Bajo su protección

By cerclebleu

6.7K 702 1.4K

Si el azul por definición es un color frío, ¿cómo puedo incendiarme viendo sus ojos? More

Negociando con una Serpiente
El lado oscuro de los buenos
Ten cuidado con lo que deseas
Paseando por el Callejón Diagon
Bajo mi protección
Amago de Wronski
La llegada de la Mesías
El plan
Azul: el color más cálido
Más allá del límite
Verdad o consecuencia
Como la tormenta
¿Negocios o placer?
Convivencia XL
La pregunta infame
Las amistades te salvarán
Pedidos inesperados
Traición
El diablo viste de verde
Casa siete
Proyecto Lilith
No hay dos sin tres
El fin del patriarcado
Nuevas estrategias

Dos Serpientes y una Leona

321 34 176
By cerclebleu


—¿Qué le pasa? —preguntó tras el portazo que la Jefa había pegado.

—No tiene un buen día, aparentemente —su secretaria personal se encogió de hombros mientras tomaba asiento nuevamente—, ¿necesitas dejarle algo?

—Sí, pero no te preocupes, voy a enfrentarme a ella —dijo sin apartar los ojos de la puerta.

Dio dos golpes firmes y entró antes de oír "adelante".

—¿Se puede saber qué bicho te picó hoy? Tenés asustado a todo el personal —cerró la puerta tras de sí y caminó hasta tomar asiento frente al escritorio.

—Buenos días para ti también, Parkinson. Si sos tan amable recordame ¿cuántas veces te pedí que no entres si no te autorizo a hacerlo? —habló sin levantar la vista de la carpeta que tenía abierta frente a ella.

—Las mismas que yo te recordé que Pansy Parkinson no espera autorización de nadie.

—No sé si viste el letrero antes de entrar pero soy tu jefa —la miró por un segundo, enarcando una de sus cejas.

—Antes mi amiga, te conozco desde la primera vez que te saqué el chupete para usarlo y me lo cobraste con mi chocolatada de esa tarde. Un pago abusivo si me permitís decirlo.

—Lo voy a deletrear más lento a ver si te entra s o y t u j e f a.

—Pasaste toda tu adolescencia gimiendo mi nombre en los recovecos del Castillo.

—Okey, primero: no fue toda mi adolescencia. Segundo, vos gemias también el mío. Y tercero, ninguno de tus argumentos invalidan el hecho de que tenés que mostrar respeto por mí aquí dentro. Aclarado eso, ¿necesitas algo más? Porque tengo mucho trabajo —señaló la pila de carpetas que aún no había revisado.

—Wow, a vos sí que te vendría bien gemir algún nombre. Cualquier nombre.

Si las miradas mataran, Pansy Parkinson estaría dejando esta vida.

—En serio Daph, ¿qué te pasa?

"¿Qué me pasa?" se cuestionó, perdiéndose rápidamente en sus recuerdos.

A Daphne le resultaba cada vez más difícil no quedarse observando a Ginny mientras su mente fantaseaba. Lo descubrió una tarde cualquiera en la que estaban en el estudio, ella sentada en su escritorio leyendo informes cuando levantó la vista y se encontró con la bruja completamente perdida observando el mar. Tenía una mirada nostálgica. Le pareció que podría estar recordando a sus muertos en batalla, los cuales nunca nombraba. Pero tampoco eran amigas, de sobras se notaba que la chica aún no sabía si confiar en ella. Hacía bien.

Quizás pensó tan fuerte que la llamó mentalmente, porque ésta se giró y ojos azules chocaron con la profundidad avellana de la otra como las olas del mar cuando rompen contra el muelle. Fue tan intenso que sintió vértigo, vio una vulnerabilidad tan marcada, tan transparente que la desconcertó, ella acostumbrada a las máscaras, a resguardar el dolor, a ocultarlo.

—¿Todo bien?

La pelirroja asintió y unos mechones rebeldes se desprendieron de su cola de caballo y cayeron por sus mejillas pecosas. No pudo ni quiso evitar delinear aquella boca de labios pálidos y carnosos que se veían tan apetecibles.

"Esto definitivamente no estaba en los planes".

—Eh que sigo aquí, espabila.

La rubia volvió de golpe a su oficina.

—Lo siento, ¿qué decías?

Pansy sonrió burlona y se acomodó mejor en la silla, sin sacar sus penetrantes ojos verdes de los de su amiga.

