CAPÍTULO 22 | TENTACIÓN |

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— TOM'S POV

Está bien, no voy a perder por qué simplemente no soy un perdedor. Siempre gano y una chica y la porquería de "amor" no podran conmigo.

Se qué la indiferencia las mata y si tengo qué jugar con fuego y quemarme, lo haré. Debajo de las sabanas, nadie se enamora...por lo menos, yo no.

Volví a la cabaña para encontrarme con la escena de Michelle y Liz discutiendo por no sé qué.

— ¿y a ustedes qué les pasa? — pregunté mirandolas.

— nada — respondió Liz sonriente.

Michelle se puso de pie y salió de la cabaña.

Me serví un vaso de jugo y luego me encerre en mi habitación.

Estuve jugando con mi celular hasta qué me aburrí, vi la hora. Las doce, está bien...Comencemos.

Salí de mi habitación despacio y me adentre a la habitación de ella, ________ se sobresaltó y se sentó rapidamente.

— idiota, me asustaste — dijo lanzandome una almohada la cual agarre y la apoye en su cama.

— estoy aburrido — dije sentandome a su lado.

— yo no — sonrió mirandome hacia arriba ya que ella estaba acostada.

— ¿salimos a dar una vuelta?

Sabía que era parte del plan, pero también era verdad querer salir a caminar con ella.

— ¿a está hora?

— si — sonreí.

— ¿y a dónde?

— no lo sé, por ahí

— está bien

Se puso de pie, saco un short ya qué estaba con ropa interior y una polera holgada. Se puso sus infaltables chinitas y un poleron con cierre abierto qué le llegaba hasta la mitad de sus muslos.

Salimos en silencio, vimos a algunas personas afuera pero a esa hora era muy difícil encontrarse a alguien ya qué todos estaban durmiendo.

Caminamos sin ninguna dirección hasta qué nos adentramos en el bosqué cerca de la piscina. Nos sentamos en el cesped, apoye mi espalda en un árbol y ella se acosto en mis piernas mirandome.

— ¿sabes algo? — preguntó mirandome.

La mire sin entender esperando a que continúara.

— nada, olvidalo — rió.

— dime ¿qué ibas a decirme?

— nada — sonrió inocente.

— dime o-

— ¿o qué? — se sentó mirandome.

La mire desafiante y comence a hacerle cosquillas, no podía gritar pero si reía diciendome qué la soltara, hasta que se pudo zafar de mi y corrió, me puse de pie y la seguí hasta que la tome de la cintura, mi pecho choco con su espalda, un silencio incómodo nos invadió.

— ¿me dirás? — susurre en su oído.

Su cuerpo se estremeció contra el mio, yo sólo sonreí sin soltarla.

Ella volteó a mirarme como pudo, estabamos tan cerca que la diferencia de estatura se hacía mas notoria. Mi vista se fue hacia abajo y su mirada chocó con la mia.

— ¿y? — sonreí.

— es solo qué... — dijo mientras miraba mis labios.

— ¿qué? ¿extrañas mis besos? — pregunté sarcástico.

Ganar perdiendo | Tom HollandDär berättelser lever. Upptäck nu