Es el cuarto día en Chicago y las cosas no podrían ir mejor, hemos salido mucho últimamente, y llegamos realmente tarde en ocasiones, pero siempre la pasamos bien y es lo que más nos importa en estas vacaciones. Ashley acaba de salir por la puerta como un pingüino, una blusa de algodón debajo de una chaqueta de lana con cuello vuelto color melocotón y botines de piel aterciopelada de ante negras. A pesar de su estilo de atuendo yo solo uso un jersey estilo retro de lana con cuello redondo y mis pantalones de mezclilla. Son las siete de la noche y saldremos a pasear, ya saben, para conocer el exterior, solo vamos al centro de la ciudad y mi padre siempre se asegura de saber dónde cuando y como estamos, nos ayuda con el transporte y se asegura que estemos bien.
Esperaba a mi novia en el sofá de Susan junto con mi padre, quien degustaba una taza de café mientras leía el periódico.
Ashley sale y yo me levanto, y con la mano me despido de mi padre quien me detiene un segundo.
— Al final estarás fuera todo el día, ¿verdad? - Le pregunto después de voltear la mirada.
Tomo las llaves, mi chaqueta de mezclilla con forro de lana y el bolso de Ash, listo para salir por la puerta.
— Sí.- Él ya conoce la ciudad. Trabaja en una empresa de inversiones y es a lo que le dedica tanto tiempo.- tengo que supervisar unas propiedades en las que está invirtiendo Susan, pero me gustaría cenar con ustedes esta noche si están libres. Saldré con Susan luego a tomar algo antes en el bar de la esquina y luego ir a un italiano, con ustedes. Me han dicho que hay uno muy bueno cerca de aquí.
— Me parece genial, papá, no creo que Ashley tenga nada esta noche.- La miro y ella niega con la cabeza. Me alegro porque hace tiempo que no salimos a comer.- Llámame si necesitas algo y, si no, nos vemos luego.
Me mira como si fuera a decirme algo, pero se lo piensa mejor y nos sonríe a ambos.
Hace frío en la calle, pero no lo suficiente para que llegue a nevar. Paseamos por las tiendas y cafeterías del centro, pegados el uno al otro. No hay nada mejor que salir de casa por vacaciones, lo cual me recuerda que tengo que hacer una llamada con mi madre, quien insiste en saber que sucede con mi padre y su novia, que hacen, que dicen, si me ha hablado de ella. Sé que quiere fingir que nada de esto le afecta pero el hecho de que el único tema del que prefiere hablar sea sobre Susan, dice mucho del rencor que le sigue guardando a su exmarido.
La situación se ha vuelto un tanto cansina e intento evitarla a toda costa.
— ¿Te apetece un chocolate caliente? -le pregunto a mi novia, mientras me refugio en su cuello.
Ella se pone nerviosa y se separa de un golpe, me río y ella vuelve a tomarme del brazo. Hace demasiado frío para andar separados.-Claro que sí.
— Tendremos al menos dos horas antes de ir a casa. Papá nos espera, dice que quiere hablar con nosotros.
— Te propongo algo. Empecemos por el chocolate caliente y veamos adónde nos lleva la noche. ¿Le parece bien, cariño?
— Me parece perfecto.
***
Estamos en una pequeña tienda-Bar y déjenme preguntarles ¿qué es mejor que el vino? Queso y chocolate para acompañarlo, al principio pensé, que asqueroso debe saber eso, pero es totalmente delicioso e irresistible la cantidad de chocolate que se encuentra aquí. Ubicada en el corazón de Union Square, en el centro de la ciudad, esta sala de vinos informal y acogedora de 55 asientos ofrece más de 150 vinos por botella, casi 50 por copa, junto con una selección de trufas y barras de chocolate hechas a mano a nivel internacional y local. Las parejas se sienten especialmente atraídas por el espacio y sus ofertas, que incluyen el «Eno Experience 'Taster», completo con quesos rotativos, charcutería, aceitunas y pan Boudin. Ashley degusta su chocolate caliente acompañado de un paquete de gomitas de colores, trufas y galletas, yo me limito a observarla, Apoyo el codo en la mesa y la barbilla en la mano, bebo de la taza de café que descansa sobre la mesa y la dejo de nuevo en el mismo sitio, ella no se percata, pero su presencia hace que sienta mariposas en mi interior, podría decir que no siento nada, podría fingir que no se me desencaja la mandíbula cada vez que la veo, pero estaría mintiendo.
