Karol pensó que era una pregunta absurda, sin duda los dos querían seguir adelante. Ella podía sentir la erección de Ruggero presionando contra su vientre y ella estaba loca de deseo y el lo sabía al sentir los senos de Karol contra su pecho.
Karol lo jaló hasta las escaleras de la alberca, y ahí lo volvió a besar a manera de contestar su pregunta, y Ruggero lo captó perfectamente así que guió sus labios hasta el cuello de Karol mientras el agua caliente a su alrededor los acobijaba.
Karol se dedicó a disfrutar de cada musculo del cuerpo de Ruggero, sin duda alguna su parte favorita era cuando sus manos llegaban a su trasero y lo presionaba con deseo haciendo la invitación de que entrara en ella.
Ruggero entendía su mensaje. Estaba ansioso por hacerlo sin embargo sabía que al día siguiente se arrepentiría por hacer lo que ocurriría, pero en ese momento solo le importaba la pasión y el deseo por la hermosa mujer que se retorcía de placer debajo de él.
Unos de los pezones de Karol fue capturado por la boca de Ruggero, y ella solo pudo responder arqueándose contra él, el otro pezón era atendido por la mano de Ruggero quien se dedicaba a acariciarlo, pellizcar lo y tirar de él tierna mente.
Con los últimos rayos del sol como escenario perfecto para este acto de amor, la piel de ambos brillaba. Los suaves gemidos de placer de Karol y los gruñidos de satisfacción de Ruggero se mezclaban con el sonido del aire, el sonido de agua, el de algunos insectos y los más excitante el de sus cuerpos rozándose.
-Rugge...-gimió Karol.
No pudo terminar lo que iba a decir, el deseo la consumía, pero él entendió perfectamente lo que le iba a pedir, así que con un movimiento suave y ligero la penetro. Ella se volvió a arquear con cierto desconcierto, no esperaba que un hombre como Ruggero fuera tan tierno al momento de hacer el amor, no pudo hacer otra cosa más que conmoverse y darle un beso en el hombro.
Ruggero le sonrió antes de empezar a embestirla de una forma más rápida y dura, con cada penetración trataba de llegar más dentro de ella, estar más cerca de ella, fundirse con Karol.
Karol había rodeado la cintura de Ruggero con sus piernas y con cada estacada levantaba las caderas de forma instintiva, tratando de alcanzar el máximo placer posible para ella y para él.
Con un último movimiento el sintió cómo se corría dentro de ella inmediatamente después de eso Karol lo acompañó en el éxtasis total disfrutando del orgasmo tan maravillosos que habían alcanzado.
Se quedaron un rato abrazados, Ruggero seguía dentro de ella, mientras su respiración se tranquilizaban, regresaban de ese espiral lleno de placer, dulces y estrellas, cuando Ruggero volvió a mirar a Karol le sonrió y le dio un beso lleno de amor.
La tomó en brazos y salió de la alberca, entró a la casa y la llevó a su habitación, la dejó suavemente en la cama, le beso la frente y se separó de ella, pero Karol le tomó la mano antes que se alejara.
-Quédate conmigo- dijo en modo de suplica con una mezcla de sueño.
-Tengo que ir a recoger todo lo que dejamos afuera- dijo él.
-Pero prométeme que vas a regresar- dijo ella.
-Ruggero suspiro- te prometo que no tardo.
Salió a recoger todo, la cámara, la ropa y los diamantes, pero no se quería alejar de Karol. No tenía planeado dormir con ella a pesar de que habían hecho el amor, sin embargo esa súplica de que lo necesitaba para dormir lo enorgulleció. Dejó las cosas sobre la mesa y salió corriendo a la habitación de Karol, para meterse a la cama con ella.
-Gracias- a penas alcanzó a decir ella. Ruggero la volvió a besar y la abrazó para quedarse dormido profundamente.
Era un lastima que los rayos del sol anunciaran que la noche terminaba. Había sido la mejor noche de su vida y el brazo de Karol rodeándolo de la cintura abrazándolo, le hacía revivir a cada segundo lo que había pasado entre ellos.
Pero en ese momento no sabía que hacer. La razón le decía a gritos que saliera de esa cama lo más pronto posible y se alejara sin mirar atrás. Pero el corazón le decía que se quedara con ella y que la abrazara para no dejarla ir.
Bajó la mirada y la observo, inmediatamente una sonrisa en los labios de Ruggero se dibujó. Ahora se odiaba, sentía que no se podía separar de ella, pero cuando terminara la semana nunca más la volvería a ver.
