Celest Procet (Relatos de una...

Von Angels4alvittany

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Celest Procet, no es una niña común. Detrás de su apariencia de 12 años, esconde más de 300 años de existenci... Mehr

🍁PRESENTACION🍁
🍁Dedicatoria🍁
Capitulo 0 🌺En donde una historia Comienza🌺
Capítulo 1: 🍂Solitaria Viajera🍂
Curiosidades 📜De Mi Mundo Mágico📜
Capítulo 2: 🍂Pequeña Estrella🍂
Curiosidades 📜De Mi Mundo📜
🌺En donde Los Rumores Suceden🌺
Capítulo 3: 🍂Los 8 Pilares Parte 1🍂
📜Curiosidades De Mi Mundo📜

Capítulo 4: 🍂Los 8 Pilares Parte 2🍂

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Von Angels4alvittany


—Celest... Celest... Celest ¿estas despiertan?... Celest —Lo primero que vi, fueron sus dos ojos demasiado cerca de mí, bueno de hecho ella estaba encima de mí, no era la primera vez que utilizaba mi cuerpo como una cama.

—Aún es demasiado temprano, durmamos un poco más. —Dije que iríamos a primera hora mañana, sin embargo, aún es demasiado temprano para continuar avanzando, no es que esté en contra de madrugar un poco, pero tampoco es bueno sobrepasarse.

—¡No Celest, tienes que levantarte rápido! —Me llamo, de nuevo sacudiéndome, creo que era alarmante... quizá sea eso otra vez.

—¿Quieres ir al baño de nuevo?

Ella negó sobre eso.

—Hay voces que vienen de ahí. —Ella apunto, hacia el sendero de donde habíamos venido. —Hace rato, me desperté por eso, parece alguien pidiendo ayuda.

—Alguien pidiendo ayuda. —Seguramente puede tratarse de algún duende oh un hada, intentando engañarnos, aunque puedo descartar esa idea, si bien estos seres habitan en todo el bosque, estoy casi segura que ni siquiera ellos se meterían a los laberintos, pero aun así no descarto la posibilidad, después de todo, no existe ningún libro oh algún explorador que haya podido documentar la posibilidad.

—Por la noche incluso el bosque duerme en paz, así que podemos utilizar la vista aérea. —Tuve que invocar al pequeño zorrito y esta vez volverlo más diminuto, casi del tamaño de una fresa en la palma de mi mano. —

— ¿Qué es lo que harás? —Sus ojos brillaban de curiosidad, ahora que lo pienso, quizá sea una buena experiencia para ella, en sentir una pisca de magia en su cuerpo, de esta manera la hare comprender porque tiene que esperar hasta los 10 años, para que pueda enseñarle a usar magia.

—Enlace de los ojos. —Es cuando compartes lo que vez con alguien más, aunque estés en distintos lugares, lanzare Phyro por sobre el bosque donde lo sostendré por los aires por unos 5 minutos, y lo que él pueda ver estando a esa altura, lo poder ver yo con mi ojo derecho y tú lo veras con tu ojo izquierdo.

— ¡Podre verlo yo también! ¡De verdad! —Ella parece mucho más emocionada que incluso comenzó a dar pequeños saltitos.

Por su bien solo se lo permitiré por un minuto, eso debería ser suficiente para ella, de lo contrario podría dañarle la vista.

—Bien aquí vamos. —La tome de la mano, mientras me preparaba para lanzar al Phyro por los aires, una vez que lo hice, utiliza un hechizo telequinético de esta manera, podría sujetar al pequeño Zorrito por los aires sin lastimarlo. —Bien veamos ahora que es lo que pasa.

Tal y como dije, el destello de mi ojo derecho y el ojo izquierdo de Angella, fueron el indicativo, de que había puesto mi vista en los ojos de Phyro, contando los segundos para Angella, quien no paso más allá de 15 segundo y ella soltó mi mano, para frotarse los ojos, bien eso es suficiente para ella. Yo por otro lado seguí buscando, aparentemente el bosque luce tranquilo,

— ¡Ahí!... ¡Si justo ahí! —Pequeños destellos de luz se distinguen. —Creo que no somos las únicas que decidieron venir aquí.

