HENNA©

By Sarah_Mey

973K 98.2K 14.9K

COMPLETA #1 en ciencia ficción #1 en alfa #1 en young #1 en acción #1 en licantropos #1 en peligro #3 en... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14.1
Capítulo 14.2
Capítulo 15
Capítulo 16 / NARRA K
Capítulo 17.1
Capítulo 17.2
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20.1
Capítulo 20.2
Capítulo 20.3
Capítulo 21.1
Capítulo 21.2
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27.1
Capítulo 27.2
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 33.1
Capítulo 33.2
Capítulo 34.1
Capítulo 34.2
Capítulo 35/Narra K
Capítulo 36.1
Capítulo 36.2
Capítulo 37.1
Capítulo 37.2
Capítulo 38/NARRA K <3
Capítulo 39.1
Capítulo 39.2
Capítulo 40.1
Capítulo 40.2
Capítulo 41.1
Capítulo 41.2
Capítulo 42.1
Capítulo 42.2
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo Final
NOTA DE AUTORA
Nota de autora 2

Capítulo 32

13.1K 1.4K 277
By Sarah_Mey


HOMBRES LOBO.

Doy un paso hacia atrás y Kievan parece dudar. Su mirada sigue puesta en mí y soy totalmente consciente de que tengo tanto los ojos como la boca abiertos como platos. Puedo ver la curiosidad y la preocupación en él a partes iguales. ¿Cómo diablos no me había dado cuenta? ¡Por eso era una bestia lo que vi en el sueño! ¡Era lógico! ¡De ahí que se escuchen tantísimos aullidos! Pero, entre todas las criaturas extrañas que cuentan las leyendas, ¿cómo iba a saber que se trataba de hombres lobos? También podrían haber sido chupacabras. O vampiros. O no sé, brujos o hechiceros como pensé con anterioridad. Me habría parecido igual de lógico. ¡Por favor, si hasta hace unos días ni tan siquiera sabía que existían los seres sobrenaturales!

—Ahora sí que hay que matarla —comenta Lya, haciéndome desviar la vista de la penetrante mirada de Kievan.

Este último aún me mira a mi. Soy presa de toda su atención. ¿Qué digo? Soy su presa, presa. Mirándome detenidamente, le habla a Lya con tal seriedad que incluso yo percibo el peligro en su voz.

—No te atrevas ni tan siquiera a mirarla.

Lya parece rabiar al escucharlo. Por mi parte, yo me siento victoriosa por dentro al ver la cara que se le queda a la morena. El viento aúlla con fuerza y las ramas de los árboles se mueven. De pronto tengo muchísimo frío y estoy temblando. El sudor parece habérseme congelado y siento un escalofrío. Y miedo. También tengo muchísimo miedo. Ante todo porque me doy cuenta de que están hablando entre ellos. Todos se miran y sé que están manteniendo una conversación mentalmente. No tengo ni idea de qué quieren hacerme, pero todo se aminora cuando Kievan se acerca a mi y luego me da la espalda, poniéndose a él mismo como escudo si alguien quisiese hacerme daño.

Vuelvo a quedarme anonadada ante el despegue de sentimientos que este hombre es capaz de producirme, pero mi mente divaga a la velocidad de la luz en otras cosas. Hombres lobo. Manada. Monstruos. Intercambio. Harald. Mi huida no ha salido bien. Estoy en peligro.

Miro la espalda ancha de Kievan y doy un paso hacia él. Estoy segura de que lo ha notado y que se ha puesto tenso. Le ha puesto más alerta el paso que yo he dado que la mirada que le están dirigiendo los suyos. No puedo tener miedo con este hombre defendiéndome. No con él. Por primera vez todo me encaja. Mi hermano Kaspar tenía muchos secretos, y había veces que salía y me decía bromeando que iba a ver a los monstruos. Yo creía que se refería a los campesinos o a los recaudadores de impuestos. Kaspar siempre ha tenido un humor negro muy profundo. Los monstruos. Casi soy capaz de escuchar su voz en mi mente. ¡Mi querido hermano! Que ciega estaba. ¡Cuánto me protegías al no contarme nada de esto! ¡Al ocultarme de ellos!

