Acompañaba a su amiga hacia su respectiva casa, ya que acordaron hablar de cierto tema ya que eso se encontraba insistentemente en la mente del azabache de ojos violáceos.
La rubia de gran moño rojo leía con una sonrisita los papeles que tenía en sus manos, los leía realmente fascinada, adoraba cada palabra que había en ellos y los consideraba un hermoso detalle.
- ¿Y-Y bien...? -Preguntó él con nervios.
- Son preciosos Ness -Respondió ella aún con esa sonrisa- Enserio ¿Tu los escribiste? -Preguntó asombrada- Creí que no te gustaba escribir -Soltó una risita.
Su contrario se encogió de hombros con un rubor en sus mejillas.
- No soy nadie para asegurar esto, pero fácilmente pueden pasar por cartas de amor -Comentó Paula con un dulce suspiro- Unas bellísimas cartas de amor...
Lo admitía. Muy en el fondo, la rubia se encontraba celosa de ello, pero era su amigo, y la felicidad de él era primero, no importase con quien fuese feliz.
- Pero, aquí lo importante es lo que sientas tu, Ness -Comentó su amiga- ¿Qué es lo que sientes por él?
Sí, ese era el motivo de la conversación, hablar sobre los sentimientos que el azabache temía confesar.
- N-No lo sé... -Respondió de manera rápida- B-Bueno, c-claro que sé l-lo que siento p-por él... -Corrigió aumentando ese rubor- E-En principio no creí q-que fuese eso... pero... c-cuando menos me di cuenta, ya era a diario que le escribiera eso...
La rubia lo escuchaba atentamente, comprendiendo que le causaba un poco de nervios la situación pero al final de cuentas ya lo había aceptado, y por eso recurrió a ella.
- P-Pero no e-estoy seguro de que hacer... -Agregó nuevamente dudoso- N-No sé l-lo que él sienta y... t-temo el ser rechazado... -Se abrazó a sí mismo- Quisiera negar todo... p-pero esos e-escritos lo dicen todo...
Hubo un breve silencio.
- Bueno... -Pensaba en que decirle- Pues considerando que cada escrito de estos se los entregas personalmente y él los lee con gusto, creo que es una buena señal y un primer paso -Comentó la rubia.
- ¿E-Eso crees...? -Cuestionó no tan seguro.
- Claro -Asintió su amiga- Lucas será muy lindo en tu perspectiva, pero no creas que es un completo distraído ¿eh? -Agregó- Tus interacciones con él son muy claras, además de que siempre que las lee se le nota maravillado, leyendo cada palabra y soltando suspiros cual enamorada -Argumentaba.
- Oh vaya... -Dijo pensando en las posibilidades en las que todos los demás se dieran cuenta de lo suyo... todos menos ellos dos.
- Así que te sugiero que simplemente se lo digas -Comentó Paula como solución.
- ¿D-Decirle que...? -Preguntó sin saber a qué se refería.
- Dile lo que sientes -Repitió la cuestión pero ahora más completa- Si te gusta, deberías decirle lo que sientes, nunca sabrás lo que te diría si no se lo dices -Decía sabiamente- La posibilidad de que sienta lo mismo es muy probable.
¿Eso debería hacer? Se preguntaba él mentalmente. A su vez en sus adentros se respondió a si mismo con un "sí", después de todo, por eso decidió hablar con ella, recurrió a la ayuda de su amiga para que le ayudara a resolver ese tema; ya le había dado la solución, ahora todo dependía de él.
- L-Lo intentaré -Asintió levemente considerando que ya era hora de resolver ese asunto- Te agradezco mucho Paula -Le dedicó una cálida sonrisa a su amiga como agradecimiento.
- No es nada -Respondió correspondiendo aquella sonrisa.
Podrían ser amigos y todo; pero permanecía ahí grabado lo que alguna vez fueron ellos dos... al menos en la rubia, que hubiese querido que las cosas fuesen diferentes. Pero de igual forma lo quería, lo seguía apreciando como un gran amigo pese a no ser correspondida, y como amiga, sentía el deber de apoyarlo siempre que él lo necesitase.
Ya que en su corazón sabía que eso era lo correcto.