Lo conoció un día de verano, se enamoró de él una noche de otoño, lo amó ocho estaciones entre días soleados y nublados, atardeceres púrpuras y naranjas, en noches lluviosas y otras noches nevadas... Se despidió de él una fría mañana de invierno y nunca, nunca jamás pudo sentir otra estación más.