Pasado los 5 minutos, baje lentamente a Phyro hacia mis brazos, observe de nuevo a Angella, quien no dejaba de frotarse los ojos.

—Déjame ver. —Me incline hacia ella, y aparte sus manos de su cara, su ojo Izquierdo donde utilice el hechizo, solo estaba algo rojo, un poco irritado, como si se le hubiera metido alguna basurita en él. Sople gentilmente a su ojo para poder disminuir un poco la molestia. —A medida que se usa la magia, el cuerpo se debilita, en este caso utilizamos la magia por medio de nuestros ojos, dependiendo en que parte de nuestro cuerpo la utilizamos, es la parte en la que nos sentiremos agotadas.

— ¡¿Pero porque a ti no te pasa nada?!

Reí un poco antes su queja acompañada de un puchero infantil, acaricie su cabeza.

—En realidad, también mis ojos se cansaron un poco, sin embargo, soy mayor que tú, así que puedo soportar un poco más los efectos de la magia y por otra parte mi cuerpo ya está acostumbrado. —Ella parpadeo un par de veces mientras lagrimaba, sin embargo, eso redujo el malestar que sentía en su ojo. —Es por eso, que no puedo enseñarte magia, hasta que cumplas 10 años, sin embargo, por ahora mi deber es criarte y educarte, para que puedas crecer sana y fuerte y poder enseñarte todo lo que se.

— ¡¿Y seré tan buena en la magia como tú?!

—Serás mejor que yo. —Ella sonrió antes esta idea, pareciera entender por qué debería esperar antes de poder controlar la magia por sí misma.

Por otra parte, alguien más entro a los laberintos, y ese alguien, estoy segura, de que no tiene ni idea del problema en el que se metió, seguramente algún novato, que quiso probarse a sí mismo, de la manera más tonta posible arriesgando su vida en un sitio como este. Si no fuera por mi débil voluntad y mi frágil conciencia, habría vuelto a dormir, en lugar de ir en su ayuda.

Como excusa tengo a una niña de 5 años, bajo mi cuidado, no puedo dejarla sola ni por un segundo, para dedicarme a ayudar a alguien que vino a meterse al laberinto, la seguridad de mi Angella, es el primer lugar, durante la lluvia de estrellas aparte la vista por unos minutos y como resultado, casi la pierdo para siempre... si ese sería una buena excusa,

— ¡¿Por qué rayos ahora estoy caminando hacia donde se encuentra aquella persona que se metió al laberinto?!

— ¿Crees que sea una niña que le hicieron lo mismo que a mí?

Otra niña pequeña que han abandonado... bueno ahora con más razón tendré que llegar ahí oh mi conciencia me torturara por los siguientes 100 años.

A medida que nos acercamos, los destellos se hacían cada vez más fuertes, ahora estábamos ocultas tras unas rocas, la oscuridad y la maleza alta, nos cubría de pies a cabeza, Angella permanecía de tras de mí, pero sujeta con sus dos brazos alrededor de mi cintura, ¡Bien echemos un vistazo!

Respirando hondo, me asome de entre las hierbas, para ver de qué se trataba.

—... —Falsa alarma volvamos a la cama, no hay nada que ver aquí.

Como lo suponía si era una persona, más bien una novata, pero no era cualquiera, era aquella joven bruja con la que había discutido en el templo, al parecer se encuentra ella sola, pues no veo a su aprendiz, quizá debió perderse, no hay que olvidar que estamos de nuevo en los bordes del laberinto, las alucinaciones son frecuentes aquí, con Angella sujeta a mi cintura, no hay forma de que esa alucinación nos atrape, ni mucho menos a ella, hoy aprendimos algo nuevo.

— ¿La conoces?

