El mundo estaba lleno de poesía y de notas, de magníficas historias de amor y de canciones dedicadas a quienes creían eran sus almas gemelas. Pero cada poema tiene su final, cada historia terminaba de maneras distintas; cada canción, finalizaba y nunca volverías a escucharla como la primera vez. Nunca volverías a vivir tu propia historia de la misma manera, ese romance nunca lo llegarías a sentir como la primera vez. No sabrás si está canción terminara, cuando será su último compás y cuál sería su última nota. Por eso a veces solo quisiera que fuera una historia sin un final, con múltiples opciones de que podría cambiar, o que simplemente esa canción, fuera una canción sin final.