Keyla
Todo mi esfuerzo de meses a la basura. Por culpa de Nolan. No debí haber contestado esa llamada, estoy segura de que fue la razón de que me descubriera Vinicio. Pero definitivamente necesito esa lista. Como dice la famosa frase un tropezón no es caída. Así que me centraré en esto lo mayor posible. No importa que ya no tenga celular y no pueda salir sola a ninguna parte. Sí, Vinicio ya me limitó todo eso, pero no me interesa, nada va a detenerme.
Entro al despacho de Vinicio que tiene en la casa y me le acerco. No me dirige la palabra hace días, desde lo que ocurrió en el prostíbulo. Ah, pero si tiene ganas de tener sexo, ahí sí no le importa hablarme para que le abra las piernas.
Hipócrita.
No tengo que enfadarme con Vinicio, debo recordar que él es el traicionado y el que está indignado por esto, y estando molesta no lo puedo convencer de nada.
―Vinicio ―lo llamo para que me preste atención.
Se mantiene sentado en la silla de su escritorio y luego de un rato largo alza la vista, pero al segundo vuelve a sus papeles.
―¿Qué quieres? ―pregunta y sigue sin mirarme.
―Necesito un favor, tenemos un trato, ¿recuerdas?
―No, creo que lo olvidé. ―Mueve uno de sus papeles y pasa al otro.
Frunzo el ceño.
―Escúchame...
―No pienso oír a una traidora.
―Vinicio, si sigues así de obstinado voy a encontrar la forma de largarme y no me verás más la cara, ¿entiendes? Estoy contigo por conveniencia, lo sabes.
―Estás conmigo porque te saqué de un prostíbulo, fin ―dice determinante.
Bufo.
―Claro que no, yo te convencí. ―Me siento sobre su escritorio y me acerco a su rostro―. Sabes que puedo ayudarte y tú a mí. ―Le sonrío.
―¿Me dirás dónde está Nolan? ―Continúa sin observarme.
Dejo de sonreír.
―No sé dónde se encuentra.
―Pero puedes averiguarlo. ―Al fin alza la vista a mirarme.
―Aunque lo investigue, necesito información de él, no puedo decirte su paradero todavía.
―Creo que se terminó la conversación ―dictamina.
Como siempre, como todas las veces que lo he intentado en estos días, pero no más, esta es la definitiva, voy a convencerlo.
―No ―digo cortante también―. Exijo que me ayudes, solo necesito ir a algún evento de las carreras ilegales ¿Recuerdas? Estábamos investigando eso.
Se ríe, pero demuestra enojo en su gesto.
―¿Para qué? Si de todas formas Nolan te dará la información.
―Por favor, Vinicio. ―Me muerdo el labio y acto seguido me inclino para tomar su corbata―. Necesito que me ayudes. Mejor tener varias opciones a tener solo una y si le ganas a Nolan en esto, ya no lo necesitaré más, te lo entregaré en bandeja.
¿Estoy jugando con fuego al prometerle a dos hombres la cabeza del otro? Sí, es cierto, pero no importa quién gane, aquí lo que me interesa es descubrir a mi enterrador, mi venganza. Todo lo demás son efectos colaterales, efectos que no me interesan para nada.
Me observa fijamente, su mirada es penetrante, pero al fin, luego de un silencio que me parece eterno, llega el momento en que me contesta.
―De acuerdo ―dice no muy convencido y hace otra pausa, aunque no tan larga como la anterior―. Conseguiré a alguien de confianza que te acompañe, un guardaespaldas.
Vuelve al tema de la otra vez, pensé que no lo mencionaría más. De hecho las únicas ocasiones en las que he salido fueron con él. Pero no había hablado de esto de nuevo, desde el día del prostíbulo. Recuperar su confianza, va a ser más difícil de lo que creí.
Y ya extraño a Tyner, quiero verlo.
No me rendiré por nada del mundo, voy a volver a conseguir mi libertad para hacer lo que quiera, tendré de nuevo a Vinicio a mis pies y esto dejará de ser un infierno, o al menos que sea uno en el que tenga la oportunidad de ir a buscar a Tyner.
¿Me extrañará?
Concéntrate, esto no es por amor, es por venganza. Necesito conseguir mi libertad de nuevo, para obtener información a mi antojo, no para de andar de hormonal por un hombre. Mierda, es que no lo puedo evitar.
Por eso quiero tener las dos cosas.
