Opuestos En Común. Nomin

By MyLostSoul98

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Jeno no era el alfa bueno que pretendía, Jaemin podía sentirlo. Había algo en sus ojos, cuando le miraba, que... More

Introducción
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31 (primera parte)
31 (segunda parte)
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Epílogo (Taeten)
Nomin (Especial)
¡Aviso! Nueva historia ♥️

MarkHyuck (Especial)

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By MyLostSoul98


Mark aún recuerda claramente aquel día en el centro comercial. Fue una situación extraña cuando aquel chico había empujado a su amigo de la nada. Había permanecido un poco apartado mientras veía al moreno gritarle y buscar pelea contra Jaemin. No tuvo mucho sentido pero después descubriría que nada alrededor de ese omega lo tenía.

La segunda ocasión en la que lo vio fue cuando sacaron a Jaemin del parque de diversiones durante su presentación. Él junto a Ren Jun y Chenle habían corrido detrás de los dos chicos. Mark estuvo demasiado confundido cuando volvió a ver a aquel omega del centro comercial. Debió de haberle prestado un poco mas de atención a su amigo quien estaba pasando por una situación difícil pero se concentró mas en la sonrisa burlona que parecía relucir en el chico de piel mas oscura.

En la siguiente ocasión, fuera de su escuela, se sintió avergonzado cuando Haechan había guiñado un ojo hacia ellos o quizás fue hacia él pero probablemente solo estaba imaginando cosas. La invitación a la fiesta había sonado tentadora, mucho de hecho y fue uno de los que estaban mas ansiosos por poder asistir. Quería ir.

Pero todo en la fiesta había resultado muy diferente a como lo pensó.

Empezando con el extraño beso que presenciaron de Jeno con aquel otro omega. Los sentimientos heridos de Ren Jun y en como Jaemin se había puesto evidentemente ebrio. Realmente no quería alejarse de este pues le preocupaba su estado pero cuando sintió como Haechan se pegaba a su cuerpo, todo se nubló por unos instantes.

— Oye, tengo unos amigos que quieren conocerte ¿Vienes? Serán solo unos minutos.

Haechan casi ríe por la expresión en el rostro del beta. Era un chico adorable, se veía demasiado tierno ante sus ojos. No había chicos como él en donde vivía. Nadie conservaba esa esperanza e inocencia en su vida a la edad que tenían. Ya eran seres corrompidos y él... a él le encantaría poder corromper a Mark.

No debía de acercarse demasiado al grupo de amigos de Jaemin, lo sabía en realidad. Podría poner en riesgo a Jeno pero le resultaba divertido. Sobre todo mientras bailaba cerca del beta. Se movía suavemente por la pista, fingiendo que no notaba la forma en la cual este lo miraba. Se reía y bromeaba con sus otros amigos. Era gracioso como parecía verse incómodo cuando se pegaba quizás demasiado a alguno de los alfas presentes.

En algún punto Mark parecía haberse puesto demasiado incómodo y quiso alejarse de su grupo. Haechan no podía permitirle eso, tomó una de sus manos para atraerlo hacia su cuerpo mientras seguía sonriéndole.

— Anda niño bonito, baila conmigo.

Susurro suavemente en su oído, pasando sus brazos por el cuello de este mientras bailaba. Notaba el nerviosismo en el beta. Era divertido y quizás estaba rozándose demasiado contra este. Soltó una pequeña risa al notar las manos temblorosas ajenas ponerse sobre sus caderas. Era tan adorable. Estaba preguntándose si sería igual de tímido en todo y estaba dispuesto a comprobarlo. La curiosidad mató al gato.

Haechan lo besó, lento, suave y casi riéndose por la forma en la que Mark se congeló en su lugar. En cuanto le correspondió fue nuevamente tímido pero notaba que no era precisamente inexperto. De hecho, cuando pareció soltarse el beso fue mucho mas intenso y casi pudo quitarle el aliento.

Lo que empezó como un solo beso jugando se transformaron en varios, quizás demasiados y aunque le hubiera gustado seguir le fue imposible. Winwin le había apartado diciéndole que Ren Jun se había alejado de él y que ahora estaba buscando a sus amigos. Se alejó del beta suavemente, notando lo avergonzado que este estaba. Le estaba por decir que sería mejor si no dijera nada pero se veía tan apenado que evidentemente no abriría u boca. Mejor así.

Volvieron a verse en muchas mas ocasiones debido a Jeno. Nunca lo iba a decir en voz alta pero Haechan disfrutaba demasiado en cada ocasión en la cual podía verse con el beta. El chico era entretenido, le gustaba moverse y estar alrededor de él, notando la forma en la cual le miraba y lo tenso que se ponía cuando "accidentalmente" le tocaba.

Nunca había tenido la atención de un tipo como sobre su persona. Mark era diferente, era dulce, tierno y bien portado. Tan diferente a lo que estaba acostumbrado. Y a eso se le sumaba la gran cuenta de dinero que este tenía en el banco. Era un verdadero tesoro.

Durante los siguientes días, Mark no se lo había podido sacar de la cabeza. Ese chico le confundía, era extraño, diferente. Trataba de no quedarse viendo demasiado pero Haechan sonreía divertido en cada ocasión en la que lo atrapaba mirándolo. Se sentía muy torpe a su alrededor.

Días después estaba en el centro comercial, su teléfono se le había caído por las escaleras y la pantalla estaba rota. Aún funcionaba pero sus padres le habían dado el permiso de comprarse uno nuevo. Escogió el último modelo disponible y compró algunos otros accesorios extras. Era bastante dinero pero estaba bien o al menos para su madre quien le dijo su limite para gastar y estaba gastando mucho menos que eso. Una vez le devolvieron su tarjeta y la bolsa con las cosas que compró salió de la tienda.

Iba a seguir buscando otras cosas, quizás ropa o algo similar cuando notó el movimiento en el piso de abajo del centro comercial. Observó todo desde la barandilla. Reconoció a Haechan quien estaba corriendo entre las personas, empujando a una gran cantidad a su paso. Frunció su ceño mientras este veía sobre su hombro como buscando a alguien. No tardó en notar lo que estaba buscando, habían personas que estaban persiguiéndole. El omega parecía demasiado asustado mientras se movía entre la gente tratando de perderlos.

Lo vió salir por una de las entradas que lo llevarían hasta el estacionamiento. Los sujetos, ya adultos y enormes, siguieron de largo. Por suerte lo habían perdido. Se apuró en bajar para buscar al omega. Quizás ya se había ido pero no perdía nada con intentarlo. El lugar estaba frío, bastante. Olía a gasolina, desechos y algo de orina. Era desagradable pero entre todo eso percibió la tenue fragancia del aroma de Haechan. Él no tenia un buen olfato al ser un beta y por ello tardó en poder encontrarlo.

Donghyuck estaba asustado, escondido detrás de un basurero. Abrazaba sus rodillas cerrando sus ojos pues había escuchado los pasos y creyó que se trataban de esos idiotas buscándolo.

— ¿Haechan? ¿Estás bien?

El nombrado levantó rápidamente su cabeza viéndolo con sorpresa. Dejó salir el contenido aire de sus pulmones y se pudo relajar o al menos un poco.

— Sácame de aquí, tengo que salir de aquí.

— ¿Qué sucede?

Preguntó un poco asustado por su forma de hablar. Escucharon el sonido de pasos acercándose y el omega pareció esconderse aún más en el sitio, tratando de hacerse lo mas pequeño posible. Afortunadamente era solo una pareja que pasaba por el lugar.

— Joder, tengo que salir de aquí. Me pondré de rodillas si es lo que quieres como pago pero solo sácame.

— ¿Ponerte de rodillas?

Mark estaba realmente confundido y Haechan lucía realmente sorprendido ¿De verdad ese chico podía ser así? No debía de ser real. Su vista cayó en la entrepierna del beta hasta que este pareció entender a lo que se refería. Casi saltó en su lugar, avergonzado por lo mismo y balbuceando diciéndole que no debía hacer algo como eso.

Llamó a uno de los empleados de su familia para que fuera por él. Se quedaron escondidos en el estacionamiento, Haechan no salía en ningún momento, nervioso ante cualquier sonido que escuchaba ¿Qué estaba pasando con el chico? Mark intuía que podría preguntárselo mil veces pero no iba a responderle.