Llevamos alrededor de veinte minutos en el mismo sitio, relajándonos y disfrutando un chocolate caliente antes de encontrarnos con mi padre, quien nos citó en un restaurante chino para conversar sobre algo con su novia.
Todavía no me acostumbro a decir eso.
Tomo la mano de mi chica en un gesto por trasmitir calidez, y ella se sonroja ante el gesto, baja la cabeza avergonzada, lo que debe ser una bendición ante el frío que está haciendo. Mi celular vibra encima de la mesa. Intercalo mi mirada entre mi novia y el teléfono y se me acelera el corazón al ver quién aparece en el fondo de la pantalla Era Alicia Observó el repique del aparato mientras tamborileo sobre la pantalla y, por un momento, dudo si tomarlo o no.
Al final me decido en contestarle y Ash va a pagar las cuentas, sabe que tenemos diez minutos para llegar al otro sitio así que aprovecha la distracción y se aleja.
— Hola cariño
— Hola señora Clark ¿qué sucede?
— Estoy en el hospital con mi esposo y Samantha.- hace una pausa y volteo en dirección de mi novia, y, como si intuyera que la Observó se voltea y forma la pregunta ¿Quién es? con los labios. Le respondo que Alicia y sigo escuchando el resto de la conversación
— Alison salió de cirugía, está estable pero sigue inconsciente.
Cierto. El doctor había dicho que en tan solo semanas Alison iba a tener una cirugía para quitar unos coágulos de sangre que obstruían el paso del oxígeno al cerebro. ¿Cómo pude olvidar ese detalle?
— Bien, ¿y cuál es el diagnóstico? ¿Sigue en coma?
Suspira.- Es difícil saberlo pero si se recupera tendrá daño cerebral permanente.
— Rayos.
— Alison aunque sigue en un estado vegetativo persistente y tiene las funciones mínimas del tallo cerebral que mantiene latiendo su corazón, circulando la sangre pero no puede moverse, ni hablar.
— ¿Siente dolor? ¿Después de la cirugía?
— Me temo que no, su encefalograma no muestra pensamientos activos pero sus funciones mentales primitivas volvieron, su cuerpo siente y responde al estímulo del habla.
— ¿Es posible una recuperación?
— Te lo iba a contar, pero la Detective nos dijo que esperáramos...- suspira.- luego de la operación sabremos qué sucederá, si continuará deteriorándose hasta que se desconecte del equipo o se recuperará
Alicia sigue hablando y Ashley me mira y niega con la cabeza-. Mira, estoy de vacaciones, ¿sabes? O sea, que ahora mismo no tengo tiempo para esto. Ya hablaremos cuando vuelva, ¿Ok?
Cuelgo el teléfono sin pensarlo dos veces y no sé por qué pero intuyo que mi novia como siempre, intentará hablar conmigo en breve y, ya que está, arruinarnos la noche.
Pero en vez de eso me sorprende. Salimos del restaurante después de dejar una buena y generosa cantidad de propina y salimos en busca de mi padre
Al salir, el aire frío de diciembre se me cuela hasta los huesos y me hace temblar. Me cubro con los brazos y Ashley parece tener la misma reacción, así que se abriga y se acurruca en mí cuerpo conectando nuestros brazos mientras caminamos a una parada.
De camino hacia el otro restaurante, tomamos un taxi y, durante el trayecto, apoyo mi mejilla en su cabeza y nuestros dedos se entrelazan. Por fin se decide a hablar: -Me alegra que hayas dejado pasar esta por mí, por ti, por nosotros Oliver.- me sonríe y le devuelvo el gesto, algo cansado.- Por una vez lograste pensar en tu propia felicidad.
— Lo sé cariño, y ¿sabes qué? No me arrepiento de nada y no pienso pedir perdón.
Soy consciente de la zona de su espalda en la que mi mano descansa y la acaricio ligeramente, me digo a mi mismo mentalmente que debería haber apagado los móviles para meterlos después en una caja fuerte fuera de la habitación. El objetivo de venir hasta aquí era que nos relajáramos fortaleciéramos la relación sin estrés y lejos de cualquier interferencia. Precisamente por eso, la idea de mi padre sobre este viaje no podría haber llegado en mejor momento. Hemos podido respirar hondo, olvidar lo que nos está pasando, ignorar el pasado e incluso pasarla bien.