—Tengo dos opciones. La primera es que todo esto sea por la próxima reunión con nuestra querida Ministra. Podría ser, admito que impone, yo misma estoy trabajando como nunca para eso. Pero sería raro viniendo de vos. Nada se escapa de tu control y me juego la vida que sabés que nos va a ir bien. Por lo tanto —hizo una pausa para meter suspenso— supongo que esa miradita tiene nombre, apellido y color rojo. ¿Acerté?

Daphne miró a su amiga sin saber qué decir.

—Me preocupa que no entre en Las Arpías.

Pansy dejó escapar una risa seca. Burlona.

—Sabés tan bien como yo que va a entrar.

—De hecho, no lo sé. Es una Weasley.

—Ya repasamos el plan mil veces, no va a ser un problema. ¿Cuánto tiempo más pensas mentirme? Creí que tenías trabajo.

Daphne la miró ofuscada. ¿Por qué no la dejaba en paz?

—Hay... Hay cosas sucediendo que no estaban en mis planes —dejó salir al fin.

Pansy observó su manicura impecable antes de hablar.

—Daph, te voy a dar un consejo: no intentes controlarlo todo. No podés por mucho que creas que sí. ¿La estás pasando mal?

—No, es... agradable.

—Disfrutalo entonces. Te lo mereces. Trabajas demasiado. Ya iremos viendo qué pasa ¿si?

—No lo sé, Pansy. En fin. ¿Ya tenés el informe que te pedí?

—¡Así le pagan a una! Te doy consejos y me exigís que trabaje. ¡Qué desgraciada!

La rubia se rió por primera vez en la mañana.

—Un trabajo por el que te pagan muchísimos galeones.

—Debería cobrar más. A ver cuándo me das un aumento ¿no? que una tiene gastos. Lo tengo, si, ¿querés que lo repasemos?

Y finalmente, Daphne pudo volver a centrarse en lo único que siempre la había salvado: el trabajo.

---------------------------------------------------------------------------------

—Esta noche voy a volver tarde —le comentó a la pelirroja mientras aparecía en el living.

La aludida se dio vuelta y abrió su boca en un claro gesto involuntario. Había dudado frente al espejo y se alegraba de comprobar que el atuendo era el adecuado. Toda de negro, con un conjunto de palazzo y blusa a juego. La blusa ligeramente transparente permitía entrever un corpiño de encaje que estaba poniendo al límite a la pelirroja. Por encima, una de sus capas en rojo vino, con el escudo de la familia Greengrass en plateado. Su cabello lo había peinado hacia atrás, generando así un jopo rubio. No había ninguna diferencia entre ella y una modelo de pasarela.

Sintió como la chica la repasaba de arriba a abajo, varias veces. Sonrió complacida y seductora.

—¿Se encuentra bien, Señorita Weasley?

Ginny sacudió la cabeza, como queriendo apartar las fantasías que estaba teniendo. Morgana, hacía mucho que no tenía sexo y vivir con una bruja tan atractiva se volvía cada vez más complicado. Aparte, si alguien sabía sacar provecho de su belleza, esa era Daphne Greengrass. "Lo debe tener en la sangre porque es imposible que siempre se vea tan follable"

—Sssi, yo, estaba.. Estaba pensando enn.. —Daphne levantó una de sus cejas, divertida—en nada. Así que, ¿vas a salir?

—Así es, tengo una cena de negocios. ¿Podremos cambiar nuestra noche de tragos para mañana?

Estaba por contestar cuando la chimenea se iluminó y salió otra imponente bruja, tan bella y prolija como la rubia, pero en versión pelinegra.

—Buenas noches —saludó fría y con el desdén característico.

—¿Parkinson? ¿Qué carajos haces acá? —ahora su boca abierta era más bien una mandíbula desencajada.

—Weasley. No sabía que eras la nueva dueña de la casa, de saberlo no estaría aquí.

—Por mi podés irte ya mismo — cambió su mirada a Daphne—. ¿Ella es tu cena de negocios?

"Y una mierda, seguro se van a follar, mirá cómo están vestidas" divagó Ginny.

—¿No pensas invitarme ni a una copa antes de echarme, Weasley?

—¿Por qué te ofrecería yo algo a vos?

—Buenos modales se llama, querida, te los presento.

La rubia observaba el divertido intercambio, divertido para ella, claro, porque lo que era la cara de la pelirroja... Se sentía otra vez en el colegio, la infaltable puja Leon vs Serpiente. No le hubiera extrañado para nada que apareciera Snape a regañarlas.

—Bueno, qué agradable reencuentro, ¿cierto? ¿Nos vamos Pansy?

—¿Te vas con ella?

