Hace dos años, en Octubre
-¿"Park Ji Min"?- asentí mientras devoraba mi plato de comida. Minji me miró confundida -¿Y dices que él ocultaba su nombre por seguridad?-
Volví a asentir -Así es...-
-¿Y crees que ese es su nombre real?-
Lo pensé un momento... -Él parece ser un chico sincero, y si no lo es, da igual. No es como que seamos mejores amigos-
Minji me dió la razón. -Mañana llamaré a Junri para que te acompañe estos días...-
-Por supuesto que no- reí -Tengo 23 años, ya soy una adulta, puedo cuidarme a mí sola- Minji tomaría un curso de 5 días en Argentina como parte de sus clases de la universidad... Algo sobre su especialidad. Y no quería que me quedara sola
-No dudo de tu capacidad para cuidarte, pero ya no solo eres tú, sino también Yoontae...-
-Tranquila. Sólo serán 5 días y Yoontae nace en 10 días. Todo estará bien- El 21 de Octubre era el día de mi parto; estaba nerviosa y ansiosa por conocer a mi bebé.
-¿De verdad estarás bien sin mi?-
-¡Disculpa! Me ofende tu pregunta. Claro que estaremos bien sin la tía Minji por unos días. Oh, mira, siente -tomé la mano de Minji y la puse sobre mi barriga - hasta Yoontae está de acuerdo en que estaremos bien-
-Mi bebé...- Minji se acercó a mi barriga y la abrazó -... Te voy a extrañar muchísimo... Por favor no nazcas hasta que yo vuelva, ¿de acuerdo? Y cuida de mamá, ya sabes que es torpe...-
-¡Hey! No le enseñes esas cosas a mi hijo...- ambas reímos.
Estaba un poco asustada por los días que venían; estaría sola, en casa todo el día, sin nada que hacer más que esperar a Minji... O a Yoontae, el que llegue primero. "Espero que sea Minji", pensé.
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A la mañana siguiente, Minji se despidió de nosotros y se fue al aeropuerto.
-Bueno, bebé, estamos tú y yo solos por primera vez... ¿Cómo te sientes?- Yoontae no se movió - Quizás... Nos vendría bien un buen desayuno, ¿no crees?- entré a la casa y nos hice un buen desayuno.
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El sábado, Yoontae y yo estábamos enfadados de estar en la casa todo el día.
-Necesitamos aire fresco- tomé mi teléfono y busqué el teléfono de un taxi...
"Park Jimin", leí.
-Tal vez... Podríamos ver qué está haciendo... - pero, antes de presionar el botón de "marcar", deseché la idea.
Llamé un taxi y nos llevó hasta la cafetería de siempre.
Todo el mundo me miraba sorprendido por el tamaño de mi barriga, algunos se me acercaban a tocarla, y Yoontae los pateaba.
"Este chico sería igual de agresivo y antisocial que su madre", pensaba.
Tomé una mesa lejos de las personas y un té de moras.
-Aaah, por fin, fuera de casa, ¿no, Yoontae?- miré por la ventana. Del otro lado de la calle ví a una familia esperar el semáforo en rojo para atravesar la calle.
Era la mamá, el papá y dos pequeños. Ambos estaban tomados de las manos, escuchando atentamente las instrucciones que su papá les estaba dando... Cuando se puso el verde, los cuatro miraron a ambos lados de la calle y después caminaron.
Los niños se veían felices por haber aprendido algo nuevo ese día, y sus padres los felicitaban con pequeños aplausos.
Pensé... "¿Será difícil enfrentarse a la vida sin un padre?" El mío... Siempre estuvo para mí, sabía que me amaba, pero un día se fue y nunca adiviné porqué. Y mi mamá... Ella era fuerte. No aceptaba un "no" por respuesta. Ambos me criaron bien, y estaba agradecida por ello.
Pero, ¿sería yo tan buena madre como la mía?... ¿sería un buen padre, también?
Si. Claro que sí. Aprenderé a reparar cosas en la casa, a usar un taladro eléctrico, a conducir, incluso tomaré un curso de cálculo integral para ayudarte cuando vayas a la universidad. Nada te faltará nunca...
