BLACK
Treyvon McFarland.
O como me gusta llamarlo con cariño:
—Circus —le digo al enfrentarlo con una sonrisa. Le echo un vistazo a los chicos que le siguen, —y sus payasos.
Treyvon me devuelve la sonrisa, su mejilla izquierda tiene un tatuaje de una llave antigua con líneas que bajan por su mandíbula y se unen a su cuello completamente cubierto de tinta (calaveras y ramas entrelazadas en una enredadera) su cabello en trenzas pegadas a su cabeza. Treyvon tiene varias cicatrices en la frente, oreja y nariz.
—Escuché que habías vuelto, Black. —Él me ojea de pies a cabeza. —No me lo creí, los cobardes no suelen volver.
—¿Un cobarde te llama Circus delante de todos?
—La dejaré pasar porque acabas de llegar, —él escupe a un lado y se acerca a mí. —Pero no vuelvas a irrespetarme.
Aprieto la mandíbula.
—¿O qué?
Treyvon sonríe y ladea la cabeza como el maldito loco que es.
—Creo que tu líder no te ha actualizado. —Sus ojos van a mi lado y yo sigo su mirada para encontrarme con la expresión vacía y fría de Red. —Cuida tus palabras, esto ya no es un juego de niños.
—¡Qué bien! Has decidido madurar. —Le devuelvo la sonrisa.
—Black. —La voz de Red me sorprende porque su tono es claro: Basta.
Levanto la barbilla y doy un paso atrás.
—¿Qué quieres? —Red le pregunta directamente. Treyvon se encoge de hombros.
—Solo pasábamos a saludar.
Eso me hace bufar.
—Ya lo has hecho, ¿algo más? —Es la simple repuesta de Red, y yo arrugo mis cejas. El Red de hace un año no era tan calmado, tan frío.
Treyvon chasquea la lengua y se gira hacia Red hasta que quedan cara a cara.
—Si vuelvo a ver a uno de tus chicos en mi zona, —Treyvon dice y se pasa la lengua por el labio superior, —te lo enviaré de regreso en pedacitos.
Red no se inmuta y una esquina de sus labios se levanta ligeramente en una sonrisa torcida.
—Si crees que puedes venir a amenazarme en mi territorio, estás muy equivocado. —Red suspira y pone la mano sobre el hombro de Treyvon. —Get the fuck out of my face.
Sal de mi jodida vista.
Red le da una palmada en el hombro y se da la vuelta. Treyvon hace una mueca de desprecio e intenta ir por él. Gray y yo nos atravesamos en su camino.
—Buenas noches. —Le digo con un falso tono de amabilidad.
Treyvon parece considerar sus opciones hasta que suspira como si no valiera la pena y se da la vuelta. Su grupo de payasos nos regalan sus miradas llenas de odio y yo les lanzo un beso con la mano.
—Adiós, bellezas.
Varios me sacan el dedo y yo me dispongo a seguir a Red.
—¿Qué fue eso? —Le pregunto al alcanzarlo.
—¿Qué?
—No sé, muy calmado frente a Treyvon, especialmente, después de lo que pasó, pensé—
—Black. —Él se para y le hace un gesto a los chicos para que se adelanten y nos dejen solos. Ellos obedecen y Red se gira para enfrentarme. —Debí decírtelo antes, pero Treyvon ha estado implicado en varios asesinatos.
—¿Asesinato?
Las cosas sí que han empeorado en mi ausencia. Red asiente.
—No lo provoques de manera innecesaria.
—¿Le tienes miedo?
—No, pero eso no quiere decir que seré lo suficientemente idiota para molestarlo sin motivo.
—¿Me estás diciendo idiota?
Red se pasa la lengua por los dientes frontales.
—Solo un idiota preguntaría lo que está claro entre líneas.
Arrugo las cejas.
—¿Pasa algo, bro?
Su expresión se suaviza, y él se pasa la mano por la cara.
