Alexander estaba cansado de la monotonía de sus cacerías. Así que decidió probar un juego nuevo: quería acercarse a aquel mortal que antaño habría matado en solo minutos y degustarlo despacio, que el calor de su sangre y la dulzura de su cuerpo diesen alimento por un largo tiempo a sus deseos. No quería acechar y asesinar, sino atormentar. Dejarlo con vida para destrozársela, convertirse en su demonio y a él en su pequeño juguete mortal. Quería que su juego fuese la condena de Liu, la boca del infierno que se abre para invitarlo a sus más tenebrosas, perversas y sangrientas profundidades: su oscura perdición. Pero Alexander olvidó plantearse que incluso si el juego es suyo, la victoria quizá no. Junto a él, Aidan, un vampiro con el que suele compartir cacerías y pedazos de su eternidad, verá su relación con Liu y se preguntará qué tiene de atractivo y divertido conservar un mortal. Y hallará la respuesta de estas incógnitas en un joven con un pasado oscuro y ojos brillantes. (Esta historia es una versión muy editada, ampliada y corregida de mi primera historia en Wattpad, la cual también tengo en mi perfil con el mismo título. No necesitas haber leído la versión original para leer esta)