HARRY
Lucy se recostó en el colchón, frotó su barbilla en su hombro y luego me miró. Parpadeó rápidamente, creo que usualmente hace eso cuando está nerviosa pero en esta situación está justificado.
Este es un momento único, nunca imaginé que sucedería pero aquí estamos. He soñado con Lucinda un par de veces pero nada se podría comparar a la realidad. Es simplemente exquisito.
Jalé suavemente su cuerpo hacia mí cortando cualquier distancia que podría existir entre nosotros. Mis labios se posaron sobe su piel, besé su estómago subí a sus pechos y luego su cuello. Su piel es suave, cálida y tiene un olor particular y exquisito. Arqueó su espalda y sus manos cogieron mi rostro. Sus ojos estaban más oscuros pero su expresión seguía siendo inocente.
Su boca encontró la mía y me besó tan suave que me volvió completamente loco. Sus ojos se cerraron más fuerte cuando me empujé dentro de ella.
"Oh," pronunció. No lo describiría exactamente de esa manera pero ella debe estar tan sorprendida y sin palabras como lo estoy yo.
Sus dedos se entrelazaron con los míos y le dio apretón a mi mano.
"Relájate," le pedí tranquilamente.
Se sintió perfecto cuando sus paredes entraron en contacto conmigo, me sentí abrumado y fui yo esta vez quién le dio un apretón a su mano.
"Relájate,” repitió mi palabra.
"Dime si te duele."
Sus ojos jamás abandonaron mi rostro mientras empecé a deslizarme más adentro. Rompí su barrera sin ningún problema y su mano apretó más fuerte la mía.
"¿Te duele mucho?"
"Es sólo un poco incómodo."
Apretó su mano enterrando sus uñas en mi piel mientras me deslicé lentamente, adentro y afuera y sus manos seguían apretando la mía. Tomé una respiración profunda, cada vez que me movía era una tortura. Necesitaba moverme más rápido pero sabía que no podía hacerlo.
“No-no te muevas tan lento,” Lucy dijo con sus ojos aún cerrados.
Necesitaba hacer esto bien. Obedecí su orden y empecé a moverme a un ritmo regular y aceptable para su primera vez.
Gruñí ante su estrechez, estaba demasiado apretada, era demasiado contacto, demasiadas sensaciones nublando mi cerebro y se sentía tan bien. Yo sabía que no iba a durar mucho.
Bajé mis labios a su cuello y a sus pechos. Traté de distraerle para que no sintiera tanto dolor.
“¿Lucy?” Murmuré en la oscuridad. Deslicé mi lengua por su delicada y sensible piel.
“Harry, yo-yo estoy bien,” susurró en respuesta.
Luego de unos segundos soltó un gemido tranquilo casi silencioso, fue difícil saber si era de placer o dolor.
Solté un gruñido ronco en su cuello, un calor increíblemente poderoso agitó todo mi cuerpo. Maldije y cerré los ojos. El ritmo en el cual yo la estaba embistiendo era constante y normal pero me estaba muriendo por más. Besé su piel caliente, succioné y ella gimió mi nombre.
“Harry,” ella me llamó y yo elevé la cabeza.
“¿Te duele mucho?”
“No demasiado,” murmuró.
Se mordió el labio inferior mientras me seguía moviendo. Sus muslos se apretaron alrededor mío.
“Harry, esto es…es increíble,” gimió suavemente y yo besé sus labios.
“Las próximas veces serán—Santa mierda, Lucy,” gemí ronco, claro y fuerte. “Las próximas veces serán mejor.”
Ella tragó saliva y sacudió su cabeza en un sí.
De pronto el silencio es un acuerdo mutuo entre los dos. Descansé mi frente sobre la de ella y me concentré en unir nuestros cuerpos y en las sensaciones que se disparaban dentro de mí. Lucinda arqueó su espalda y sus labios rozaron mi oreja. Gimió y yo apreté su mano. Eso fue sexy.
Nos miramos una vez más y luego los dos cerramos los ojos. Seguí deslizándome adentro y afuera constante pero a veces bajaba la velocidad. Con cada movimiento la habitación se hacía más pequeña, mis sentidos se nublaban y la presión dentro de mí estaba a punto de ceder.