En cuanto el auto llegó, se apresuró a subir en este al chico. El empleado ni siquiera preguntó a que dirección irían. Les llevó directo hacia la mansión de los Lee. Haechan estaba realmente sorprendido, el sitio era enorme. Era de un estilo muy occidental y suponía que se debía a de donde provenía el chico además de la vida de sus padres. En el momento en que entraron, se sintió sucio y como basura. Temía tocar algo y mancharlo con sus manos. Estas tenían un poco de tierra, su pantalón estaba gastado y sucio después de haberse arrastrado tratando de esconderse. Aquel lugar era luminoso, brillante. Los muebles blancos y beige, candelabros de luces y grandes ventanales hacían de la estancia una muy luminosa. Todo era muy hermoso y él lucía como un desecho en comparación. Quería salir de allí cuanto antes pero debía cumplir su palabra.

— Si así es la sala, no me quiero imaginar como será tu cuarto.

Trató de ser sutil pues el beta estaba hablando amablemente con el ama de llaves. Este volteó a verle y le sonrió suavemente ¿Siquiera había entendido lo que quiso decirle? Le dijo a la mujer que llevara algo arriba en un rato y le indicó que le acompañara.

Subieron las escaleras con calma, a cada paso el omega se sentía realmente sorprendido por todo el lugar. Debía de ser por lo menos unas veinte veces mas grande que toda su casa. Era como sentirse humillado a cada paso que daba dentro de esa casa.

Dentro de la habitación se encontró con paredes blancas y azules, una cama con un cobertor negro elegante. El escritorio estaba perfectamente acomodado con libros, lápices y una computadora. También había una gran pantalla plana en una de las paredes junto a un par de consolas de juegos. Saber que tenía dinero era una cosa, comprobarlo con sus propios ojos era otra.

Pero no podía seguir distrayéndose.

— ¿Tiene seguro la puerta? No creo que quieras que alguien entre en medio de todo.

Mark lo miró unos segundos confundido hasta comprender lo que este estaba queriendo decir. Rápidamente negó con su cabeza y manos sintiéndose realmente avergonzado por aquello. No quería darle esa impresión al chico. Podía sentir sus mejillas arder por la vergüenza y temor de que alguno de sus empleados hubiera escuchado al chico.

— Haechan, no tienes que... pagarme. Necesitabas ayuda y yo te ayudé porque quise no porque deseara algo más. No quiero nada a cambio.

— Todo el mundo siempre quiere algo a cambio aunque no lo acepten.

Aquella fue una de las primeras veces que el beta sintió pena por el omega. No podía imaginar qué tipo de vida había llevado como para que su pensamiento fuera de esa manera y le dolía un poco. Mark siempre había creído en que existían personas desinteresadas y él mismo se veía de esa manera o quería creer que era así. El chico frente a él era lo opuesto, desconfiando y con la idea de que la gente siempre escondería un motivo detrás de sus acciones.

Mark lo miró un par de segundos más, intuía que Haechan era alguien demasiado orgulloso y que no aceptaría las cosas así como así. Que jamás se quedaría con el sentimiento de que le debía algo a alguien. Suspirando, observó a su alrededor buscando alguna opción.

— ¿Quieres pagarme por ayudarte? Tengo una idea. — El omega sonrió levemente, como si ya estuviera esperando a que este finalmente diera su brazo a torcer.— Mis padres llegan tarde del trabajo y suelo pasar mucho tiempo solo. Quédate un par de horas, podríamos ver una película o jugar a algo.

— ¿Estas bromeando?

Haechan lo miraba sin comprender, el beta no podía estar diciendo eso de verdad. Claro que terminó de convencerse cuando Mark le sonrió de forma amplia y sus ojos parecieron iluminarse mientras se acercaba a la televisión. Empezó a sacar un montón de cosas, hablando de los juegos que allí tenía o de los últimos estrenos que podían ver en la televisión. El omega estaba anonadado pero terminó riéndose y acercándose un poco para ver mejor. No tenía idea de la mayoría de las cosas que el beta le hablaba pero le divertía la forma tan ilusionada en la cual se expresaba.

Terminaron sentados sobre el suelo de la habitación en unos cojines mientras jugaban a un videojuego de carreras. Haechan era un completo desastre y apenas estaba pudiendo avanzar. No manejaba bien los controles y su auto terminaba por estrellarse constantemente contra los muros. Era la primera vez que tenía en su mano uno de esos controles y necesitó de una larga explicación por parte del beta para entender que debía de hacer.

Haechan había hecho un montón de cosas en su vida, de las cuales gran parte no eran legales. Se la había pasado en las calles, buscando diversión en fiestas, corriendo, entrando a lugares donde no debería y con la adrenalina a tope. En mas de una ocasión debió escapar de la policía. Podía calificar a todo eso como divertido en sus recuerdos. Pero todas esas acciones, que serían realmente llamativas y extrañas para un chico promedio, a él no le estaban resultando tan entretenidas como esa tarde en donde peleaba y gritaba tratando de superar el auto de Mark en un simple videojuego.

Casi saltó en su sitio pidiendo por una revancha cuando el beta le dijo entre risas que debía calmarse y podrían comer algo mientras señalaba a su escritorio. Allí había una bandeja con galletas, fruta y jugo que una de las empleadas dejó en algún momento. Haechan había estado tan absorto en el juego que ni siquiera notó cuando entraron al cuarto. Él jamás bajaba la guardia, nunca lo hacía. Su estilo de vida y el lugar donde vivía le obligaban a estar siempre alerta. Que se dejara llevar de esa manera era peligroso pero dentro de esas enormes paredes se sentía resguardado.

Luego de comer y jugar por dos horas mas, Haechan debió irse. Al salir de la gran mansión el frío aire le golpeó el rostro. Miró aquella calle, era una zona segura y no tendría problemas para volver a pie o encontrar alguna parada del autobús cercana. Mark ofreció llevarle hasta su casa pero el omega se negó. Cerró bien su chaqueta y empezó a caminar perdiéndose en la oscuridad de la noche.

Mark por su parte, sentía que cada vez su curiosidad por el omega aumentaba pero las veces en las cuales podía verlo eran realmente escasas. Se encontró a si mismo, durante la escuela, queriendo hablarle a Jeno para preguntar por Haechan. Pero cuando estaba por hacerlo se sentía demasiado avergonzado ¿Qué podría decirle y cómo? No se olvidaba cuando el pelinegro dijo que podía llegar a ser territorial con sus amigos si alguien se acercaba a ellos... pero también recordaba que sus palabras sobre Donghyuck, que podría valerse muy bien por si mismo. No dudaba de ello.

Las cosas volvieron a ponerse confusas tiempo después en aquella nueva fiesta a la que asistieron. Jaemin había llegado de sorpresa acompañado de Jaehyun y Doyoung. Había lucido muy molesto cuando vio a Jeno demasiado pegado a Haechan y Jeongin, no lo diría en voz alta pero tampoco le había gustado demasiado aquello. En silencio agradeció cuando el alfa se había alejado de los omegas.

De allí en adelante todo pareció ser un desastre. El pequeño grupo empezando a separarse y perdiéndose entre la gente. Haechan alejándolo de Jeno y Jaemin diciendo que eran una pareja. Le había dejado demasiado confundido pero nada se comparó a lo que siguió. Fue como un deja vu de la primera fiesta a la que había ido en donde estuvo el omega. El chico, quizás un poco ebrio, parecía estar coqueteando con él mientras bailaba. Se acercaba y alejaba como un juego en donde debiera de atraparlo pero no estaba demasiado seguro de querer jugarlo pues le confundía demasiado.

Pero el omega no le dejó muchas opciones.

Los recuerda claramente, los besos robados. El aroma del chico, lo bien que parecía encajar entre sus brazos y el ligero gusto dulce de sus labios mezclados con el alcohol. Todo lo mareaba y le confundía demasiado. Su actitud era tan confusa para él.

Incluso cuando se separó suavemente de él con un chasquido de sus labios para ver a un alfa bastante alto que estaba hablando. Lo soltó para alejarse un poco de la gente. Haechan sonreía divertido diciéndole algo al alfa al oído mientras este ponía una mano en su cintura. Mark se sintió como un idiota y decidió que era mejor irse.

