VIOLET
Que tu humor y bienestar emocional se vea afectado por un chico es una mierda.
Cuando Black se fue, me costó recuperar mi independencia emocional. Fue un proceso largo y doloroso que ahora se ha ido por el caño con su regreso. He vuelto a buscarlo con la mirada por todos lados cuando estamos en el mismo lugar, siento de nuevo esa sensación burbujeante en mi estomago al verlo y lamentablemente, también regresan esos celos estúpidos que no debería sentir, que no tengo derecho a sentir. Black se ha pasado todo el evento con Blue y es la primera vez que veo a Blue pegada a alguien que no sea Red.
La mayoría de las personas comienzan a irse, y aunque el evento ha sido un éxito, me encuentro fingiendo sonrisas mientras la gente se va, esta sensación de hundimiento en mi pecho cada vez que veo a Black con Blue no me deja sonreír con genuinidad y lo odio porque sé que no debería afectarme, sé que no debería importarme, pero no puedo controlar como me siento. Las emociones deberían venir con un botón de autodestrucción, al estilo:
<<Ah, te enamoraste y no eres correspondida, presiona el rojo y acaba con cada partícula de miseria que te causan estos sentimientos, #loser >>.
Recuesto los codos sobre el mostrador y descanso el mentón sobre ambas manos a palma abierta. Observo como Blue ojea la pantalla encendida de su celular, le dice algo a Black y se aleja de él. Ella se adentra en los arbustos a un lado del lugar. Black se queda y se ríe con un grupo de chicos, yo suspiro audiblemente.
—Cada mentira tuya es olvidada con cada suspiro mío.
La voz de Red a un lado me toma por sorpresa porque estaba demasiado ocupada ahogándome en mi dramática miseria de amor no correspondido. Red se recuesta al otro lado del mostrador de espaldas a mí y cruza los brazos sobre su pecho. Su vista al frente como la mía.
—Escuché esa frase en algún lado, —dice. —No la había entendido hasta que oí tu profundo suspiro.
—¿No la entendiste cuando Amber te dejó suspirando?
Eso le hace sonreír y girar su cara a un lado para mirarme. El azul de sus ojos resalta un poco más porque la luz de nuestra tienda se refleja en ellos. Siempre me ha parecido que Red tiene una mirada extraña, como si hubiera vivido más de los años que tiene, como si supiera cosas que los demás no. Y bueno, si lo conozco bien, ahora va a cambiar el tema, porque mencionar a Amber es la única forma de cortar un tema con Red.
—¿Recogieron bastante dinero? —pregunta.
—Creo que sí.
—¿Ya se llevaron el dinero de aquí?
Suspiro de nuevo y esta vez no tiene nada que ver con el chico moreno de cabello negro que se sigue riendo con el grupo de chicos. ¿Cómo puede una sonrisa bajarme las pantatelas mentales con tanta facilidad?
—Si, está a salvo, Red. No creo que ellos se atrevan a venir a un evento con tanta gente, con...—paro de hablar porque después de lo que pasó, puede que sí se atrevan. —El dinero está a salvo.
—¿Cómo está tu hermana?
Me tenso y me enderezo, despegando el mentón de mis manos.
—Está bien.
—Si necesita algo, si—
—Ella está bien, Red —afirmo y lo miro directamente a los ojos. Nos quedamos callados unos segundos, Red asiente.
—Vale.
Ambos miramos al frente de nuevo y nos quedamos en silencio. Black le golpea el hombro a uno de los chicos que son los últimos en irse antes de comenzar a caminar hacia nosotros. Él todavía ríe un poco cuando se acerca, sus ojos van de Red a mí.
—¿Y a ustedes que les pasó? —pregunta, aún sonriendo, —esas caras, ¿dónde es el velorio?
—¿Deberíamos sonreír todo el tiempo así no sea genuino? —suelto con más molestia de la que espero, la mención de mi hermana, el hecho de que este idiota ni me haya saludado en todo el evento y ahora que llegue tan tranquilo me ponen de malhumor. Black deja de sonreír y se acerca a mí.