Los monstruos son reales. Ahora sé que sí que lo son. Y lo peor de todo, es que uno de ellos no me da miedo. Me produce mucho más otro sentimiento totalmente diferente. El corazón va a salírseme del pecho, y sé que ellos se dan cuenta. Kievan se vuelve hacia mi y me coge el brazo.

—Tranquila —me pide cruzando una mirada rápida conmigo.

Me está protegiendo. Y ahí está de nuevo. Esta sensación sobrecogedora que me provoca en el pecho, como si mezclase miles de sentimientos contradictorios y provocase un estallido emocional y poderoso dentro de mi. Estoy en casa cuando lo miro. No el mismo hogar al que he estado acostumbrada siempre, pero sí uno que logra reconfortarme por dentro de una forma tan inmensa que me aterra más que lo que está ocurriendo en este lugar. Aunque este tipo de pensamientos sí que me hace tener un nudo en el estómago. Estoy ante un hombre que quiere intercambiarme por otra persona. Uno que me secuestró. ¡¿Por qué demonios se me olvida esto una y otra vez?! ¡¡¡¿Cuántas veces voy a tener que repetirme eso para lograr odiarlo?!!!

Hombres lobo. Aullidos en el bosque. Gruñidos delante de mi. Kievan porta una espada en una vaina negra que lleva enfundada en un cinturón que a mi me cubriría toda la cintura y veo como se lleva la mano a la empuñadura. ¿Cómo es posible que sea un hombre lobo y lleve más arma que su cuerpo?

De nuevo, no sé cómo llega esa información a mi cerebro, pero ahí está, en alguna parte, y soy capaz de saber la respuesta. Es porque viven en secreto, y que yo, una humana, sepa de su existencia es poner en peligro todos los pilares de su sociedad. Y ya cometieron el error de dejar vivo a Harald. No van a cometer el mismo error conmigo. O me intercambian en breve o me matan. Y soy consciente de cómo algunos de los lobos que antes estaban dispuestos a defenderme en mi ignorancia, quieren mi muerte cuando por fin sé lo que son. La respiración sale entrecortada de mis labios. Pero, si su rey quiere intercambiarme, ¿por qué algunos de ellos quieren matarme? ¿no deberían de obedecer a Kievan? ¿no deben los súbditos obedecer ciegamente a su rey?

—Por los tres Dioses... —susurro al ver lo que está ocurriendo.

De pronto, el cuerpo de uno de ellos comienza a cambiar, y a su alrededor, los demás hacen lo mismo. Mi corazón se salta un latido. Mis rodillas tiemblan. El estómago me da un vuelco. El tiempo se congela y la imagen de cómo al primer hombre que comenzó a cambiar de aspecto le salen colmillos de la boca y el cuerpo se le llena de pelo me impide respirar. Y antes de que me de cuenta, lo que tengo delante de mi ya no son hombres, sino bestias que pelean unas contra otras. Su apariencia física ha cambiado en cuestión de segundos. Pego una exclamación ahogada, realmente impresionada. Ni en mis peores pesadillas habría imaginado algo así. Kievan se ha transformado en un lobo enorme, con el pelaje oscuro y brillante. Lo veo saltar sobre otro lobo y matarlo en menos de cinco segundos. Pego la espalda en el tronco del árbol más cercano. Intento tragar saliva, pero no puedo. El momento me tiene completamente sumida en él. Estoy pasmada. Son seres impresionantes. Y el asombro da paso a la admiración. Más allá de su esencia salvaje, hay una belleza caótica en todos ellos. Logro cerrar los ojos unos instantes. Todo cuanto escucho son aullidos y el sonido de garras desgarrando su piel. El sonido del hueso y de la piel al romperse atraviesa mis oídos. Se queda en mi mente. Está en el aire mezclado con rugidos.