Vio la foto de Jaemin y Jeno besándose en el grupo enviada por Chenle. Empezó a mensajear a cada uno rápidamente queriendo poder marcharse. Notó como Haechan le miraba desde lejos mientras se subía al auto de Chenle para salir de allí.

La siguiente vez en que lo vio no fue la mejor. Sucedió durante el cumpleaños de Jaemin. Estaban saliendo de clases cuando se encontraron a un golpeado Haechan afuera esperando por Jeno. El omega lucía avergonzado por su apariencia, por verse de esa manera en frente de todos. Mark se sentía realmente molesto ¿Quién podría haberle hecho algo como eso al chico? Jamás había sido alguien que se metiera en peleas, las odiaba, pero en ese momento quería romper la cara de quien le hubiera hecho daño.

Pero incluso con toda la furia y preocupación que sentía, no se acercó. Lo miró de lejos en algo que empezó como un extraño hábito. En cada ocasión en la cual se encontraban ponía una gran sonrisa sobre sus labios y conversaba como si nada pasara, como si su cabeza no estuviera revuelta por aquel chico.

Quiso hablar con alguno de sus amigos sobre ello pero por razones que desconocía no podía hacerlo. Creía que Ren Jun y Chenle iban a reírse de él por haber caído ante un chico como Haechan. No era ciego ni tonto, el omega sabía como moverse y tener a las personas alrededor de su dedo meñique. Era divertido, agradable pero sabía jugar. Solo estando del lado de la amistad uno podría estar seguro. A Jaemin por otro lado... quizás nunca quiso decírselo pues era el mejor amigo de Jeno y el alfa estaba totalmente descartado como opción.

Se decía a si mismo que estaba bien con solo ver su gran sonrisa y escuchar las tontas bromas que hacía aunque muchas de ellas fueran contra él buscando molestarle. Se las respondía, con una sonrisa algo forzada pero era un buen actor. Nadie parecía notar lo alterado que estaba por dentro.

Pero llegó el momento que por un tiempo no pudo verlo. Cuando Jaemin y Jeno se separaron ver al omega quedó fuera de sus planes. Quizás era lo mejor porque ese chico no podía ser real. Compartieron poco pero para Mark fue intenso de una forma desconocida y que no podía explicar. Debía de dejar de ser un idiota cuanto antes pero la vida no es como uno quiere.

Mas pronto de lo que se hubiera imaginado ambos chicos se arreglaron y el omega volvió a aparecer en su vida. Mantenía sus sonrisas deslumbrantes, su actitud carismática e iba por el mundo como si pudiera conquistarlo pero Mark notaba que sus ojos no brillaban genuinamente. Nunca lo habían hecho.

Haechan siempre era, para el beta, alguien sumamente extraño. Era totalmente impredecible y lo comprobó un día en el cual recibió un mensaje de un número desconocido diciéndole que salga de su casa. Miró por la ventana de su habitación notando a alguien apoyado contra uno de los pilares que sujetaban las rejas de la casa. No iba a salir, no estaba loco como para hacerlo. Iba a llamar a algunos de sus empleados para que avisaran a seguridad cuando un nuevo mensaje le llegó al teléfono.

"No me dejes esperando Lee, eso no me gusta. Soy Haechan"

Eso era extraño, demasiado extraño. Se puso un hoodie y unas zapatillas antes de salir de su habitación. Caminó en silencio fuera de su casa viendo al chico apoyado en la columna que tenía una pequeña sonrisa en sus labios y se veía bien arreglado. El sol poniéndose hacía ver su piel casi dorada, parecía brillar.

— ¿Qué estas haciendo aquí?

— ¿Recuerdas esa vez que me salvaste? Me trajiste hasta tu casa, me ayudaste y me diste de comer. Sigo debiéndote una por ese día y a mi no me gusta deberle a nadie.

Mark frunció su ceño ante sus palabras, bufó algo cansado ya por aquel tema. Había pensado que quedó en el pasado y que ambos lo habían olvidado pero evidentemente no era de esa manera. Rascó su nuca, preguntándose a si mismo sobre lo que debería de decirle.

— Ya te dije que no me debes nada.

El omega rodó sus ojos pero parecía ya haber estado esperando ese tipo de respuesta de su parte. Le vio abrir la boca para decir algo pero se callo a ultimo momento. La expresión en su rostro cambió transformándola a una mas ¿Angustiada? ¿Qué le pasaba?

— Pero amor, me lo prometiste hace días ¡No puedes acobardarte ahora! ¡Les dije a todos que irías! Están esperando por ti.

Mark le miró realmente confundido ¿Acaso el chico se había vuelto loco o qué estaba pasando? Podría llamar a Jeno para que fuera por su amigo antes de que siguiera diciendo ese tipo de tonterías.

— ¿Mark? ¿Está todo bien?

Escuchó la voz de su padre detrás y vio la diversión reflejada en los ojos del omega. Maldito desgraciado, no sabía lo que estaba planeando o que quería lograr pero hacer ese tipo de escena no era necesaria. Volteó a ver a su padre, quien estaba curioso observando al omega detrás de su hijo.

— Si papá... solo que...

— Oh Dios, lo lamento señor Lee. No debimos conocernos de esta manera. — La voz de Haechan sonaba tan apenada que incluso Mark casi se cree su teatro.—

Su padre le estaba mirando no sólo confundido sino también un poco decepcionado. Él mantenía una buena relación con sus padres y no les ocultaba nada realmente, no tenía razones por las cuales hacerlo. Un novio secreto, o lo que estuviera tratando de hacer parecer Haechan, seguramente lo sentiría como una herida en la confianza que se tenían.

— ¿Qué esta pasando?

El hombre preguntó y Haechan corrió suavemente a Mark para poder hablar él. El menor de los betas estaba mirando todo un poco confundido y sin saber que podría responder ante todo aquello.

— Me disculpo de verdad señor Lee. Esto no tenía porqué haber resultado de esta manera pero Mark me había prometido que iría hoy a la fiesta de cumpleaños de mi hermano mayor para conocer a mi familia. Se ha puesto un poco nervioso y se ha arrepentido de ir pero ya todos están esperándole.

Haechan parecía hablar al borde del llanto, como si de verdad le dolieran las mentiras que decía con tanta facilidad. El hombre miró de mala forma a su hijo, como recriminándole que no podía dejar a su novio de esa manera. Su padre parecía demasiado convencido y, si llegaba a negar las palabras del omega, seguramente este terminaría enojándose. Poblanamente Haechan lloraría sólo para hacer bien su actuación.

— Creí que ustedes no estarían de acuerdo. Ya saben, presentaciones oficiales con familia y ese tipo de cosas. Suena como algo demasiado serio.

— ¿No estamos en una relación seria? — Haechan jadeó y habló en un tono totalmente dolido, su padre le miró aún más molesto por ello. Genial, ahora seguramente pensaba que su hijo jugaba con los sentimientos de las personas. —

— Estoy asustado...— mintió mirando hacia otro lado, queriendo que eso sonora lo suficientemente creíble para el mayor. —

— Los Lee no somos unos cobardes Mark. Ve a vestirte y no le hagas esperar mas.

Quiso llorar en ese momento pero solo asintió con su cabeza y se metió de nuevo a la casa ¿De verdad estaba pasando eso? Era ridículo, no podía dejarse estar manipulando por aquel chico al que no conocía del todo bien.

Se cambio rápidamente, agradeciendo que ya se había duchado antes. Se puso unos jeans, una camisa y tomó una chaqueta antes de bajar. Al salir nuevamente al jardín vio que no solo su padre estaba hablando con el omega, sino también su madre. Estaba siendo un total desastre. Se acercó con un poco de nervios y Haechan sonrió ampliamente mientras se sujetaba de su brazo.

— Es hora de irnos. Ha sido un placer conocerlos señores Lee, espero verles de nuevo pronto.

Haechan sonreía de manera brillante, su madre también lo hacía y parecía encantada con el joven ¿Qué iba a decirles al día siguiente cuando preguntaran por el chico? El omega jaló levemente del brazo de Mark para que empezara a caminar y así alejarse de allí.

— Esperen chicos, uno de los empleados puede llevarles. — Su padre habló suavemente, girándose para ver si había alguien del servicio cerca. —

— Oh señor Lee no se preocupe. Su hijo ya ha sido demasiado mimado, lo llevaré en autobús así viva como el resto de la población.