—Entonces, si no deberíamos sonreír todo el tiempo, ¿qué deberíamos hacer, Violet? ¿Portar esas expresiones de velorio?
—No, pero hay un balance para todo.
Él se inclina hacia mí y se lame los labios, esos ojos oscuros atrapándome como de costumbre, pero aún así, no apaciguan mi molestia.
—Y tú si sabes mantener un balance, ¿no, Violet?
—Mi inteligencia emocional no tiene nada que ver contigo.
<<Ja, mentirosa>>.
Eso le hace sonreír un poco y con el mostrador entre nosotros, se inclina aún más, su rostro a escasos centímetros del mío. Y el recuerdo de hace más de un año, de sus besos, de sus manos por todo mi cuerpo, de sus gruñidos y como me apretaba contra él me desestabiliza un poco.
—¿Estás segura de eso?
Una mano se atraviesa entre nosotros y aplasta el rostro de Black, alejándolo de mí.
—Atrás, Satanás, —Amber le ordena al llegar a un lado de nosotros. Red se ríe y Black hace un mohín.
—Siempre interrumpiendo mis mejores momentos. —Black reclama.
Amber hace una reverencia con una sonrisa falsa.
—Estamos para servir.
—Bueno, ¿cuándo empieza lo divertido? —Black mueve sus cejas rápidamente, —Ya todos se han ido.
—¿Dónde está Blue? —La pregunta de Red sale de la nada, Black se encoge de hombros.
—Dijo que tenía una llamada y no sé donde se metió.
Algo cambia en la mirada de Red.
—¿A dónde se fue?
Black sacude su cabeza y yo señalo los arbustos que vi.
—Se fue por ahí.
Red se aleja de nosotros y va en la dirección que señalé. Black se le queda viendo por unos segundos como si debatiera entre seguirlo o no. Amber y yo compartimos una mirada. Black se voltea hacia nosotras y nos sonríe.
—Bueno, empecemos esto, necesito un trago.
—Aún tenemos que desmontar nuestra tienda. —Le recuerda Amber.
—Les ayudo. —Black comienza a ayudarnos con todo, pero no puedo evitar notar como su mirada cae sobre esa entrada en los arbustos de vez en cuando. Y tanto la reacción de Black como la de Red me parecen peculiar, pero las dejo pasar, la noche apenas comienza y yo necesito un trago.
#
BLUE
Tomo respiraciones profundas una tras otra. Estoy de pie con las manos descansando sobre mis rodillas mientras me inclino hacia adelante. En el silencio y la oscuridad de estos arbustos consigo calma, encuentro mi respiración de nuevo. En esta posición, puedo observar mi celular en el suelo, su pantalla anuncia 13 llamadas perdidas antes de volver a repicar de nuevo.
LLAMADA ENTRANTE.
NÚMERO PRIVADO
<< ¿Se detendrá algún día? O, ¿viviré eternamente atrapada al miedo cada vez que esto pasa?>>
El crujido de ramas al ser pisadas me alerta de la presencia de alguien, me enderezo y ojeo el punto por donde entré. Red emerge de allí y se detiene a una distancia prudente en cuanto me ve. Su mirada va de mí al celular en el suelo hasta que me mira de nuevo, como si evaluara todo, como si quisiera disecar cada parte de esta situación para entenderla, para encontrar la forma correcta de ayudarme porque ese es Red: contradictorio. Es impulsivo para tantas cosas y tan metódico y cuidadoso para otras.
Como si tomara una decisión, él camina hacia mí, recoge el celular y sé que está a punto de contestar así que reacciono y envuelvo mi mano alrededor de la suya para detenerlo.
—No.
—¿Por qué? —Su mirada es pesada y fría sobre mí.
—Es mi problema.