Me concentré en sentir su piel bajo la mía, en sus pequeños pero tiernos gemidos y en nuestras respiraciones agitadas. El cuerpo de Lucy se estremeció bajo el mío y segundos después yo alcancé el clímax.
Descansé unos segundos encima de ella tratando de no lastimarla con mi peso. Lucinda pasó un brazo por mi hombro y me apretó en un abrazo.
Me apoyé en mis codos y nuestras miradas se encontraron. Sabíamos lo que habíamos hecho y la atmosfera era distinta.
Deslicé mis dedos por su frente y toqué su labio inferior. Su respiración era agitada y sus mejillas estaban llenas de color. Aparté unos mechones de su rostro y sus ojos me observaron atentamente.
“Aaaw,” ella exclamó.
Su reacción fue tierna. Me reí y ella se unió. Mi cerebro memorizó cada detalle de su rostro mientras se reía. Lucy era adorable en cada sentido de la palabra.
Salí de ella con cuidado. Me quité el condón, le di un nudo y lo tiré bajo la cama.
Jalé el cuerpo de Lucy hacia mí, rodeé su hombro con un brazo y el otro descansó tras mi cabeza. Ella se acurrucó en mi pecho y pasó un brazo por mis caderas. Lucy besó una de las golondrinas y nos quedamos mirando el techo. Ella apretó su agarre alrededor mío y yo descansé mi labios en su frente.
"¿Estás bien?"
"Sip," contestó en tono bajo.
"Esto fue increíble," admití en un susurro.
Ella subió la vista y me miró con sus grandes ojos. "¿En serio?"
"Por supuesto, Lucy."
Le di un corto beso y ella escondió su rostro en mi cuello.
La habitación está a oscuras y el silencio era un momento para pensar sobre todo. Me di cuenta que me sentía muy afortunado, era el bastardo más afortunado del mundo y todo gracias a ella. Estaba más enamorado de ella de lo que creía. Lucy fue valiente, siempre lo ha sido y ahora fue lo suficientemente valiente para entregarse a mí. Me encantó cada segundo y no cambiaría nada.
Yo no lo merecía el momento más íntimo de Lucy pero quiero hacerlo, quiero ser capaz de merecerla. La idea de venir aquí fue mía y no necesité ayuda de Angelina. Hice esto por ella.
“Lucy,” hablé y acaricié su hombro. No se movió ni respondió. “¿Lucy?”
No hubo respuesta y me percato que está durmiendo. Supongo que esto la dejó exhausta. Luego de unos minutos yo también caí dormido.
Tengo pésimos sueños, en cada uno de ellos Lucinda se da cuenta de la mierda que soy y se pierde y yo me quedo solo. Se da cuenta que lo nuestro no es sano. En las pesadillas veo Taylor o Emily o mis amigos a su lado y susurrándole al oído hasta que ve la verdad, ve que ha cometido un error en darme una segunda oportunidad.
Apreté los ojos y traté de abrirlos pero mis párpados se sienten pesados. Lentamente mi cuerpo empieza a recobrar movilidad y comienzo a despertarme. Sé que estoy solo en la cama y eso me desespera pero no puedo moverme debido a que mi cuerpo está saliendo del sueño muy lentamente.
Me tranquilizo cuando escucho a Lucinda entrar a la habitación. La cama se hundió a mi lado. Sentí sus dedos deslizarse por la comisura de mi labio, creo que babeé un poco. Arrugué la nariz y solté un quejido. Jalé de ella por la cintura y está con pijama, que mal, pensé que estaría desnuda.
"Mmm, Lucy," respiré en su cuello.
Bajé la cabeza y la apoyé en su pecho.
"Lucy, no te vayas," murmuré.
“Fui a beber agua y colocarme mi pijama,” murmuró de vuelta.
"¿Por qué estás usando pijama?" Pregunté con una voz ronca.
Giré mi cabeza hacia ella para mirarla. Sus ojos están brillantes y su rostro luce adorable y lleno de vida.
"Quería cambiarme, me siento más cómoda así."
"Oh, qué mal. Tenía esperanzas que estarías desnuda,” respondí ronco y lento.
Repartí besos a través de su esternón y pechos por encima de la tela y luego recosté mi mejilla otra vez.
"¿Cómo dormiste?" Ella preguntó.
"Bien, ¿y tú?"
"Muy bien."
"Estoy feliz que estés aquí conmigo. Muy feliz, Lucy."
Borré mis pesadillas, eso no importaba ahora ya que Lucinda seguía aquí.
"¿En serio?" Inquirió y no sé por qué suena tan sorprendida.
Me apoyé en mis codos y cubrí mi boca para bostezar.
"Claro que sí. Lucinda Fray estar contigo es perfecto, eres maravillosa," sonreí abiertamente.
“Esa es mi sonrisa favorita,” susurró y sus dedos tocaron mis hoyuelos.
Lucinda me tomó de sorpresa cuando agarró mi rostro en sus manos y estampó sus labios en los míos. Sonreí y mis manos encontraron su cintura bajo su camiseta y jalé de ella hacia mí. Profundizamos el beso y yo tiré de ella hasta que quedó encima de mí.
Cerré los ojos cuando nos separamos y ella recostó su mejilla en mi pecho.
"Lo siento, espero que mi aliento mañanero no estuviera tan mal," me disculpé.
"Nop, está bien, no tan mal," ella respondió con una suave sonrisa. "No quiero irme."
“Yo tampoco,” suspiré. “No quiero volver a la maldita escuela.”
"Yo sí pero te quiero más a ti.”
Abrí los ojos al escuchar su declaración. Lucy subió la cabeza para ver mi reacción.
"¡Hey, finalmente dices algo!" Respondí alegre. "Hacer el amor te puso de buen humor.”
"Me dolió pero no estoy tan adolorida, Harry."
"Lo siento, Lucy," metí unos mechones tras su oreja. "Pronto no será así y estoy seguro que te gustará."
"Eso espero. El dolor fue soportable, Cassie me dijo que era un dolor espantoso pero para mí sólo fue incómodo y un poco placentero.”
"Cada chica es diferente. Tú no sangraste casi nada."
"¡Dios mío!" Se sentó a horcajadas encima de mí. Me pregunto cuando Lucinda va a montarme. "¡Las sábanas, Harry!"
"Hay otras en el guardarropa, podemos tirar esto en la basura."
"O lavarlo. Este lugar es de tu padre."
"No importa."
"Vamos a lavarlo," afirmó y volvió a acostarse encima de mí.
La mañana está calmada, la luz no es cegadora pero ilumina toda la habitación.
Acaricié su cabello y apreté su cuerpo en un abrazo. Respiramos juntos y esta anticipación y silencio me está matando.
"No quiero dejar esta cama," le dije y ella asintió.
"Yo tampoco."
Lucinda se movió un poco y su trasero rozó mi miembro.
"¿Qué estás tratando de hacer, Lucy?"
"Estás desnudo," respondió con ojos bien abiertos.
"Pues sí, pensé que sabías eso. Ya me viste, no te avergüences."
"Es raro, sabes. Las únicas veces que vi un pene fue en libros."
Me reí y ella escondió su rostro en mi pecho.
Besé su cabello múltiples veces y acaricié su trasero. Ella levantó la mirada avergonzada, sus ojos grandes concentrados en mí.
"Debes acostumbrarte, estoy seguro que me verás desnudo o mi pene muchas veces y yo te veré a ti," le guiñé un ojo.
"Está bien," me dio un corto asentimiento.
Permanece callada por unos segundos y me pregunto que estará pensando. Iba a preguntarle pero Lucy se inclinó y presionó sus labios sobre los míos.
Sus dedos se metieron en mi cabello y yo acaricié su espalda, subí mis manos pero no había sujetador.
"No estás usando sujetador," susurré contra sus labios.
Mis manos se dirigieron a sus pechos y masajearon suavemente. Lucinda volvió a moverse y rozó mi erección. Esta vez siente diferente para mí, el deseo hormiguea por mi estómago.
"Joder, Lucy," maldije entre besos. Ella se separó y me miró confundida. "¿Quieres hacerlo otra vez? Puedes decir que no, no quiero presionarte."
Di que sí, di que sí.
"Si duele mucho sólo debes decirme," agregué.