-Hey, están aquí- miré atrás y estaba Minjun sonriéndome
-Min... Digo, Jimin, ¡hola!- dije, quizás muy contenta -¿Qué haces aquí?-
-Acabo de terminar mi curso a unas dos calles y... Pasé a tomar un café y un libro- nos sonreímos, algo incómodos
-Amm, ¿quieres sentarte?- Jimin miró su reloj -Oh, sí tienes que irte...-
-No, no...- rápidamente se sentó frente a mí -Tengo tiempo- sonrió. Su sonrisa era... ¿Cómo decirlo?... Sus ojos desaparecían entre sus mejillas levemente rosadas cuando sonreía. Inconscientemente yo también sonreí -¿Qué?- me dijo. Me dí cuenta de que había estado mirándolo por unos segundos y me avergoncé
-Aah, tu, tú sonrisa, es... graciosa-
-¿Qué?- dijo, riendo
-T-tus ojos, desparecieron y... -
-¿Y eso es gracioso?-
-Yo... No, perdón, no debí...- Yoontae me dió una patada, a mi parecer, bien merecida
Jimin rió de nuevo -Tranquila, estoy jugando. Pero deberías ver tu expresión - ahora él se burlaba de mí y mis mejillas se encendieron
-Lo siento...-
-Está bien, está bien... Dime, ¿qué haces aquí sola?-
Tomé aire para reponerme -Salimos a despejarnos un rato. Hemos estado encerrados casi toda la semana y necesitábamos una última visita a la cafetería-
-¿Están solos?- asentí
-Minji salió del país por la escuela. Pero hemos estado bien estos días...-
-Ya veo. ¿Y es tu última visita porque..?-
-Oh, Yoontae llega el siguiente viernes- le dí unas palmaditas a mi barriga
-¿Tan pronto? Wow... ¿Estás... asustada?- negué. Jimin sonrió y se quedó así unos segundos...
-¿Qué?-
-Nada, nada... Bueno, es que... Es curioso. Había escuchado antes decir que las mujeres embarazadas se ven hermosas, pero nunca lo había notado hasta ahora que...te veo- me quedé CONGELADA -Y-yo, no no sé por qué lo dije... Discúlpame por favor, no lo malinterpretes, yo sé que tú... Y yo no debí... Por favor discúlpame- Jimin se puso de pie para hacer una reverencia en forma de disculpa- Discúlpame, por favor- me rogó
-Jimin - miré a mi alrededor y varios estaban viéndonos -Está bien, siéntate- le dije. Jimin levantó la vista y sus mejillas estaban igual de rojas que las mías
-Disculpa... No sé por qué dije eso...- tomó asiento de nuevo
-Esta bien... Es bueno recibir halagos de vez en cuando, supongo...- dije para calmar las cosas
-¿Qué no los recibes siempre?- soltó y me avergoncé un poco, de nuevo...
-N-no, no...-
Jimin apretó los ojos -Lo hice de nuevo, perdón-
Reí un poco -No eres bueno con las conversaciones, eh- Jimin rió y negó, mientras miraba su taza de café -Por suerte, yo soy buenísima para conversar. Por ejemplo, ¿te gusta el café?- Jimin asintió -Bueno, aquí te va: yo odio el café-
-¡¿Qué?!- dijo elevando el tono, con mucha sorpresa.
Asentía orgullosa -Así es, lo detesto. Ni siquiera entiendo por qué la gente lo bebe-
-¿Qué dices? ¡El café es lo mejor del mundo! -reí- ¡Imagínate! En el mundo empresarial, no hay nada como salir de la oficina y tomar una buena taza de café caliente...¿Cómo puedes vivir tú sin ese placer?
-¿De qué hablas? El té es superior, y hay tantos sabores...-
-No no no, de ninguna manera...-
Jimin y yo conversamos sobre el café, luego sobre los libros que más hemos disfrutado, las estaciones, nuestra música favorita...