~~~
Luego de tanto tiempo, estoy aquí, no lo puedo creer. Ver carreras es mi pasión, amo la adrenalina. Quedo prendada observando los vehículos pasar a toda velocidad. Estoy emocionada como si nunca hubiera sido secuestrada y estuviera viviendo mi vida normal de cuando era adolescente. Es una sensación gratificante y mi sonrisa no se hace esperar, se mantiene presente en todo momento.
―Ya viene tu escolta ―me aclara Vinicio―. Quédate aquí, tengo cosas que hacer y no tengo tiempo de esperar, no hagas nada raro ―expresa severo.
Lo observo continuando con mi sonrisa.
―Gracias.
―¿Por qué? ―Me mira confundido.
―Por eso. ―Vuelvo a mover mis ojos a ver la pista y apoyo mis manos en el barandal―. Me encanta ―expreso emocionada.
―Te gustan las carreras ―afirma.
―Sí, cuando era chica venía mucho. ―Suspiro con nostalgia.
―Ya veo ―dice pensativo, mira su reloj y luego vuelve su vista hacia mí ―. Bueno, que lo disfrutes. ―Cuando lo regreso a observar, visualizo que me está sonriendo.
Me saluda con un beso rápido en los labios, entonces se retira. Estoy obteniendo su confianza poco a poco, voy por buen camino.
Puntos para mí ¡Bien!
―Buen día, vengo a escoltarte. ―Oigo detrás de mí.
Lástima que el guardaespaldas no tarda en llegar. Vinicio me trajo, pero no le quedó de otra, debía dejarme a solas un momento, ya que esa persona se iba a demorar. Al parecer tenía cosas que hacer y es de confianza, no le podía dejar la tarea a cualquiera.
Mi molestia se esfuma cuando me giro sobre mis talones a ver quién es ¿Por qué no reconocí la voz del hombre que enciende mis hormonas? Tyner.
Regreso a sonreír al verlo por completo.
—¿Tú serás mi guardaespaldas? En vez de ser este mi infierno, será mi paraíso ―expreso emocionada.
Tyner frunce el ceño.
—No te apures, yo también estoy decepcionado de ti.
Mi sonrisa se vuelve a ir.
―Por favor, ¿en serio? ―digo desconcertada.
―Traicionaste a Vinicio con Nolan, él te ha ayudado en todo lo que necesitabas y se lo pagaste de la peor forma.
―¿Tú no tienes derecho a reprocharme nada? Tú lo engañaste conmigo. ―Muevo mi dedo índice acusándolo.
Se ríe sin humor.
―Yo no hice eso ¿Disculpa? Yo pagué.
Presiono los dientes y luego grito.
―¡¡Pero íbamos a repetir sin que se enterara!!
―Qué bueno que no pasó. ―Rueda los ojos.
―Tyner, maldita sea ―expreso molesta e indignada―. ¿Eso quiere decir que no lo haremos? Por Dios, no puedes decirme esto.
Vuelve su vista hacia mí.
―Puedo y debo, es una locura lo que íbamos a hacer. Qué bueno que recapacité a tiempo. ―Mira hacia un costado―. ¿Traicionar a Vinicio? ¿En qué estaba pensando? ―Bufa.
―En que te gustaba ―digo afligida.
Gira su vista hacia mí de nuevo.
―Sí, pero está mal.
―Me diste tu palabra ―insisto.
Mantiene la mirada.
―Sí, lo hice pero... estoy dolido ―expresa con tristeza―. ¿Sabes que yo puedo conseguirte esa lista?
―¿Cómo conoces lo de la lista? ―pregunto sorprendida y luego reacciono―. ¿Cómo que puedes obtenerla?
―Mi padre es un Superior, no es difícil para él conseguirla. De hecho sé lo de la lista porque él se comunicó con Nolan.
Entrecierro los ojos.
―¿Todo este tiempo Vinicio lo supo?
―No ―expresa fríamente―. Es solo que mi relación con mi padre no es buena, así que Vinicio no habla con él, yo menos ―Suspira pesadamente―. Fue casualidad oír la conversación en la que charlaban de ti. Es probable que parloteen entre ellos porque son del mismo rango, pero yo no lo sabía, me enteré hace poco. Sin embargo es irritante, porque pude haber bajado mi orgullo para conseguirte esa puta lista ―exclama furioso lo último, apretando los lentes―. Le pediste ayuda a la persona equivocada.
―Frena tus celos, macho, ya suenas a Vinicio.
―No puedo, estoy enfadado, terminemos tu tour y te regreso al que sí le debes explicaciones, porque yo no tengo nada que ver contigo.
―¡Ag! ―me quejo―. Me irritas.
Me ha sacado todo el humor.
Por eso no hay que idealizar a los hombres, muchacha.