"Es-está bien. ¿Tienes un condón?"
"Eso creo."
Estiré mi brazo y cogí mi pantalón. Hurgué en el bolsillo izquierdo y encontré uno.
"¿Estás segura Lucy?" Le pregunté una vez más, una vez que responda no hay vuelta atrás.
Pensó en la respuesta por unos cortos segundos y asintió.
"Sí, estoy segura."
+
Luego de hacer el amor Lucy y yo preparamos el desayuno. Decidimos hacer algo simple y luego regresar a la cama. Ella compró varias frutas así que hacemos una pequeña ensalada para cada uno. Yo preparé café y tostadas. Quería andar desnudo por la casa pero Lucy insistió que usara al menos una prenda. Yo estoy en bóxer y ella en su pijama de Mickey Mouse. Siento la atmósfera liviana, relajada y cargada de química entre nosotros. Hicimos el amor dos veces y fue increíble. No puedo describirlo. Yo tengo una sonrisa en el rostro y Lucy también. Hacer el amor nos ayudó a ambos.
Agarramos todo lo que necesitamos y nos devolvemos a la cama. Cambiamos las sábanas ya que decidimos pasar todo el día en la cama. Nos sentamos y luego situamos los platos sobre el colchón. Encendí la televisión y nos comimos la ensalada de fruta.
“Gracias por esto, es el mejor regalo que me han hecho jamás."
"Me alegro que te gustara. Ayer fue perfecto."
"¿Lo crees?"
"Por supuesto. ¿Qué hay de ti?"
"Fue perfecto," ella suspiró y luego una sonrisa apareció en su rostro.
"Me gusta estar aquí, me gusta esta pequeña burbuja."
"¿La burbuja de Harry y Lucy?" Ella preguntó.
"Sí, nuestra burbuja."
Lucy mordisqueó una frutilla y yo hice lo mismo. Escaneé Lucinda mientras comía, su cabello está atado en una coleta, su rostro limpio y con una sonrisa, sus ojos están brillantes tras sus gafas y por último mis ojos caen en su lindo y pequeño pijama. Me gusta mucho su sencillez.
"El plan es estar en cama todo el día, ¿crees que puedes hacerlo?" Yo cuestioné.
"Por supuesto. Siento que el resto del mundo no existe y que somos los dos. Necesitamos este día para relajarnos."
Lucy bebió de su café y yo hice lo mismo.
"¿Estás adolorida?" Pregunté.
"No, ahora mismo estoy bien. La segunda vez no fue tan dolorosa."
"Ya veo.”
"Sé que soy muuuuuy inexperta pero ¿te gustó? ¿Fue aceptable?"
"Lucy, fue perfecto. No cambiaría lo que sucedió ayer y cómo lo hicimos. Me encanta que seas inexperta, no cambiaría eso tampoco."
Ella sonrió y escondió su rostro tras la taza de café.
"Me alegro que te gustó. Quiero ser buena."
"Yo también quiero ser bueno para ti. Quiero que disfrutes y seas feliz."
"Me gustas cuando eres tierno."
Le entregué una gran sonrisa y luego vemos la televisión. Terminamos nuestro desayuno y vamos a la cocina a dejar los platos y tazas sucias.
"La casa está cálida, ¿no quieres quitarte alguna prenda de tu pijama?" Insinué mientras nos devolvíamos a la habitación.
"Nop, estoy bien. No voy a caer en esa clase de juego,” contestó segura pero con el rostro lleno de vergüenza.
"Sólo quería grabar esa imagen. La privacidad no va a ser la misma una vez que regresemos,” suspiré.
" Hm…encontraremos el momento correcto,” ella se encogió de hombros.
Lucy se recostó sobre su estómago y yo imité su posición.
"Pensándolo mejor, tienes razón. Tu no vives solo y yo estaría muy avergonzada sabiendo que todos los chicos están afuera."
"Te lo dije, pero no es obstáculo para mí. ¿Ahora quieres quitarte tu pijama?"
"Nop," negó con una sonrisa.
"¡Buuuh!”
Ignoró mi respuesta y cogió el control.
"Escojamos una buena película."