—No, todo bien.
Él se gira para seguir, pero yo agarro su antebrazo.
—Red.
Él se libera.
—Todo bien.
No digo nada y lo sigo de regreso. Sin embargo, algo pasa y tarde o temprano sabré lo que es.
#
BLUE
Después de salir de los arbustos, nos reencontramos con los demás en la mitad del estadio de futbol, ya no hay rastro de las mini tiendas, de las luces o de la música en vivo. Ahora solo es pasto verde y una lámpara amarillenta en el lado de las tribunas la que acompaña este lugar. No queda rastro del montón de personas que estaban aquí hace menos de una hora. Es una noche muy clara, la luna nueva brillando en el cielo despejado.
Amber y Violet bajan dos bolsos que fueron a buscar al auto de Amber y sacan unas mantas inmensas que tienden sobre el pasto para que nos sentemos. Los demás chicos ya se han ido a casa. Solo quedamos nosotros: Black, Red, Gray, Amber, Violet y yo. Gray arrastra dos neveras portátiles hasta dejarlas a un lado, abre una y saca varias latas de cerveza Budlight. Él le lanza una a Black quien la atrapa en el aire y procede a pasarnos una a cada uno. Yo me tenso un poco. Amber no le recibe nada, ella se inclina, saca una Smirnoff y la destapa para tomarse un largo trago. Red se le queda viendo y sonríe.
—¿Qué? —ella le pregunta a la defensiva.
Red sacude la cabeza.
—Nada.
Black se une a la conversación.
—La princesa no puede beber cerveza barata con nosotros los mortales.
—No empieces, Black.
Pero eso parece motivar más al moreno de sonrisa encantadora, él se sienta y descansa su codo sobre su rodilla levantada.
—¿Quién la ve tan delicada e inhala botellas de tequilas como si fueran aire? —Acusa Black.
Amber voltea los ojos.
—¿Podrían superarlo?
Violet se ríe.
—Es difícil hacer eso, Amber. Terminaste tomando shots del abdomen de Red.
Me tenso un poco, aunque estoy acostumbrada a las bromas sobre Red y Amber. Con Black aquí el ambiente parece ser más cómodo y familiar entre ellos. Amber se sienta a mi lado para explicar:
—Solo cambié el orden de las cosas, ¿por qué siempre tiene que ser la chica la que sirva los tragos sobre su cuerpo? Red tiene un abdomen perfecto para eso.
Pues, no veo fallas en su lógica.
—Gracias. —Red le dice y se le queda viendo.
Black bufa.
—No empiecen con su tensión sexual, por favor, —Black sacude el dedo índice en el aire. —No, no, no, es mi primera noche de tragos desde que regresé, no quiero quedar embarazado tan pronto.
Black se da un largo trago y mi tensión crece. Juego con la cerveza en mis manos sin probar un sorbo. Y me atrevo a preguntar:
—¿Quién va a manejar?
Todos comparten una mirada porque todos tienen una cerveza en sus manos.
—Son solo un par de cervezas. —Amber me dice en un tono relajado.
—Si voy a beber, no pienso manejar mi moto. —Les dejo claro. —Y ustedes también deberían tener un plan.
—Ah, no seas aguafiestas, Blue. —Gray sacude la cabeza.
—Tiene razón, —Red me apoya y pone la cerveza a un lado, —Yo manejo. Black y Blue pueden poner sus motos en el cajón de mi camioneta. Todos pueden irse conmigo.
Lo miro porque solo él sabe lo que eso significa para mí y la importancia de que haya un plan así. Le doy una sonrisa agradecida y él asiente. Por la fracción de un segundo, siento esa conexión especial y profunda que tenemos él y yo, el hecho de que ya podamos entendernos sin palabras es una de las cosas que más me gusta y me hace querer más con él. Sin embargo, me recuerdo que Red solo está siendo un buen amigo como siempre, nada más.