—No la conozco, pero bueno, ella es una bruja. —Al observarla por un rato, era más que obvio que estaba atrapada en una especie de alucinación, en la que seguramente, ella estaba pelando contra alguien, la verdad es que lo que nosotras veíamos es que estaba lanzado hechizos y golpes al aire. —Una bruja tonta... quizá demasiado tonta. —

La observamos por unos minutos más, no pareciera detenerse para nada, la verdad es que estuvimos observando por casi una tres horas y media, debo decir que la resistencia que tiene, es bastante sorprendente, sobre todo porque continuaba lanzando ráfagas de luz, con la misma potencia de siempre y los movimientos de defensa y ataque, tampoco habían perdido la velocidad.

Entre mis cosas, también había traído un frasco de galletas, el cual ahora ya estaba vacío por Angella y por mí.

— ¡¿Cuánto tiempo estará haciendo eso?! —Pregunto Angella, después de meterse a la boca la última galleta de chocolate.

—Debió haber parado hace rato, pero por lo visto, parece que no lo hará hasta que la magia de su varita explote o que su cuerpo explote.

— ¡Explotara! — Se alarmo un poco, bueno no literalmente explotara.

—Las brujas, a diferencias de los hechiceros, la fuente de su magia, yace en las baritas, la cual ayuda a circular más fácilmente la magia de su cuerpo, sin embargo, al hacerlo, también sufren de las mismas consecuencias de utilizar la magia en exceso. —Observando con más atención su barita, está a punto de hacerse añicos. —Las brujas son muy hábiles y eh sabido de algunas que son muy poderosas, sin embargo, en su mayor parte, la fuente de su poder es la barita, así que, si destruyes la barita de una bruja, estas quedan casi indefensas... aún podrían utilizar magia, pero sin su barita, la magia terminaría provocándoles grandes daños a su cuerpo, incluso la muerte.

—Así que su poder es esa barita. —Contemplo mi niña mientras su mirada solo se centraba en la barita, por su mirada, seguro quiere una de esas en su mano, lamentablemente no se lo permitiría.

—Bien alejémonos un poco, parece que ya está a punto de ceder. —Tomando a Angella en mis brazos nos alejamos unos cuantos pasos y finalmente a nuestras espaldas, escuchamos una enorme explosión, al igual que un rayo de luz, que salió directo al cielo.

— ¡¿Acaso la bruja exploto?! —Es gracioso pensar en eso, pero bueno eso no ocurrió.

Nos acercamos de nuevo, solo para ver a la bruja ya en el suelo completamente noqueada y aun lado de ella, su barita rota por la mitad.

—Bien, este es el claro ejemplo de las cosas que no quiero que hagas nunca, mi deber es enseñarte a que no seas igual que esta tonta. —Sé que no debería decir esto a Angella, teniendo en cuenta que yacía junto a nosotros una bruja inconsciente y quizá en estado crítico, pero bueno también el decir eso me hizo sentir bien, después de todo necesitaba desquitarme con la misma persona que me ofendió, quien ahora estaba en el suelo.

No tenía intención de cargarla, así que utilice al zorro, el cual lo hice volver a su forma original, del tamaño de un enorme oso, y bueno hice que la tomara del cuello de su abrigo entre sus colmillos y la llevara arrastras, mientras que nosotras íbamos sobre el lomo del zorro.

Angella no presto atención a esto, pues estaba más que fascinada por el enorme tamaño de Phyro y de poder montarlo, igual se mantenía ocupada de darle cariñitos y caricias, a lo cual el zorro respondía agitando un poco su cabeza, azotando en la tierra y el lodo a nuestra no deseada invitada, quien no había sufrido daños graves, eso debido a las numerosas piedras que traía consigo que le brindaban a su cuerpo suficiente energía vital, impidiendo el desgaste en sus músculos, huesos y órganos. Lo cual es bueno, ya que no me preocupaba por arrástrala sobre los fangos oh algunas hierbas mal olientes.