Pasamos la tarde viendo películas. Nuestra pequeña burbuja es el paraíso. Estoy tan encantado de tener está oportunidad de compartir con Lucy. Estar a solas con ella es lo que quiero. Es toda mía, sin interrupciones.
Conversamos la tarde entera sobre las películas que hemos visto, dije un par de bromas y ella rió. Me gustan sus manos en mi cabello o mis manos sobre su piel por debajo de su camiseta. Estuvimos abrazados toda la tarde y jamás olvidaré estos dos días. Es como si existiéramos sólo Lucy y yo. Esto era exactamente lo que necesitábamos para reforzar nuestro débil pero luchador amor.
"¿Tienes algún recuerdo feliz con Marcel?"
"Nop."
"¿Tienes algún recuerdo feliz de la escuela?"
"Definitivamente no," puse cara de asco.
"¿Tienes algún recuerdo feliz que envuelva el alcohol, Harry?"
"La mayoría son de mis amigos y las cosas estúpidas que hacen."
"Ya veo. ¿Un recuerdo feliz de Sherlock?"
"Él siempre me hace feliz. Me gusta verlo correr en esa ruedita o cuando bebe agua o se acuesta en su heno."
Ella soltó una leve risita. "Sí, tienes razón. El mejor hámster. ¿Algún recuerdo feliz antes de mí? No estoy diciendo que soy muy transcendental en tu vida pero--"
"Nop, no hay nada que recuerde que me haga realmente feliz. Sólo disfrutaba o pensaba que era feliz. Es un poco difícil darte cuenta que lo que sentías no era completamente verdadero."
"El año nuevo es un recuerdo feliz para mí. Tengo que admitir que fue gracioso cuando lanzaste a Eric a la piscina."
"Él lo merecía, Lucy. Yo también disfruté año nuevo. Eres más libre cuando estás bajo las influencias de las drogas."
"Sí, así era cómo me sentía."
"Estaba en shock pero feliz por la manera en que me besaste esa noche."
"Fue apasionado. Fue como mi primer beso apasionado,” ella confesó y el rubor de sus mejillas apareció como siempre.
"Tengo que agregar que fue la primera vez que te comí," le guiñé un ojo.
“Tienes razón, estaba en las nubes por las drogas así que-que estaba más relajada.”
“Navidad fue bueno también. Tu presente significó mucho para mí, Lucy."
"El tuyo también. Fue perfecto," admitió con un bello brillo de emoción en sus ojos. "¿Cuánto tiempo tenemos?" Ella inquirió. Nos íbamos esta noche.
"Tenemos unas cuatro horas."
Lucinda asintió y luego se sentó en la cama. Me senté y cogí su mano.
"Espero que podamos volver," le dije esperanzado.
"Espero eso también," contestó tímidamente.
Sus ojos vagaron por mi rostro durante una fracción de segundos y luego soltó una pequeña y corta risita.
“¿Qué?” Inquirí curioso. Dudo que alguna vez pueda saber lo que Lucinda está pensando.
Ella se arrastró hacia mí y se sentó en mi regazo. Mi corazón dio un vuelco por su movimiento y envolví su cintura con mis brazos.
“No lo sé, sólo estaba pensando que debería estar avergonzada y en cierta parte lo estoy pero no tengo tanto miedo, ayer no estaba tan asustada. Estaba curiosa de cómo iba a sentirme, fue raro sentir placer y deseo pero se sintió bien,” se encogió de hombros. “Todo este tiempo he mantenido distancia y he tenido miedo pero no era tan justificable, supongo que la gente a mí alrededor siempre me asustó y me dio sus opiniones y me hicieron creer de una cierta manera. La cosa es que…que me sentí cómoda contigo.”
Lucinda sonrió tímidamente luego de su declaración.
“Creo que está bien porque nunca habías tenido un novio antes y yo fui tu primer beso y tener relaciones es un gran paso y completamente diferente así que creo que está bien. Las cosas nuevas siempre son aterradoras en un principio. Siempre.”
“Sí, estaba aterrada al principio, todo contigo era incertidumbre.”
“Lo sé,” besé su frente. “Supongo que también estaba aterrado y por eso te causé tantos problemas al principio.”
“Dudo que estuvieras aterrado, Harry.”