Y sin decir mas, lo terminó arrastrando fuera de su casa. En cuanto doblaron en una esquina, Haechan se separó de este y soltó una gran carcajada que ya no podía contener ni un segundo mas. Mark por su lado le miraba molesto, cruzando sus brazos por sobre su pecho esperando una respuesta a todo ese teatro que había armado.

— ¿Esto te parece gracioso? ¿Qué voy a decirles mañana o cuando pregunten por mi misterioso novio del que no sabían nada?

Al omega le costó un par de minutos más en poder calmarse y, cuando lo hizo, se encogió de hombros aún soltando pequeñas risitas mientras empezaba a caminar con calma.

— No lo sé. Puedes decir que me encontraste engañándote con mi primo. Seguro que no volverán a tocar el tema después de eso.

Mark estaba de verdad sorprendido, sin saber porque siquiera estaba siguiéndole a donde sea que este estuviera yendo. No estaban cerca de nada que fuera realmente divertido o publico. Un par de calles después se sentó en una parada del autobús y subió sus piernas al asiento.

— ¿Qué estamos haciendo Haechan? Porque no entiendo de que va todo esto.

— Iremos a comer algo, tengo hambre y se me antoja una gran hamburguesa. De hecho ese era el plan original, invitarte a comer para luego llevarte a rastras a otro sitio. Pero tu lindo padre apareció y debí cambiar las cosas sobre la marcha. Vas a divertirte, será una gran fiesta.

— ¿Por qué yo? Hubieras llevado a Jeno.

Haechan rodó sus ojos mientras sacaba su teléfono para revisar sus mensajes y escribir un par mas. El autobús llegó y ambos chicos se subieron para acomodarse en los asientos de atrás. El omega estaba mirando por la ventanilla y el beta estaba realmente cansado de no tener una respuesta.

— Me gusta salir de fiesta, me divierte pero en las ultimas ocasiones había un idiota que no estaba entendiendo que no quería estar con él. Evidentemente mi negativa no fue suficiente y sólo me dejo en paz cuando le dije que salía con alguien. Ahora necesito presentarme allí con alguien para que me crea y me deje en paz. Todos saben que Jeno es mi mejor amigo y conocen al resto de mis amigos. Tú eras la única opción que me quedaba o la única opción que se ve decente al menos.

Y aunque a Mark le hubiera gustado molestarse con él, le resultó imposible. Terminó aceptando aquello y siguiéndole hacia un restaurante de comida rápida una vez que se habían bajado del autobús. Estando allí, ellos solos compartiendo, de verdad se la pasaba bien. Se reía y hacían bromas sobre lo que sea que vieran. Quizás fue una extraña manera de sacarlo de su casa pero podría valer la pena.

— ¿Siquiera tienes un hermano?

Mark le preguntó riéndose, recordando lo que había dicho pero supo que quizás no debió hablar sobre eso. Los ojos de Haechan se ensombrecieron y dejó su refresco a un lado antes de suspirar.

— Tenía una hermana, se suicidó hace un par de años.

Trató de ocultar el dolor de sus palabras pero fue lo único en lo cual no pudo actuar demasiado bien. El beta rápidamente empezó a hablar de otro tema, queriendo alejar al chico de aquellos recuerdos dolorosos. Por suerte la conversación volvió a ser amena por un tiempo.

Hasta que fuera hora de irse a esa fiesta, perdieron su tiempo caminando por las calles. Haechan se movía rápido y con gracia pero era extraño algo en él. Sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro, atento a cada movimiento que hubiera en la calle. Veía todo sin dejar de concentrarse en su discurso de como casi murió un día de niño jugando con Jeno.

En el momento en el cual partieron a la fiesta, Mark estaba realmente curioso por la misma. El chico no le había dicho nada al respecto y eso le tenía intrigado. Su confusión aumentó cuando, al llegar, escuchó la música proveniente de una vieja bodega.

— ¿Es aquí?

El omega asintió mientras se acercaba a un sujeto que cuidaba la puerta. Habló unos segundos con él antes de que le dejaran entrar.

Algo como eso había estado muy lejos de la imaginación del beta quien había esperado otro tipo de fiesta. Eso no significaba que el lugar luciera mal, de hecho se veía genial. Todo parecía haber sido montado y armado rápido. Había distintas luces sujetas de los pilares y vigas que cruzaban el lugar. Parlantes individuales puestos en ciertos puntos que creyó estratégicos y una barra desmontable donde la gente se amontonaba para comprar. El sitio era enorme y se veía muy diferente desde dentro. También veía unas puertas al fondo que llevaban a un espacio al aire libre.

Mark se sintió fuera de lugar y las personas parecían estar notándolo. Haechan le tomó la mano mientras le hacía moverse por el lugar, le vio saludar a unas cuantas personas antes de detenerse cerca de unos sofás donde había un pequeño grupo con el cual habló unos segundos. Estos destaparon unas cervezas y se la dieron al chico.

Haechan volvió a llevarlo como a un muñeco pero esta vez hacia la pista pero una parte menos repleta de gente. Le extendió una de las botellas mientras empezaba a bailar.

— Por cierto, si yo no te doy algo para que bebas, no te recomiendo que tomes algo.

Las palabras dichas por el omega salieron en un tono de broma pero había algo diciéndole que era muy real su consejo. No se arriesgaría a tentar al destino.

Durante los primeros minutos sólo observó al omega bailar antes de sumarse a él un poco cohibido. La música que estaba sonando no la reconocía y las luces estroboscópicas eran lo suficientemente fuertes como para marearlo pero, ya que estaba allí, trataría de divertirse si podía.

Un par de horas después no sabía cuantas cervezas había bebido y estaba un poco torpe pero riéndose. Una vez que pudo relajarse dejó que todo fluyera por su cuerpo resultando bastante divertido. Le gustaba, se sentía libre y un poco atrevido.

— Oh el maldito esta ahí y viendo hacia aquí.

Haechan se había acercado a él para hablarle a su oído. Mark trató de mirar lo mas disimulado que pudo encontrándose con la mirada de un sujeto que parecía bastante molesto. No podría negar que eso daba un poco de miedo, sobretodo porque se notaba mucho mayor que ellos ¿Era siquiera legal que aquel sujeto fuera detrás del omega?

— Se un buen chico y sígueme el juego.

Antes de que Mark pudiera quejarse de ser tratado como un perro, Haechan le estaba besando de una manera muy poco pudorosa en medio de toda esa multitud. Sus brazos habían pasado por el cuello del beta y le pegó a él lo suficiente como para que el aire no pudiera pasar entre ellos. Un poco torpe, el mayor de los dos correspondió el beso dejándose llevar. Su parte mas racional le decía que no debería de hacer eso, que el chico de bonita piel bronceada era un peligro para su salud mental pero otro lado, que quizás estaba muy influenciado por el alcohol, se dejó llevar por completo.

El beso estaba rápidamente subiendo de tono y las manos del beta habían empezado a acariciar por debajo de la camiseta que el omega traía pero pronto todas las luces se apagaron al igual que la música. La gente empezó a quejarse y Haechan se separó de este con el ceño fruncido. Sólo cuando los gritos comenzaron entendió lo que sucedía.

— ¡Corre!

Le había gritado mientras tomaba su mano para sacarlo rápidamente del lugar por las puertas que daban al aire libre. Todas las personas estaban corriendo por todos lados, se tropezaban entre ellos y el beta realmente agradeció no haberse caído en el proceso pues sus pies no estaban respondiéndole del todo bien.

Los siguiente que supo fue que estaba saltando un muro y corriendo por la calle junto a un grupo mas de personas. Iba a seguir corriendo en línea recta si no fuera porque Haechan lo empujó a un callejón y le tapó la boca con una de sus manos. Casi quince segundos después un par de patrullas estaban pasando por la misma calle haciéndole abrir sus ojos y mirar totalmente asustado al omega. Donghyuk le dio una gran sonrisa, casi inocente.

— Digamos que no teníamos permiso de hacer una fiesta en ese lugar.

Ambos se miraron unos segundos antes de empezar a reírse a fuertes carcajadas. Mark sentía su corazón totalmente acelerado por la adrenalina y el miedo. Sus piernas temblaban y creía que podría caer de rodillas en cualquier momento.

