Primer libro: Regreso al Pasado.
Capítulo 12.
El veinte de diciembre de ese año, el aire era muy frío y también era el cumpleaños de la Reina de Xi Rei. La celebración fue planeada por Rong Tian.
En virtud de la rutina de cada año, todo el palacio fue adornado con colores brillantes, cubierto de luces de linterna y flores. Todas las cortinas se renovaban constantemente y se encendían velas para desear la eterna juventud a la reina. Los nobles imperiales, altos funcionarios, así como cortesanos y plebeyos ofrecían muchos objetos raros e interesantes, los cuales eran llevados directamente al cuarto de la reina.
En todo el año la Reina no aparecía fuera de su cuarto, sólo se mostraba en esta fecha, se vestía formalmente, con su corona, y se sentaba en el alto pasillo del trono dentro del palacio de la Reina donde recibía la adoración de cientos de funcionarios.
Cada año en el cumpleaños de la Reina, el príncipe se dirigía con un grupo de funcionarios a saludar a su majestad y hoy era ese día. Mientras que todo el mundo esperaba por el príncipe, él dentro de su cuarto, estaba furioso.
—¿Qué? ¿Usted dijo que tengo una madre? —Después de ser obligado a tomar un baño y ser vestido con una vestimenta solemne y totalmente molesta, Feng Ming se había enterado de la noticia de que tenía una madre e inmediatamente después debía dirigir a un grupo de funcionarios e ir a darle sus buenos deseos por su cumpleaños.
—No hay nada de extraño en que tengas una madre, todos tenemos una. Todo el mundo tiene padres. El rey de Xi-Rei, tu padre ha estado en coma durante años, sin embargo, tu madre ha cumplido con todas sus funciones como emperatriz y rara vez hace una aparición en público.
Feng Ming miró a Rong Tian agresivamente. —¿Por qué sólo me dices algo tan importante hasta ahora? De repente quieres que conduzca a un grupo de oficiales para saludar a la Reina, mi madre. ¡Oh, Dios! Ella ciertamente verá a través de mí, ¡Se dará cuenta que soy un farsante! —Feng Ming agarró a Rong Tian de la túnica, mientras lo sacudía. —Madre sólo hay una, ella sin duda se dará cuenta.
—Es por eso mismo que debes ir, una vez ella te reconozca, nadie dudara de ti. Ahora es cuando debemos poner a prueba el aprendizaje de los últimos dos meses. Ya te he enseñado todos los rituales del palacio, actuar como el príncipe no debe ser difícil. Si no puedes afirmar tu lugar como el príncipe heredero dentro del palacio, ¿Cómo podrás lograr que te reconozcan en el extranjero durante un viaje diplomático?
—¿En el futuro voy a viajar al extranjero? —Feng Ming inmediatamente exclamó en voz alta.
—Eres un príncipe, así que por supuesto que habrá mucho que hacer. —Rong Tian lo empujó suavemente y le ayudó a acomodar su ropa cuidadosamente, la cual se había convertido en un desastre durante el ataque de pánico. Feng Ming estaba ansioso así que Rong Tian tratando de tranquilizarlo le dijo: —No se turbe, la Reina es una mujer solitaria, que rara vez se relaciona con alguien, además An He y su madre no tienen una buena relación, por lo que, realmente no se conocen. Sólo tiene que relajarse un poco, la Reina Madre no se dará cuenta. Además, estaré a tu lado.
El corazón de Feng Ming fue contenido un poco, pero todavía tenía una duda y preguntó: —¿Por qué rara vez se reúnen el príncipe y la reina? ¿No es su madre?
Rong Tian reflexionó un momento y luego respondió.
—El palacio es así, poco a poco se acostumbrará a ello. Además, el príncipe era débil, la Reina se sentía desilusionada de su hijo.
Aunque el rey regente estaba hablando del príncipe anterior, Feng Ming protestó con sus ojos. Rong Tian sentía que era muy divertido, así que reviso su discurso: —Fue el príncipe anterior el que era bastante inútil y por eso su madre se sentía decepcionada, no tiene nada que ver contigo. —Sus dedos acariciaron la cintura de Feng Ming para enfriarlo. Feng Ming sonrió.