“Sí, en serio.”
Lucinda negó con la cabeza y yo presioné mis labios sobre los de ella. Mi lengua trazó el camino hacia la suya. Mis manos se metieron bajo su pijama, recorriendo su espalda desnuda. Profundizamos el beso y yo la empujé hacia la cama, controlando donde apoyar mi peso. Lucinda jadeó sorprendida y yo trepé encima de ella.
"Aww," ella murmuró en asombro.
"Mi pequeña nerd," dije contra sus labios. Iba a preguntarle si quería hacerlo otra vez pero supongo que no era necesario ya que ella no está reclamando.
"¿Puedo deshacerme de tu camiseta?" Le pregunté y está es mi manera de pedir su permiso.
"Bu-bueno."
Lucy tiró sus lentes al suelo y nos deshacemos de su camiseta. Me deshice de la mía y ella besó mi piel. Gruñí mientras sentía sus labios quemar contra mí. El deseo viaja a través de mí y necesito tocar a Lucy. La empujé otra vez a la cama y ella jadeó una vez más por el movimiento. Luego de deshacernos del resto de nuestras ropas hicimos el amor por tercera vez.
+
LUCY
Dormí durante todo el viaje. Estaba exhausta y mis músculos y otra parte de mí estaban adoloridos. No me desperté hasta que Harry lo hizo cuando regresamos en la ciudad. Agarramos nuestras pertenencias y caminamos de la mano hacia la salida de la estación de buses. En el estacionamiento Louis nos está esperando y tiene un cartel con nuestros nombres. Yo solté una risita y Harry rodó los ojos.
“¡Bienvenidos!” Gritó aunque ya estábamos frente a él. “Miren quién ya no es virgen,” él pellizcó mi mejilla y yo le pegué una bofetada a su mano.
Louis iba a pellizcar mi mejilla otra vez pero Harry agarró su muñeca.
“Hemos estado por dos segundos contigo y ya estás comportándote como un idiota,” dijo molesto. Estaba un poco impresionada por su actitud.
Louis se encogió de hombros. “Supongo que no estuvo tan bien.”
“Fue increíble, nos divertimos muchos,” Harry le respondió y abrió la puerta para mí.
Me metí en el asiento delantero y Louis se quedó en el de atrás. Tomlinson le entregó las llaves a Harry y él encendió el motor. Me abracé a mí misma mientras nos dirigíamos a mi casa. Estaba triste, no quería dejar a Harry pero estaba de vuelta al mundo real.
Me quedé mirándolo mientras él estaba concentrado en conducir. Mis ojos cayeron en sus manos y me ruboricé. Las mismas manos que estuvieron tocándome hace horas atrás. Recordé nuestros momentos los últimos días y mi corazón dio un vuelco y me ruboricé aún más. Estuvo increíble, cada segundo, cada minuto. Sonreí y le di un rápido vistazo. Dios, Harry era tan hermoso, todo de él, cada simple detalle y él era…mío. Él me quiere a mí y horas atrás él estaba gimiendo y soltando gruñidos con mi nombre. Un color intenso creció en mis mejillas, apoyé las palmas de mis manos sobre mis mejillas y están calientes.
El viaje a mi casa fue corto y mi mente volvió a la realidad. Suspiré frustrada y apenada. Harry estacionó en la esquina de mi calle.
“Te veré mañana, ¿sí?” Harry me dijo con una suave sonrisa.
Styles me dio un rápido beso y yo me bajé del coche. Agité una mano en despedida a Louis y él sonrió y se despidió de la misma manera. El auto de Harry se movió hacia adelante y desapareció al final de la calle.
Caminé hacia mi casa con una gran sonrisa. Nunca me había sentido así supongo que hacer el amor reafirma uniones y te hace sentir mejor contigo misma. Tarareé una canción mientras caminaba pero me detuve cuando percibí movimiento por el rabillo de mi ojo.
Me di la vuelta bruscamente y pude reconocer esos ojos oscuros de inmediato. El pánico se disparó por mi cuerpo, iba a gritar pero él cubrió mi boca.
“¿Te divertiste?” Taylor preguntó con una sonrisa.
EVELYN: NO ME MATEN.