Eterna debilidad

By NadiaColella

1.2K 44 18

Una profecía anuncia la extinción de la raza de los Ángeles, y la Reina de ellos deberá hacer algo para evita... More

Capítulo 1: Mi nuevo yo
Capítulo 2: Acechada por mi pasado
Capítulo 3: La venganza es dulce
Capítulo 4: La visión de Zaphiro
Capítulo 5: El primer movimiento
Capítulo 6: Seguridad amenazada
Capítulo 7: Objetivo: la aldea Jenko
Capítulo 8: Un encuentro inesperado
Capítulo 9: El Averno de King Shadow
Capítulo 10: El comienzo del fin
Capítulo 11: Ira
Capítulo 12: Esperanza
Capítulo 13: Todo a su debido tiempo
Capítulo 14: Demian & Demetrius
Capítulo 15: La intrusa
Capítulo 16: El ser sin rostro
Capítulo 17: La visión de mi madre
Capítulo 18: Tiempo
Capítulo 19: La leyenda del Híbrido
Capítulo 20: Pudo haberse evitado
Capítulo 21: El final
Capítulo 22: La presentación de Demian
Capítulo 23: Justicia
Capítulo 24: Hechos
Capítulo 25: El retorno a la oscuridad
Capítulo 26: La historia no oficial de Powel
Capítulo 27: Estrategia política
Capítulo 28: El paradero de Powel
Capítulo 29: El viaje a Hollow Stone
Capítulo 30: Hollow Stone
Capítulo 32: Mundú de luto
Capítulo 33: El Averno
Capítulo 34: King Shadow
Capítulo 35: Un vacío inexplicable
Capítulo 36: La nueva Mundú
Capítulo 37: El Spiel
Capítulo 38: El pacto
Capítulo 39: El cuerpo de Shilana
Capítulo 40: Haken
Capítulo 41: Sacrificio
Capítulo 42: Como sea, pero para siempre

Capítulo 31: Vacío inexplicable

1 0 0
By NadiaColella

Mi mente permanecía en otro lugar, aun recordando los ojos verdes de Embrace cuando me miró a los ojos dentro del vehículo. Me había pedido que me concentrara, que lo hiciera por él, y no había podido. No fui lo suficientemente fuerte como para resistir al ataque. Él comenzó a debilitarse y no pudo recuperarse luego, para el momento en que ataqué a la Demonio, él ya estaba sin vida.

Fue tarde.

Tarde fue mi decisión, tarde fue mi elección, tarde fue mi intento por salvar el terrible error que fue dejar a Embrace. Nunca debí haberlo dejado, él era mi verdadero amor, el equilibrio que necesitaba mi vida para ser plena, cómoda y feliz. Él fue quien me enseñó a amar de verdad, sinceramente. Con él supe lo que era sentirse amada y protegida de corazón, corazón que sí tenía y que un día me lo había otorgado, y que otro día decidí quebrarlo.

Y todo por mi irracional amor hacia Demetrius, esa criatura fría y sin corazón, posesiva y egoísta, que sólo trajo a mis días sufrimiento y agonía.

¡Cuán equivocada había estado!

Mi corazón apenas latía y mis pulmones tenían muy poco oxígeno, ni siquiera tenía fuerzas para respirar...

—¿Y ahora qué hacemos, Shilana?— me preguntó Ámbar.

... Mucho menos para hablar.

Por suerte no hizo falta porque en el camino nos encontramos con Demetrius. Él salió corriendo a mi búsqueda y me abrazó fuertemente, yo, en cambio, permanecí inmóvil.

—¿Qué sucede?— preguntó al notarme en ese estado.

Observé como su mirada vio a las dos nuevas Humanas que me acompañaban y pude percibir como sus ojos se asombraron al darse cuenta de quién faltaba.

—¿Qué pasó?— preguntó Demetrius aunque no se estaba dirigiendo hacia mí.

Ámbar estaba más que sorprendida al verlo. Además de ser una criatura sumamente intimidante, era de la misma especie que antes nos había atacado.

—Nos atacaron. El chico murió— contestó con temblor en su voz.

Demetrius volvió su mirada hacia mí e inexplicablemente volvió a abrazarme con fuerza, como consolándome.

Hasta ahí había llegado.

Lo último que sentí fueron lágrimas sobre mi rostro, luego una oscuridad me cubrió.

Necesito que te concentres, por mí, hazlo por mí

Esas palabras rondaban mi cabeza una y otra vez, atacaban incluso a mi subconsciente, gritaban cada letra, entonaban con desesperación cada palabra, me hundía cada vez que escuchaba esa frase.