Las dos personas en el cuarto del príncipe flirtearon y jugaron por un tiempo, hasta hacer que los sirvientes y funcionarios que esperaban fuera se enojaran e impacientaran.
Cuando salieron, los sirvientes y funcionarios inmediatamente se regocijaron, siguiendo detrás de ellos para saludar a la reina. Cuando llegaron al patio se podía escuchar la música y las felicitaciones. Feng Ming sabía que era el momento de su desafío.
Su mente no estaba a gusto, se detuvo y agarró la manga de Rong Tian, negándose a dejarlo ir. Rong Tian vio que Feng Ming tenía miedo, su rostro palideció y se lamentó de no haberle avisado con algunos días de antelación. Sin embargo, esta situación era un medio para la formación de él y para ratificarlo en el lugar del príncipe, por lo que, endureció su corazón. Tirando las manos de Feng Ming bruscamente y librándose de su agarre, finalmente se agachó y levantó la voz.
—El Príncipe heredero está aquí, para mostrar sus respetos a la reina madre. —Dio un paso hacia atrás, dejando a Feng Ming solo delante del grupo.
Inmediatamente las puertas se abrieron, todos los oficiales estaban a la espera en el interior, alineados a la derecha e izquierda, al ver al príncipe todos se inclinaron y saludaron al unísono.
—Su alteza.
Feng Ming apretó sus dientes, todo lo que quería era dar media vuelta arrastrar a Rong Tian al cuarto del príncipe y darle un buen golpe, pero ahora no era el momento de hacerlo. Se puso de pie, recto, con el pecho hacia afuera y las manos hacia adelante, con su voz en un sonido de bajo cálido que había estado practicando durante los últimos meses, se dirigió a todos los presentes.
—Todos los oficiales, síganme para rendir homenaje a la Reina.
El esfuerzo de Rong Tian de los últimos meses no fue en vano, Feng Ming habló como un verdadero gran líder. Todo el mundo unido respondió: —¡Sí, Su Alteza!
Feng Ming levantó la cabeza y avanzó hacia los cuartos traseros del palacio de la Emperatriz. Sus grandes ojos marrones parpadearon un poco con la vista que le rodeaba. El Palacio interior tenía un diseño brillante, hermoso y tranquilo, un amplio boulevard principal y una gran sala que estaba en el medio de las paredes del palacio de la Emperatriz. La reina, por supuesto, estaba esperando por ellos. La atmosfera era solemne y seria, mientras era seguido por los funcionarios, Feng Ming se sentía como en medio de una película de época.
«¡Oh, Dios! ¿En realidad voy a hacer esto? ¿Voy a convertirme en el príncipe de este antiguo país?»
Además, tenía que saludar a su madre, la reina, y felicitarla por su cumpleaños.
Rong Tian vio que su aspecto era ausente, sabía que no estaba bien, inmediatamente dio un paso adelante y le susurró: —Por favor, príncipe heredero debe caminar hacia la parte superior central, dirigirse directamente hacia la Reina y la felicitarla.
Feng Ming despertó de su sueño al escuchar al Rey regente, como si un balde de agua fría hubiera sido arrojado sobre él, le lanzó una mirada penetrante, se acomodó la corona en su cabeza y dio formalmente varios pasos hacia adelante. Con orgullo fue todo el camino hasta el final del corredor principal, entró en la sala principal donde se encontraba una mujer en un traje precioso sentada solemnemente en el centro, mientras un grupo de siervas estaban a su alrededor. Aunque no era tan bonita como Feng Ming se la había imaginado, era realmente muy noble y elegante.
—An He, le desea lo mejor a la reina madre en su cumpleaños. —Feng Ming siguió el ritual en base a lo que le había enseñado Rong Tian, se arrodilló en adoración. Estaba tan concentrado que ni siquiera notó el momento en que Rong Tian y los funcionarios se habían detenido fuera del cuarto dejándolo completamente solo.
«Maldito Rong Tian, me has engañado de nuevo.»
Feng Ming sudaba frío, mientras su mente no paraba de pensar, no se atrevía a hablar. Levantó la vista lentamente para examinar a la persona que tenía en frente, sólo para descubrir que ella hacía lo mismo, cuando sus ojos se encontraron inmediatamente se inclinó de nuevo, maldiciéndose a sí mismo por su estupidez y haber creído en el idiota de Rong Tian.