Gray se tira en el medio de nosotros y aterriza sobre su espalda, observando el cielo.
—Ah, joder, que noche tan bonita.
—¿Ya te emborrachaste? —Violet lo patea ligeramente.
—¿Se acuerdan de la vez que Gray incendió el cabello de Violet? —Black se ríe abiertamente y me le quedo viendo como una tonta, su sonrisa es contagiosa, sus ojos oscuros se iluminan con alegría cuando se ríe.
—No es gracioso. —Gray gruñe. —Me asusté.
—¿Tú te asustaste? —Violet le reclama. —¡Me quemaste el cabello!
—No fue a propósito.
Todos siguen en un va y viene de discusión graciosa y yo solo los observo. Vuelvo a sentirme como una extraña, como la que no pertenece. Es obvio que ellos crecieron juntos, sus recuerdos van tan atrás que llegan a la escuela primaria. Tomo un sorbo de cerveza y siento ojos sobre mí, levanto la mirada para encontrarme con la mirada de Red. Él habla de pronto:
—Blue, —me llama, —¿qué te ha parecido el evento?
Todas las miradas caen sobre mí y es como si recordaran que sigo aquí. No me incomoda, hay algo liberador en no apegarte a los demás porque nada te da miedo, nada te intimida. Cuando no te importa lo que los demás piensen, un momento como este no es nada.
—Bien, —asiento. —Muy organizado.
Y no siempre fui así. La inestabilidad de mis circunstancias, los cambios constantes me moldearon de esta forma. Las chicas me sonríen por el cumplido. Gray mueve sus brazos a sus costados como si hiciera un muñeco de nieve.
—La misteriosa Blue. —Él dice. —Tengo mis teorías sobre Blue, ¿quieren escucharlas?
Amber hace una mueca.
—Nope, tus teorías apestan.
—Oye, en primer año de preparatoria, acerté lo del profe de química y su laboratorio clandestino de metanfetamina. —Gray defiende.
Violet suspira.
—Su casa explotó e incendió media cuadra, no era difícil deducirlo.
Mientras ellos discuten, mi mirada encuentra la de Black y él toma un sorbo de su cerveza sin dejar de mirarme, el brillo pícaro en sus ojos es claro. Eso me hace sonreír un poco porque recuerdo lo que pasó en las tribunas a un lado de nosotros, sus besos y la sensación de sus dedos en mi intimidad. Mis mejillas se calientan ante el recuerdo, y no de vergüenza, sino de ganas de volver a sentirlo, de saber si sus palabras fueron ciertas.
Si puedo hacerte explotar así con mis dedos, imagina lo que puedo hacer con mi lengua, o con mi...
El calor baja de mis mejillas al resto de mi cuerpo cuando imagino sentir su piel desnuda contra la mía, sus manos por cada parte de mí, su lengua...
—¿De acuerdo, Blue?
Alguien dice y me toma unos segundos volver a la realidad para encontrarlos a todos mirándome, esperando una respuesta a una pregunta que jamás escuché.
—¿Si?
Violet suspira.
—Estás en las nubes, que si quieres jugar 'Yo nunca he...'
Oh.
Mala idea.
Muy mala idea.
Todas las veces que he jugado 'Yo nunca he...' en mi vida han terminado en dramas y malos ratos.
—Paso.
—¿Por qué? —esta vez es la voz de Red la que me pregunta, y alzo la cara para verlo. Su rostro inexpresivo no denota nada.
—No me gusta mucho.
—No te tomé por cobarde. —Red afirma y yo tenso mi mandíbula. —¿Tienes algo que ocultar?
Eso saca a relucir mi lado defensivo.
—¿Y qué sí lo tengo? No es asunto tuyo.
Red sonríe con malicia.
—Cobarde.
Él sabe que esa palabra me arde, sobretodo porque más temprano ya me ha llamado así cuando pasó lo de la llamada.
—Juguemos. —Me encojo de hombros.