Esa frase fue la última que escuché de los labios de Embrace, que ni siquiera las había escuchado, simplemente las había leído de sus labios. Él quería vivir y me había pedido ayuda para hacerlo, yo, en cambio, no pude complacerlo. No fui lo suficientemente fuerte como para ayudarlo a sobrevivir al ataque de la Demonio. No pude.

Y lo había matado.

No me importaba lo que nadie más pudiera decirme, ya me imaginaba las frases de consuelo e intento de lavar culpas, pero yo sabía en mi interior que era la culpable de la muerte de Embrace.

Cada uno de mis pasos lo llevaron al estado en el que ahora se encontraba: su debilidad por mí, su intento de protección, nuestro fracasado matrimonio, mi traición, mis mentiras, mis confusiones, mi abandono... Era una situación que no podía aceptar aún, no me podía hacer la idea en mi cabeza de que él estuviera muerto.

No, me negaba a ello.

Abrí mis ojos lentamente y me encontré en la habitación que una vez había ocupado en el Palacio de mis padres junto con Embrace. Mi corazón se comprimió y las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro. Quería quedarme postrada y dejar de vivir, sin Embrace en mi existencia ya nada sería igual, pero no podía olvidarme de mi hijo y mucho menos de mi hermano. Así que me levanté y salí de la habitación.

Me llamó poderosamente la atención que el Palacio se encontrara tan calmo. El silencio estaba impregnado en las paredes y la tenue oscuridad reinaba en el ambiente. Seguí por el pasillo hasta alcanzar la escalera principal y descendí por ella. En el comedor se encontraban Demetrius y mi padre hablando muy seriamente, ninguno de los dos se percató de mi presencia, permanecí de esa manera para poder escuchar su conversación.

—No puedo entenderlo— dijo mi padre claramente compungido,

—No creo que deba tratar de entenderlo. Ella estaba muy afectada por la desaparición de su hijo, es comprensible que reaccionara así— le contestó Demetrius,

—¡No estaba en sus cabales! —Exclamó nervioso mi padre. —Nos enfrentamos a momentos sumamente peligrosos, estamos luchando contra un adversario muy poderoso... ¡No puedo estar en tantos lados al mismo tiempo!—,

—Primero debe calmarse. Ya enviaron un grupo de búsqueda—.

¿Grupo de búsqueda?

Ella estaba muy afectada por la desaparición de su hijo

Yo creí que estaban hablando de mí pero ahora comprendía que no. Y sólo una criatura estaba viviendo exactamente lo mismo que me estaba sucediendo a mí.

Mi madre.

—¡NO!— grité.

Las dos criaturas volvieron su mirada hacia la escalera y salieron corriendo. Algo muy extraño había sucedido: me habían atravesado y ni siquiera se percataron de mi presencia.

¿Cómo había ocurrido eso?

El sonido de una puerta abrirse violentamente hizo que el escenario del comedor se desvaneciera rápido y la habitación en la que me encontraba apareciera ante mis ojos. Me sorprendí al verme sentada sobre la cama, de la que previamente me había levantado.

—¡Al fin despertaste!— dijo Demetrius,

—¿Cómo estás, hija?— me preguntó mi padre.

¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Acaso había soñado?

—Aturdida— llegué a expresar,

—Será mejor que descanses. —Dijo mi padre en un tono bastante calmado, seguramente quería consolarme por la terrible pérdida que había sufrido. —Demetrius y yo nos encargaremos del resto—,

—¿Dónde está mamá?— le pregunté mirándolo a los ojos.

Mi padre se quedó inmóvil.

—¿Qué pasa, padre?— le volví a preguntar ya temiendo lo peor,

—Encontraron la guarida en la que guardaban a tu hermano— me explicó.

Su tono de voz era incoherente con la feliz noticia que me estaba dando. Si habían encontrado la guarida donde tenían secuestrado a Pedro significaba que lo habían rescatado...

Demetrius se sentó a mi lado en la cama y puso una mano sobre mi hombro. Mi corazón fue mucho más rápido que mi cabeza y se comprimió antes de que fuera capaz de asimilar los hechos.

—Pero él ya no estaba ahí— dijo mi padre luego de una pausa,

—¿Entonces?— pregunté con la voz temblorosa,

—Las condiciones en las que encontraron ese lugar eran nefastas...— la expresión en el rostro de mi padre hizo que empezara a desesperarme,

—¡Cuéntamelo de una vez!— le grité,

—No creo que sea el momento...— intervino Demetrius.

