Oraculum:
-¿Qué ocurre con Layla?- Preguntó Lauviah acercándose a mi-.
-La maldición en su tobillo- Deshice los hechizos que estaba realizando y guarde los textos, menos el diario- No es cualquier maldición. Es una maldición que debilita su verdadero poder y puede llegar a matarla-.
-¿Y por qué hasta ahora lo dices?- Preguntó Lauviah saltando al vacío y extendiendo sus alas- ¿Sabes como curarla?-.
-Si- Salte en el aire y seguí a Lauviah, caminando sobre las corrientes aéreas, pues los oráculos volaban sin la necesidad de alas- Si no detenemos su maldición ahora, puede ser demasiado tarde-.
-¿Alguna idea de donde se encuentre?- Pregunto Lauviah-.
-Si, pues la localice gracias a la maldición-.
-¿Y dónde esta?-.
-Esta en el palacio central de los ángeles de la música-.
-¿Oraculum?- Preguntó una débil voz en mi mente, era la voz de Layla- Ayudame...-.
-No llegaran a tiempo, mi maldición esta surtiendo efecto- Era la voz de Nostradamus, ¿Como era posible eso?. Debía ser a causa de la maldición, entre la mente de Layla y Nostradamus se había creado por aquella maldición. Al parecer Nostradamus había aprendido diferente trucos en el tiempo en que estábamos separados- Sabes lo que se avecina. No puedes seguir ocultándote la verdad a ti mismo, Oraculum. Haruki, el poseedor del libro del sol se esta haciendo poderoso y fácilmente derrotara a aquella chica. Ganaremos la guerra y ustedes morirán-.
-Tenemos que darnos prisa, Lauviah- Grité por encima del viento-.
-Ya casi llegamos- Avisó Lauviah-.
En cuestión de segundos nos hallábamos en el palacio. Un chico, llamado Mitsuki, estaba realizando magia muy antigua para ralentizar el efecto de la maldición. Con ayuda de él, efectuamos nuestro poder celestial y Layla despertó. En su tobillo quedaba una pequeña secuela de la maldición, que ahora era inservible.
-Oraculum, Lauviah, Mitsuki- Dijo contenta al despertar- ¿Que ocurrió hace unos momentos?- Preguntó seria-.
-Tu maldición en el tobillo, creó una conexión entre tu mente y la de mi hermanito Nostradamus- Expliqué-.
-¡Oh! Así que el que vi mientras estaba en trance, era a tu hermano- Dijo Layla pensativa- ¿Quién era el chico de cabellos dorados?-.
-¿Qué viste?- Pregunte curioso-.
-Vi a tu hermano y al chico de cabello dorado, solo vi eso- Respondió suavemente- ¿Ocurre algo?- Pregunto al ver mi cara pálida-.
-Tienes que entrenar- Respondí, aislando su pregunta-.
-¿Entrenar para que?- Pregunto Layla confusa-.
-Para la guerra que viene- Respondió Lauviah- ¿Kyousuke no te ha ordenado entrenar?-.
-Kyousuke no, pero el señor Ludwig si- Respondió Mitsuki por ella-.
-¿Con quién va a entrenar?- Le pregunté a Mitsuki-.
-Con el escogido de los Ángeles de la guerra, Celine- Respondió Mitsuki-.
-¡Vaya! Eso va a hacer interesante- Dijo asombrado Lauviah-.
-Bastante interesante- Corrobore-.
-¿Alguien me puede explicar lo que ocurre?- Preguntó molesta Layla-.
-Layla, fuiste escogida por el libro de las lunas. Por siglos, han existido dos libros: El de las lunas y el del sol. Dos libros que traen la destrucción. Sus dos portadores se enfrentan y su enfrentamiento, crea una batalla entre ángeles y demonios. Layla, tú nos guiarás. Por eso el señor Ludwig hizo que tomaras clases individuales y entrenamientos- Explicó Mitsuki tomando acariciando las suaves manos de Layla-.
-¿Como sabes todo eso?- Preguntó fríamente Lauviah-.
-Aun conservo parte de mi memoria- Dijo Mitsuki-.
-¿Cómo es posible?- Pregunte ansioso-.
-No lo sé- Respondió tímidamente-.
-¿Qué es lo que recuerdas?- Preguntó Lauviah curioso-.
-Algunos detalles-.
-Genial. Ahora podemos saber mas- Dije alegre-.
-Estamos averiguando que ocurrió en la última batalla, ¿Nos puedes ayudar?- Propuso Lauviah-.
-Si, pero antes tengo que llevar a Layla a su nuevo lugar de entrenamiento- Aceptó Mitsuki
-Te estaremos esperando en la torre dorada, en el último piso. Para entrar solo tienes que presionar tu mano derecha contra el vidrio- Lauviah puso su dedo índice izquierdo en la frente de Mitsuki-.
-De acuerdo, te esperamos Mitsuki. No faltes- Dije, sonriendo por el nuevo descubrimiento de la memoria de aquel joven-.
Layla se veía totalmente confundida. Mitsuki la tranquilizó, pero Layla sentía curiosidad.
Mitsuki:
Ayudaría a Oraculum y a Lauviah, pues en el pasado, ellos dos me ayudaron bastante, aunque ellos no lo recuerden. Llevé a Layla hacia el lugar donde se habían acordado los entrenamientos y allí estaba esperando Celine.
-Bienvenidos- Saludó con su voz alegre- Ya se estaban demorando un poco-.
