꒰ 𝐒𝐄𝐄𝐋𝐈𝐄 ꒱ؘ࿐ ࿔*:
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—Vale, guapito prepara tu equipo.
—Sé lo que tengo que hacer.—Jace dio un paso adelántate intentado organizarlo, pero el brujo le prohibió el paso con su mano y el primer nombrado volvió a su lugar confuso como todos los presentes.
—No te lo digo a ti.—Señaló Bane divertido ante el egocentrismo del rubio.—Te lo digo a ti.—Ahora señaló a Alec, que sonreía tontamente mientras sostenía sus manos en el carcaj.
Juro que no me quería reír para no dañar el egocentrismo de Jace en estos momentos pero era algo imposible. Era inevitable no reírse ante la situación, y mi hermana e Isabelle pensaron igual cuando estallaron a carcajadas.
—Ven conmigo.—Magnus llamó a Clary y ambos desaparecieron a una sala. Sabía que para invocar al demonio debías dibujar el pentagrama donde invocarlo, así que suponía que Clary lo dibujaría.
—¡Guapito!—Ambos parabatais se giraron a verme, mientras sonreía jugando con mi estela.—No, te lo digo a ti.—Imito a Magnus señalando a Alec con la estela bajo la mirada molesta de Jace y divertida de Isabelle.—¿Qué pasa?—Pregunto confundida al notar como el rubio sonreía de oreja a oreja, parecía divertido.
—Venga Alec, hazlo.—El moreno asintió y aprobó las palabras del rubio mientras se dirigía hacia mí con una sonrisa. Ahora mismo estaba confusa y un tanto aterrorizada.
—¿Hacer el que?—Pregunté guardando mi estela al ver como Alec tenía intención de cogerla.
—La runa para poder invocar al demonio.—Canturreó el rubio bastante interesado en ella, mientras miraba incrédula a Izzy.—Es muy dolorosa.—Sentenció y recibí un asentimiento de cabeza de la morena.
—No, está bien.—Intenté quitarle importancia al asunto.—Que Clary recupere los recuerdos yo me quedo aquí.—Negué guardando la estela e intentando escapar ahí, pero Alec me sujetó inmovilizándome.
—Oye, es dolorosa pero soportable.—El mayor de los Lightwood sacó mi estela de la bota y revisó el lugar donde trazarla, al ver que los brazos y mis clavículas están llenas de marcas y runas decidió trazarla en el costado.
—Buen sitio escogido Alec, el más doloroso.—Habló Jace mientras le daba una sonrisa divertida hacia su parabatai, esta no pasó desapercibida y rodé los ojos mientras que ellos negaban a la misma par divertidos.
Alec trazó la runa y una lágrima se me escapó, después de esa vinieron otra y otra hasta que dejé de sentir dolor en mi lateral y suspiré aliviada.—Voy a hacérsela a Clary.
Jace salió de la sala para ir junto a Clary y Magnus. Minutos después donde reinaba el silencio se escucharon enormes gritos y los presentes nos miramos sin saber que hacer o decir, así que decidimos ignorar los insoportables gritos.
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—Jocelyn tiene razón eres toda una artista.—Alagó Magnus a mi hermana cuando estábamos observamos el pentagrama dibujado en el suelo.—La única persona que dibujaba tan bien era Miguel Ángel, que por cierto era excelente en la cama.—Notamos como el brujo miró hacia Alec de una forma muy indiscreta, pero este decidió pasarlo por alto.—Vale cada uno ocupad un lugar en el pentagrama, yo lo dirigiré desde fuera.
—Eh..—Jace colocó a Clary en una punta del pentagrama ya que ella no sabía encontrar o visualizar la única punta que quedaba libre. Pobre, tanta presión.
—Tendréis que iniciar un vínculo que no se podrá romper hasta que el dominio se haya ido, pase lo que pase no debéis soltarnos las manos.—Empiezo sellando el vínculo con Alec que este hace lo mismo con su parabatai. Jace lo sella con mi hermana y ella junta sus manos Izzy, que finalmente esta última lo cierra.—Yo dirigiré la ceremonia y vosotros haréis lo que yo diga.
—No me gusta que me den órdenes.—Observé e interrumpí al brujo que estaba apunto de invocar al demonio.