Saqué su brazo violentamente y me levanté de la cama. Caminé los pasos que me distanciaban de mi padre y lo miré fijo.

—¿Qué es lo que pasó con Pedro?— le pregunté,

—Nadie lo sabe porque no lo han encontrado. —Contestó sin quitarme la mirada. —Pero todos temen lo peor. Tu madre escuchó el reporte que me dio el General Marcus y se fue del Palacio. No podemos encontrarla—,

—¿Que se fue? ¡Ni tenía fuerzas para caminar! ¿Cómo es que no pudieron alcanzarla?— exclamé perdiendo la paciencia,

—No sabíamos que se había levantado...—.

No lo dejé terminar de hablar. Me fui de la habitación dando un portazo.

En el fondo sabía que no era la responsabilidad de mi padre, pero mi madre fuera del Palacio corría un riesgo mucho mayor que permaneciendo en Das Dunkel en momentos como este. Los Demonios estaban empezando a movilizarse a favor de Petra, cada vez menos soldados tenía mi padre para proteger las inmediaciones del Castillo y ahora encima mi madre se había escapado. Necesitaba culpar a alguien de algo.

Llegué al Jardín Real trasero y me encontré con Ámbar y Sofía de la mano observando la fuente de aguas danzantes que estaba en el centro del patio. Me acerqué a ellas y Ámbar se apresuró a abrazarme.

—Siento mucho lo de ese chico— me dijo.

Apreciaba mucho su gesto, sobre todo porque no me conocía en absoluto.

—Yo también. Gracias, Ámbar— le contesté,

—Yo soy de las que cree que las personas nunca nos abandonan cuando fallecen— me alentó,

—¿Lo dices por Powel?— le pregunté sentándome a su lado.

Ámbar miró a su hija que no quitaba la mirada de la fuente. Parecía como si se estuviera peleando con qué palabras decir para no afectar a su hija.

—Sí, lo digo por él— me contestó sin quitarle la mirada a Sofía,

—Necesito hablar a solas contigo. —Le dije, presentía que Sofía no debía de conocer algunos aspectos del pasado de su madre. —Tengo que ponerme en marcha cuanto antes para recuperar a mi hijo—,

—Sí, claro. —Me contestó con una amplia sonrisa. —Aun no comprendo mucho de qué va todo esto pero en algún punto no me asombro. No sé muy bien qué es lo que sabes tú de mi vida pasada, pero puedo decirte que he visto demasiadas cosas feas y he experimentado muchas otras—,

—Sé muy poco, en realidad, pero creo que tenemos muchas cosas en común. ¿Sabes dónde queda el Despacho Real?—,

—Sí, Zenón nos enseñó el castillo mientras estabas descansando—,

—Bueno, nos vemos ahí en un rato, ¿te parece? Quiero cargar algunas cosas en la mochila de—Un nudo se formó en mi garganta. No pude continuar. —No quiero que me falte nada—.

Me levanté del asiento y me fui rápidamente de ese lugar. El nudo en mi garganta estaba provocando que mis ojos se llenaran de lágrimas. Tenía que hacer algo para no decaer, mi hijo dependía de mí, y no sólo él, mi hermano y mi madre también. Todo se resumía en el Averno de King Shadow y hacia él me estaba dirigiendo.

Llegué al ropero de mi habitación y comencé a guardar algo de ropa extra. La verdad era que no sabía qué era lo que me iba a encontrar en el Averno, lo más probable era que no necesitara nada más que valor, pero por si acaso, tenía que estar preparada. Iba a tener que obtener armas de fuego o cualquier otro instrumento que podría serme de utilidad, vaya a saber uno qué cosas habitaban ese lugar.

La puerta de mi habitación se abrió de par en par y no hizo falta que me diera vuelta para saber de quién se trataba. A pesar de que mi cuerpo ni mi corazón lo sintieron, allí estaba él.

—Otra vez preparando un bolso— me dijo.

No le contesté. No tenía ganas.