Tuve que utilizar algunos hechizos para volver al lugar donde acampábamos, sumando a que ya había amanecido, y bueno las últimas horas de sueño, nos hicieron falta, Angella, quedo dormida en mis piernas de nuevo, aquella bruja ahora yacía en el suelo a unos cuantos metros de nosotras, y Phyro, bueno lo hice volver a su tamaño mini.

—Cuida de Angella unos momentos, por favor, no dejes que nada le pase. —El pequeño Zorro, se acercó junto a mi asintiendo, delicadamente acomode a mi pequeña, recostando su cabeza encima de mi manta, esta le serviría como almohada y con la otra la tape. —No tardare lo prometo.

Con un susurro, le di un beso en la frente, esta es la primera vez que tomo esa acción, sin embrago sentí en la necesidad de hacerlo y no se sintió incomodo como me lo hubiera imaginado.

Aunque detestaba la idea de dejarla sola, aún tenía un pequeño asunto con aquella bruja que seguía inconsciente, dudo que ella haya venido por aquí sola, así que su aprendiz debe de estar en alguna parte del laberinto.

—Tendré que ser rápida. —Dije mientras observaba el cielo, ya había amanecido, necesitaba una vista clara, para poder localizar a alguien, al igual que echar un vistazo por sobre este bosque. —No puedo creer que tenga que recurrir a esto.

Me tomo un tiempo aprender a dominarlo, y aunque debo aceptar que se volvió bastante útil, durante mis viajes, tan bien me resultaba algo incómodo.

—Vigilante del cielo. —La forma en que nos une a la naturaleza y uno de los beneficios que te da la bendición del bosque y los druidas. Mi cuerpo comenzó a entrar en metamorfosis a medida que mi estatura se hacía cada vez más pequeña, mis brazos se convirtieron en dos enormes alas y mis piernas en patas con afiladas garras y de mi piel brotaron una infinidad de plumas doradas y cafés, y un pico afilado, donde antes estaba mi boca.

—Metamorfosis exitosa. —Ahora tenía el aspecto, y la forma de un águila, ahora podría sobrevolar por la superficie del bosque y poder localizar a aquella aprendiz, el problema era lo siguiente.

Observando con atención, mis prendas y toda mi ropa, quedaron ahora en el suelo, me había convertido en un águila, pero prácticamente ahora estaba desnuda, en las primeras veces resulta muy vergonzoso esta sensación, pero bueno, antes los ojos de un humano, estoy prácticamente vestida con mi plumaje.

—Sera mejor que las guardes. —Hice que mis ropas, se convirtieran en un pequeño cristal, con un colgante, el cual pase por mi cuello. —Hora de alzar el vuelo.

Las águilas tienen una excelente visión aérea, para localizar a sus presas desde una buena distancia, sumamente efectivo para poder localizar a esa niña perdida. —Hmm eso sí que fue rápido — ¡ahí está!

A diferencia de como encontré a su maestra, esta niña estaba de una rodilla en el suelo, pude notar que tenía varias heridas en los brazos y piernas, también se le veía muy agitada y exhausta, sin embargo, hace el esfuerzo por mantenerse estable.

—Ya veo, intenta utilizar eco localización por medio de la tierra. —Que niña más astuta, dudo que eso se lo haya enseñado la inútil de su maestra, al parecer no está teniendo existo, ella ha caído de espaldas, está muy exhausta.

— ¿Veo que te has hecho muchas heridas? —Solo puedo comunicarme con ella, mentalmente, ya que no solo mi físico es la de un animal sino también mis cuerdas vocales.

—Un águila parlante... otra alucinación. —Es lo primero que se le vino a la mente cuando me vio, bueno supongo que ha estado en distintas alucinaciones para terminar con esas cortadas y moretones.

La siguiente acción que tomo, fue muy interesante incluso para mí, lo que ella hizo, fue que lentamente, llevo una mano hacia uno de sus cabellos, el cual sujeto con fuerza y se lo arranco, haciendo una mueca de dolor.