-¿De dónde sacaste "Yoontae"?-
-De un libro encantador; se llama "Shooting Stars"-
-¡Claro!- Jimin se levantó con prisa y fue directo al estante donde estaba el libro y lo trajo a la mesa -"Shooting Stars", sabía que lo había leído en alguna parte. Este libro es... simplemente impresionante-
-Lo sé-
-"Mi sublime y singular Hanako, en cada estrella fugaz te encuentro...- comenzó a recitar una parte del libro
-"tan irreal y tan deslumbrante, tan lejana..."- continué yo
-"y siempre deseándote... Tuyo, Yoontae"-
-"Yoontae"- repetí.
-Wow, qué historia...- asentí. Sostuvimos la mirada unos segundos, pero lo esquivé para ver la hora.
-Tenemos que irnos ya-
-Ah, claro, déjame llevarlos-
-No, no queremos molestarte...-
-No es ninguna molestia, ya es tarde y está haciendo frío- Tenía razón, cada vez estaba haciendo más frío y ya estaba oscuro.
-B-bien, gracias...-
Jimin se acercó a mí y me dió la mano, con delicadeza, y me ayudó a levantarme. Sus manos estaban cálidas y tan suaves...
Por alguna razón, trataba de no tener contacto visual con él, era como si ambos nos incomodáramos.
Jimin nos llevó hasta la casa y nos ayudó a entrar.
-Gracias, Jimin-
-Un placer-
-¿Q-quieres pasar?-
-N-no, no, gracias. Los dejo descansar... ¿Cuándo llega Minji?-
-Mañana por la noche-
-Oh, bueno, eso me alivia. Bien, entonces, nos hemos pronto, Yoontae - se acercó y tocó levemente mi barriga, pero Yoontae no lo pateó. Seguramente estaba igual de impactado que yo... -Me dió gusto verte, verlos... A ambos- rió nerviosamente- Cuídate- dijo y se marchó.
Me quedé en la puerta un momento, hasta que ví el auto de Jimin desparecer en la distancia.
Suspiré.
-Él es un gran chico. Es tan... tierno, ¿no crees?- le dije a Yoontae. Entramos a la casa y nos recostamos en el sillón -Su sonrisa... ¡Qué particular! Y su nulo sentido de la conversación- reí - sin embargo, debemos admitir que es atractivo. Tiene un porte, como una estrella de cine... Como aquel protagonista que es un rompecorazones, inalcanzable y... Oh, Dios, es como un Christian Grey...- reí aún más fuerte- Lo siento, Yoontae. Pero, parece alguien misterioso, ¿no? - Yoontae me dió una patada que me dolió mucho -¡Oye! ¿Por qué lo hiciste? No dije nada malo...- pensé que quizás a Yoontae no le gusta que hablara de él -Está bien, está bien... Sólo era un comentario, no es como que nos fuéramos a casar. Relájate...-
Después de nuestra primera discusión, nos fuimos a dormir.
Mientras estábamos acostados, antes de dormir, me quedé pensando en lo que había hecho Yoontae cuando hablé de Jimin.
¿Estaría celoso? ... acaricié mi barriga lentamente
-Jamás podría amar a alguien como amé a tu papá, amor -reí levemente -De hecho, dudo mucho que exista alguien que pueda hacerme sentir como lo hizo él... Que me mire con esos ojos color avellana, y sonría cuando dice que me ama. Que tome mi mano y derrita mi corazón con un susurro en mi oído- suspiré profundamente... Una lágrima escurrió por mi mejilla -Lo extraño tanto, Yoontae. Cada día más. Cada día jugamos a ser valientes, pero la verdad, ¡estoy aterrada, mi amor! Pensar en el futuro... me asusta. Tú haz sido mi único motor estos pasados 7 meses... Eres todo lo que tengo, por favor, Yoontae, nunca me dejes... Yo, prometo que siempre...-Yoontae me dió una patada fuerte -¡Auch! ¡Yoontae!- después otra. Me levanté de la cama y entonces mi fuente se rompió.
Mi corazón empezó a ir muy rápido; ¡estaba asustada!
-Tr-tranquila, Seulmin, y-ya hemos practicado esto antes... ¡Min..! ¡Minji no está!- grité -No, no cálmate, ¡Asustarás a Yoontae!-
Tomé la maleta que ya estaba puesta junto a mi cama y me puse los zapatos con dificultad. Busqué mi teléfono entre las sábanas y marqué
-El número no está disponible por ahora vuelva a intentarlo o deje...-
-¡¡Maldita sea!!- grité. Minji tenía el teléfono apagado.
