Pasaron algunas horas mientras hablaba con Mitsuba de su "escape". Lo malo era que como había pasado 24 hrs sin dormir, (debido a la costumbre), kou comenzaba a entrecerrar sus ojos, El contrario lo miró extrañado.
—Eh... ¿Kou? —El rubio se exaltó, pegando un saltito.
—¡Ah! ¡Sí, sí! ¿Que pasa Mitsuba —Preguntó.
—¿Tú... Estás quedándote dormido? —Replicó confunfido.
—¿Qué? Yo... No lo sé, esto de ser un fantasma y no necesitar dormir sigue siendo raro para mí, aún se me hace cansador todo y a veces me dan ganas de descansar, ¿Que supongo que es normal? —Respondió confundido, ni siquiera el se había entendido, simplemente no sabía cómo darse a entender.
—Digo, si quieres, podríamos seguir hablando de esto mañana. —Sugirió.
—¿En serio? —Preguntó el rubio, Mitsuba asintió—. Genial, entonces, mañana después de clase, ¿Te parece? —A Kou le produjo algo de nostalgia decir eso, rió—. Digo de las clases de los demás, heh.
—Seguro. —Esbozó una pequeña sonrisa—. Nos vemos, estúpido arete de seguridad vial. —Mitsuba se despedía con la mano, mientras se levantaba. Kou suspiró y volvió a reír.
—Nunca dejarás de llamarme así, ¿No?
—Nop. —El pelirrosa hizo una mueca de burla al contrario, y luego sonrió de forma amplia, para definitivamente irse del lugar, kou, de forma retórica, sintió como su "corazón" latía con fuerza, diablos, se había puesto nervioso.
—A-adiós... —Se despidió, hablando bajo, mas el chico ya se había ido.
Cuando vio que Mitsuba no estaba allí, el rubio se desplomó en el piso, sintiendo su cabello moverse con el viento del lugar, sonreía como un bobo, suspiró.
—Realmente me gusta ese chico. —Dijo en voz baja para sus adentros.
Luego de pasar un par de minutos en esa posición, contemplando el "Cielo" nocturno, (que ahora que lo pensaba mejor, era parecido al lugar en el que hizo el pacto con Tsukasa), Minamoto se puso a dormir, después de todo, el siguiente también sería un largo día.
A la mañana siguiente, despertó con ánimos. Al menos había podido hablar con Mitsuba, ahora solo tenían que discutir la forma en la que se liberarían del aquel castigo.
Sin esperar más, el rubio comenzó a descender , para comenzar ese día, luego de unos minutos, llegó al final de las escaleras, y salió de su dominio, convirtiéndose en un canario.
Si tan solo hubiera sabido que esa sería la última vez que entraría a su dominio.
————☆————
Suspiró agotado, como era de esperarse, Kou se encontraba cansado, aún no se acostumbraba completamente a su nuevo "estilo de vida". De todas formas, de a poco, el proceso se le hacía menos agotador.
Ese día difundió el secreto del antiguo enamoramiento que tenía Lemon hacia Yashiro, aunque hubiera pasado hace ya un largo rato, ¿Seguía contando cómo secreto, no?
Cuando los alumnos ya se habían retirado, o bueno, la mayoría, Kou esperó a Mitsuba en el jardín donde se reencontraron el día anterior. Sonrió cuando vio al pelirrosa acercarse a el.
—Hola Mitsuba. —Le saludó, el contrario se inclinó, haciendo lo mismo que el rubio—. ¿Estás listo para investigar cómo salir de aquí?
—¿Realmente me lo preguntas? —Soūsuke rió levemente—. Por supuesto que sí, idiota.
—¡Hey-! —Y aunque Kou iba a reprocharle por el como lo había llamado, el agarre de manos que formó Mitsuba, y su sonrisa, lo calló.
—¿Nos vamos? —El rubio asintió, anodadado.
El día anterior habían acordado hablar sobre el tema en el dominio del rubio, ya que de esa forma, ni Tsukasa, ni nadie los podría escuchar, lo que lo haría confidencial.
Luego de pasar por los vacíos pasillos, llegaron a las escaleras "Misaki", si es que aún se les podía seguir llamando así. Más al poner el pie en el cuarto escalón, a diferencia de otros días, no pasó nada. Era como si la puerta del dominio del rubio hubiera sido cerrada. para confirmarlo, kou piso dichoso escalón una y otra vez, pero el resultado seguía siendo el mismo, parecía como si de la nada fuera un escalón normal.
—¿Q-Que está pasando...? —Se preguntó ahora, consternado.
—Ah, eso. —De la nada, se escuchó una familiar voz detrás de ellos, quienes dieron un chillido debido al exalto.
—¡T-tú! ¿¡Que haces aquí!? —Preguntó el ojiazul, preocupado, Tsukasa se acercó a él de una forma peligrosa, esta acción revolvió algo dentro del estómago de Mitsuba, No por celos, sino por el miedo a que el de parche le fuera a hacer algo.
—Mira, Minamoto. —Aclaró con voz seria—. Se lo que planeas, ¡Pero, ¡Noticias de último momento! Yo tengo otros planes. - rió de forma infantil, ambos chicos retrocedieron, al ver cómo el Yugi avanzaba con una expresión tétrica.
—Aquí tienes. —Le entregó el arete de seguridad vial que suponía ser su yorishiro.
—¿C-cómo-?
—En pocas palabras, ¡Acabo de cerrar tu acceso a tu dominio! No solo al tuyo, ¡Si no que a todos! —Volvió a reír—. Por lo tanto, y ya no puedes entrar al dominio de Mitsuba, tampoco... —Sonrió, mirando hacia un lado de forma despreocupada—. No quería llegar tan lejos, ¿Sabes~?
Kou no terminaba de entender todo, debido a su angustia.
—¡¿ES ESO POSIBLE?! ¡¿CUANTO PODER TIENES, EH?! —Exclamó, en la desesperación, llamando la atención de Tsukasa—. ¡E-ERES UN MOUNSTRO!
—Quizá lo soy. —La expresión sombría volvió a la cara del espíritu—. Si así lo quieres, juguemos entonces.
De forma repentina, Tsukasa cambio su expresión a una neutra, Mientras que a Mitsuba tenía un dejavu del momento de su anterior "muerte", Kou estaba paralizado, el temor se apoderaba de el.
Tsukasa levantó su brazo, Mitsuba rogaba a cualquier entidad para que no hiciera lo que pensaba que iba a hacer, la expresión de kou demostraba el miedo en su máximo nivel. Cuando el azabache levantó su brazo, Soūsuke sabía lo que estaba a punto de pasar.
—¡KOU! —Se acercó a él de forma apresurada, mas ya era muy tarde.
El pelirrosa cerró los ojos para no ver la escena, angustiado hasta el tope, las lágrimas comenzaban a salir, no, no podía ser posible.
Bueno, en efecto, no lo era, Mitsuba lo supo cuando escucho un trino, y al momento, suspiró enormemente de alivio.
Al parecer, como un mecanismo de defensa involuntario, kou se convirtió en el canario amarillo que solía ser la mitad del día, haciendo que al revolotear, A Tsukasa se le complicará atraparlo.
Sin embargo, no podía calmarse, ya que en cualquier momento el Yugi se cansaría y haría algo. Efectivamente, luego de un rato se cansó de perseguir al ave y se acercó a Mitsuba en cambio.
—Bueno, supongo que pagarás tu en cambio... —Su mirada hacia ver al ojirrosa como alguien inferior, y este lo sabía. —Te di otra oportunidad para seguir aquí, y la desperdicias, eres realmente patético, ¿Sabes?
El contrario sentía lágrimas de impotencia acumularse en sus ojos, así no podía acabarse todo, esa no era la manera en la que su largo trayecto y esfuerzo terminarían, ¿No?, Mitsuba comenzaba a perder la esperanza.
—No... ¡NO! ¡AYUDA! —Exclamó, y como si sus gritos fueran órdenes, en la escena apareció un nuevo personaje, Yugi Amane, por obvias razones, la atención de Tsukasa se dirigió a su hermano.
—¿Oh? ¡Es Amane! —Y de la nada, su expresión sombría volvió a ser la juguetona de siempre, Mitsuba comenzaba a cuestionarse de si los espíritus podían padecer bipolaridad—. ¡Amane Amane! —El menor de los Yugi comenzó a dar vueltas alrededor del mencionado, quien se veía molestado.
Mientras la escena pasaba, Mitsuba le hizo una seña a kou, indicándole que aterrizara en sus manos, ya que parecía ser que el rubio se negaba a volver a su forma humana. El chico, de todas formas, le hizo caso a Soūsuke y se refugió en el calor de las manos del oijrrosa, para que después este lo llevará a su lugar de confort, su bufanda, dónde se quedó.
—Es suficiente, Tsukasa.
—¿¡Eh!? ¡Pero se pone divertido! —Exclamó el menor, haciendo pucheros.
—Me da igual, Puede que la última vez haya llegado tarde, pero no volveré a dejar que algo así se repita, así que vete, por favor—. dijo el mayor con algo de desconfianza en sus palabras.
—¿Hmm? —Tsukasa tomó una pausa— Noup, no te escucharé, hermano aburrido.
—¿H-hanako-kun? —Mitsuba, miró con pánico al chico, quien simplemente les susurró que se fueran del lugar, antes de que fuera muy tarde—. P-pero
—¡Mitsuba, vayanse!, ¡Yo me encargaré! —El mencionado, con aún algo de miedo, asintió, para cumplir con lo dicho, dejando a ambos hermanos solos.
—Oh, ya veo, así que lo haremos así. —Tsukasa hablo, viendo cómo sus "víctimas" habían huido de la escena—. ¡Pues juguemos, hermano mío!, Ya sabes... Cómo en los viejos tiempos.
Hanako tragó duro, mientras sacaba su cuchillo, preparado.
—Sí, hermano, como en los viejos tiempos.
Por qué eso era todo lo que Amane aguantaría, dejaría los nervios de lado, y enfrentaría a su hermano de una vez por todtodas.