—Si, Weasley, ¿qué pasa estás celosa?

—¿Por qué carajos estaría celosa? ¿y de una serpiente como vos? Estás mal de la cabeza Parkinson. —"Ja! Celosa yo, si claro".

Pansy le dedicó una sonrisa burlona.

—En fiin, ya me aburrí de este nada-interesante-intercambio-cultural. ¿Nos marchamos?

Ginny observó a la pareja tomarse de la mano y el gesto de posesión de Pansy al acercar el cuerpo de la rubia al suyo, tomándola por la cintura.

—Mmm, ¡cuánto me gusta este perfume! Estás preciosa por cierto.

¿Parkinson estaba intentando molestarla o tenía algo con la bruja? Recordó las conversaciones con Daphne donde dejaba entrever que se sentía atraída por las mujeres. "Pero ¿Pansy Parkinson? ¿A quién se le ocurre?" un gesto de asco se formó en su cara sin poder evitarlo. "Y por qué carajos la rubia no la empuja y aparta de su lado? ¿Acaso Parkimbecil no sabe de espacio personal?".

Notar que Daphne le hablaba al oído y provocaba una risa coqueta de Pansy fue la gota que rebalsó el vaso.

—¿No se iban?

—Uff, qué pesada ¿cómo la aguantas? ¿Para irme necesito tu permiso, Weasley? ¿Querés que te pida autorización para respirar también? Creeme, si fuera por mí no habitaríamos el mismo mundo.

—Estúpida serpiente, voy a estampar tu cara de prepotente contra la pared como no desaparezcas ya mismo —se movió en dirección a ella, con la cara más roja de lo normal.

—¡Se nos hace tarde! —interrumpió Daphne, viendo que la situación se le estaba por descontrolar. Una cosa era divertirse de ver a Ginny alterada, otra muy distinta es que su pareja fuera a la cena con la nariz sangrando. Lo último que vio antes de desaparecer, fueron los ojos de la pelirroja: despectivos y furiosos.

------------------------------------------------------------------------------

Ginny dormía plácidamente cuando unos ruidos extraños empezaron a introducirse en su sueño y la llevaron nuevamente a la realidad.

—¡¡¡Shh!!! Vamos a despertarlaa. ¿Podés dejar de chocarte contra todo?

—No es mi culpa que tengas a una salvaje durmiendo en tu casa, querida. Aparte el piso se mueve, ¿cuándo cambiaste por madera flotante? No me habías contado.

"¿Por qué carajos vino con la serpiente a dormir?" estampó sus puños en la cama, enojada por haber sido molestada en sus horas de sueño.

—¿En qué momento tomaste tanto Pansy? Vamos, entrá.

—¿Vas a dormir desnuda como siempre?

—¡¡Shhh!! Estás muy ebria.

—Entonces, querida, te recomiendo insonorizar la habitación.

"¡Noo!" maldijo Ginny para sus adentros. En la casa volvió a reinar el silencio. Incluso llegaba a oírse el mar, como un rumor lejano. Se dio vuelta, dándole la espalda a la habitación de la otra bruja que estaba al lado de la suya. "estúpida y sensual Parkimbécil, puedo odiarla pero definitivamente no puedo ignorar el hecho de que está más buena que comer helado de postre. ¿Qué tendrán las Slytherin que son tan serpientes y tan atractivas?" ya no sabía si su enojo era porque la habían despertado o porque no era ella la que estaba teniendo sexo (en este punto, con cualquiera de las dos).

Dos horas después decidió que nada productivo saldría de dar vueltas en la cama. Se puso su ropa deportiva y salió a descargar toda esa frustración sexual acumulada.

El sol se asomaba por el horizonte, lo que daba una hermosa estampa: el cielo anaranjado, las olas chocando contra la arena dejando el rastro blanco de espuma, algunas gaviotas volando. Le hubiera gustado tener su cámara de fotos, adoraba retratar momentos como este.

Cerró los ojos, permitió que sus sentidos tomaran el control, sintió el aire tibio del amanecer chocar contra su cara, el olor del mar, los sonidos de los pájaros mezclados con el rumor del oleaje.

Empezó a estirar su cuerpo, despertando cada músculo dormido. Luego, se largó con un trote lento que fue intensificando a medida que se acostumbraba al ritmo.

Cuando volvió a la casa ya era bien entrada la mañana. Estaba completamente transpirada, algunos mechones de pelo se habían escapado de su cola alta y se le pegaban a la piel. Iba sólo con la calza a medio muslo y un corpiño deportivo, la camiseta se la había sacado por el calor.

