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★彡𝑬𝒔𝒄𝒓𝒊𝒃𝒊𝒓 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒕𝒓𝒊𝒗𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒃𝒂𝒊𝒍𝒂𝒓 𝒃𝒖𝒓𝒍𝒆𝒔𝒒𝒖𝒆. ¡𝑺𝒆 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒔𝒆𝒅𝒖𝒄𝒄𝒊ó𝒏, 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒅𝒂𝒔 𝒆𝒙𝒕𝒓𝒂𝒗𝒂𝒈𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔, 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂𝒔 𝒚 𝒆𝒍 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒅𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒄𝒊ó𝒏! 彡★



𝑼𝒏𝒂𝒔 𝒐𝒃𝒓𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒂𝒅𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒏 𝒆𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒋𝒊𝒅𝒂𝒅𝒆𝒔 𝒚 𝒑𝒖𝒍𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒂 𝒚 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒚𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒇𝒊𝒅𝒆𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒚 𝒎𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓í𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒍𝒂𝒓𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒐𝒔 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂𝒅𝒐𝒋𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒔𝒐𝒄𝒊𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒎𝒐𝒏ó𝒏𝒊𝒄𝒂



No porque este escrito significa que sea la verdad de Dios.



Cuando escribo, siento como si me estuviera dibujando, dibujando en mi piel con el extremo de una pluma de ganso anticuada. Como si cientos de mariposas se hubieran asentado en mi cara y abrieran y cerraran suavemente sus alas. Pero debajo de eso hay otro sentimiento, un sentimiento de estar con los ojos abiertos, despierto y vigilante. Es como ser despertado repentinamente en medio de la noche, con una mano sobre tu cara, y te sientas con el corazón acelerado y no hay nadie allí. Y debajo de eso hay otro sentimiento aún, un sentimiento de ser desgarrado, no como un cuerpo de carne, no es doloroso como tal, sino como un durazno. Y ni siquiera desgarrado, sino demasiado maduro y dividido por sí solo. Y dentro del melocotón, hay una piedra.



Cuando estás escribiendo una historia, no es una historia en absoluto, sino solo una confusión; un rugido oscuro, una ceguera, restos de vidrios rotos y madera astillada; como una casa en un torbellino, o un bote aplastado por los icebergs o barrido por los rápidos, y todos a bordo impotentes para detenerlo. Solo después se convierte en algo parecido a una historia. Cuando lo cuenta, para usted mismo o para otra persona.