—Hijo mío, puedes levantarte.
—Gracias, Reina Madre. —Feng Ming se puso de pie, levantó la vista y miró a la Reina, parece que la reina estaba también evaluándolo. Su corazón estaba en inquietud, inmediatamente bajó la cabeza y no se atrevió a hablar, se sentía inseguro, temía que la reina viera a través de él. Por suerte, la Reina madre parecía una extraña con su propio hijo, abrió la boca para preguntar: —Hijo mío, ¿estás bien de salud?
Feng Ming se sintió un poco extraño, de acuerdo con el palacio, ellos no se han visto en mucho tiempo, ¿por qué había tan poca emoción en esta interacción? Asintió con la cabeza y respondió: —An He se encuentra bien de salud. —Luego recordó la instrucción de Rong Tian, y a toda prisa añadió: —Gracias, Reina Madre por preguntar.
—¿Cómo han ido tus estudios?
Esta era solo otra pregunta para una conversación rutinaria, así que Feng Ming le dio una respuesta rutinaria.
—Mis estudios han sido buenos.
La reina hizo algunas preguntas más y luego dijo: —Hasta ahora su real padre ha permanecido enfermo, incapaz de manejar la política y todas las cuestiones grandes y pequeñas, debe buscar consejo en Wang Rong y permitir que él le dirija.
«¿Consejo en Wang Rong? Afortunadamente, hoy Rong Tian y yo somos aliados y deseo convertirlo en un gobernante legendario.»
En ese momento Feng Ming sintió el impulso de acudir a los pies de la Emperatriz y llorar y quejarse de su maltrato y decirle todas las cosas malas que Rong Tian ha hecho con él. Sin embargo, Feng Ming se quedó mirando a la Reina y, finalmente sacudió la cabeza en silencio, mirando a la fría escultura que era la Reina, no había manera, incluso si lloraba esta mujer no tenía una pizca de compasión o amor hacia su hijo.
Finalmente la mejor manera de sobrevivir era seguir al lado de Rong Tian; Feng Ming se inclinó y dijo: —Sí, comprendo tomaré el consejo de Rong Tian siempre, no me tomaré ninguna libertad para tomar decisiones propias.
El frío rostro de la reina reveló aprobación y deleite y asintió con la cabeza.
—Eso es muy bueno. ¿Dónde está Wang Rong? ¿Podría venir? Me gustaría ver su cara.
«¿Qué es tan agradable de ver?» Feng Ming dijo en su cabeza.
Inmediatamente Wang Rong entró en la sala, se postró en adoración, levantó la voz: —Rong Tian presenta sus respetos a Su Majestad, la Reina; Deseado que viva más tiempo que una deidad. —Ciertamente sus modales y gestos elegantes estaban en otro nivel muy lejos de Feng Ming y su entrada.
—Bien, bien, hace un año que nos reunimos por última vez, he oído que tienes todo bajo control y que manejas el país satisfactoriamente, tanto que usted debe ser recompensado, por supuesto. —La Reina le dio una sonrisa brillante, Feng Ming casi abre su boca en señal de asombro, sin embargo, se las arregló para no hacerlo, pero sus ojos lo decían todo,
«Una vez más por favor; ¿Quién se supone que es su hijo?»
—Rong Tian, ya soy una mujer mayor, mientras que tú, aunque maduro, eres muy joven, estos regalos que han sido traídos a mí, estoy segura, tú podrías disfrutarlos más que yo, por favor elige algunos. —Dijo la Reina a Rong Tian con una sonrisa.
—Gracias Su Majestad. —Rong Tian se acercó a la pila de regalos y seleccionó dos objetos, luego se acercó a la Reina madre para su aprobación.
La Reina asintió, suspiró y dijo: —Ya es tarde, todos deberían volver, me gustaría descansar.
—Sí.
Feng Ming se sintió aliviado, realizó el ritual del adiós junto con Rong Tian, y juntos salieron del cuarto, sin embargo, escucharon un súbito grito: —Espera un minuto.
Los dos se apresuraron hacia atrás, la Reina ordenó a una de sus criadas buscar entre los regalos una gruesa capa de piel y entregársela a Rong Tian.
