Capitulo 88

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[Lucy]

No estaba enferma pero sentía que lo estaba. Mi garganta aún dolía, mi voz no era la de siempre y dolía tragar las comidas. Usaba la bufanda todo el tiempo y odiaba las marcas de sus dedos sobre mi piel. Era difícil dormir también, en mis pesadillas él me estrangulada y yo veía claramente como mi cuerpo caía y cómo la vida se escapaba de mis dedos. Es una persona muy enferma y me aterra pensar que hay más personas como Taylor allá afuera.

Le dije a Madison que él no devolvería lo que robó y no le conté sobre las marcas de mi cuello. Ella lloró y agradeció mi gesto. Estaba un poco devastada, al otro día no había ninguna expresión en su rostro.

Ahora que puedo sentar y pensar lo que hice fue estúpido, me arriesgué en ir y hablar con un completo desconocido. Aunque tengo que admitir que no pensé que terminaría conmigo siendo estrangulada. La gente normal no hace eso, pero tengo que repetirme a mí misma que ese chico es peligroso como Eric y Harry dijeron. Sólo desearía haberlo golpeado, al menos una vez.

No he podido ir a clases de boxeo pero sólo quiero regresar. Necesito golpear algo, mi cuerpo me lo pide. Necesito tirar todo lo que está depositado en mi piel y en mi mente.  Lentamente me percaté de que he creado una lista de enemigos, no es muy larga pero es obvio a quien involucra: Bob y los hombres que trabajan para él y por supuesto Taylor. En mi mente los destrozo, en mi torturada, asustada pero valiente mente yo los golpeo y no tengo piedad.

Me asusta tener estos pensamientos porque no quiero ser una persona llena de odio pero creo que es inevitable.

Peino mi cabello con mis dedos y lo sitúo por en frente a mis hombros para que junto a la bufanda logre esconder cualquier marca que pueda delatarme.

Cepillé mis dientes y limpié mis lentes. Hice mi camino de vuelta a mi habitación y me puse mi cardigan y agarré mi mochila.

Fui a la cocina y Mike estaba tomando una taza de café.

“Buenos días,” dije y busqué en el refrigerador un yogurt.

“Buenos días, Lucy. En la tarde con tu madre estaremos libres y me preguntaba si te gustaría ir a comer con nosotros.”

Hemos hablado un poco más luego de lo que sucedió con Madison. Fue difícil pero Mike me pidió disculpas por lo que vi y dijo que Madison lo merecía luego de todo lo que dijo ya que no correspondía. Decidí aceptar porque no quería conflictos en la casa aunque creo que Madison ya está grande para que él tenga que darle una bofetada.

“¿Los tres?”

“Creo que Madison también irá,” él habló pero no sonrió al saber de la presencia de su hija.

“Está bien,” agarré una manzana y la lancé a mi bolso.

Tenía un mensaje de Adam en mi teléfono, él estaba afuera.

“Debo irme, nos vemos en la tarde,” besé la mejilla de Mike y luego salí rápidamente de la casa.

El auto de Josh estaba esperando por mí. Saludé al chico tatuado y me metí en el asiento trasero junto a Adam.

“Hola y gracias,” fue lo primero que dije.

“Mamá horneó unas galletas y también tenemos rosquillas,” Adam levantó una bolsa de papel en su mano y yo sonreí. “¿Qué quieres?”

“Una rosquilla.”

Agarré la redonda rosquilla y la pellizqué con dos dedos. Era más fácil de comer porque era suave así que no me dolería tanto al tragar. Mastiqué un trozo demasiado pequeño y cerré los ojos al tragar. Siento como la rosquilla se desliza y raspa las paredes de mi garganta, duele bastante. Detesto a Taylor.

Opposite worlds  »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora