Big Bad Wolf » Camren

By imheedictator

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Aquellas historias de cuentos de hadas siempre quedarán pequeñas ante el nuevo mundo, lleno de lobos y otros... More

Prólogo
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43 (Parte 1)
43 (Parte 2)
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By imheedictator

Lauren avanzó a paso apurado en su forma humana, volviendo a la entrada del Complejo Wells. El lugar aparentemente estaba vacío. Había dejado los explosivos en todo el perímetro y en ningún momento pudo escuchar movimiento alguno cerca. Indicó a los demás para que la siguieran y Dinah se agachó colocando los explosivos alrededor de la entrada con la ayuda de Christopher, mientras Lauren esperaba atenta el regreso de Tara, Lukas y Allyson que habían entrado al complejo.

—Esta demasiado tranquilo para ser un momento como este. —Comentó Christopher, sorprendido por la falta de soldados o refuerzos en el Complejo Wells. —Debemos terminar y largarnos de aquí.

—Es el primer lugar que pensó que vendríamos. —Todos lograrón escuchar el comentario de Tara, volteando a verla, habiendo regresado con Lukas y Ally. —No hay nada, se lo han llevado todo.

—Es como si estuviera a un paso adelante de nosotros. —Comentó Lauren con enfado, pateando la pared más cercana. —No descansaré hasta convertirlo en polvo.

—Tranquila, debemos tener fé en que esto funcionará. —Dinah se acercó a ella transmitiendole confianza.

—Los demás ya están alrededor del cuartel. —Dijo Tara, viendo su celular y guardandolo nuevamente en su bolsillo. —Tenemos que seguir, solo nos queda un lugar más y luego el cuartel.

—No, no podemos comenzar hasta saber cómo le ha ido a Camila, no debemos avanzar demasiado en caso necesite nuestra ayuda. —Contradijo Lauren, aún preocupada por su novia, sin saber como le había ido.

—Normani acaba de llamarme y su teoría fue cierta, los lobos la obedecen. —Tara comenzó a avanzar sin esperar más palabras de Lauren. No quería tener una discusión estúpida en un momento tan crucial. —Camila está mucho mejor que nosotros.

—Son los refuerzos que necesitamos para entrar al cuartel. —Afirmó Christopher. —Es lo que necesitábamos y él nos lo está dando.

—¿Pero por qué Lawrence nos daría esa clase de ayuda? —Preguntó Lukas. —Nos está brindando una parte de su Ejército para ir tras él.

—Lawrence está esperando por nosotros. —Tara se subió a su automóvil, seguida de los demás, no sin antes decirles lo siguiente. —No puede escapar de una guerra ya anunciada y creo que quería comprobar si los lobos obedecían a Camila. Es por eso que Normani indica que no envío a todas sus tropas, solo a una mínima parte.

Lauren, Allyson y Lukas subieron al automóvil conducido por Tara. Christopher, Areu y Areliz subieron al automóvil conducido por Dinah. Inmediatamente se fueron de ahí, esperando que todo saliera como lo pensaban.

—Tendremos que esperar que lleguen los refuerzos para averiguarlo. —Lauren escuchaba a Tara hablar por teléfono, con quién suponía que era Normani nuevamente. —¿Toda la batalla ha sido televisada en todo el mundo?

Tara volteó un mini segundo ante las tres personas atrás en el coche, a la vez que ponía en altavoz su teléfono. Los tres escucharon con sorpresa la voz de Normani que anunciaba.

—Todo el mundo sabe que estamos peleando por una causa y esa es la libertad de todos.

Al llegar cerca al cuartel, lograrón encontrarse con Normani y el resto, pero no tenían más noticias de Camila y sus lobos del Clan del Sol. Ariana no contestaba ni daba ninguna indicación, además que la transmisión había sido cortada. Lauren comenzó a preocuparse verdaderamente por Zenith, Pat, Camila, Gust y todos los demás que estaban ahí. A pesar que Christopher trataba de mantenerla tranquila, diciéndole que ya habían informado que estaban bien, que seguramente no había conexión como explicaban y que por eso no habían vuelto a saber de ellos. Pero Lauren no lograba encontrar calma.

—Tienen que venir a ver esto. —Lukas llamó a los demás desde el gran árbol donde estaba trepado, y a lo lejos señaló algo que no pensaba observar. Lauren trepó al igual que Christopher para sorprenderse de igual forma.

—¡Oh Dios! —Exclamó Christopher al observar una fuerte cantidad de tropas, armamento y máquinas que seguramente eran para destruirlos. Estaban preparándose, el Ejército de los Estados Unidos estaba preparándose para la verdadera batalla. —Son miles y miles contra nosotros.

—Entrar ahí es un suicidio. —Dijo Lauren, bajando de un solo salto ante los demás que la esperaban. —Yo lo haré.

—¿Estás loca? —Lukas bajó de un saltó también, y la agarró del brazo bruscamente. —No tienes idea de lo que tienen ahí. Es mucho más de lo que imaginábamos. Tenemos que esperar por Camila y su gente.

—Ese Ejército no peleará sin un líder y si yo tengo que entrar ahí, para salvar una vida más hoy, créeme que lo haré. —Lauren avanzó con pasó firme, evitando escuchar los comentarios de sus amigos.

Después de muchas discusiones de último minuto, el grupo acordó que solo cuatro personas ingresarian al cuartel primero y el resto esperaría a Camila y su gente. Por lo que Lauren, Lukas, Christopher y Tara ingresaron al cuartel, cada uno con un propósito diferente. Lauren con el propósito de acabar con Lawrence y evitar una batalla campal. Tara con el propósito de desactivar todo tipo de arma que pudiera causarles desventaja. Christopher con el propósito de cuidar de Lauren y Lukas con el propósito que le había encomendado Camila la noche anterior.

—Tara está muriendo. —Lukas cayó sentado en el sofá, sin poder creerlo. —Tiene leucemia.

Camila le había pedido a Lukas conversar a solas, y por mucho que dolía, tenía que decírselo de una vez. Después de todo, ella sabía lo que Lukas sentía por Tara y ocultarle algo como aquello no estaba bien. No después de todo lo que Tara había hecho, desde abandonar su vida casi perfecta para ser una persona que lo había perdido casi todo. Lawrence se había encargado de hacerla añicos por todos lados posibles. Sus cuentas bancarias estaban en cero, había sido desalojada de su mansión y ni hablar de la reputación que Lawrence se había encargado de esparcir.

—¿Leucemia?

—Es una enfermedad a la sangre, un cáncer.

—No, no puede ser. —Lukas se levantó ofuscado y Camila sintió verdadera pena, porque nunca lo había visto así de nervioso por algo. Siempre se había caracterizado por ser un joven risueño, bromista y muy centrado y ahora se mostraba totalmente diferente. —Ella es una doctora, ella puede curarse, ¿no es así?

—No puede Lukas.

—Estas mintiendo, ella es más inteligente que nosotros, ella sabe de ciencia, de medicina. —Lukas limpió una pequeña lágrima que caía por su mejilla tratando que Camila no lo notará, pero fue en vano, Camila supo que estaba llorando. —Tara puede encontrar una cura, ella puede curarse.

—No puede. —Negó Camila, pero revelando lo que ella creía que podía ayudar. —Pero tengo una teoría que Tara no quiere probar.

—¿Cuál?

—La transformación.

—¿De qué hablas? —Lukas preguntó confuso y ver el rostro serio de Camila, le hizo ver que ella estaba hablando en serio. —¿Estás dando a entender lo que estoy pensando?

—Sí, ¿cómo crees que Lawrence fue capaz de recuperarse tan milagrosamente de la batalla en el Clan del Sol?—Le preguntó ella, haciendo recordar a Lukas cómo habían estado a un paso de acabar con ese hijo de puta. —¿Cómo crees que Lawrence pudo tener a Amarok tantas veces al borde de la muerte y después volverlo a traer a la vida, con tan solo un poco de energía?

—Nos cu... nos cura. —Lukas se dió cuenta de lo que Camila le daba a entender. —La transformación nos cura lentamente, pero estamos hablando de heridas.

—Lo hace, lentamente nos regeneramos, haciendo que una herida comience a sanar poco a poco. —Explicó Camila, sacando un folder que traía en su bolso, mostrándole a Lukas. —Imagina, una gran cantidad de sangre en su sistema que regenere todo lo que está dañado.

—Es imposible. —Comentó Lukas, comenzando a ver hoja tras hoja.


Eran las palabras de Tara Wells, era su investigación. Ella estaba intentando que el ADN de los demás animales no solamente añadiera poderes sobrenaturales, sino que también pueda ser posible curar a los enfermos que padecían de diversas enfermedades congénitas. Camila le señaló una hoja específica, mostrándole que ya habían realizado experimentos, la mayoría siendo positivos y en todo ese informe brindaban los resultados. Camila leyéndole a Lukas cada parte, orgullosa de cierta manera de que ahora sabía leer y escribir, sobretodo en un momento importante cuando una amiga necesitaba de su ayuda.

—Fue posible con Lawrence. —Finalizó Camila, cerrando el folder para poder devolverlo de donde lo había robado, de entre muchas cosas que Tara había traído en cajas. —Estaba al borde de la muerte y eligió vivir como uno de nosotros porque no había de otra. Era convertirse en un lobo o morir como un humano.

—¿Y tú crees que Tara querrá eso? —Lukas preguntó, confundido, pero con esperanza. —Mi amor es muy grande, pero nunca la obligaría a vivir como yo.

Ambos escucharon unos movimientos en el pasillo, por lo que giraron a ver quién era la persona que los interrumpía. Pero no había nadie y Camila salió para revisar, tampoco encontrando nada por lo que volvió con Lukas.

—Tara intentó buscar la sangre que fue aprobada en los experimentos, pero Lawrence se encargó de llevarse todo. —Le comenzó a contar ella. —Intenté comportarme bien con él, porque necesitaba esa información, pero creo que Lawrence sabía lo que buscaba y nunca me brindó ningún tipo de pista, inclusive una vez me indicó que lo había destruido todo. Sin embargo, sé que Lawrence no sería capaz de destruir todo por lo que ha trabajado.

—Yo solo quiero destruirlo a él. —Lukas comentó enfadado. —Es su hermana, ¡maldita sea!

—Lukas, ellos irán a poner los dispositivos, pero quiero pedirte que al encontrar la oportunidad, buscarás eso para ella. —Le pidió Camila. —Yo lo intenté y no tuve éxito, por eso te encomiendo esto.

—Lo haré, Camila. —Lukas comenzó a marcharse, saliendo por la ventana a pesar de encontrarse en un segundo piso, se paró en el gran marco, no sin antes girarse un segundo para hacerle una promesa a Camila. —Juro que lo haré.

Lukas saltó, y Camila observó como su amigo había desaparecido, dando paso a una gran pantera que se escabullia por la oscuridad del bosque. Camila había sido sincera con Lukas sobre lo que pasaba, pero no le comentó como gracias a su agilidad, había observado el brazo de cierta persona cuando ambos escucharon movimientos en el pasillo.

El brazo de una mujer.

Allyson había escuchado su conversación.

Se habían dividido en grupos, Lauren y Christopher se fueron por un lado. Tara exigió que ella debía avanzar sola y Lukas se fue por otro lado, pero grande fue su sorpresa cuando una persona tomó su mano, dándose la vuelta para encontrarse con Allyson, que los había seguido en las alcantarillas que daban al cuartel.

—Ally, ¿qué haces aquí? —Murmuró Lukas siguiendo su paso, continuando con su camino a la vez que analizaba el mapa que le había dado Ariana semanas atrás. —Creí que esperarías por los demás.

—Ha llegado un grupo de panteras para ayudarnos. —Explicó ella, siguiéndolo, pero Lukas podía sentir que algo no estaba bien con ella, por lo que giró a observarla. —Quería lograr alcanzarlos para comentarte que en cualquier momento todo comenzará.

—¿Estás hablando en serio?

—Han atacado el Clan de la Luna, Lukas. —Dijo ella, tomándolo por sorpresa, comenzando a llorar. —No queda nada, todo fue destruido, dicen que ha sido una explosión tan grande como nunca antes hubieras imaginado, cómo cuando los lobos quemaron nuestras cabañas. No hay nada. —Ally se quebró, abrazando a Lukas.

Lukas la abrazó de vuelta, dejándola llorar en su pecho.

Y tal como lo anunció Ally, la batalla comenzó cuando las panteras sin ningún líder comenzaron a atacar al Ejército. Los demás no pudieron quedarse esperando, por lo que también tuvieron que seguirlos. Eran bombardeos, disparos y destrozos de todo tipo. Lauren se quedó quieta en su sitio cuando estaba subiendo una escalera, por lo que de un sólo saltó bajo, agachándose porque había sentido el dolor de su gente. Christopher tomó su hombro, preocupado por ella.

—¿Estás bien, Lauren?

—Debes regresar. —Consiguió decir Lauren. —Nuestra gente necesita un líder que los guíe, hay un grupo de panteras que ha venido a pelear. Debes volver.

—No te voy a dejar sola, ¿entiendes? —Christopher se negó, toda su vida había cometido infinidad de errores, pero esta vez no iba a dejar a su hermana entrar a un lugar donde solo la querían destruir.


—¡Allá afuera hay más de doscientas almas esperando por ti! —Gritó Lauren. —¡Yo sé que tú nos llevarás a la victoria!—Christopher sintió como Lauren tomaba su mano, haciéndolas un puño, empujándola contra su pecho. Él pudo sentir la fuerza de Lauren, pero también su nerviosismo. —Por favor, te lo ruego Christopher. Lidera a las panteras.

Christopher asintió, y comenzó a retroceder sin dejar de mirar a su hermana. Hasta que sintió una pequeña brisa pasar con delicadeza por su rostro, se tocó la mejilla sonriendo al igual que Lauren.

—¿Lo sentiste?

—Siempre. —Respondió la Alfa del Clan de la Luna. —Nunca se fueron, hermano. Nuestros padres nunca se fueron.

—Espera, ¿a dónde crees que vas? —Lukas tomó la mano de Allyson, para evitar que avanzará mucho más. —Tenemos que tener cuidado, ya puedo escuchar como corren por todos lados.

—Soy mucho más rápida que tú, Lukas. —Indicó Allyson en un susurro, señalando el pabellón continuó. —Ese pabellón no está en el plano que nos brindó Ariana, debemos averiguar.

—Ally, es muy peligroso.

—No hay tiempo, Lukas. —Respondió ella, tratando de soltar su mano. —Hay muchas vidas que dependen de nosotros.

Lukas asintió al pedido de Allyson, dejando ir finalmente su mano a pesar de que no quería soltarla. Pero en el preciso momento que iba a seguirla, escuchó disparos contra él, por lo que se tuvo que esconder nuevamente. Él respiraba entrecortadamente por la adrenalina del momento, a la vez que esperaba que los refuerzos llegarán pronto. ¡Malditos refuerzos y maldita decisión de soltarla de entre sus brazos!

Al salir de su escondite, logró saltar encima de aquel soldado y ahorcarlo, por lo que al tirar su cuerpo a un lado, escuchó las explosiones en los alrededores del cuartel.

Se habían activado todas las explosiones en todos los lugares donde se habían puesto, incluso en los carros que iban a llevar provisiones.


Gracias a ello, las panteras lograron entrar, por lo que al observar como Allyson caminaba despacio, tratando de esconderse entre los escombros, entre el ataque de los suyos que corrían por destrozar más gente. Ella derrepente se transformó en una pantera para evitar con rapidez los disparos a su alrededor y lograr cruzar al otro pabellón. 

Fue ahí cuando Lukas levanto la vista y observó el gran cañón disparando en su dirección. Todo a su alrededor paso en cámara lenta cuando diviso a su ex esposa volteando un segundo para indicarle con una sonrisa a medias que había llegado, pero el pabellón explotó junto con Allyson y junto a ella la cordura de Lukas.

Lukas se transformó en una pantera, dando a los demás soldados su fácil ubicación, comenzando a recibir ataques. Pero él derribo a cada uno, sacando fuerza que ni él mismo creía que poseía. Atacó, mordió, arañó y masacró a cada soldado que se puso en su camino, pero no logró llegar donde Allyson porque otra explosión llegó a su lado.

—¡Lukas! —Gritó Tara, corriendo a su rescate. Un lobo salto atacando su espalda, pero ella se agacho, volteando inmediatamente para darle en el estómago con el cuchillo que traía. Lo acuchillo seis veces, pero no evito que el lobo también la atacará. Logro arañarle y cuando estaba a punto de morder su piel, la pantera que buscaba saltó encima del lobo para pelear. Ambos se enredaron entre mordidas hasta que Lukas logro captar su cuello entre sus dientes, apretando con fuerza, sintiendo como la sangre del lobo lo empapaba. Partió su cuello y ambos cuerpos cayeron al suelo destrozado por los ataques.

Lawrence había liberado una cantidad de sus lobos para pelear contras las panteras.