Abro los ojos después de tratar de calmarme. De no ser capaz de reaccionar. De estar paralizada. Cuando Kievan vuelve a mirarme en su forma de lobo, sus ojos rojos se posan en mi. Doy un paso hacia atrás, pero no por él, sino porque otro lobo enorme y con los ojos color ámbar se ha lanzado sobre mi y su cuerpo impacta con el mío produciéndome un profundo dolor en el brazo. Sus garras comienzan a clavarse en mi pero bruscamente Kievan lo separa antes de que pueda terminar lo que ha empezado. Mis pulsaciones resuenan en mis oídos. Los dos lobos comienzan a pelear ferozmente. Se mueven tan rápido que es difícil seguirlos. No sé quién va ganando. No sé nada salvo que los veo borroso debido a lo veloces que son. Pelean y aplastan el follaje verde del bosque al hacerlo. Un árbol se dobla por la mitad cuando uno de los dos impacta en él tras un golpe voraz. Me agarro el brazo, dolorida, y cojo una piedra enorme al darme cuenta de que el otro lobo se ha colocado encima de Kievan.

No soy consciente de cuándo me vuelvo valiente, pero prefiero que me hieran aún más a quedarme quieta viendo como le pasa algo a él. Definitivamente me he vuelto loca. Ahora mismo me da igual el motivo de que me retenga aquí. Incluso mi miedo ante Harald y todo lo que me hará desaparece al sentir que está en peligro. Doy con todas mis fuerzas al lobo con la piedra y Kievan aprovecha para morderle el cuello, feroz. Veo como la sangre mana de él y como el lobo aúlla de dolor. De buenas a primeras, el lobo deja paso a una mujer morena y de ojos azules que se toca dolorida el cuello. Lya. Justo en frente de ella, Kievan también retoma su forma humana. Lo tengo a mi lado en cuestión de una milésima de segundo, examinando mi herida que yo no me atrevo a mirar, pero que no me duele mucho.

—Dame un momento —me pide, y suena casi como un ruego.

Mentalmente, sé que está llamando a alguien. Ha hecho un llamamiento para que un sanador nos alcance. Lo sé cuando su mano roza la mía dándome apoyo. Es como una conexión que me hace saber lo que ha hecho. ¿Para qué ha llamado a un sanador? Lya da un paso hacia nosotros con el semblante desdibujado por una mueca de puro odio. La sangre saliendo de su garganta a borbotones me hace preguntarme porqué no está ya muerta. Loba. Es una loba. Loba. Monstruo. Es un monstruo. Todos aquí lo son. Kievan suelta el aire con labios temblorosos al mirarme de soslayo y alejarse un poco. No se me pasa por alto la forma en la que sus ojos me recorren, preocupados, antes de girarse hacia las demás bestias.

—¡Lleváoslos! ¡A todos!

Su voz suena más hipnótica e imponente que de costumbre y tengo que agarrarme al tronco del árbol para no desfallecer por la corriente enérgica que me provoca. Mi brazo comienza a dolerme un poco más, pero contemplo aliviada como Kievan no tiene ni una sola herida. Ethan se acerca a mi mientras Kievan se mantiene imponente dándole rápidas órdenes a los suyos. Algunos se siguen encogiendo al escucharlo hablar, pero otros lo miran con odio, como si estuviese haciendo algo que no debe. Por un instante, pienso que van a volver a atacarlos. Preocupado, Ethan me dice con la mirada que todo va a ir bien. Soy capaz de leer sus ojos. Sé que está de mi lado a pesar de que lo haya dormido minutos antes. No me guarda rencor. Tan sólo hay bondad en la forma en la que me observa. Basta una mirada de su rey para que se aleje y ayude a los demás a arrestar a los rebeldes. Bruce me dirige otra mirada precavida, y yo creo que todos mi miran con lástima porque saben cual será mi destino esta medianoche.