— ¿Todavía sigue aquí...? ¿¡Eres real...!? ¡Un espíritu...! ¡Ayúdame! —Ella cerro los ojos, completamente derrotada, su última acción, me hace ver sobre sus vestidos varios cabellos, se los arranco ella misma.

Las alucinaciones, podrían interpretarse, como visiones oh sueños, a veces un mal sueño oh una pesadilla, solo es necesario un golpe de intuición, para razonar y descubrir que nunca fue real y así poder despertar, esta chica cada vez que sentía que estaba atrapada dentro de alguna alucinación, recurría a arrancarse el cabello, para liberar su mente, utilizaba el dolor físico para lograr eso.

"Si es un sueño, entonces no puedo morir" es como aquel aquella maga de la espada que se suicidó en su sueño, para poder finalmente despertar.

Tuve que volver a mi forma humana, después de terminar de vestirme, traté sus heridas, ninguna era grave, aun así, eran demasiadas, esta chica pareciera tener unos 13, aún demasiado pequeña para un aprendiz, aunque no tanto como mi Angella. Debido a que Phyro se quedó cuidando a Angella, no tuve más opción que tomar a la niña en mi espalda y llevármela.

🍂🍂🍂

— ¿D—donde esta Celest?

—Al fin despertaste niña

— ¿Eh?... ¡ah! ¡tu eres la bruja tonta que se desmayó!

— ¡BRUJA TONTA!!!

—Bueno, Celest te vio atrapada en una alucinación, estabas disparando magia y dando golpes a la nada, hasta que tu varita se rompió, así por eso te dijo bruja tonta.

—Ósea que realmente no estaba pelando con monstruos, quiere decir que todo ese tiempo, estaba dentro de una alucinación... un momento ustedes estuvieron observándome.

—Así es, tardaste mucho tiempo así, es sorprendente cuanto aguantaste, hasta romper tu varita.

—Y dime de casualidad a tu querida maestra, no se le ocurrió en ayudarme, antes de que mi varita y única defensa llegara a su límite.

—Bueno dijo que no era necesario, pero ya que lo dices, parecía molesta contigo, oh bueno eso parecía cuando te hato de manos y pies.

—Esa maldita Luzferiana me las pagara.

— ¿EH? ¿Luzferiana?

—...—

🍂🍂🍂

Mientras llevaba a aquella aprendiz, la bruja tonta, le dijo más sobre mi linaje a mi pequeña Angella. —Debí amarrarle igual la boca.

Luzferia, es un lugar que despareció de los mapas junto con su gente, su ultimo avistamiento quedaron registrados en los libros, los cuales fueron escritos por los historiadores de hace 200 años, las razones de su desaparecimiento difieren mucho, ya que eso sucedió durante las guerras entre los demás territorios, puede que esa nación haya padecido, sin embargo, la realidad es que sus gobernantes, cubrieron su hogar con un inmenso poder y desaparecieron. Se dice que ahí es donde realmente nacido la magia... aunque eso es mentira. Lo único que proviene de ahí relacionado con la magia son las reliquias, artefactos que almacenan una gran cantidad de poder, demasiado para poder poseer dentro de un cuerpo humano.

Hubo una vez que un mago, pensó que se volvería el más fuerte del mundo, si absorbiera el poder de estas mismas, así que durante toda una vida, se dedicó a reunir las 12 reliquias más fuerte, las cuales quedaron esparcidas por alrededor del mundo debido a la desaparición de Luzferia... cuando por fin pudo reunir las 12 reliquias, procedió a pasar el poder a su cuerpo pensando que se volvería incluso el rey del mundo, la magia que recibió fue tan grande que termina calcinado, en otras palabras, su cuerpo quedo literalmente hecho cenizas, una muerte muy dolorosa. Y como segunda consecuencia, aquellas 12 reliquias, manchadas con su sangre y los conjuros que utilizo para controlarlas, terminaron por desestabilizarlas, por eso se les llaman reliquias malditas. Sus poderes son destructivos, tanto para el mundo así para el propio usuario, a diferencia de las demás reliquias, las cuales terminaron por ponerles reliquias venditas... ¡Muy original no creen.