Pero ni estar huyendo de la policía lo alteró tanto como lo que siguió a ello.

Haechan, en medio de sus risas, se había quedado viéndole antes de sujetar sus mejillas y volver a besarlo. Todo se volvió como un recuerdo borroso en su mente. Los besos subidos de tono, las manos curiosas y como el omega le apartó solo un poco para decirle que le siguiera. Mark sabía que eso era un problema, ya lo había comprobado pero se sentía embriagado por aquel chico y no pudo decirle que no.

Lo siguiente que recuerda fue haber despertado solo en la habitación de un pequeño motel.

Los días habían pasado, Mark había dado vueltas a lo sucedido en su cabeza. Había visto muchas veces el número de Haechan en su teléfono pero no tenía la fuerza para poder llamarle. Esperaba poder juntar coraje para verle de nuevo pero su destino le odiaba.

Había estado paseando con unos amigos de sus clases de música por la tarde. Necesitaba despejarse y salir de vez en cuando con otras personas. Quería a sus amigos de la escuela pero ver a Jeno y Jaemin solían recordarle al omega de piel oscura. Vio en muchas ocasiones al alfa queriendo ver si este parecía saber algo de lo sucedido pero el chico actuaba igual que siempre. Nada había cambiado y lo prefería así.

Uno de sus amigos le estaba hablando sobre una nueva canción que estaba hablando con una gran sonrisa, parecía emocionado y le hubiera gustado compartir esa emoción pero no podía. Con un café en sus manos, miró distraídamente a las personas que paseaban por el mismo sitio. Como un golpe de un destino que le odiaba, Haechan pareció resaltar entre todas las personas. Le hubiera gustado poder pasar desapercibido pero la vida nunca era como le gustaría. El chico le vio y una gran sonrisa se poso en sus labios mientras caminaba hacia el beta.

Las manos de Mark empezaron a sudar, no estaba listo para hablar con él aún, para nada. Ignoró la mano de este en lo alto, ignoró esa sonrisa y se dio la vuelta caminando mas rápido hacia el grupo que le había dejado atrás. Quiso voltearse a verle pero no pudo hacerlo. Y fue lo mejor o sino hubiera visto la expresión dolida en el rostro ajeno.

Se sintió como un idiota, como un gran idiota y quiso arreglar aquello. Esa noche trató de llamarlo y sólo después de varias llamadas el omega contestó pero no le dejó hablar. Donghyuck soltó un par de groserías antes de colgarle y bloquear su numero.

Esa fue la ultima vez que hablo con él.

Recuerda su miedo el día en cual Jaemin se vio apresado por aquel sujeto que apuntaba un arma a su cabeza. Recuerda lo sorprendido que estaba cuando Jeno sacó un arma por igual. Fue algo demasiado surrealista como para ser cierto. Comenzó a preguntarse que estaba pasando en la vida de su amigo, quien era aquel alfa. Sobretodo tuvo miedo en un comienzo cuando pensó en las cosas que este podría hacerle a Jaemin pero, sin saber como, sus pensamientos fueron incluyendo a Haechan. Ellos eran mejores amigos ¿Estarían metidos en las mismas cosas? El pensamiento le ponía nervioso pero no podía ver al omega como alguien malo. Estaba loco, era demasiado temerario pero no podía decir que fuera malo.

Temía por lo que pudiera haber estado expuesto el omega y quiso llamarlo pero su número seguía bloqueado. Lo siguiente que supo fue que había huido.

Enterarse de todo lo que había rodeado a Jaemin durante ese tiempo fue duro. Saber sobre la vida que Jeno llevaba fue sorprendente, enterarse que Haechan estaba involucrado aún más. Su preocupación se elevó. Quería poder saber del chico pero era imposible.

Se sentía casi destrozado por dentro pero su dolor no parecía ser ni la mitad de lo que Jaemin estaba pasando. Tragó sus sentimientos, lo hizo por años y se volvió su soporte. Le gustaba estar con Nana, de cierta forma sentía que era la única persona que podría comprenderle aunque jamás le hubiera contado lo que pasó. Hablar sobre Haechan solamente le haría más daño a su amigo y no quería hacerlo sufrir más, no deseaba traer cosas al presente que pudiera lastimarle. Los recuerdos los guardó en un baúl de su mente con cerrojo y tiró la llave a la basura. Solo fueron juegos de dos adolecentes que ni siquiera habían compartido demasiado.

Tuvo varias relaciones después de ello. Algunas breves, otras mas serias pero todas terminaban por romperse. Sus amigos se reían sobre eso, bromeando sobre como le resultaba imposible mantener una buena relación amorosa. Mark sonreía y se reía, recordando como esas personas solían decirle que notaban su falta de interés en la relación, en como no podía entregarse a una. También recordaba a una linda beta que le abofeteó cuando dijo el nombre equivocado mientras tenían sexo. Un nombre que no quería volver a oír en su vida.

El día en que recibió la primera llamada de Jeno su vida pareció detenerse. Eso no podía estar pasando, era como escuchar a un fantasma. Estaba lleno de odio por todo, por lo que había visto, por lo que había vivido. Odio por como tuvo que ayudar a levantarse a su amigo cuando el mismo se sentía destruido. También odio hacia si mismo porque no tenía una razón para sentirse de esa manera. Su amigo tenia una excusa y era el lazo ¿Qué tenia él? Nada, ilusiones infantiles.

— Oye Jeno...— Se atrevió a hablar una noche, sus manos picaban de la ansiedad.— ¿Cómo están todos? Ya sabes... Ten y Taeyong tenían sus vidas. Tú y... eh... Haechan bueno, no terminaron la escuela. No le debe ser fácil...digo, no les debe ser fácil. Estar lejos de casa y eso.

— Estamos bien. — La voz de Jeno se escuchó tranquila desde el otro lado de la llamada.— Haechan esta bien.

Jeno cortó la llamada en ese momento, volteándose a ver a su mejor amigo que estaba recostado en el sofá con unos auriculares en sus oídos escuchando música. Pateó suavemente uno de sus pies y luego le quitó los auriculares para que le prestara atención. El omega bufó, mirándolo con un poco de molestia.

— ¿Qué sucede? ¿El niño rico te ha dicho algo que no te gusta sobre Jaemin? ¿Ya se acostó con ese otro alfa chino?

El omega buscaba molestarle, como era su esencia de siempre. El alfa rodó sus ojos, sentándose en uno de los sofás individuales mirándole con un poco de curiosidad. No había pasado por alto muchas cosas aunque le creó curiosidad. Recuerda como Haechan lucía nervioso o mas escandaloso cuando solían estar con Jaemin y sus amigos. También como no parecía tener problema en llevarse a cierto beta para que pudiera estar a solas con Nana. Y evidentemente no se había olvidado cuando debió recogerle de un motel hace años porque este le había llamado con la voz ahogada. Tampoco había ignorado realmente que, cuando estaba pensando en a cual de los betas llamar para tener la información que necesitaba, Haechan había dicho rápidamente el nombre del canadiense.

— ¿Puedo saber porqué Mark pregunta por ti? Creo que te he dado demasiado tiempo como para que aclares tus ideas y sepas que decirme.

El omega, que había estado tranquilo hasta ese momento, se levantó del sofá con el rostro pálido para ir hacia una de las grandes ventanas. La agitada ciudad de Tokio, con todas sus luces y personas, lucía hermosa y siempre despierta. Había muchas cosas de las cuales Haechan prefería no hablar. En ciertas ocasiones, el silencio era su mejor amigo para fingir que ciertas cosas no estaban pasando en su vida.

— Haechan...

— No quería que pasara... solo estaba queriendo divertirme un poco con el chico.

Sus palabras habían salido ahogadas, no iba a llorar. Nadie, nunca, debía de tener el poder de hacerle llorar. Sintió como su mejor amigo le abrazaba y él trató de zafarse del mismo pero el alfa era mas fuerte. Terminó aferrándose a él, abrazándolo con fuerza y llorando en el hombro de Jeno.

Las cosas se movían rápido, los días pasaban en un parpadeo. Mark estaba cansado, la universidad, sus notas además mantenía ahora constantemente un ojo sobre su amigo. Jaemin había estado bien en los últimos días pero podía recaer en cualquier momento y esas recaídas podían ser aún peores. Tuvo muchísimas ganas de golpear a Lucas en cuanto lo viera pero Ren Jun le había hecho entrar en razón sobre que Jaemin no querría eso. Ciertamente el omega preferiría que no hiciera un escándalo con todo lo sucedido, quería olvidarlo.