—¿Segura? —Violet me pregunta y yo asiento. Amber me observa por unos segundos antes de hablar:
—Ok, ya saben alguien dirá una frase, por ejemplo: Yo nunca he comido helado. Y los que sí lo hayan hecho, beben. ¿Quién quiere comenzar?
—¡Yo! —Grita Gray, aún acostado sobre el pasto, —Yo nunca me he tatuado. —Gray les saca el dedo a Black y a Red.
Black y Red están sentados al otro lado de Gray, a mí lado está Amber y a su lado Violet.
—Eres un idiota, —Red dice bebiendo de una botella de agua. —Tú también tienes tatuajes.
Gray deja de sonreír.
—Mierda.
Black y Gray también beben y cuando yo bebo, todos se me quedan viendo.
—¿Dónde? —pregunta Black con una sonrisa llena de picardía.
—Es un secreto.
Red bufa y Amber me mira con curiosidad.
—Debe ser un lugar bastante oculto, ¿no? —ella choca su brazo con el mío de manera juguetona.
En realidad, sí, está a un lado de la parte baja de mi abdomen, ni cuando me pongo pantalones a la cadera es visible.
—¿Quién sigue? —termino con la conversación.
—Tú. —me dice Violet.
Suspiro porque no tengo ni idea de que decir, mi mente queda en blanco.
—Ehm... yo nunca he... bebido en medio de un estadio de futbol de noche.
Todos gruñen y beben. Es el turno de Amber y sus labios se curvan en una sonrisa burlona mientras mira a Red.
—A mi nunca me ha roto el corazón alguno de los que está en este circulo.
Ah, no. Espero que no empiecen a ponerse directos.
Red se tensa y bebe. Mi estomago se hunde un poco porque es tan obvio que él todavía la quiere. También noto que Violet bebe y Black la ojea por unos segundos, su rostro se contrae un poco como si recordara algo triste. Espera... entonces, es cierto, Black y Violet si tuvieron algo, a menos que sea Gray, pero no lo creo. Nadie dice nada así que solo se siente la incomodidad hasta que Violet se aclara la garganta.
—Mi turno, —ella empieza. —Yo nunca he besado a alguno de los que está en este círculo.
Mierda.
No, espera, no debo entrar en pánico porque todos van a beber. Amber, Violet, Red y Black se echan un trago y yo dudo, pero suspiro y bebo.
Silencio.
Gray levanta las cejas y yo les doy una sonrisa de boca cerrada.
—Mi turno. —La expresión de Red se endurece mientras dice: —Yo nunca he besado a alguno de los que está en este circulo esta noche.
Le doy una mirada fría. Sé lo que está haciendo.
Todos están atentos y Black y yo nos miramos como si ambos estuviéramos esperando que el otro tomará la decisión de revelarlo o no. Red levanta la barbilla y me mira, retándome.
¿Así quieres las cosas, Red?
Suspiro y me echo un trago. Black sonríe y hace lo mismo.
—¿Qué? —Gray se siente de golpe, —¿Es en serio? Eso fue rápido, Black.
Black no dice nada y puedo sentir la mirada de Amber y Violet sobre mí, espero que no empiecen a odiarme por esto, que sean más maduras que eso y bueno, si se enojan no es que me importe mucho, no somos amigas. El único que me importa es Red porque él sí es mi amigo, y él fue el que preguntó.
Black sacude sus hombros como si los ejercitara para su turno.
—Quiero que Amber beba, —Black molesta. —Yo nunca he tenido un amo o he sido la sumisa de alguien.
Dejo de respirar.
—Uffff, nos pusimos intensos. —Gray bufa.
Giro la cabeza para observar a la rubia a mi lado. Amber entrecierra sus ojos y le saca el dedo a Black y con la otra mano bebe sin ninguna vergüenza. Y eso me confirma algo que he sospechado, a veces cuando lo pensaba creía que era mi imaginación, pero esa era la energía que Red siempre ha emanado desde que lo conocí: El aura de un amo.
