El ocaso estaba llegando a Anima City, el día tan esperado por todos había llegado, el aniversario 10 de Anima City, el festival en el que todos usarán su forma bestia, no habrá beastman en su forma humana; y por ende, _____ no puede ir.
—¿Por qué no puedes ir mamá? –preguntaba Haru a la peli-____ mientras estaba en la bañera.
—No me siento bien hijo –la joven fingió una falsa toz–, y me duele la garganta, no quiero enfermarme de verdad –respondió mientras ayudaba al cachorro al bañarse–. Además no soy de esos festivales.
Sacó a Haru del baño y lo envolvió con una toalla para secarlo bien. Después lo vistió con unos pantalones azules donde podía sacar su cola de lobo, una remera blanca de mangas largas y unas botas marrones.
—¿Estas segura que no quieres ir mamá? –pregunto el pequeño nuevamente.
Había llegado la hora de irse al festival. Haru estaba siendo cargado por su abuelo, estando frente a la puerta para poder salir e ir al festival.
La fémina negó suavemente, aún sin borrar su sonrisa.
—Tu ve y disfruta del festival con el abuelo. Yo los esperaré aquí en la casa, además puedo ver el festival desde el balcón de mi cuarto, así que los estaré viendo –terminó mientras se acercaba al infante para darle un beso esquimal.
—¿Estarás bien sola? –le preguntó el mayor a la joven cargando a su nieto.
—No lo sé –respondió insegura abrazándose a sí misma–. Pero ya llevo mucho tiempo en Anima City y nunca me ha encontrado, ¿qué podría hacer esta noche diferente?
Fenrir asintió no muy seguro se sus palabras.
—En todo caso cuídate _____, oí decir a varios que Shirou Ogami dará un último vistazo a las calles antes de que inicie el festival.
El hombre de 40 años cambió su piel y apariencia, a la forma de un perro husky siberiano, con pelaje negro y blanco.
—Si vez algo extraño o con forma de lobo escóndete, ¿si?
La fémina asintió intentando darle la mejor de sus sonrisas.
—Bien, nos vamos –abrió la puerta–. Dile adiós a mamá Haru.
El pequeño Haru le siguió a su abuelo, y también tomó la forma beastman, de un cachorro de lobo gris con voluminoso pelaje de color azul grisáceo, moviendo la cola alegre ante su madre.
—Adiós mamá –se despidió con un ademán antes de que se cerrara la puerta.
La de cabellos ____ seguía sonriendo al despedirse del infante, y ya al irse, se dispuso a tomar un baño. Después de todo había limpiado y recogido los platos ya antes de bañar a Haru.
Preparo la ducha para hacer que el agua caliente cayera a su cara y le fuera un calmante, haciéndole ignorar por un momento lo que podría pasar y pasaba allá afuera.
Tardó el tiempo que ella quería, después de todo no debía salir de la casa por ningún motivo.
Al terminar, con una toalla en el cuerpo y otra en la cabeza, camino hasta su cuarto y preparo su pijama. Un short negro, un sostén suave, ligero y sin varillas, para poder dormir a gusto, y una blusa blanca, larga y muy holgada, que lograba incluso cubrirle el short y descubrir sus hombros.
Tras peinarse el cabello totalmente, dejándolo suave y sin enredos, se quedó un momento a pensar.
Ella estaba totalmente sola en la casa, ni un ruido y nadie con ella. Era algo aburrido a los ojos de una veinteañera con sus condiciones.
Decidió hacerse un café y mínimo salir al balcón de su cuarto para poder ver desde lejos el festival.
Se preparó una taza de café y con ella en manos, salió hacia el balcón de su habitación que daba vista hacia la parte de Anima City en el que iba a ser el festival.
Encendió su teléfono y dejó que la canción “Night Running” sonara algo bajo pero audible, como música de fondo para el momento. Se había vuelto su canción favorita para las noches en aquella ciudad. Era una melodía relajante y perfecta.
Las noches en Anima City siempre eran tan frescas, el cielo tenía un tono bello y suave de azul nocturno, nada de negros. Tan encantador y magnífico a sus ojos, algo que amaba de las noches en Anima City.
Las estrellas brillaban blancas y pulcras en el firmamento, siendo la compañía de la peli-____.
Miró hacia el centro de la ciudad y tomó un sorbo de su café. Las luces de los edificios se comenzaron a encender, saliendo de ellos una luz en azul neón hechizante.
Bello, bellísimo a sus ojos.
No quería abandonar para siempre Anima City, esa tranquilidad total sólo la conseguía ahí; aunque estuviera mal que alguien como ella, una humana, estuviera ahí.
Mientras admiraba las luces de la ciudad y terminaba su café, una sombra silueta la hizo salir de su tranquilo y sereno trance, rompiendo su burbuja de paz.
Volteo rápidamente los ojos hacía donde creía haber visto la sombra, y entonces, lo vió. Un brillo blanco, o más bien, una silueta brillante y blanca.
Afinó la vista y notó la silueta de un lobo.