Quería dejarlo todo en el pasado y lo apoyaba. Pero el pasado siempre vuelve a golpear el presente.

El mundo parecía haberse detenido cuando vio a Jeno allí parado pero todo se congeló verdaderamente cuando sus ojos cayeron sobre Haechan. Casi tres años habían cambiado un poco su rostro. Si él sentía que el piso bajo sus pies estaba temblando, no se imaginaba lo que debía de ser estar en los zapatos de Jaemin. Le buscó con la mirada, notando sus ojos al borde de llanto y como comenzó a correr.

Las personas hablaban, decían un montón de cosas ridículas. Jeno había empezado a correr detrás de él y todos las otras personas en el lugar se habían quedado estáticas como unos extras en una historia de amor. Volvió a ver hacia Haechan pero, en el momento en el cual quiso hablarle, este subió al auto junto al resto y se marcharon por la calle.

Era casi divertido como en su vida, sus encuentros con Haechan estaban relacionados con las fiestas que ambos compartían. En aquella elegante a la cual habían asistido por Yuta, el omega parecía estar evitándole sutilmente todo el tiempo. Le ignoraba hablando con otros apenas se acercaba. Cuando Jeno les había dejado solos, de verdad se sintió agradecido con el alfa. Quiso hablar con calma, empezar una charla casual con el omega pero este, por mas que mantuviera una pequeña sonrisa en sus labios y le respondiera con frases cortas, notaba su ligero desagrado al estar con él. No tardó mucho en marcharse usando a alguien que pasaba como excusa de que estaba ocupado.

Pronto toda la fiesta se vio envuelta en un gran caos protagonizado por un muy ebrio Yuta que se abrazaba a Jaemin sin poder soltarle. Aunque quiso agradecerle cuando fue él quien debió hacerse cargo del resto para llevarlos a sus casas.

Dejar a RenJun, Chenle y Jungwoo no había sido la gran cosa. El auto se mantenía lleno de risas y bromas sobre la fiesta, todos estaban de buen humor y quizás un poco ebrios pero aún así consientes. Las cosas cambiaron cuando solo Haechan había quedado en el auto con él.

— Puedes dejarme aquí, volveré caminando o en un taxi.

Mark le miró un poco sorprendido por un par de razones. Era de noche, casi no habían personas en las calles y difícilmente podría encontrar un taxi para volver a su casa.

— Estas loco si piensas que te dejaré aquí. Sólo dime donde se están quedando.

El omega era orgulloso y no iba a decirle nada. Antes de que pudiera llevar su mano a la puerta y abrirla, Mark había puesto el seguro. Haechan miró un poco fastidiado al beta y terminó cruzando sus brazos sobre el pecho sin decir nada. El canadiense estuvo esperando una respuesta de sus labios por varios minutos hasta que se cansó. Resignado, empezó a conducir hacia otra parte de la ciudad.

Haechan miraba con curiosidad y desconfianza las calles que estaban tomando. No sabia a donde estaban dirigiéndose en ese momento y, no lo admitiría, le ponía nervioso. Mordisqueó suavemente su labio inferior tratando de calmar sus nervios.

— ¿Dónde estamos yendo?

— Considerando que evidentemente tú no quieres decirme donde estas viviendo y el tiempo sigue avanzando, estamos yendo a mi departamento. No se tú pero yo quiero dormir y no voy a quedarme esperando a que dejes el berrinche.

— No voy a ir a tu departamento.

— Pues yo no voy a dejarte en medio de la calle expuesto a que te pueda pasar algo.

— No me harían nada que no hubieran hecho antes.

Ambos cuerpos se fueron hacia adelante cuando Mark frenó de forma abrupta el auto, agradeciendo que nadie venia detrás de ellos o hubieran tenido un accidente. Las palabras del omega habían salido en un tono muy bajo pero no fue suficiente como para no ser escuchado por el beta. Haechan pareció arrepentirse en el momento de sus palabas y suspiró.

— Sigue conduciendo Mark. — Sus palabras salieron firmes pero las dijo sin verle a la cara, no quería hacerlo. No soportaba la mirada de las personas. —

— Haechan... tú...

— Estoy bien, siempre lo he estado. Te lo dije hace años, todos siempre quieren algo aunque lo nieguen. Incluso tú.

Mark negó con su cabeza, pegando su frente al volante del auto. Eran demasiadas cosas pasando a la vez, todo era demasiado. Siempre lo había sido. Debía de ser ilegal que una sola persona llenara su mente y corazón de tantas emociones a la vez. No podía ser eso posible o siquiera imaginable.

— Yo no quería eso de ti.

— Tranquilo Mark, no tienes que guardar apariencias conmigo. No serás el primer o último idiota que finge no conocerme después de haberse acostado conmigo.

La risa que brotó de los labios fue una cansada, también algo dolida. El beta mordió su labio inferior antes de volver a conducir.

— No voy a hablar de esto aquí en la mitad de la calle donde podemos tener un accidente.

Haechan no tenía muchas opciones pues las puertas del auto seguían cerradas. Cruzó sus brazos sobre el pecho mientras pegaba su frente al vidrio mirando por donde iban. Reconocía que el camino que estaban tomando no era cual les llevaría a la casa de los Lee. Seguramente en esos años el beta se habría mudado.

Cuando finalmente se detuvieron en un estacionamiento, Haechan se planteó la idea de salir corriendo del lugar. Las puertas ya habían sido abiertas y nada le retenía. Seguramente la puerta del estacionamiento estaría cerrada pero podía subir a recepción e irse. No seria difícil para él, ya no podría retenerle pero cuando vio a Mark parado fuera del auto esperando por él, simplemente salió y le siguió.

Como era de esperarse, el beta tenía más que un simple departamento. El pent-house era enorme. Los grandes ventanales dejaban ver la ciudad casi por completo. Era hermoso, casi tanto como lo había sido en Japón. Solía amar ver eso cada noche, podía pasarse horas.

— Anda, estoy escuchando pero tendrás que ser ingenioso con tus excusas sobre no ser un idiota. He escuchado muchas. Las más comunes siempre son sobre que tienen un novio o incluso esposo. También me han dicho algo sobre que tenían hijos.

Le dijo casi riéndose, estaba apoyado sobre el gran cristal mirando hacia abajo. Le gustaba hacer eso, le hacía sentirse pequeño y que su vida era insignificante. No valía tanto en comparación. Nunca lo había hecho.

— Era virgen. — Las palabras del beta salieron avergonzadas. Haechan volteó a verle, estaba sentando en el respaldar de un sofá mirando también a la ciudad.— Creí que era evidente pero ambos estábamos un poco ebrios esa noche. Despertarse solo después de eso, sin siquiera haber dicho adiós, me hizo sentir muy avergonzado. Es decir, noté que eras mucho más... experimentado que yo. Solo pude pensar en que fui un asco y me llené de inseguridades. No quería ver a nadie, me sentía un poco humillado. No niego haber pensando muchas veces como sería mi primera vez... y en ninguna de esas despertarme solo fue una opción. El estar allí tendido en una cama de un motel barato fue un poco abrumador y decepcionante. Cuando te vi de nuevo, entre en pánico porque no sabia que dirías y hui por vergüenza. No quise parecer un idiota.

Haechan le miraba entre asombrado y divertido. No por el beta en si, sino por todas las ideas que se había hecho en esos años. La vida le hizo desconfiado, no era bueno con sus emociones o confiando en otras personas. Siempre creería que las otras personas estarían buscando algo en él y que, cuando lo tuvieran, ya no les importaría.

— Mi madre me estuvo llamando esa mañana preocupada y angustiada. Mi padre nos había abandonado para irse con una beta apenas mayor que yo. Ni siquiera lo pensé cuando me marché. Ni siquiera te avisé porque... bueno, no me gustan esas cosas. Me hacen sentir vulnerable.

Era ridículo, de verdad que lo era. Quizás si hubiera hablado con el beta antes o lo hubiera dejado hablar cuando le había llamado. Era emocional, siempre lo fue. No pensaba mucho en lo que hacia, actuaba primero y luego, quizás, meditaba sobre las cosas que había hecho.

