Samantha Heavenly está lejos de saber lo que es disfrutar la vida, podría hacerse una lista con todas las cosas que no tiene idea de como hacer. Tomar una decisión propia, hacer una locura, sentir adrenalina, desobedecer alguna vez. La única gran hazaña que contar fue la expulsión de su colegio privado. Por otro lado, él es todo lo opuesto a ella. El chico no sabe lo que es pensar antes de actuar, es decir, las estupideces abundan a su alrededor. Y su odio a las rubias mimadas, huecas y fresonas también. La deprimente y monótona vida de Samantha cambiará en el instante que a sus oídos llegue el nombre de Matthew Russo. Cliché... no tan cliché.