—Tendrás que acostumbrarte.—Dijo Jace que justamente estaba enfrente de mí, me guiñó un ojo y negué. Nosotros a punto de morir o hacer algo extremadamente peligroso y él haciendo comentarios inoportunos.
—¿Pueden dejarlo para otro momento?—Preguntó el brujo mientras empezaba a hacer movimientos raros con sus muñecas.—El nombre del demonio es Valak y en algún momento pedirá un pago por los recuerdos de Clary.
—¿Qué tipo de pago?
—Ya veremos, empecemos. Valak—El brujo comienza a mencionar unas palabras en latín cuando observábamos como el collar de Izzy latía.
—El collar tiene vida.—De un momento a otro la presencia del demonio llegó ya que atravesó la joya y se posicionó dentro del pentagrama.
—Valak está entre nosotros, no rompáis el vínculo.—Dijo Magnus desde fuera de este.
—¡Aguanta!
—¡Eso intento!
—¡Es la hora! ¡El demonio exige su pago!—El brujo gritó mientras notábamos como cada vez era más difícil aguantar sin romper el lazo.
—¿Qué quiere?—Preguntó Alec mientras intentaba agarrar nuestras manos fuertemente, las cuales se comenzaban a separar por la enorme presión ejercida.
—Cada uno debe renunciar a un recuerdo único e inolvidable.—El demonio comenzó extrayendo un recuerdo de Isabelle, que trataba sobre ella junto a sus hermanos en sus ceremonias de runas.
Luego, el de Clary trataba sobre nosotras dos, cuando fue la primera vez que fuimos a un concierto de Simon.
Pasó hacia Alec y el demonio cogió el recuerdo de como se conocieron él y su parabatai y su ceremonia.
Luego se dirigió hacia mí, mostrando la mayoría de las peleas, luchas y entrenamientos en la Corte con Meliorn. Donde ambos no queríamos reconocer, pero se notaba el vínculo mentor-alumna que teníamos.
—¡No rompáis el vínculo!—Me giro para ver a Isabelle que era la que parecía estar mas en estado de shock y bastante pálida, intento llamarla pero no sirvió de nada. Dejo de notar la presión de su agarre por lo cual sé que el vínculo se rompería en segundos.
—¡No Isabelle!
Todo pasó en milésimas de segundos. De un momento a otro me encontraba golpeada y tumbada en el suelo con dolores terribles de cabeza. Magnus queriendo contener al demonio pero este cada vez se hacía mas fuerte, Alec junto con Clary intentaban sostener a Jace que estaba siendo succionado por el demonio. Algo habría que hacer.
—Lucie ¡Mátalo!—Habló Clary lanzándome su cuchillo serafín y lo cogí al vuelo. Di unos pasos decidida para matar al demonio, pero Magnus me interrumpió y se interpuso.
—¡Lucie, si matas al demonio vuestros recuerdos se perderán para siempre!—No lo dudé cuando atravesé al demonio con el cuchillo serafín. Segundos después Jace cayó a el suelo, desorbitado y mareado.
—¡Jace, dios mío, Jace levántate!—Mi hermana insistió dándole al rubio varias palmadas en su cara para que reaccionara o intentara despertarse.—¿Se pondrá bien?
—No lo sé ¿Suele tumbarse así sin moverse?—Habló el brujo desinteresado arreglándose las mangas de su horrible blusa.
—¡Levántate Jace!—Seguimos insistiendo por varios minutos más y el rubio por primera vez se levantó, intentando recomponer su postura para coger suficiente aire.
—Estoy bien.—Jace apartó mi mano de una manera brusca que se encontraba apoyada en su hombro.—Solo estaba descansando.
Salí de la sala con la cabeza baja y rápidamente evitando a todos, lo único que se escucha eran mis tacones resonar por el piso del brujo, ya que reinaba el silencio. Tras la mirada de los cuatro shadowhunters salí del apartamento dirigiéndome al instituto. La fiesta se había terminado.
Me adentré sola en el instituto ignorando las miradas de los pocos shadowhunters presentes en la sala.