Tara corrió donde se encontraba Lukas, ahora en su cuerpo humano, debido a su falta de fuerzas. Lo tomo entre sus brazos, tratando de tomarlo con cuidado entre su regazo. Lukas tosió escupiendo sangre, moviendo su cabeza, tratando de mantenerse consciente y por encontrarse totalmente aturdido por la explosión y pelea de minutos atrás. —Lukas, respóndeme. —Tara trato de mantenerlo consciente, soltando un llanto al verlo tan mal. —¡No te atrevas a dejarme! ¡Por favor tú no!

—A—Ally. —Consiguió decir Lukas, tratando de levantar su propio cuerpo del suelo. Inmediatamente Tara comenzó a buscar desesperada a Allyson con la mirada por todos lados, aún con Lukas en sus brazos, tratando de evitar que él huyera en medio de la desgracia de la batalla. Al comienzo Tara no se había dado cuenta que Allyson había estado ahí también con su esposo. Tara comenzó a temblar. —¡Ally! —Lukas volvió a llamarla entre gritos ahogados. —¡Ally!

—No te muevas. —Tara le ordenó, empujándolo contra el piso porque Lukas estaba tratando de escapar. Su camisa se encontraba bañada en sangre y su rostro con diversas marcas y heridas de la lucha. —Por favor, Lukas.

—¡No! —Lukas al borde del colapso la empujó con fuerza hasta hacerla sentar en el suelo, arrastrándose como pudo para lograr levantarse. Corrió a la vez que otra vez escupía sangre por el camino, esquivando todo ataque posible para llegar donde Allyson. Pero el ingreso al pabellón siguiente estaba completamente derrumbado. Comenzó a desesperarse aún más, tirando rocas a lo lejos como pudo. Gritando por ella, sin importar que se rasgará la garganta al máximo. Nada importaba en ese momento más que salvarla.

Encontrarla y salvarla.

Era lo único que pedía. Era lo único por lo que rogaba su mente entre los bombardeos a su alrededor. Pero todo estaba destruido, incluso sus esperanzas cuando vio un brazo debajo del derrumbe. Lukas comenzó a tirar los ladrillos como pudo sin importarle nada más, por lo que no sintió cuando Tara llegaba a su lado sacando los ladrillos con desesperación al igual que él, tenían que lograr sacar su cuerpo.

Tenían que lograr salvarla.

—Ally, por favor. —Lukas lloraba a más no poder, moviendo todo sin importar que ya no sentía las palmas de sus manos. —Por favor.

—Buenas noches Lukas.

Al oír su nombre saliendo de los labios de la mujer que tenía parada frente a él, hizo que todo el peso que cargaba sobre sus hombros, desapareciera en un instante. Siempre añoraba lo tranquilo que podía sentirse a lado de Allyson, la calma que atravesaba su cuerpo, pero que hacía acelerar su corazón.

¿Era posible sentir esta clase de tranquilidad y está clase de loco amor al escucharla hablar?

—Buenas noches Ally.

—Pensé que irías al bosque, es tu turno de liderar la búsqueda. —Lukas asintió antes sus palabras. Ally se sentó al borde de la fogata, tocando el suelo dándole una señal a Lukas para que se sentará junto a ella.

Él corrió a su lado, sentandose de una forma desastroza, casi yéndose a un lado a pesar de su excelente coordinación de pantera. Era un completo baboso a su lado.

—Se siente tan bien. —Escucho decir a Ally cerca suyo y Lukas salió de sus pensamientos, para observarla con detenimiento sin temor a que sus sentimientos lo expusieran ante la mujer que amaba. —Tu compañía me da calma y me hace sentir que la vida vale la pena vivirla. Se siente tranquilo, se siente bien.

—Estoy enamorado de ti. —Confeso Lukas al fin, quitándose todos los miedos finalmente. —Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. Por favor, acéptame. No soy la persona más fuerte de este lugar, pero te aseguro que aprenderé cada día algo nuevo de ti, que aprenderé a cuidarte. Nunca seré débil por ti.

—Lo sé Lukas. —Ally respondió a la vez que tomaba su mano, uniendola con la suya.

—¿Lo sabes?

—Lo siento aquí. —Ally llevó la mano de Lukas al lado izquierdo de su pecho. —Y también siento que no eres débil, nunca lo has sido.

—Ally...