—¿Tengo una pregunta? —Mi pequeña Angella, llamo mientras levantaba su mano, había estado atenta y sus ojos rebozaban de brillo, mientras explicaba. —¿Eres una anciana de 300 años?

No la culpo, es aún una niña para entender ciertas cosas, doy por hecho, que puede que no le hayan enseñado nada relacionado con la historia de la magia, bueno, la abandonaron en el bosque, así que es muy obvio, porque se molestarían en enseñarle.

—Envejezco más lento debido a que provengo de ese lugar, y bueno, mi madre me dio a luz, fuera de esa nación, debido a eso, yo no desaparecí. —No hace falta mencionar que 15 años aquí afuera equivales a 1 año en Luzferia.

—Es por eso que te hacen llamar como la alta hechicera. — Ains era el nombre de la aprendiz de aquella bruja, el cual su nombre es Eleanor, la cual hacia el esfuerzo por aparentar que no le interesara lo que estaba diciendo, la verdad es que tenía oculta en su mano, una pequeña esfera de cristal, grabando todo lo que estaba diciendo.

—Realmente fueron los reinos quienes me nombraron así cuando era exploradora, sin embargo, ahora solo soy una simple viajera que busca no llamar la atención.

—Una Luzferiana intentando no llamar la atención, es casi ridículo —Oh finalmente hablo, si estaba escuchando mis palabras. —Incluso los libros de historia hablan sobre ti.

—Bueno eso es algo que nunca hubiera deseado. —Realmente, me tomo mucho tiempo, en buscar un sitio, en donde se me tratara como una simple campesina normal, que sabía de magia, finalmente me vine a estas llanuras, están bastante apartadas de los reinos renacientes y tras el pasar de los días, solo me limitaba a ir a sitios no muy lejanos, evitar toparme con los reinos y solo ir a los pueblos vecinos, a vender medicinas, algunas posiciones, oh haciendo algunos encargos para ganarme la vida.

—¿Entonces cuantos años tienes? —Angella pregunto insistente con los ojos brillantes.

—Olvídalo, ya te había dicho que eso no es algo que se les debe preguntar a las mujeres.

—Sobre todo si se trata de persona de centésima edad. —Ese último comentario de Eleanor, me hizo darle una mirada fulminante.

Debido a todo lo sucedido, perdí un día de viaje y la única forma de recuperarlo, era moverse durante la noche, bueno en cuanto a Angella puedo llevarla en mis brazos también podría utilizar al pequeño zorro volviéndolo a su forma original, sin embargo, tener una creatura de gran tamaño por esta zona, atraería a depredadores territoriales los cuales irían directo a atacarnos, una batalla entre bestias, es mejor evitar todo eso.

Por otra parte, Ains y la bruja tonta Eleanor, se oponía regresarse al pueblo, aunque la verdad es que no sabía cómo salir del bosque, terminaron acompañándonos, durante gran parte de nuestra caminata nocturna, mi pequeña, comenzó a alentar el paso, sus continuos bostezos ya me indicaban que su pequeño cuerpo ya estaba llegando a su límite, bueno, la verdad aguanto despierta casi la mitad de la noche.

—Ven aquí. —Tome a Angella en mis brazos, ella solo se acomodó poniendo su cabeza sobre mi hombro y rodeándome con sus brazos.

La siguiente que cayo dormido fue Ains, de la misma forma que conmigo, Eleanor la llevo, aunque no en sus brazos, si no sobre su espalda, pues Ains tenía ya 13 años y Angella apenas 5 años. Durante el trayecto el silencio entre nosotras, fue lo que nos estuvo acompañado, eso sin contar el ruido de las creaturas nocturnas del bosque y el sonido de nuestras pisadas.

—¿Cómo es que tomaste a esa niña como aprendiz? —Finalmente ella rompió el silencio con una pregunta al aire, el cual no estaba interesada en responder, pero bueno.