—¿Qué es lo que te pasa? Ya no te reconozco—,

—Es porque no soy la misma— le contesté apartando la vista del bolso y mirándolo a los ojos,

—Podría decir que es por la muerte de ese Ángel...—,

—Embrace. —Lo interrumpí. —Su nombre es... era Embrace— de vuelta el nudo en la garganta comenzó a formarse,

—Podría decir que es por la muerte de Embrace. —Me dirigió una mirada complaciente. —Pero esto viene desde mucho antes. ¿Qué es lo que te pasa?—,

—Todo en mi vida gira en torno tuyo. ¿No te das cuenta? Cada una de las cosas que me pasaron, no sólo a mí sino a mi familia, a mi aldea, a mis amigos... tienen que ver contigo, con tu existencia y tu aparición en mi vida—,

—¿Qué quieres insinuar con eso? ¡Yo no tengo la culpa de nada!—,

—¡Claro que la tienes! ¡Siempre la tuviste!— mi voz escaló en volumen de a poco y mis nervios estaban a punto de explotar,

—¡¿YO?! ¡Yo nunca te obligué a amarme! ¡Nunca te obligué a nada! Todo lo hiciste tú sola, eso tenlo bien presente—.

Y era cierto.

Yo estaba queriéndolo culpar por un error que yo sola había cometido. Amarlo irracionalmente fue mi problema y nunca intenté encontrarle una solución. Aunque no quería aceptarlo, tenía que reconocer que yo misma forjé el destino que estaba atravesando. La profecía pudo unirnos pero yo ayudé a fusionarnos de tal forma que nos volvimos uno.

—Tú también tuviste tu parte— mi parte irracional seguía discutiendo,

—¿Yo? ¿Qué pude haber hecho yo que no sea protegerte? Siempre quise hacerlo porque te necesito para vivir. En su momento no entendía por qué era pero resultaste ser mi pareja, de una manera muy extraña, pero lo fuiste igual. No sólo eso, eres la madre de mi hijo, un Híbrido muy importante para nuestro mundo. El destino nos unió...—,

—El destino nos condenó a amarnos. No tenemos que estar juntos, nos hace mal—,

—A mí no me hace mal—,

—¡Claro que te hace mal! Sólo que no te das cuenta... ¿Qué te pasaba cuando me veías con Embrace? ¿Qué te pasó cuando tomé la decisión de irme? ¿Por qué te desvaneciste cuando te sentenciaron?—,

—Ese Ángel... Embrace, quería alejarte de mí y por eso me ponía tan loco. No podía permitir que te llevara. Nunca acepté tu decisión de abandonarme y nunca la voy a aceptar, eres demasiado importante en mi existencia como para hacerlo. No puedo dejarte ir, no lo vas a entender nunca—,

—A eso me refiero, Demetrius. Esa clase de amor que me das, egoísta y posesivo, me hace muy mal. A veces pienso que puede resultar pero luego siempre pasa algo que me demuestra lo contrario. No puedo estar sufriendo todo el tiempo cuando estoy contigo, si no es por Petra es porque somos distintos, y si no era por eso, era por el dolor que le causaba a Embrace. Nunca iba a poder ser completamente feliz a tu lado—,

—Aunque Petra quiera, ya no puede controlarme. —¿Aunque Petra quiera? Pero no me atreví a pronunciar ese pensamiento en voz alta, la verdad era que ya no me importaba. —Y no somos tan distintos ahora, eres mi pareja, no lo olvides. Y...—,

—No te atrevas a decirlo. —Lo interrumpí. —Embrace siempre va a existir para mí—,

—No puedo dejarte, eso lo sabes. Me viste lo que era cuando estaba encerrado en esa celda. Tu ausencia me va matando de a poco. Sin ti no puedo vivir. Y si yo no puedo vivir...—,

—Sé cómo funciona mi especie, gracias. La verdad es que ya no me importa, Demetrius. Embrace era el equilibrio en mi vida y ya no está. Sé que no es tu culpa que yo me haya enamorado tan irracionalmente de ti pero no puedo evitar culparte de su muerte. Yo conocí a Embrace el mismo día que apareciste tú en mi vida, y estoy segura que si tú no hubieses aparecido, hoy todo sería diferente—,

—¿Lo sería? Yo que tú pensaría muy bien cómo se dieron las cosas. Por algo ocurren. Si quieres abandonarme, puedes hacerlo, pero yo nunca me voy a alejar de ti. Nunca—.

Demetrius se fue de la habitación, yo continué con mi bolso. Lo único que me ayudaba a seguir en ese momento, era la esperanza de encontrar a mi hijo y a mi hermano.

Nada más importaba.

Nada.

Entré al Despacho Real y me encontré con Ámbar observando por la ventana que se encontraba detrás del escritorio de mi padre.

—¿Cómo puedes vivir con tanta oscuridad?— me preguntó.

Aunque claramente se refería al ambiente de Das Dunkel, esa sencilla pregunta envolvía demasiados aspectos de mi vida personal, tortuosa y fatal.

—La verdad que no sé— le contesté.