Otra terrible contracción vino de nuevo; eran mil veces más dolorosas de lo que imaginaba... Quizás millones de veces más.
-¡¡No sé qué hacer, amor!!- la contracción me tiró al suelo. -¿Qué hago, que hago?- me repetía. Tenía que actuar rápido, antes de que llegara otra contracción.
Llamé de nuevo. Uno, dos...
-¿Hola?-
-Jimin, soy yo, Seulmin-
-¿Seulmin? ¿Qué pasa? -
-Yoon-Yoontae ya viene y, y no sé qué hacer... Ya llamé a Minji pero...- una contracción de nuevo. Estaba asustada, pasaban muy seguido y eran muy fuertes
-¡¿Seulmin?! ¡¿Qué sucede?!- escuchaba cómo gritaba Jimin por el teléfono, pero no podía responder. Colgué.
Las lágrimas corrieron por mis mejillas... Estaba asustada, sola...
-Taehyung... Tae, Tae...- decía entre lágrimas -Tae, tengo miedo, por favor, sálvame... Te necesito, Yoontae te necesita, ¡¡No puedo hacerlo sola!!- seguí llorando -ayúdame...- le rogué a alguien que ya no existía.
Puse mi mano en mi vientre... No sentí a Yoontae.
-¿Yoontae?- susurré, pero él no se movía.
Algo dentro de mí me levantó del suelo con rapidez. Tomé el teléfono y volví a llamar.
-¿Emergencias?-
-Señorita, estoy teniendo a mi bebé, estoy sola y no tengo auto; por favor, necesito que traigan una ambulancia de inmediato. Mi fuente se rompió y los contracciones son muy fuertes y constantes-
-Tranquila, señora, ya va la ambulancia. Permanezca en la línea. Dígame, ¿cuánto tiempo de gestación tiene?-
-Casi 40 semanas, yo esperaba ir el siguiente viernes al médico para...- grité de dolor por una nueva contracción
-¿Señora? ¿Está todo bien? Por favor, siga hablando-
-¡N-no puedo, no puedo hacerlo!- puse el teléfono de nuevo en mi oído
-Claro que puede, la ambulancia está en camino. Tiene que respirar profundo, háganlo conmigo - la señorita en la línea inhalaba y exhalaba, y yo la seguía -Tranquila, lo está haciendo bien... Una mamá siempre sabe qué hacer, ¿no lo sabía?- sus palabras me tranquilizaron -¿Cuál es tu nombre?-
-Seulmin- respondí
-Bien, Seulmin, tranquila, los paramédicos ya están llegando, ¿puedes caminar?, necesito que vayas a tu puerta y los recibas, ¿okay?- tomé aire para recuperarme
-Okay, ya voy - tomé la maleta y bajé las escaleras con cuidado. Antes de llegar a la puerta, tocaron el timbre
-¿Señora?- gritaron desde la puerta
Abrí y ví la ambulancia lista.
-¿Seulmin?- me dijo la señorita del teléfono
-Si, ya están aquí, gracias-
-Muy bien, todo estará bien, Seulmin. Serás una gran mamá- sonreí por sus palabras
El paramédico tomó mi maleta y me ayudó a caminar hasta la ambulancia.
Las luces azul y rojo me deslumbraron, mi visión se puso borrosa y no pude sostenerme más. A lo lejos escuché a alguien gritar, pero no entendía...
De pronto, Tae...
Miré a mi alrededor, estábamos en la habitación de su departamento. Él me tenía abrazada, y su calor era muy agradable. Con una de sus manos quitó mi cabello de mi rostro y me acarició suavemente.
Estaba sonriendo por verme, sus ojos brillaban y su respiración me tranquilizaba.
-No tengas miedo, Seulmin. Todo va a estar bien...¿okay?- Tae me besó y aquel beso me devolvió el aliento.
Abrí los ojos confundida. Miré a mi lado, pero no estaba él.
Miré a mi alrededor y ví a un paramédico que parecía hablar, pero no podía escucharlo.