La reina se quedó mirando al Rey regente un momento y dijo con tristeza: —He oído que usted ha estado trabajando duro hasta muy tarde en la noche. El clima de invierno es muy frío, llevar este abrigo lo hará más cálido.
—Gracias por el regalo, Su Alteza.
Por fin salieron del cuarto de la Reina y junto a los demás funcionarios se dirigieron al palacio interior.
—Es extraño, la Reina es muy buena con usted, como si usted realmente fuera su hijo.
Un momento más tarde, cuando volvieron al cuarto del príncipe, Feng Ming estaba más que feliz de quitarse el traje y todos los ornamentos que había utilizado.
—No digas tonterías, tu estado es diferente al mío, no debes dejar que nadie sepa lo que sucedió dentro.
—¿Me estás asustando de nuevo? Las cosas que me obligaste a hacer hoy, ni siquiera he resuelto cómo tratar contigo. —Feng Ming resopló: —Yo soy su hijo, pero ella no me da nada, ¿pero usted es recompensado por esto y aquello?
—Fue porque soy un alto funcionario y tengo a mi cargo muchos asuntos importantes. —Rong Tian se rió de nuevo, tomó el abrigo de piel otorgado por la Reina viuda y lo envolvió alrededor de Feng Ming, lo cubrió y ocultó dentro de los pliegues calientes y pesados y suavemente dijo: —El que algo me haya sido dado a mí, no significa que yo no se lo pueda dar a usted.
Rong Tian sacó los otros dos objetos que había tomado del botín de la emperatriz y los puso frente a Feng Ming, uno era un espejo finamente decorado y el otro una daga magnífica, con un gran filo y brillo.
Feng Ming estaba muy interesado en la pequeña daga, gritó en voz alta, cogió la pieza, era increíble y extraordinaria con un forjado agudo. Feng Ming mirando la punta afilada, dijo: "Esta daga es maravillosa."
—Esta daga es un gran tesoro conocido de Xi Rei, llévalo contigo, por si algún día estás en problemas. Jajaja, tengo muy buenos ojos, si algo he elegido entre los regalos de la reina, ciertamente será muy singular.
Feng Ming tomó la daga de inmediato y la colocó al lado de su cinturón y luego fijó su atención en el siguiente objeto. No podía pensar por qué había elegido este espejo.
—¿Cómo funciona? Por supuesto, usted debe estar orgulloso de su apariencia, a menudo debe contemplar su reflejo en el espejo, ¿Es eso cierto?
—Te equivocas de nuevo. Este espejo es para ti.
—¿Para mí?
Rong Tian levantado el espejo para darle una mayor atención.
—Pasaste por alto que el mango del espejo está hecho de oro puro, es delicado, suave y delgado, muy brillante, muy adecuado para el uso en algunos puntos de su cuerpo un poco estrechos, con él podría ir poco a poco explorado sin la preocupación de que pudiera herirte.
Feng Ming parpadeó al ver como una sonrisa malvada apareció en la cara del Rey regente, finalmente comprendió. Inmediatamente saltó hacia atrás, retirando el puñal de su cintura.
—Rong Tian, No te atrevas. —Gritó Feng Ming.
—Por supuesto que me atrevo. —Rong Tian no mostró ningún temor ante el pequeño animal que sacudía su cuchillo frente a él, y se abalanzó sobre el príncipe, quitando la daga de sus manos.
—¡Alto ahí! —Dijiste que era un regalo para mí, devuélvelo.
—Parece que alguien no ha estado practicando obedientemente las artes marciales que le enseñé.
—Bastardo Sal... Ahh... Suéltame devuélvemela, usted dijo que era mi regalo.
—Sólo déjame tocar en ese lugar un poco, no hay necesidad de tener miedo, te prometo que no va a doler...
—¡Sálvame! ¡Cualquiera! ¡Vengan aquí rápido! ¡Qué alguien salve al príncipe! ¡Auxilio!
Cuando los sirvientes y guardias oyeron a Feng Ming llorado amargamente se retiraron inmediatamente del cuarto cerrando la puerta tras ellos.
Parecía que el verdadero Rey del palacio era Rong Tian.