Di la vuelta al escritorio y me senté sobre el gran sillón haciéndole un ademán a ella para que hiciera lo mismo sobre alguno de los asientos que había en la habitación.

—Todavía no puedo creer que me encuentre en el lugar donde vivió Powel— me dijo con alegría,

—¿Puedo preguntarte algo personal?— me animé a decirle,

—Sí, claro— me contestó con la misma sonrisa,

—Estas casada con Gabriel pero ¿sigues amando a Powel?—,

—Nadie nunca va a entender lo que es Powel para mí. Sé que muchos han visto lo que me hizo pero yo sé que aunque así empezó, luego se enamoró perdidamente de mí. Él fue a Hollow Stone con un propósito, quería hacer de mi pueblo el suyo y construirlo bajo su semejanza. Era una criatura oscura que me manipuló por mucho tiempo pero me terminé enamorado de él sinceramente—,

—¿Y no crees que fue por culpa de esa manipulación que te terminaste enamorando de él?— como el lazo que Demetrius sintió entre nosotros dos y por el cual me buscó, y me encontró,

—Puede ser, como también puede ser que eso mismo me demostrara lo que realmente era y me haya enamorado de eso. Mi relación con Gabriel es anterior a la de Powel, siempre lo amé y por eso Powel hizo mucho para separarnos. Fue egoísta en un punto, lo sé, pero se redimió completamente cuando me abandonó, al menos en cuerpo—,

—¿Perdón? No entiendo—,

—Powel me hizo hacer cosas terribles, me dio por muerta, me robó a la hija que tuvimos juntos, Sofía, y me tuvo secuestrada en su mansión por diecisiete años... Todo porque me amaba posesivamente, pero me amaba al fin. Así fue como un día comprendió que tenía que dejarme ir para que tuviera una vida normal, ni siquiera me dio a elegir—,

—¿Hubieras elegido estar con él?— le pregunté sorprendida, no me parecía posible que alguien aceptara volver con una persona que le había hecho tanto daño...

Bueno, sí, era posible.

—Él cambió, por mí. Era una criatura despreciable que usaba chicas para portar a sus Herederos, creó una secta que lo veneraba y se encargaba de secuestrar a sus elegidas para quedar embarazadas de sus hijos... Pero cambió, por mí. La Secta Nightomen desapareció el día que él decidió protegerme y quedarse conmigo. Dejó que continuara mi vida con Gabriel. Yo lo amo a Gabriel pero hubiese elegido a Powel—,

—Se nota que te ama mucho— le dije.

Y esa era la gran diferencia entre nosotras dos y nuestros amores. Powel la amaba de verdad y había cambiado sinceramente, dejó de ser una criatura egoísta y posesiva para ser alguien que verdaderamente ama a otro y quiere lo mejor para él.

Demetrius jamás sería así.

—Powel nunca me abandonó, eso me demuestra que me ama aún más. —Y una gran sonrisa apareció en su rostro. —Lo tengo conmigo siempre—,

—¿No sientes que estás traicionando a Gabriel?—,

—A veces pienso que sí. Como te dije, nadie nunca entenderá el lazo que nos une a Powel y a mí. Pero a veces pienso que no, yo nunca dejé de amar a Gabriel—,

—Y Powel lo acepta...—,

—Powel quiere que esté bien, acepta lo que a mí me haga bien—.

Qué relación maravillosa. ¡Si tan sólo pudiera asimilarse mi triángulo amoroso en algo con el de ella!

—Necesito hablar con él, Ámbar. Él es la única criatura que puede decirme dónde queda el Averno—,

—Está dispuesto a ayudarte pero necesita que tanto mi hija como yo, estemos lejos de este lugar—,

—Por supuesto, ¿pero cómo va a ayudarnos si no es a través tuyo?—,

—No sé, no quiere decirme—,

—¿Entonces cómo hacemos?—,

—Quiere que vayamos a la parte norte del bosque—.

Continue Reading

You'll Also Like

3.4K 660 42
PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA ROSAS CON ESPINAS COMPLETO ¿Qué pasa cuando dos personas completamente rotas y de mundos distintos se enamoran? Exacto, c...
4.9K 325 10
❛Él es un chico impulsivo, orgulloso, algo altanero en ocasiones, pero con grandes convicciones e ideales para ser el mejor héroe de todos❜. ❛Ella es...
506 334 104
Pequeños relatos hechos para atraparte
30.5K 1.2K 109
¡Somos personas perfectamente imperfectas! Espero que algunos de ustedes se identifiquen con algunas de mis frases y seguir teniendo comentarios tan...