Red ladea la cabeza antes de liberar su mano de la mía y ofrecerme el celular.
—Entonces, lidia con ello.
La pantalla encendida del celular crea una iluminación blanquecina entre nosotros. Y soy incapaz de tomar el celular.
—¿Qué pasa? Con la firmeza que afirmas que es tu problema, deberías contestar.
Me lamo los labios y lo miro a los ojos. Él levanta una ceja, esperando. Y esta es una de las cosas que más me gusta de Red, podría pasar por brusco a veces, pero él nunca me ha demostrado lastima y estaba tan cansada de eso cuando llegue aquí. En el lugar que vivía antes, después de lo que pasó, todos siempre sentían lastima y pena por mí. Esas miradas, esos susurros están tallados en mi mente.
<<Ay, pobrecita>>.
<< Puedes llorar si lo necesitas>>.
La gente siempre era cuidadosa a mi alrededor, como si temieran que me fuera a romper en cualquier momento. Y eso solo me hacia querer gritarles y alejarlos porque sin importar que tan fuerte me despertara sintiéndome un día, bastaba con una sola de sus miradas de lastima para acabar con eso. Pero Red no es una de esas personas, él nunca me ha mirado con lastima, ni siquiera cuando le conté lo que pasó. Aún recuerdo su mirada firme y sus palabras de ese día.
<<¿Qué puedo hacer para ayudarte?>>
Objetivo y directo.
Y honestamente, lo mejor que él puede hacer por mí es seguir siendo el mismo como en estos momentos, que me está diciendo a la cara que con el valor que intento alejarlo al decir que esto no es su problema, debería contestar el celular. Aceptar ayuda, aceptar que no puedes con algo no es algo fácil, es algo que aún estoy aprendiendo.
—No puedo contestar. —Admito.
—Entonces, ¿decides observar como el celular suena una y otra vez? ¿Por qué te torturas de esa forma?
—No lo sé.
—Sí lo sabes, no quieres lidiar con ello. —él espera que el celular deje de repicar y lo apaga, —No para de llamar, apaga el celular, y mañana cambias tu número. Punto.
—No hagas eso.
—¿Qué?
—No hagas que suene tan simple, me hace sentir como una tonta.
—Si por tonta te refieres al hecho de que huyes de los problemas constantemente en vez de enfrentarlos y solucionarlos, entonces, es el adjetivo equivocado, el que estás buscando es cobarde.
Le arranco el celular de la mano.
—Sé que las cosas parecen muy simples para ti, pero—
—Jamás dije que fuera simple, Blue, lo que pasó fue algo muy jodido, pero si no puedes enfrentar las cosas, si hay momentos en los que sientes que no puedes, deja al lado ese maldito orgullo y permite que alguien más te escude y esté ahí para ti. —Él da un paso hacia mí, sus ojos sobre los míos. —Esa energía que gastas construyendo murallas a tu alrededor, deberías invertirla en enfrentar tus miedos.
—No te he pedido un sermón, Red.
Su seriedad se agrieta y él sonríe un poco. Nos quedamos sin decir nada, y esos ojos me observan en medio de la semioscuridad de este lugar. Esa firmeza y seguridad que Red emana es lo que me atrajo a él desde el principio, luego al conocerlo más, su forma de ser y su intelecto completaron el paquete para dejarme con un enamoramiento estúpido. Uno que me hace quedármele viendo fijamente, queriendo que este momento dure un poco más, deseando que este silencio entre nosotros, que esta mirada directa despierte algo en él.
<< ¿Alguna vez te has imaginado como se sentiría besarme, Red? Porque yo he imaginado besarte tantas veces>>.
Red suspira y me jala del brazo para acercarme a él. Mi corazón se acelera cuando él envuelve sus brazos a mi alrededor y me aprieta contra él en un abrazo firme y rápido. Él se separa y me sonríe, quedamos demasiado cerca. Sé que sí me muevo un poco más, podría presionar los labios contra los suyos, pero también sé que eso no es lo que él quiere, porque al mirarlo a los ojos, no encuentro ese anhelo que estoy segura se refleja en los míos.
