El mundo puede estar lleno de coincidencias que de alguna forma terminan convirtiéndose en lo que llamamos destino. Así fue cuando por azares de la vida Amelia termina conociendo a Daniel; el chico dueño de cada uno de sus suspiros y el protagonista de aquellos versos escritos en su cuaderno. Chispeante, tentador y emocionante. Borrador/Faltas ortográficas.