La llamada de Alicia supone un retroceso más que evidente.
Pero mi novia, que es la más comprensiva del mundo lo acepta sin decir palabra.
***
— Buenas noches - Digo mientras me acerco a la mesa y me siento al lado de mi padre -, ¿ya han pedido? -Sí -contestan al unísono, y vuelven a mirarse acaramelados.
— Te ves nervioso - Apunta mi padre mientras nos sirven el postre. La comida está buenísima y el ambiente es muy acogedor. Daniel ha dado en el clavo con la elección, es un lugar bastante espacioso, el Goo for food para ser más exactos, El restaurante ofrece la oportunidad única de disfrutar de una cena privada, donde el restaurante prepara una comida personalizada de varios platos para un presupuesto determinado y un número específico de invitados, por lo que es un gran lugar para celebrar ocasiones especiales.
Siempre le repito que no tiene por qué gastar tanto dinero si solo pasaremos aquí una semana, le he estado molestando desde que nos pagó aquella habitación de hotel en la primera parada del viaje.
Por ahora, él no me presta atención y yo me alegro un poco, aunque en secreto.
— Para nada lo estoy.
— Pues tu novia se ve bastante feliz y relajada y tú te ves algo tenso hijo. - Él se ríe y sacude la cabeza.
— Biennn.- Menciono alargado la letra.- ¿Sobre qué querían hablarnos?
Carraspea y mira a Susan en un gesto cómplice.- Hijo, el viernes mi jefe y la compañía hará una fiesta en un hotel y quiero que vayan a presentarse, soy del comité organizador así que pueden ir sin ningún problema o invitación física.
— ¿Qué? -pregunto y Ashley se gira hacia mí con confusión.
Ella sabe que esto no estaba en los planes.
— Se ha invertido mucho tiempo y mucho dinero para que la gala de este año del Hospital Pediátrico y Centro Médico Saint Mary sea la más importante de los últimos años. Y lo será, aunque solo sea porque Mi jefe está a cargo del comité organizador.- Susan sonríe mira a Daniel mientras toma su mano sobre la mesa.- Por lo que sé de la lista de invitados, habrá políticos, millonarios, famosos y todo el lote al completo. Los fondos se destinarán al tratamiento de la parálisis cerebral infantil y la prohibición de cazar animales con fines comerciales. Toda la ciudad ha aunado esfuerzos para recaudar una buena cifra.- Dice Susan y sé que le emociona el tema y que sabe mucho al respecto por la manera en que lo dice y la gran sonrisa que se ha formado en su cara.
— ¿Por qué van a invitarnos una fiesta que se celebrara en...?
— En Drake.- Me interrumpe Susan, y sonríe con tanto empeño que por poco empiezo a preocuparme.
— Vengan muchachos, se divertirán y habrá comida de sobra. el comité ha contratado un cáterin bastante bueno.
— No hace falta que...
— ¡Vamos chicos!
Mi padre asiente y yo me preocupo por su estado mental.
Tomo la taza y le doy un buen trago al vino. Ashley se apoya en el respaldo de su silla y me mira fijamente y yo considero las palabras de ella y pienso en la invitación, sería una buena forma de pasar el rato, jamás tendría la oportunidad de ir a una fiesta de esa magnitud, tal vez valga la pena ir aunque sea por la comida.
Sí, estará lleno de viejos estirados, aburridos y forrados de dinero pero estará Ashley y sé que todo valdrá la pena.
— ¿Sabes qué?, cuenten con nosotros. Así pasaremos una velada diferente. Gracias por la invitación.- Afirma mi novia mientras me toma de la mano debajo de la mesa, me gusta saber que ella entiende mi estado actual y que prefiere hablar ella misma por los dos.
Susan nos dedica una sonrisa un poco forzada y se van. Ashley y yo nos quedamos parados frente a la puerta, tratando de entender lo que acaba de pasar.
— ¿Acabas de hacer lo que creo que has hecho?
— ¿Tú no lo harías?
— Creo que sí.
— Ah. Pues va a ser una velada interesante.