"Tae... Yoontae", pensé. Cuando recordé donde estaba, busqué mi vientre. Aún estaba ahí. Suspiré tranquila.
"Con cuidado" dijo alguien. De pronto ví el cielo nocturno y luego el techo del hospital.
"Mujer en labor de parto, necesito el quirófano ahora"
"Quirófano 3 listo"
"Señora, ¿puede escucharme?"
Supuse que me hablaban a mí, pero no podía responder.
"¡¿Seulmin?!"
Busqué entre la gente esa voz conocida. Era Jimin. Extendí mi mano hacia él y ví que corrió a tomarla. Él iba corriendo junto a la camilla.
Lo detuvieron -Sólo puede entrar la familia, ¿es usted el padre?-
Jimin me miró y con la cabeza asentí -Si- contestó él.
El doctor lo dejó pasar y él volvió a tomar mi mano.
-Tranquila, estoy aquí-
Sentí que las fuerzas volvían a mí.
-Gracias- le dije
-Señora, escúcheme- ví al doctor - Vamos a prepararla para el parto, ¿está bien? Trate de recuperarse para pujar...- asentí y los doctores empezaron a quitarme los zapatos y el pantalón.
Me sentía avergonzada, miré a Jimin y él se había apartado un poco para no mirar; eso me alivió.
Antes de ponerme de pie, una contracción terrible llegó. Grité del dolor y Jimin se acercó para sostenerme
-Respira, Seulmin, respira así - él hacía la misma respiración conmigo. Me ayudó a recostarme de nuevo.
-¿Está lista?- me preguntó el doctor -Llegó la hora, señora. Tiene que pujar cuando yo lo diga... Uno, dos, tres, ¡puje!-
Con todas mis fuerzas empecé a pujar. El sudor resbalaba por mi frente y sentía un dolor indescriptible, parecía no terminar.
-No puedo no puedo más...- dije
-Seulmin, Seulmin mírame- Jimin tomó mi rostro y lo miré -Puedes hacerlo, confía, confía en mí. Ya falta poco...-
-No, no puedo...- chillaba
-Vamos, hazlo por mí solo esta vez... Por mi, ¿si? Por favor...- tomé aire y pujé de nuevo mientras gritaba de dolor
-¡Muy bien señora! Puedo ver la cabeza, solo una vez más-
-Una vez más, Seulmin, esta vez hazlo por Yoontae-
Escuchar el nombre de mi hijo me dió las últimas fuerzas. Jimin tomó mi mano y la apreté con fuerza mientras pujé por última vez
-Aquí... Está... Buen chico, bienvenido, amigo... 1:47 de la mañana del 13 de Octubre. Felicidades, es un niño.-
Ni siquiera pude recordar el dolor cuando escuché el llanto de Yoontae. Una enfermera lo envolvió en una manta azul y lo acercó de inmediato a mí... Era hermoso.
Lo tomé entre mis brazos con fuerzas renovadas y lo acomodé en mi pecho. Estaba llorando fuertemente, y yo también. Revisé sus piecitos, sus manos... Acaricié su rostro y su cabecita.
-Hola, amor... Soy yo, mamá, ¿me recuerdas?- Yoontae se calmó y dejó de gritar. Besé su frente y abrió los ojos... no pude evitar llorar al ver su mirada...
Miré a Jimin, seguía a mi lado, pero no había dicho nada porque tenía los ojos llenos de lágrimas.
-Hey, hola, Yoontae, es un gusto conocerte- Jimin tocó delicadamente su manita y luego nos miramos -Lo hiciste bien - me dió una de sus particulares sonrisas y un pequeño beso en la frente.
-Bien hecho, mamá- dijo una enfermera -ahora tengo que llevármelo para limpiarlo y tú debes descansar-
-Si, pero, hágalo con cuidado porque es muy pequeñito...-
La enfermera sonrió -Claro. Por cierto, ¿cuál es el nombre de este guapo bebé?-
-Yoontae. Kim Yoontae-
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¿Quién más lloró? :'v
Capítulo nuevo por el buen fin jsjsj
Por cierto, si hay seguidores de Perú, cuidense mucho amixes, los tkm:(💕
Besitos a todos
-gminssi 🍍