—La encontré en el bosque, no tiene lugar a donde ir. —Corte con aquella pregunta, realmente no quería hablar con Eleanor aún seguía molesta con ella,

—Ya veo... pensé que la gran hechicera Celest se había jubilado.

—¡Acaso me dijo anciana! —Dije en mi mente y detuve mi paso, mientras apretaba mis puños.

—¡Eh! ¡NO ME REFERIA A ESO! ¡LO SIENTO! —Ella noto enseguida mi molestia, a lo cual retrocedió un poco. —Me refería a que casi no se sabe mucho de ti... la mayoría de los reinos, piensan que está muerta.

—¡Hum!... ya veo. —Conteste cerradamente dando fin a la conversación, oh al menos eso esperaba hacer, puesto que mi mente comenzó a culparme de tener esta actitud. —¿Cómo es que decidieron meterse en el laberinto?

Ella guardo silencio unos minutos, antes de poder responderme.

—Creí que podría cruzar hasta llegar a los pilares.

—Eso suponía. —Conteste. —¿Por querrías ir ahí?

Tomando en cuenta lo discutido en el santuario, no me cabía duda de que a ella no le interesaban este tipo de cosas oh bueno algo que tenga que ver con venir aquí

—Bueno... yo... no lo se. —Creo que para probar que también podría ser una hechicera en vez de una bruja.

—Lamento desilusionarte, pero no probaras nada haciendo esto, lo único que conseguirás es terminar devorada por las creaturas que habitan aquí. —Le conteste seriamente. —Aparte no tienes que probar nada, desde que te permitas tener una aprendiz es porque ya eres lo suficientemente hábil y sabia para poder trasmitir tus conocimientos.

—Bueno a comparación de ti yo... no siquiera llego a tu sombra como para entrar al laberinto.

—Eso no tiene nada que ver. —Conteste mientras reacomodaba a Angella en mis brazos puesto que uno de mis brazos comenzó a entumecerse. —El riesgo de terminar perdida es el mismo.

Ella guardo silencio un momento.

—Siempre pareces tan segura.

—"Siempre" —A que se refería, acaso. —No nos abras seguido tu hasta aquí cierto.

Pensé que lo negaría, sin embargo, ella solo asintió mientras bajo la cabeza, esperaba una discusión más con ella, sin embargo, su semblante se suavizo y pude ver varias lagrimas saliendo de su rostro... creo que estaba asustada de estar aquí en el laberinto sin poder salir por su propia cuenta... oh eso era lo que yo suponía.

Tras ver esa reacción, decidí mejor no preguntar, al menos no mientras nos instalábamos para pasar el resto que queda de la noche, utilice una poción, para agrandar dos pétalos de algodón, de esta forma hice dos camas, una en la cual acomodaría a mi pequeña aprendiz y la otra para la aprendiz de Eleanor.

Angella como es de costumbre cada vez que salíamos y acampábamos, se acurruco a un lado de mí, utilizando mis piernas como almohada, solo en ocasiones se llevaba el dedo a la boca, al igual que un bebé lo cual me resultaba adorable, bueno aun es pequeña. Por otra parte, la aprendiz de Eleanor, solo se acomodó cerca de la fogata para dormirse

—Lamento darte tantas molestias. —Hablo ella después de comprobar que su aprendiz ya se había quedado dormida.

—Está bien, no tienes por qué disculparte. —Conteste. —¿Ya te encuentras mejor?

Ella solo asintió.

—Lamento lo de antes... la verdad es que bueno... —Ella bajo un poco la cabeza. —Es casi irreal al fin poder intercambiar algunas cuantas palabras contigo.

—¡Ah!

—No lo tomes a mal, quizá no parezca, pero, bueno años atrás mi abuela en sus días de juventud, era una exploradora y estuvo viajando contigo un tiempo.

Una sorpresa llego a mí, esta vez la observe con mucha más atención, sus ojos rojos, cabello violeta, con pequeños mechones azulados... un momento ya se quién es.

—Eres la nieta de Zahorí. —Ella asintió con una pequeña sonrisa.

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