Eso alarmó todos y cada uno de sus sentidos, poniendo sus nervios a flor de piel.
Inmediatamente, se alejo del balcón, paró la música de su teléfono y fue hacia la habitación de Haru, recordando el consejo de Fenrir.
“Lo más probable es que Ogami no te reconozca aún por el aroma de Haru, siempre está cerca de ti y se te pega su olor [...] Si algo pasa escóndete en su cuarto, cerca de su cesto de ropa sucia o debajo de las sábanas de su cama [...] El olor de un cachorro siempre es muy fuerte en sus primeros años, sueltan su aroma sin saberlo en todo lo que usan o tienen cerca”
Corrió rápidamente hacia el cuarto de Haru y se metió entre el cesto de ropa del pequeño y su cama, cubriéndose con la cobija de la cama.
El corazón le latía como loco debido al miedo, los sentidos los tenía agudos y alertas. Entonces escuchó pisadas en el techo de la casa de al lado, parecía su corazón iba a estallar de tanto miedo.
Inundada por el miedo, rogaba a que el plan de Fenrir funcionara, y su aroma de humana se perdiera entre el de Haru. Se abrazo a si misma intentando calmarse, mirando hacia el techo.
Más por la ventana del cuarto de Haru, gracias a la luz de la luna llena, logró ver la silueta de un gran lobo que andaba en cuatro patas.
Eso definitivamente le heló la sangre. ¿Se habrá dado cuenta? Pensaba mientras veía a la sombra.
Los segundos parecían minutos, y dichos minutos eran tortuosos para ella, pensando en que momento él entraría a la casa y la atacara al haberla descubierto.
Más ese momento nunca llegó, y en cambio, la silueta se fue.
Pasaron los minutos hasta que ella pudo calmarse y soltar un suspiro. Se levantó del piso y acomodó la cobija.
El miedo poco a poco iba desapareciendo, más su cuerpo aún temblaba debido a la repentina experiencia.
Aún no entendía como era que funcionaban los aromas entre hombres bestia y humanos.
Ella no olía nada en la ropa de Haru, pero a lo mejor y era porque no tenía una nariz tan desarrollada como la de los hombres bestia.
Sintió su cuerpo temblante, en especial sus piernas, quería calmar los nervios con un té. Así que bajó nuevamente a la cocina pero pasó de reojo por su ventana para ver la ciudad.
El festival del aniversario 10 de Anima City había empezado. Por eso ese lobo se había ido.
Esperaba que Haru y Fenrir se divirtieran allá.
Fue hasta la cocina y esta vez se preparo un té para calmar los nervios, decidiendo esta vez, tomarlo en la sala y no salir al balcón; quien sabe cuando aquel lobo podría volver.
Se sentó en el sillón de su sala y encendió su teléfono, que cruzaba la barrera de Anima City y estaba conectado al mundo humano.
Abrió Facelook y vio cómo la organización Pro-animal y todos sus activistas publicaban imágenes animando y felicitando a Anima City por su aniversario 10.
Esas eran todas las publicaciones de sus amigas, que estaban a favor de los hombres bestia y que se habían unido al movimiento “Pro-animal”; además de la publicación de la cuenta oficial del grupo.
A todos les dio me gusta, y siguió navegando por el Internet y Facelook, la hora se le fue volando entre videos de noticieros humanos, videos de trivialidades y publicaciones de Facelook.
Tanto, que para ella fue un gran susto cuando escuchó el lejano sonido de lo que parecía haber sido una fuerte explosión. Eso alertó todos sus sentidos, y para tener una mejor visión de lo ocurrido, subió a su cuarto.
Lo primero que ella pudo notar al subir hasta su cuarto y salir a su balcón, fue humo salir de donde estaba el festival, además de ver como la gran pantalla que ella podía ver desde su balcón ya no estaba. Parecía alguien la había tirado y destruido.
Eso le alertó, apretó el cuello de su blusa, teniendo miedo y preocupándose sobre lo que le pudo haber pasado a su hijo y a Fenrir; rogaba porque sólo fuera su paranoia.
Una sensación de nervios abundó en su pecho, y mas cuando noto una segunda explosión, grande notoria desde donde ella estaba, el caluroso viento y algunas cenizas de aquel lugar llegaron a su cara. Y le preguntarse una sola cosa en su cabeza con miedo y preocupación.
¿Qué está pasando?
¿Capítulo? ¿Tan rápido?
Si bueno, ¿qué puedo decir? Ya lo tenia hecho y mi lectora beta dijo, tu dale, ¿y yo que dije? Pus obedezco.
Y este capítulo esta dedicado a ElMishiDeLaEsquina
AhriaNee
Y CandyNamikaze
Dos de ellas me hicieron hermosos dibujos para el Fic, les agradezco y adoro, hacen un magnifico trabajo.
Dibujo hecho de AhriaNee
Dibujo hecho de CandyNamikaze
Digo el dibujo esta hermoso, ¿o ustedes que dicen lectoras?
Vayan a darle amor a sus cuentas, seguirlas y darle amor a sus fics, que ellas se merecen el cielo.