-Lamentamos el retraso, Celine- Me disculpé- Ella es Layla- Dije presentado a Layla que se hallaba pensativa-.
-¡Oh! ¿Así que tu eres la joven de la cual me han hablado tanto?- Layla parecía no estar en este mundo. Me preocupe, pues podía ser un efecto de la maldición-.
Celine al ver que no respondía, lanzo una pequeña piedra a su mentón.
-¡Auch!- Se quejó reaccionando a la piedra. Layla al ver a Celine se sorprendió y me preguntó susurrando-: ¿Quién es ese niño de cabello color plata?-.
-No tienes buenos modales, señorita Layla- Corrigió Celine- Nunca se debe susurrar enfrente de otra persona. Y si tienes algo que preguntar, pregúntamelo a mi directamente-.
Layla palideció, pues no estaba acostumbrada a este tipo de respuestas.
-Él es Celine- Dije rompiendo el silencio que se había formado- Él ahora será quien te entrenara para combate-.
-Así es. Habrán situaciones dónde no podrás luchar con tus habilidades musicales, así que tienes que aprender todo tipo de combate. Yo te enseñare- Completó Celine-.
Layla estaba sorprendida, pues Celine era menor que ella.
-¿Cuántos años tienes?- Preguntó Layla desconcertada-.
-Once años, pero eso no es importante- Repuso Celine-.
-Claro que sí- Dijo Layla atónita- Con tan poca edad debes tener poca experiencia...- Pero Layla no pudo terminar su frase, ya que Celine en cuestión de segundos, tenia una daga apuntando al ojo derecho de Layla-.
-¿Enserio crees eso, señorita Layla?- Preguntó certeramente Celine-.
Layla trago saliva. Celine aparto su daga del ojo derecho de Layla.
-Siento mi ignorancia- Se disculpó Layla- Maestro Celine-.
Celine dio la vuelta y su boca parecía estallar en risas.
-¿Dije algo gracioso?- Preguntó Layla apenada-.
-"Maestro Celine"- Celine estallo en risa-.
Layla me miró interrogante, pero yo tampoco sabia que estaba ocurriendo con Celine.
-¿No debo llamarle así?- Preguntó Layla nerviosa-.
-Claro que sí- Celine recuperó su compostura. Su seriedad había vuelto- Veo que tienes telequinesis-.
-¿Como te diste cuenta?- Preguntó Layla frígida-.
-Cuando te amenacé con mi daga, intentaste detenerme con tu telequinesis, pero no pudiste, ya que tu telequinesis es muy débil aún- Explicó Celine-.
-Entonces es hora de irme. Te la encargo, Celine- Dije como despedida, pero Layla me detuvo-.
-No te vayas- Suplicó-.
-Tengo que irme. Ya te llevaras bien con Celine, es muy buena persona en el fondo- Dije animándola-.
-Está bien...-Acepto ella-.
Me retiré lentamente, pues Celine podía comportarse como un demonio cuando se trataba de combate. Pero en el fondo le tenía un gran afecto a Celine, pues sus padres habían hecho mucho por mi en la última guerra. Los escogidos no eran realmente humanos. Eso solo había sido uno de los inventos mas de Kyousuke.
Me dirigí hacia la morada de Lauviah. En el camino, sentí una presciencia. Era Kyousuke.
-Parece que me olvidé de ti- Dijo a mis espaldas- Recuerdas bastante y eso no es bueno-.
Estuve en silencio, y mire a Kyousuke retóricamente.
-No entiendo porque les quitaste su memorias a todos- Respondí- ¿Por qué esconderles la verdad?-.
-Aún no ha llegado el tiempo en que sepan la verdad- Dijo Kyousuke serio- Aún no-.
-Estás equivocado- Contrarreste-.
-Yo no, pero tu si. Seria un gran problema que le contases la verdad a Oraculum y a Lauviah-.
-¿Que nos ocultas, Kyousuke?- Preguntó una voz en la alturas. Era Oraculum, acompañado de Lauviah-,
-No es de su incumbencia-Respondió sencillamente Kyousuke- Ahora si me permites, robaré tus memorias-.
-No lo permitiremos- Dijo Lauviah interponiéndose-.
-¿El Gran ángel, un oráculo y el guardián del pasadizo del cielo y el infierno, me van a detener?- Preguntó irónicamente- Reconozco que los tres son muy fuertes, pero no pueden contra mi: La criatura mas cercana a Dios- Kyousuke sacudió su larga trenza y con su destellante báculo, golpeó el suelo y recitó la siguiente secuencia de números-: 187-.
Círculos mágicos rodearon el suelo y una chica apareció de ellos.
-¿Por qué invocaste mi presencia?- Preguntó educadamente.
-Necesito de tu ayuda una vez más- Respondió Kyousuke- Las memorias de ese chico- Me señaló-.
-Con gusto lo haré, papá- Acató la chica-.
La chica estiro su brazo derecho, hacia mi dirección.
-No dejaré que eso ocurra- Oraculum invocó un báculo de metal morado y lo hizo tronar contra el suelo. El impacto creó un muro de cristal-.
-Sus intentos son en vano- Kyousuke sonrió y con facilidad rompió el muro de Oraculum. Un muro que era impenetrable-.
Intentamos todo tipo de defensa, pero Kyousuke las rompía con facilidad. Era inevitable. Sentía como todos mis recuerdos eran robados por esa chica. La última imagen vigente era la de Haruki. "Lo siento, no pude completar mi misión, Haruki".