Llegó a la terraza que daba al living para entrar por allí y le dedicó una última mirada al mar mientras aprovechaba a hidratarse. Sentía tanto calor que dejó que cayera un chorro de agua fría encima de su cabeza y bajara por su cuerpo, refrescándola. Levantó la mirada al sentirse observada y se chocó con unos ojos azules penetrantes.

Daphne estaba sentada en el sillón con pose de Reina, con una bata transparente que revelaba su ropa interior de encaje, negra. "Ay Morgana, dame fuerzas", pensó, sintiendo el calor focalizado en su zona íntma. Su clítoris dolió para recordarle que existía.

La rubia le recorría el cuerpo perlado de sudor y gotas de agua con una mirada hambrienta. La sentía bajando por sus labios, su cuello, sus pezones duros por la excitación, sus abdominales y sus piernas ejercitadas.

—Buen día Señorita Weasley. ¿Cómo estuvo su ejercicio hoy?

Con una sonrisa tensa entró en la estancia.

—Por los sonidos de anoche diría que no fui la única que se ejercitó.

Se frenó frente a la rubia, con los brazos en jarra, dejando que apreciara de cerca todo lo que se había perdido.

—¿No te dije de insonorizar la habitación, querida? —se metió Pansy en la charla, acercándose al sillón y dejándose caer con elegancia.

Llevaba una bata muy similar a la de su amiga que traslucía un cuerpo impresionante y que a pesar del enojo, Ginny no pudo evitar notar "la fiesta que me haría yo con estas dos". Hizo una mueca de fastidio.

—¿No pensás volver a tu nido, serpiente? Pero ¡qué tonta! ¿pensar? seguro esa palabra no está en tu vocabulario. Te enseñaré sólo porque soy una Gryffindor con gran corazón: pensar es una actividad de crear y relacionar ideas entre sí, algo muy común que hacemos brujas y muggles, no importa la pureza de sangre visto tu ejemplo.

"Parece que juntarme con Mione me pegó esto de dar sermones etimológicos ja!"

—Que te den, Weasley. ¡Ah, claro! Ese es justamente tu problema, que ayer no te dio nadie. Qué pena que tu socia no tenga nada de modales, querida, esperaba más de vos.

—¡Ja! Yo sí que esperaba más de ella. En serio, sólo a una Slytherin se le ocurre acostarse con otra Slytherin. Y encima no cualquiera, ¡PARKINSON!

—Lo decís con tanta emoción que parece que te hubiera gustado ocupar su lugar —Pansy estudiaba sus uñas con gesto de aburrimiento.

—¿Qué les parece si dejan de pelear como si tuvieran quince años?

—Yo no fui, fue ella —dijeron al mismo tiempo, provocando la ceja alzada de la rubia.

—Estábamos por hacer un brunch ¿Lo tomás con nosotras, Ginny?.

"NO, claro que no voy a comer con ustedes como la tercera en discordia. Ahhhhggg ¡¿por qué me mirás así?!"

—Tengo que bañarme primero —señaló su cuerpo transpirado, notando al instante la mirada no de una Serpiente, sino de las dos. Eso le subió el ánimo y borró al completo su enojo. Sus prioridades estaban muy claras.

"Qué buena repasada me pegaron, por favoor. Quizás no sea tan loca la idea de un trío con ellas ¿no? ¡Vos podés Ginny! Ginny, Ginnyy, Ginnyy" se alentó internamente como si fuera un partido de quidditch y se le escapó una sonrisa que sorprendió a las otras.

"¿Qué le pasa a esta loca? Primero me quiere follar, después me quiere atacar, me vuelve a querer follar y ahora se ríe sola? Aunque para ser justas, yo también la follaría, ¿dónde tenía escondido ese cuerpo?" Pansy la observaba con el ceño fruncido; sólo un poco porque tampoco quería que le quedara marcado un surco horrible en su cara.

Por su parte, la rubia estaba gozando: "Qué surrealista toda esta situación. Ni en mis mejores planes podría tener a dos bombas sexuales semidesnudas y dispuestas a follarme. Yo sí que soy increíble. Daphne Greengass, te superas día a día a tí misma".

—Te esperamos, nosotras también deberíamos cambiarnos de hecho —se abrió la bata, juguetona, haciéndose la distraída y queriendo mostrar que estaba en ropa interior, dato que ya todas conocían porque la bata era transparente, pero nadie se quejó.

"¿Compartimos ducha?"

—¿Compartimos ducha? — "¡¿LO DIJE O LO PENSÉ?!"