—¡Esto no puede ser! —grita Lya mientras los ya hombres de Kievan se la llevan. La observo orgullosa de haber sido capaz de darle con una piedra—. ¡Nos conocemos desde hace demasiado tiempo! ¡Estás cometiendo un error!

No puedo evitar sentir una punzada de celos al pensar desde cuándo lo conocerá. Odio esta clase de sentimientos. Odio sentir algo tan extraño por este hombre. Lo odio a él por hacerme sentir así. Maldita sea su magia y sus hechizos sobre mi.

Mi mirada sigue en Lya. La veo con el rostro desencajado y tocándose el cuello, dolorida, pero con una herida ya mucho más pequeña, mientras los hombres de Kievan se la llevan a ella y a los demás. De pronto, estamos solos en esta parte del bosque, rodeados de sangre, y él se acerca a mi corriendo, como si hubiese necesitado hacerlo durante los pocos segundos que ha estado dando órdenes. Su semblante es duro e intimidante, pero cuando me observa veo verdadera desolación en la belleza devastadora de su rostro. No soy consciente de qué causa esa reacción en él hasta que no me da por ser valiente, mirarme el brazo y ver que está destrozado. Es como si me diese cuenta de que estoy herida en el mismo instante que me percato de que esto debería de dolerme a horrores. Tengo incluso un charco de mi propia sangre en el suelo, y nada más verlo, comienzo a sentirme mareada.

—Quédate conmigo, Henna. —Su voz suena dulce y tranquilizadora cuando me coge en peso y comienza a correr hacia el castillo.

Quiero preguntar por qué lo han atacado. ¿Por qué si él es el rey? Pero no tengo fuerzas. Estoy desangrándome y por la adrenalina del momento ni tan siquiera me había dado cuenta. Kievan se desliza por los árboles a una velocidad abismal y yo poco a poco voy teniendo menos fuerza y comienzo a caer en una especie de letargo, pero el simple tacto de su piel hace que mi cuerpo note su presencia con demasiada intensidad dado que estoy a punto de perder el conocimiento. Antes de cerrar los ojos, la desesperación de su voz logra hacer que mi corazón se llene de un sentimiento que no sé explicar, pero profundamente cálido y acogedor. Y lo odio. Por los Dioses que sí lo odio.

—Por favor... no me dejes. No me dejes pequeña.

El ruego de su voz, en alguien como él, autoritario e intimidante, hace que tenga que medio sonreír antes de sumirme en el mundo de las sombras. 

Este capítulo se lo dedico a @_yasmin10 porque es un amor y hace ya tiempo creó el perfil de Henna en instagram, y por eso le estoy muy agradecida. Que suerte tengo de tener lectoras como vosotras <3 Muchas gracias por leerme!!! Contadme si os gusta el capítulo que os leo. Un abrazo enoooorme! Os quiero!!!!!!!

Para novedades:

Ig: sarahmeywriter

Fb: sarah mey libros

Continue Reading

You'll Also Like

Reencuentro By

Fanfiction

27.8K 3.1K 22
Continuación de "Una gatita enamorada" .-Advertencia, este fic es G!p. Si no es de tu agrado este tipo de contenido te recomiendo que no lo leas ;v
14.8K 1.2K 14
- ¡El reto de 30 Dias OTP pero con uno de mis ships fav<3! - Posiblemente capítulos cortos [ C A N C E L A D A ]
108K 5.7K 23
Emilia una chica de 19 años ex espía desde hace un año. Renuncio con la intención de volver a ser alguien normal. ¿Corre peligro? No, o eso es lo que...
14.9K 1.3K 12
Segunda temporada de poción de amor. Es un BL asique si no les gusta no lo lean. Los personajes no son míos, son basados en la novela de Harry Potte...