Me encerré en mi habitación, y me quedé sentada en la cama pensando en lo que acababa de suceder. Por mi culpa, había arruinado los recuerdos, adiós el vínculo, adiós a la copa Mortal, adiós a mi amistad con Izzy, adiós a todas las cosas que de verdad me importaban.
—Adelante.—Suspiré tras los varios golpes escuchados en la puerta, así que di permiso a esa persona tan insistente.
—¿Puedo pasar?—Izzy me miró esperando un tipo de permiso o aprobación pero solo asentí sin ánimos y sintiéndome culpable.
—Oye, Isabelle creo que...—Comenzaba a explicarme pero ella me interrumpió.
—Déjame hablar por favor y luego te escucho.
No sabía que estabas con Meliorn y tampoco te lo pregunté, pero lo que sucedió en el departamento de Magnus es que me quedé en shock. Tenía una "relación" con él y lo entiendo, tú ni si quieras me conocías así que no eres la culpable de todo esto. Si necesito las explicaciones de alguien, no son las suyas.—Nos abrazamos y supe que ambas necesitábamos ese bonito gesto.
—Lo siento y no, no tengo ninguna relación con él. Simplemente sucedió ya que las cosas suceden, pero era mi mentor y agarramos confianza.—Una vez que las cosas estaban arregladas con Isabelle, me despedí de ella ya que tenía que arreglarlas con otra persona.
Salí mi habitación para dirigirme a la de mi hermana. Caminaba por el pasillo hasta la habitación de Clary que afortunadamente solo estaba doblando la esquina, dentro de esta se escuchaban risas.
—¿Se puede? Si interrumpo vengo en otro momento.—Me apoyé en el extremo del lateral de la puerta, sin pensar que justamente ese mismo gesto lo había realizado el rubio minutos antes de yo entrar.
—Si, ¿Qué pasa?—Me preguntó Clary dejando su cuaderno de dibujo en la mesita de noche.
—En realidad, contigo nada. Venía a buscar a Jace y pensé ¿Dónde puede estar a las tres de la madrugada? Y enseguida pensé en tu cuarto Clary.—Rodé los ojos y me crucé de brazos adquiriendo una postura seria.—Tú, acompáñame.—Hice un leve movimiento con la cabeza y ambos sin dirigirnos la mirada y mucho menos la palabra nos caminábamos a su cuarto.
—¿Qué pasó con tu recuerdo feliz?—Es lo primero que escuché salir de la boca del rubio. Acto seguido cerró la puerta a sus espaldas y se cruzó de brazos.
—¿No me invitas a sentarme?—Comenté irónica.—Lo tomaré como un si.—Me tumbé en la cama del rubio esperando a que él hiciera lo mismo que yo, pero no fue así.
—Sabías que Meliorn estaba con Izzy y no le dijiste nada.—Avanzó hasta llegar a mi lado a paso firme. Logrando lo que yo quería, una discusión que pronto acabaría como yo deseaba.
—Alto ahí no metas a Izzy, recién estuvimos hablando y lo arreglamos todo. Vamos, entiende ¿Tanto cuesta entender que el único problema eres tú?—Pregunté con diversión.
—¿Yo?—Cada vez que andaba un paso hacia mí lograba que estuviera más cerca.—No, eres tú y lo celos que tienes a tu hermana.—Noté como cambió de tema radicalmente.
—Vamos Jace te dije que no tenía competencia con mi hermana ¿Lo sigues creyendo?—Llegó hasta tal punto donde estábamos demasiado cerca y diría que no existía la distancia.
—¿Segura? Esa decisión no es tuya ni tampoco te pertenece.—Comentó gracioso. Pasé mis brazos sobre sus hombros analizando bien lo que diría.
—¿Seguro que esa decisión no es mía?—Él asintió cuando puso sus manos en mi cintura esperando a que pasara lo que ambos queríamos que sucediera.—
—No.—Susurró consiguiéndolo. Él acababa de salir de la fase uno, la negación. Solo quedaba esperar de brazos cruzados como evolucionaría todo esto.
—Ves, te lo dije rubio.—Dejé un beso en la comisura de sus labios mientras me despedía de él con un cara de inocencia. Salí de su habitación tras sus protestas y molestias y ahora me dirigía a la mía.
EDITADO.
[Continuará]