversando sobre nuestras espectativas y sueños, lo que queríamos o no...

(...)

— ¿como si fuera tuya? — enarqué una ceja mirandolo.

Estabamos en mi cama. Él acostado y yo aplicandole gel protector en su rodilla. Siempre debía hacerlo desde que tuvo el accidente.

— no eres mia — contestó despreocupado cerrando sus ojos.

— ¿puedo hacer lo que yo quiera?

— claro que si, con tus límites ya que estas conmigo

— ¿estas hablando enserio? — mi voz sonó desafiante.

— yo tampoco soy tuyo — abrió sus ojos mirandome.

— ¿no?

— claro que no — rió divertido.

Ganar perdiendo | Tom HollandWhere stories live. Discover now