Ambos empezaron a reírse levemente, como diciéndose a si mismos lo idiotas que habían sido durante ese tiempo.

Terminaron ambos sentados en el suelo, con la espalda apoyada en el sofá viendo el amanecer en Seúl. Haechan en algún punto había apoyado su cabeza en el hombro del beta. Hablaron por horas sobre todo lo que había pasado en esos tres años. Las cosas que habían vivido e incluso sobre la pareja de sus amigos. Fueron años difíciles para todos.

Era extraño que quizás nunca habían tenido la oportunidad de conocerse realmente. Eran pocas las cosas que vivieron juntos pero era como si así lo hubieran hecho. Era como si se conocieran desde siempre.

Cuando el teléfono de Haechan sonó por un mensaje de Jeno preguntándole donde estaba, creyó que era tiempo de volver.

Mark le acompañó hasta el auto de Jaemin y, antes de subirse al mismo, le quitó el teléfono al beta para guardar su actual número. Después de eso se marchó sintiéndose mucho mas tranquilo que hace un par de años.

Los siguientes meses fueron un poco extraños pero buenos. El beta solía llamarle para hacer planes. Ya sea yendo a algún sitio o quedarse a ver películas en su departamento. En un comienzo las cosas eran bastante... tranquilas pero antes de que cualquiera de los dos pudiera imaginarse comenzaron a despertar en la cama del canadiense con un desastre de sabanas y las piernas de ellos enredadas.

Ninguno decía mucho sobre esos encuentros, era como si fingieran que no estaban sucediendo pero poco a poco comenzaban a volverse mas habituales. Haechan estaba bien con eso, podía vivir con ello pero sus nervios volvieron a empezar a alterarse poco después.

Mark había cambiado, parecía no poder mantener sus manos lejos de él y no en un sentido sexual. El chico siempre parecía estar tocando suavemente una de sus piernas mientras veían una película. Solía poner uno de sus brazos sobre sus hombros o en su cintura cuando caminaban por la calle. En alguna ocasión le había abrazado por la espalda pero se aparto en cuanto sentía lo tenso que se ponía.

El día en que le pidió salir se sintió mas asustado que nunca.

— Yo no soy como tú, Mark. No encajo en tu mundo lleno de buenos modales y gente educada. No soy de esa forma. No puedo ser como ellos. Soy malhablado, digo insultos en cada frase, no sé como comportarme educado ni siquiera parezco lucir decente en comparación. Incluso tuve un par de arrestos. No soy como el resto de las personas que conoces. — Estaba hiperventilando y sus ojos llenos de lágrimas. Él jamás sería siquiera respetable en el mundo de Mark.—

— ¿Y quien te dijo que yo quería que fueras como ellos? — el beta le abrazó con cuidado, sintiendo al omega sumamente frágil en ese momento.— Justo como eres, es la forma en la que te amo. Amo las locuras que haces, la forma descarada en la que eres. E incluso me encanta que vivas metiéndote y metiéndome en problemas. Jamás podría pedir o esperar a que cambies porque eres perfecto en la forma que eres.

Haechan volvió a llorar, porque una parte de él no podía terminar de creer las palabras del beta. No podían ser ciertas, eso era imposible aunque deseara creerlas.

Y aunque trató de rechazarlo, le aceptó. Porque estaba muy asustado pero le asustaba mucho mas la idea de perderle.

Había tantas cosas que Mark aún no conocía de él y que temía contárselas por miedo a que le dejara. Estaba arruinado por dentro y por fuera, era una pieza rota. Un juguete roto. Había logrado sobrevivir pero no sabia si realmente estaba viviendo. Nada era fácil y su felicidad al lado del beta siempre había existido solo si él ignoraba todo su pasado.

Pasaron un par de meses más. Mark estaba a su lado en el sofá hablando sobre qué podría regalarle a Jaemin en su cumpleaños que estaba a solo una semana. Haechan, por su lado, estaba atento a la computadora del beta que tenía sobre sus piernas. Era una escena ya muy familiar para ellos porque casi se encontraba viviendo con el canadiense. Muchas de sus cosas estaban regadas por todo el departamento de este e incluso, haciendo cuentas, hace poco mas de una semana que no había vuelto al departamento con Jeno y los otros.

— ¿Qué estas viendo? — Le preguntó en un momento, inclinando su cabeza por sobre el hombro de este para ver.—

— Estoy buscando un trabajo, otro mas además del que hago para Yuta a veces. Con esto de que Jeno ha entrado a la universidad realmente no quiero quedarme atrás. De verdad quiero tener una carrera pero con el poco dinero que gano, no me alcanza. Necesito otro mas.

— ¿Cuánto necesitas? Puedo dártelo.

El Omega casi saltó en su sitio cuando le escuchó. Mark lucía tranquilo a un lado de él, mirándole curioso por su reacción. Sentía sus manos temblar y un sudor frío recorrer su espalda. Dejó la computadora a un lado, levantándose del sofá rápidamente.

— No, tú no me harás eso. —Mark estaba frunciendo su ceño al escuchar sus palabras. — No voy a dejarte hacerlo.

— ¿De que hablas Hyuck? — El beta se levantó, acercándose a este y tomando sus antebrazos para que pudiera mirarle. —

— ¡No me toques! — El gritó salió demasiado fuerte de sus labios, dañando un poco su garganta. Empujó al beta quien estaba anonadado. — ¡No me convertirás en ella! ¡No seré como ella!

— ¿Ella? ¿De quién hablas?

Mark estaba angustiado pero también confundido. No era la primera vez que el Omega se ponía nervioso y se alteraba por algo que le decía. Siempre solía gritar, molestarse un poco y marcharse pero jamás se había puesto...así. Parecía estar temblando, era como un cachorro asustado. Sus ojos estaban bien abiertos mientras le miraba con temor. Quiso acercarse nuevamente a este pero Donghyuck dio un par de pasos hacia atrás, alejándose de él.

Antes de que pudiera volver a hablar, el chico salió corriendo de su departamento.

Jeno había estado sorprendido cuando recibió la llamada de su amigo llorando. Estaba preocupado y también listo para golpear a quien sea que le hubiera hecho daño pero cuando supo dónde estaba, su enojo se disipó. Ahora estaba en aquel parque al cual Haechan solía ir siempre en el aniversario de la muerte de su hermana. Llevaba un par de cervezas mientras caminaba hacia el lago. Ni siquiera le había preguntando si estaba allí, simplemente lo sabía. A un par de metros, pudo verlo, sentando en el suelo y abrazando sus piernas.

Se acercó calmadamente, se sentó a un lado de este y dejó las cervezas en medio. Tomó una para abrirla y dársela a su mejor amigo quien seguía viendo directamente hacia el lago. Golpeó ligeramente su hombro y este reaccionó tomando la cerveza y dándole un gran trago.

— ¿Qué pasó?

— Mark... echándome en cara todo su dinero de nuevo. —Jeno levantó una de sus cejas por lo que dijo, conocía al beta y no era ese tipo de persona. — Estaba viendo trabajos, hice lo que me aconsejaste y le conté que quería ir a la universidad.

— ¿Y que sucedió? ¿Se enojo? ¿No quiere que vayas? —No veía al beta capaz de hacer algo como eso pero en realidad las personas podían ser realmente crueles en sus hogares. Habían monstruos que sonreían enorme en la calle y en sus hogares esa sonrisa se convertía en la pesadilla de muchos. —

— Quiso pagármela. Yo... yo no puedo ser como ella, Jeno. No puedo ser como Irene. Me prometí que nunca le daría tanto poder a alguien en mi vida. No puedo deberle tanto, si quedo en tal desventaja... ¿Qué haré si él quiere cobrárselo luego? No quiero terminar como ella lo hizo.

Jeno suspiro, entendía el miedo de su amigo. No era fácil estar bien con ese tipo de cosas en su posición. Había heridas que nunca sanaban pero el omega no podía seguir viviendo de esa manera. Era difícil siquiera pensar en palabras que pudiera decirle para consolarle o tratar de hacerlo sentir mejor. Era pedir que olvide su vida para seguir adelante y eso era imposible. Estaban hechos de sus recuerdos, de los buenos y cientos de los malos. Así eran ellos.