—Te quiero Lukas. —Ally se acercó a Lukas, poniéndolo más nervioso de costumbre. Ally encontraba demasiado tierna la forma en la que Lukas se ponía con ella, porque aunque ella no lo admitiera, también se ponía nerviosa al igual que él, solo que sabía disimularlo mejor. —Solo te pido una cosa, por favor no te vayas de mi lado y prometo amarte de igual manera.

Lukas asintió, aún nervioso. Pero hubo algo en ese momento que cruzó internamente en su interior, una sensación diferente, una felicidad pura, un sentimiento de calma. Se sintió pleno, se sintió feliz, pero sobretodo se sintió comprendido y en familia.

Se acercó, tomando por sorpresa a Ally y la besó por primera vez. Su pantera interior saltó de emoción y no pudo evitar transformarse para comenzar a correr por todo el patio del Clan de la Luna ante la risa de Ally, que lo observaba con amor.

Porque ella también estaba enamorada de él.

Y su conexión se lo decía una y otra vez.

Lukas y Tara lograrón sacar el cuerpo de Allyson entre los escombros.

Lograrón sacar su cuerpo, su cuerpo sin vida.

Lukas la arropo contra su pecho, en un llanto silencioso, pero está vez era un llanto diferente, era totalmente destructor. Incluso cuando Tara pudo darse cuenta, llevo sus manos a la boca por la impresión, al ver el cuerpo de Allyson y como un gran fierro atravesaba su estómago. Ella tenía la mirada un poco perdida, tratando de mover su mano a la vez que Lukas llevaba sus cabellos detrás de su oreja. 

—No te muevas más, amor. —Dijo él dulcemente, tomando su mano y acariciándola con dulzura. Allyson comenzó a tranquilizarse a pesar de que cada segundo intentaba sentir su vientre con sus propias manos. —Por favor no intentes moverte más ¿sí? —Lukas pidió, tratando de controlarse. —Vamos a sacarte de aquí.

—Lukas...

—Sí, soy yo y no me iré de tu lado, ¿entiendes? —Afirmó Lukas, mirando a Allyson, llorando fuertemente al sentir como ella ahora buscaba su mano. —Estoy aquí y no me iré.

Tara pudo darse cuenta del gran charco de sangre alrededor de Allyson y como Lukas parecía omitir eso, como si no deseará verlo o sentirlo. Quizás si lo ignoraba, desaparecería. Quizás si lo ignoraba, nunca hubiera sucedido.

—No duele más. —Susurró Allyson a duras penas. —No duele.

—Te amo, ¿me oyes? —Lukas acercó su rostro, besando su mejilla, sus lágrimas cayendo en el rostro de Ally. —Te amo.

—No llores más. —Pidió ella. —Has llorado lo suficiente para toda una vida. —Ally pudo conseguir fuerzas para tomar su rostro. —No llores más.

—No, no me pidas eso por favor. —Lukas comenzó a desesperarse cuando el toque de Allyson comenzó a temblar, y sentía muy en el fondo de él que sus latidos comenzaban a desaparecer. —Ally, por favor.

—Cui—cuiden de Vix. —Lukas tomó su mano, asistiendo sin importarle que Ally lo escuchará llorar. —E—ella lo entenderá.

En ese momento Allyson cerró los ojos para siempre. Lukas se quedó observándola, llorando a su lado, lamentándose una y otra vez. Tara estaba destrozada, su corazón dolía demasiado.


—Ally, no tú, por favor no tú. —Lukas agachó la cabeza contra su pecho hasta que un grito en su llamado, hizo que todos los sonidos que había omitido, llegarán a él nuevamente, los gritos de ataque, los disparos, los bombardeos. Absolutamente todo.

—¡Lukas! —Gritó Lauren nuevamente transformada en una pantera, corriendo a su rescate, por los bombardeos. Zenith, que había aparecido, también llegó a su lado tomando a Tara y Lauren a Lukas, llevándolos lejos de ahí. Volviendo a llegar una explosión dónde estaba el cuerpo de Allyson. Lukas se volvió loco. Lauren lo llevó a la vuelta del pabellón, entrando a un viejo almacén en un aterrizaje forzoso que hizo que los cuatro cayeran al suelo de un gran salto.

Y cuando cayeron, Lukas golpeó a Lauren en un instante.

—¡No debiste salvarme! —Lukas intentó golpearla una vez más, pero fue detenido por Zenith que a pesar de estar herido, debía parar aquello. —¡Maldita sea! —Exclamó él al ser tirado contra la pared de un solo golpe.