¿Es por eso que me siento tan atraída hacia él? La parte sumisa de mi sexualidad se muere por averiguar lo más oscuro de Red. Bajo la mirada a mi cerveza y dudo por unos segundos hasta que me armo de valor y bebo.
Silencio de nuevo.
Y lo recuerdo a él, a mi exnovio, aquel que fue mi amo en la cama muchas veces. No extiendo ese ámbito de mí a otras áreas de mi vida, nuestra relación era completamente normal, pero una vez que entrabamos en la habitación, él tomaba el control absoluto y demonios, como me gustaba. Ceder el control en ese espacio me daba libertad y placer como ninguna otra cosa.
—Inesperado. —comenta Gray.
Al primero que veo es a Black, su sonrisa se desvanece y luego Red, su expresión no dice nada. Las chicas parecen sorprendidas, pero Amber me tiende la mano.
—Vaya, vaya, —me dice, —esa no me la esperaba.
Sacudo su mano. Violet hace puchero.
—Ahora me siento excluida.
—Nah, —le dice Black, captando mi atención, —a mi tampoco me va ese rollo, así que estás bien, Violet.
Él se da un trago y por primera vez en la noche, no me mira para nada. Siento un pequeño vacío en el estomago, ¿ha perdido interés ahora que sabe eso? No soy ajena a que ese sea un tema un poco tabú todavía, lo cual me parece ridículo, cada quien folla como le da la gana, de las formas que les de la gana mientras haya consentimiento y comunicación entre ambas partes, ¿cuál es el problema?
—Creo que hemos tenido suficiente con este juego, —Red anuncia, probablemente sintiendo la tensión.
—¿Por qué? —le pregunta Black, con una sonrisa que no he visto antes en sus labios: no es genuina, es como si disimulara molestia.
—Porque es suficiente. —La voz de Red se vuelve más seria.
—¿No quieres incomodar a tus dos sumisas?
Oh shit.
Red lo agarra del cuello de la camisa y lo levanta para arrastrarlo con él. Yo me tensó.
—Mis disculpas, señoritas.
Él se lo lleva y a mitad de camino lo suelta, veo a Black sacudirse la camisa y seguir a Red. Yo me quedo sin entender nada.
—Acostúmbrate. —Amber me comenta, echándose hacia atrás para acostarse sobre el pasto y descansar la cabeza sobre el regazo de Violet. —No he visto una relación de amor-odio más intensa que la de esos dos.
—Black no aprende. —Violet susurra.
—¿Eso es normal?
Gray se ríe un poco.
—¿Crees que si no lo fuera estaríamos aquí tan tranquilos?
Buen punto.
En la distancia veo a Black y a Red hablar en susurros, la pequeña luz amarillenta de las tribunas contrasta contra ellos así que solo puedo ver sus siluetas y maldigo internamente, quisiera poder ver sus expresiones, quisiera saber que es lo Black está pensando de mí ahora. El vacío en mi estomago no ha desaparecido desde el momento que dejó de mirarme, que dejó de sonreírme con picardía.
Mierda.
Pienso al darme cuenta de que aunque Red está a su lado, mis pensamientos solo están enfocados en Black. Por primera vez en meses, Red no es prioridad, sino el moreno de sonrisa hermosa que ya no me mira.
xx
Nota de la autora: ¡Ufff esa última línea me llegó! Pero bueno y entonces, mami Blue, nos tienes a todos revueltos como espaguetis de feria. El Altísimo necesita iluminarla. Yo cuando Amber bebió: FUERTES DECLARACIONES.
¿Cómo están? He estado un poco perdida, nuevo trabajo y aún no le agarro el ritmo a nada xD F por mí siempre. Los he extrañado. Déjenme sus chismes aquí de cada personaje o lo que piensan:
Black
Red
Blue
Amber
Violet
Muakatela,
Ariana G.