Sé exactamente como debería verse porque lo vi en los ojos de Black hace poco. El recuerdo fresco de todas las sensaciones que Black me causa se apresura a mí, la química con él es increíble, pero por ahora es solo eso: química y tensión. No sé nada de él, no lo conozco como a Red, aún es muy pronto para sentir algo más que deseo por Black. Sobretodo, cuando aún estoy tan enfrascada con este pelirrojo frente a mí.
Doy un paso a un lado y emprendo el camino de regreso al mundo. Me toma unos segundos darme cuenta de que Red no me sigue, así que me giro hacia él. Está exactamente donde lo dejé, con su celular pegado al oído, él murmura algo en respuesta y cuelga. Cuando llega a mi lado me dice:
—Quédate aquí, no salgas hasta que venga por ti.
Arrugo las cejas.
—¿Qué pasa?
Escucho ruido detrás de mí, y echo un vistazo por encima del hombro. Violet y Amber se nos unen seguidas por Black. Y la expresión seria en el rostro de ese moreno que usualmente sonríe todo el tiempo aumenta mi preocupación. Algo está mal.
—Hola de nuevo. —Amber me dice con una sonrisa demasiado forzada.
Red se le acerca a Black y hablan de algo por lo bajito. Red es el primero en irse.
—Ya volvemos. —Black nos informa, sus ojos encuentran los míos por unos segundos antes de apartar la cara y seguir a Red.
—¿Qué pasa?
Violet y Amber comparten una mirada, Amber suspira antes de hablar:
—Treyvon McFarland y su grupo han decidido pasar a saludar.
Y lo entendí, Treyvon es el líder de Los Chacales.
—¿Por qué tenemos que quedarnos aquí? ¿Son muy peligrosos? —pregunto genuinamente tratando de entender la situación porque Red no me habla de eso, ni siquiera cuando le pregunto.
—Algo así, —responde Violet.
—Somos detonantes —explica Amber claramente. —Tenemos que quedarnos aquí porque Treyvon sabe usarnos para hacer que Red y Black hagan algo impulsivo. Le gusta ver sus reacciones así que usa las faltas de respeto hacia nosotros para conseguir una reacción de ellos y minimizar su poder frente a todos.
—¿Ya ha pasado?
Ellas asienten. Y entonces, por unos segundos me quedo viendo a Violet y como se mordisquea las uñas. Ellas son sus detonantes, para Black y Red, Amber y Violet eran muy importantes. La sensación de que me he entrometido en algo a lo que no pertenezco me invade. ¿Violet y Black? ¿Cómo no me di cuenta? O ¿me lo estoy imaginando todo?
Me quedo viendo la entrada de los arbustos y anhelo verlos entrar por ahí como si nada en cualquier momento. La mirada de Red se cuela en mi mente seguida de la sonrisa picara de Black. Ambos me importan, y aunque no he tratado mucho a Black, no quiero que le pase nada.
Supongo que ambos se están convirtiendo en mis detonantes.
#
Nota de la autora: Ay, pequeña Blue, ¡DEJA DE RESGUARDARTE TANTO, CHIQUITA! Que aquí estamos todos listos para darte amor. Disfruté mucho este capítulo, espero que ustedes también. Violet y Blue son polos opuestos, pero es tan fácil identificarse con ambas, la verdad ya las amo XD Lo sé, soy fácil, wey.
Ah, los que están en mis redes, no he olvidado el yo nunca he... calma pueblo, vamos por partes.
Por aquí charlemos de Red:
Por aquí charlemos de Black:
Por aquí denme amor que estoy sobreviviendo el día a día porque hay muchas cosas que me están pasando fuera de las redes que estoy tratando de sobrellevar y su apoyo me ha hecho mucho bien <3
Muakatela,