—No hay nada que yo te diga que hará sanar lo que sientes, ¡nada! —Zenith se agachó para hablar con Lukas. —Pero tienes a alguien que espera por ti, y vas a volver, así tenga que amararte aquí.

Lukas golpeó a Zenith, y Lauren intentó intervenir, pero también fue golpeada por él, ante los gritos de Tara, al ver cómo estaban siendo masacrados, por lo que comenzó a buscar los retardantes al predecir lo que se venía. Pero fue muy tarde cuando Lukas se transformó en una pantera.

Lauren corrió con prisa persiguiendo a Lukas. Su corazón estaba desgarrándose al ver a su mejor amigo completamente destrozado. Pero más que nada por Ally, por su muerte tan repentina. Dolía, dolía tanto y no podía imaginar lo que Lukas sentía, pero no iba a permitir que su mejor amigo se sacrificará en una pelea que no iba a poder continuar por su estado tan descompuesto.

Al llegar donde Lukas, trató de abrazarlo, y pegarse a su cuerpo para evitar que continuará con su camino, pero Lukas giró y se tiró contra la pared. Lauren cayó al suelo adolorida, Tara y Zenith corriendo en su rescate. 

Al ver el charco de sangre alrededor de Lauren, solo hizo que Lukas abandonará su transformación, se pegó contra la pared, llorando hasta más no poder.

Todo el dolor se había apoderado de su cuerpo, su mente se había nublado y era como si solo pudiera escuchar un pitido estremecedor a su alrededor. Era una completa pesadilla, pero el dolor lo hacía sentir vivo. Allyson había muerto y había sido su maldita culpa. Dolía, dolía hasta el alma. Quería ser capaz de retroceder el tiempo y haberla podido salvar.  Quería evitar todo, pero era demasiado tarde.


—Lukas. —Lauren susurró a lo lejos, a la vez que estaba siendo curada por Tara, intentando que su mejor amigo no se derrumbará más, aún corriendo peligro. —Lukas, mírame.

—¡Aléjate maldita sea! —Lukas gritó cubriendo sus oídos, Lauren se levantó, sin importarle que Tara no había terminado de curarla. Fue donde él, tratando de recuperarlo.—¡Déjenme, quiero morir también!

—¡Lukas! —Lauren lo abrazó a la fuerza. —No estás solo.

—Quiero irme, quiero irme de aquí. —Lukas comenzó a desmoronarse. — ¿Por qué? ¿Por qué, maldita sea? Tienes que dejarme salir, ella está afuera sola. —Lukas miró a Lauren a los ojos, rogándole que lo dejará. — Tengo que salvarla, tengo que salvarla, Lauren. Déjame salvarla.

—Escúchame bien. —Lauren intentó detenerlo, pero Lukas seguía intentando levantarse para marcharse. —¡Escúchame mierda! —Lauren lo samaqueo, logrando que Lukas la escuchará. —Vamos a luchar juntos, vamos a pelear por ella, por tu hija, por todos.

—Mi hija...

—Tu hija te necesita. —Lauren intentó tomar a Lukas de los hombros, tratando de que reaccionara, pero Lukas se dejó caer al suelo de un solo golpe. —¡Maldita sea! ¡Tu hija te necesita! —Lauren escupió con rabia, agachándose para hablar con su mejor amigo. —Yo también te necesito.

—Lauren, te necesitamos. —Intervinó Zenith, al escuchar más bombardeos en el campo. —Camila ha llegado con los refuerzos. Nos emboscaron, pero estamos aquí, hemos llegado y estamos en plena batalla. Te necesitamos afuera.

—No, no lo abandonaré. —Lauren miró como Lukas lloraba como un bebé, tirado en el suelo. Ella iba a agacharse para intentar hablar con él, pero Tara no se lo permitió.

—Ve, yo me quedaré con él. —Dijo ella, luego informándole lo que había avanzado. —Logré desactivar todo lo que pude, espero que eso sea de ayuda. —Luego, dándole un papel con una ubicación. —Envia a alguien a desactivar el generador, les dará una ventaja de tiempo no podrán contactarse con nadie, serán solo ellos.

—Gracias. —Lauren corrió junto a Zenith, ambos transformándose en una pantera y un puma para continuar con la batalla, no sin antes brindarle unas palabras a Lukas. —Te quiero hermano, resiste por favor.