La voz de Karol lo interrumpió.
-Espero que esa sonrisa sea por mi- dijo con una gran sonrisa y abriendo los ojos.
-Yo...tengo que... ir a...-tartamudeo Ruggero.
-Karol se sentó a horcajadas sobre él- tu no vas a ningún lado-
-Voy a ir....a....-karol lo volvió a interrumpir.
-No tienes nada que ir a hacer, ayer dijiste que teníamos todo el día libre- dijo ella.
-Pero es...es que yo...-
karol lo miró recelosa y se bajó de él- Ok, me quedó claro, no quieres estar conmigo.
-No, Karol, no es eso lo que pasa- trato de decir Ruggero.
-Ya sé lo que pasa, ¿te arrepentiste de lo que hicimos ayer verdad?- dijo ella.
-Por supuesto que no- hizo una pausa- vamos a desayunar, te espero en 20 minutos abajo- termino por decir.
Y así fue en 20 minutos Karol bajaba las escaleras para ir a desayunar. Ruggero ya lo tenía todo listo, le ofreció una silla a Karol y se sentó frente a ella. El desayuno transcurrió bien aunque la platica se basaba en las artes culinarias de Ruggero.
-Karol cambiando dramáticamente de tema- ¿Que vamos a hacer hoy?
-¿Que quieres hacer?- contestó Ruggero con otra pregunta.
-Pues se me ocurren un par de cosas, pero tal vez a ti no te agraden mucho- dijo ella-
-Todo lo que tenga que ver contigo me agrada- dijo él con una gran sonrisa.
Karol se puso de pie y rodeo la mesa para sentarse sobre las piernas de Ruggero, besándolo dulcemente, enredando sus dedos en el cabello de Ruggero y frotándose contra él.
A Karol le sorprendió la rapidez de Ruggero al aumentar la presión de sus labios pidiendo más del beso, la dureza de su virilidad y las manos de él recorriendo todo su cuerpo las piernas, la cadera, la espalda y el pecho.
Ruggero desvió sus besos hacia el cuello de Karol, quien hizo la cabeza hacia atrás para darle un mejor acceso y después dirigirse hacia la oreja de Karol.
-Me encantas- dijo él.
Karol sonrió con la confesión y con el estremecimiento que causo Ruggero en es parte especifica de su cuerpo, que por supuesto Ruggero también notó, así que le mordió levemente el lóbulo, ella dio un leve respingo de placer.
-Ruggero con un tono seductor hablándole contra la oreja- Que bien, ya encontré el punto perfecto para seducirte.
Karol rodeaba el cuello de Ruggero con sus brazos, pegada a él lo más que podía y disfrutando de las palabras de seducción que Ruggero le decía, lo hermosa que era y lo que pensaba hacerle, Karol llevaba un vestido tan corto que con el hecho de estar sentada en esa posición dejaba al descubierto sus piernas, y para beneficio de Ruggero pues disfrutaba de cada momento que sus manos se deslizaban por ellas.
También era evidente que no llevaba sostén por lo que detrás de esa fina tela los senos de Karol quedarían totalmente desnudos para él. Deslizo lentamente el vestido y este quedó en la cintura de Karol.
Acarició el cuello y los hombros de Karol, sin duda le gustaba jugar con ella, seducirla hasta que le rogara que la tomara.
-Rugge... por favor...-gimió ella.
-¿Por favor que?- contesto él.
-Tócame- suplico.
-Te estoy tocando- dijo él mientras acariciaba su mejilla cerca de la oreja, alcanzó a percibir el pequeño murmullo de Karol negando, que eso no era lo que quería, bajo sus caricias hasta llegar a su pecho- ¿Me estoy acercando?-
Karol no pudo contestar después de sentir los labios de Ruggero cerrándose sobre su pezón y tirar de él para después besarlo hasta saciarse, Karol se arqueaba para darle a entender que quería más.
Y las manos de Ruggero no se quedaban quietas, Karol sentía un leve hormigueo que exigía más por cada rincón por el que pasaban sus manos. Y los dedos de Karol impedían que la boca de Ruggero se separara de sus senos y lo presionaba más contra ella.
El timbre sonó, Ruggero separó su cara del pecho de Karol y la miró con tranquilidad y frustración. Ambos tenían la respiración agitada y los labios hinchados. Karol se levantó de él y se arregló el vestido. Ruggero se fue a abrir la puerta furioso por haberlos interrumpido.
Pero cuando abrió la puerta se encontró con...