A Pansy casi se le cae la revista que sostenía entre sus manos por la impresión "¡¿nos acaba de proponer hacer un trío!? Sí que tienen valor les Gryffindor, sólo eso le concederé".

—¿Nos estás proponiendo hacer un trío? —Daphne estaba sorprendida y atraída en partes iguales por la valentía de Ginny. "¿Y qué hago si dice que sí?".

"Tierra trágame. ¿Qué hago ahora? GENIAL GINEVRA, GENIAL. ¿Cómo salimos de esta?"

—¿Si?

—¿Nos lo estás preguntando o lo estás afirmando, Señorita Weasley?

La pelirroja intercaló la mirada entre ambas, había cambiado su expresión y ahora se parecía a una Leona acechando sus presas. Estaba intentando adivinar qué posibilidades reales tenía, no se iba a arriesgar para que las serpientes le dijeran que no y machacaran su orgullo.

—Bueno...Nosotras tres podría llegar a ser divertido —se encogió de hombros, para restarle importancia a lo que estaba diciendo.

"La de peleas que nos podríamos haber ahorrado en el colegio de haber propuesto los trios antes". A Pansy definitivamente la revista ya no le interesaba.

—Me gustan las personas valientes y decididas —habló Daphne, levantándose del sillón y caminando a paso lento hacia la Leona que intentaba con todas sus fuerzas mantener sus ojos en los azules y no perderse en la piel descubierta por la bata.

"Si esta jugada me sale bien soy la puta ama, LA PUTA AMA. Morgana, estoy tan mojada."

"Uff, qué buen culo que tiene Daph, por favor" Pansy la observaba desde la espalda "si la besa yo me sumo, no me voy a quedar acá mirando".

—Señorita Weasley...

"Ay rubia, estás jugando con fuego. Me decís así de nuevo y me arrodillo a chuparte y te juro que no pienso parar hasta que grites mi apellido de esa forma tan endiabladamente sexy. ¿De dónde carajo salen estas ganas de que me domines y dominarte a la vez?"

Llegó delante suyo, era apenas más alta y le gustaba la sensación de mirarla desde arriba "marcando quién manda" pensó Daphne.

—Señorita Weasley su propuesta es extremadamente interesante, le repito que me encantan las personalidades valientes y me alegra comprobar que usted es una, sin embargo y con mucha pena —deslizó la punta de sus dedos por el torso con pecas, sintiendo la piel suave y la musculatura tensa por debajo. "Mojada y hundida"—, debo rechazar su propuesta. No por falta de ganas, debo admitir en consecuencia con su valentía, pero la próxima semana es su prueba y como mánager me parece que toda su líbido debería estar puesta en entrenar y ganar. Quizás podamos retomar esta charla una vez que esté dentro del equipo —arañó la piel del bajo vientre, sintiendo su clítoris arder.

—¿Qué? ¿En serio, Daph? —"esta chica es de no creer, ¡obvio que ella rechazaría un trío por un negocio!" Pansy se planteaba seriamente la salud mental de su amiga.

—Ni siquiera entiendo cómo podés estar pensando en eso ahora, realmente —apuntó "al menos la serpiente también quiere, bueno, quedó claro que todas queremos, SOY LA PUTA AMA IGUAL, GINNYY GINNYY GINNY!"

—Alguien tiene que pensarlo, ya habrá tiempo de festejar —le guiñó un ojo y caminó a las escaleras, necesitaba poner distancia ya entre ella y esos cuerpos—Por cierto, ¿sabés qué me atrae más que la valentía y la decisión? Las ganadoras, Señorita Weasley, no me defraudes.

"Ahhhhgg! me quema, me quema, me quema" la pelirroja apretaba las piernas para calmar su clítoris.

—Nos vemos en un rato, Parkinson.

—Duchate con agua fría, Leona. Y más te vale que entres a ese maldito equipo.

Subieron juntas las escaleras y chocaron sus puños. Después se miraron horrorizadas por lo que acababan de hacer y aún más por lo que casi sucede entre ellas. Se alejaron rápido sin mirar atrás. 

Continue Reading

You'll Also Like

29.4K 2.7K 17
"Hola soy pus la creadora no xD cosas que tengo que comentar no soy experta en esto, no actualizó rápido etc" "Datos de la historia:" el ship princip...
297K 40.5K 44
*Fueron los libros los que me hacían sentir que quizá no estaba completamente sola, y tú me enseñaste que el amor solo es una debilidad.* Isis descub...
585K 29.7K 33
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
1.1M 86.4K 76
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...