— Se que quizás lo que yo te diga no importe pero realmente no creo que Mark sea capaz de hacerte algo como eso. El tipo esta lleno de dinero y seguramente tiene en su cuenta personal una suma mayor a la que nosotros veremos en toda nuestra vida pero eso no parece importarle. Según como yo lo veo, solo esta tratando de ayudarte a que te superes a ti mismo. Quiere ayudarte a cumplir tus metas y sueños. Se que tienes miedo pero respóndeme tú algo ¿Le crees capaz de hacerte daño a propósito? El chico se asusta de haber hecho algo mal hasta cuando tú te enojas por tonterías como una camarera sonriéndole por ejemplo.

El omega desvío su rostro mirando hacia el lago sintiéndose avergonzado por las ultimas palabras de Jeno, le daba vergüenza la pequeña escena que había hecho un día que fueron a cenar con sus amigos. Apoyó su cabeza en el hombro del alfa sintiendo sus ojos llenos de lágrimas.

— No se que hacer... tengo miedo.

— Lo se Hyuck, asusta mucho. — Jeno habló en un tono suave mientras apoyaba su cabeza en la del otro.— ¿Por qué no empiezas siendo sincero y contándole tus razones? Mark no entiende la gran mayoría de las veces porque gritas, sales corriendo y huyes de él. No sabe que hay acciones o palabras suyas que traen a flote malos recuerdos para ti.

— ¿Y si me deja después de saberlo?

— Golpearé su cara y después saldremos a festejar porque te libraste de alguien que no te merecía.

Y aunque hubiera sonado como una broma, Haechan sabía que Jeno era sincero. Llevaba demasiado peso sobre sus hombros, demasiados malos momentos que acarreaba desde que era un niño. La única persona que realmente conocía todos sus demonios era el alfa a su lado. Crecieron juntos y la vida los rompió a los dos. Siempre fueron unidos y quizás era porque ambos podían entender las heridas ajenas pero ahora... ahora Donghyuck veía a su amigo muy lejos de él. Había cambiado en esos años, logró superar cada cosa que le sucedió. Abrazó sus errores y heridas del pasado para poder vivir tranquilo en su presente.

Jeno ahora era feliz, él también quería serlo pero los recuerdos dolían como si los viviera en el presente. Hablar de ellos le resultaba casi imposible porque su garganta se cerraba. Estaba tan acostumbrado a la mala vida que temía a una mejor porque si volvía a la anterior sería aún peor.

Suspiró profundamente, aguantando las lágrimas. Necesitaba dejarlo ir, necesitaba avanzar.

— ¿Si vas a proponerle matrimonio a Nana en su fiesta? Este va a ser el tercer intento que hagas. — Le dijo a su amigo, tratando de cambiar el tema de conversación. Escuchó a Jeno reírse a su lado.—

— Es lo que planeo, no es tan fácil como me lo imagine o como Taeyong me dijo.

— Si vuelves a acobardarte, van a reírse de eso por siempre. Yo me incluyo.

— No hace falta ni que me lo digas.

Ambos chicos se rieron. Su presente distaba muchísimo de su pasado. La vida parecía buena frente a sus ojos en la actualidad. Tenían lo que antes nunca tuvieron, esperanza. Levantarse y soñar por un mejor mañana ya no era algo imposible, ahora podían hacerlo.

Casi tres horas después Haechan estaba volviendo al departamento de Mark. El portero le conocía y el beta le había dado la autorización de que podía dejarle pasar en cuanto le viera. Tenía ya mucha familiaridad con todo eso, era tan normal para ellos que le sorprendía.

Habían muchas cosas que Mark sabía, como el lugar donde fue criado. El beta venía de una importante familia y siempre tuvo mucho dinero. El día en el que le presentó a su madre en la casa donde había pasado toda su infancia se sintió asustado por lo que este pudiera decir o actuar. Había esperado que el chico se mostrara incómodo por la evidente precariedad del sitio pero se había mostrado totalmente cómodo en el lugar. Era extraño verlo, con sus ropas caras sentado en el desgastado sofá de la sala. No encajaba en la imagen pero él no parecía prestarle atención a ello. No miró a las manchadas paredes por la humedad, ni a la oxidada cocina. Tampoco se fijó en los vasos y cubiertos de mala calidad cuando su madre amablemente les preparó la cena. De hecho, él parecía estar mas cómodo que el mismo Haechan y amablemente había prometido volver a visitar a su madre pero el omega jamás se lo permitió.

Cuando estuvo dentro del departamento se topó con la espalda del beta viendo hacia la ciudad que lucía anaranjada por el atardecer. Llevaba una copa en sus manos y no supo desde que momento había estado bebiendo pero vio una botella ya vacía en el suelo.

— Estaba por mandarte un mensaje para que no volvieras hoy. Porque sí, sabía que ibas a regresar. Siempre es igual, te enojas, gritas y te marchas. Nunca se porqué lo haces y nunca tengo respuestas. Regresas un par de horas después como si nada hubiera pasado y yo sólo me callo pensando en que debo darte tu espacio. Que luego me lo dirías pero pasan los dias y todo se repite de nuevo. No se si puedo seguir de esta manera Haechan.

El omega no podía decir que no le entendía. De hecho le había sorprendido la gran paciencia que este tuvo con él. En el lugar del beta, el mismo se habría dado una patada en el trasero hace tiempo, cansado de sus constantes cambios. Incluso él estaba cansado de si mismo.

Quizás, si hubiera sido una mejor persona, se habría marchado ese día y hubiera dejado al beta en paz. Mark merecía a algo mejor, alguien que no estuviera dudando todo el tiempo de sus acciones o intenciones. Pero no podía dejarle, era egoísta y también avaricioso. Cada cosa le asustaba pero quería al canadiense, lo amaba y no toleraba la idea de verle con alguien mas.

El beta se merecía algo mejor y él no era algo bueno, pero podría tratar de serlo.

Sus manos temblaban cuando se acercó mas a este y le abrazó por la espalda. Si quería estar con él debía de darle la oportunidad de conocerle realmente, conocer todos los fantasmas que le mantenían despierto por las noches pero que se esforzaba por ocultar.

— Empezó cuando tenia trece años...

Porque la lista de las desgracias en su vida era larga. Demasiado. Eran quizás demasiado dolorosas pero todo ese dolor le recordaba que seguía vivo. Porque muchas cosas empezaron antes de que eso, porque su hermana había abandonado aquel mucho antes pero él solo lo entendió después. Le habían marcado el alma pero pudo salir. Estaba lejos ya de ese niño que fue una vez y eso le hacía sentirse orgulloso aunque aún tuviera miedo de volver a serlo.

En algún punto de su relato escuchó la copa que el beta sostenía estrellarse en el suelo y romperse en pedazos. También notó como este se giró y le abrazó cuidadosamente como si temiera lastimarlo.

No supo cuando pero al terminar de hablar se encontró a si mismo sentado sobre el regazo de Mark en el sofá. El beta acariciaba su espalda mientras le abrazaba diciéndole que estaba bien y que no dejaría nadie nunca mas dañarle. Lo sujetaba en sus brazos mientras hacia promesas sobre protegerle por siempre.

Allí comenzó a llorar nuevamente, lloraba a gritos mientras se aferraba a la camiseta del mayor. Porque nunca se había permitido llorar apropiadamente, porque jamás quiso mostrarse débil ante nadie pero allí entre sus brazos supo que estaba bien, que iba a estar bien.

Porque ese era su nuevo comienzo e iba a vivirlo sin miedo o arrepentimientos. Iba a hacerlo al lado de la persona que amaba.  

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Se que quizás muchas cosas parecen pasar demasiado rápido pero, como les había dicho antes, tenía la idea de una segunda temporada Markhyuck. Como decidí no hacerla, quise tratar de poner "todo" dentro de este especial, al menos en rasgos generales.

También se que Haechan no parecía tener tanta carga emocional durante la historia mas allá de lo pasado con su hermana pero esa es una idea que hubiera desarrollado más si hubiera hecho la segunda temporada. Básicamente una idea de que las personas pueden esconder el sufrimiento que llevan detrás de sonrisas o cosas similares. Gracias por leer. 

Les esperaré en el siguiente y ultimo especial que será Nomin ¿Adivinan sobre qué? Jajaja

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