Cuando ambos se fueron, Lukas intentó levantarse a pesar de desmoronarse por dentro. —Lukas, mírame. —Tara pidió, agachándose a su lado, tomando su rostro. —Por favor, mírame. —Lukas la observó sin ganas. —Saldremos juntos de esto, saldremos de aquí a buscar a tu hija. Por favor, dame tu mano y saldremos de aquí.

—¡No! —Lukas se levantó corriendo, por lo que Tara fue a perseguirlo, empujándolo contra la pared por lo que él comenzó a gritarle. —¡Ella está afuera! ¡Necesito salvarla! ¡Lauren me necesita! ¡Las panteras me necesitan! ¡Debo pelear! ¡Debo matar! ¡Quítate!

—No, no lo permitiré. —Respondió Tara enfurecida. —No te dejaré salir en ese estado. Ellos no te necesitan de esa forma.

—Alejate de la puerta, mi gente me me necesita.

—No me moveré, Lukas.

—Atacaré si no te mueves ahora.

—No lo haré. No me obligaras a dejarte ir. —Comenzó a decir ella, ganándole el llanto también. —No me obligaras a dejarte sacrificar por nosotros, por mí. Porque sé que Allyson murió por mí, Camila te lo dijo ¿no es así? —Preguntó Tara, llorando más fuerte. —Te mencionó la sangre que necesitaba porque estoy muriendo. Por lo que yo le había dicho a ella, si con mi hermano funcionó, conmigo funcionaría también. Estoy muriendo y Allyson murió por mí. La sangre del laboratorio era lo que yo necesitaba.

—Allyson...

—Murió por mí y no me obligaras a perderte a ti también. —Admitió Tara, sin revelar detalles de la conversación que habían tenido las dos, la noche anterior. —No me obligues a decirle a tu hija que su padre también se fue. Por favor Lukas, no le hagas esto a Vix.

—Allyson... Allyson... no puede ser. —Lukas se dejó caer nuevamente, esta vez con Tara entre sus brazos. —Por favor ayúdame, estoy ardiendo desde adentro, está doliendo demasiado, por favor Tara... lo necesito.... —Rogó él y Tara sabía perfectamente a lo que se refería, por lo que lo abrazó y en medio de ese abrazó, inyectó en su espalda el retardante para evitar su transformación.

—Tranquilo, vamos a salir de aquí, vamos a salir...

—Señor, la Srta. Wells estuvo desactivando nuestras armas. No se pudó concretar el ataque a la comunidad de lobos. —Lawrence giró enfurecido al escuchar aquello. ¿Sus oídos estaban escuchando bien? ¿Tara estaba ahí también?

—¿Cómo es posible que ella siga teniendo los accesos? —Agarró a su soldado, tirandolo al suelo. —¡Maldita sea consigan armas del complejo más cercano, de los demás cuarteles cuánto antes! ¡Usen los retardantes si es necesario!

—Una gran mayoría de nuestros cuarteles han sido bombardeados al mismo tiempo al igual que nuestra sede principal Señor. —Informó, por lo que Lawrence se transformó en un lobo. —No hay casi nada que pueda servir a menos que solicitemos refuerzos y estos llegarán en 24 horas Señor.

Lawrence enfurecido dió la orden a todos sus saldados que se transformaran en lobos, iba a comenzar la verdadera masacre.

—¡Camila! — Lawrence gritó con furia pasándo entre la multitud de su Ejército. —¡Quiero a esa loba bajo mi poder! ¡La quiero con vida cueste lo que cueste! ¡Yo mismo acabaré con ella!

Todos sus soldados se ordenaron en filas al ver cómo el pequeño grupo de panteras se acercaban detrás de su líder. Christopher iba, dispuesto a todo. Era ahora o nunca. Corrió con rapidez, junto a los que lo acompañaban para continuar peleando a pesar del dolor de su cuerpo. Pero sus ganas por vencer eran mucho más grandes. Comenzó a batallar con cuánto soldado encontraba. Ellos les ganaban en cantidad, más no en fortaleza. Al levantar su rostro vió como Camila también peleaba,  con cualquiera que estuviera a su alcancé, destrozando cuerpos, embistiendo grupos de soldados, arañando y lastimando.

Lawrence comenzó a avanzar, para tener a Camila, por lo que Lauren llegó, comenzando a seguirlo también en medio de la batalla.

—¡Lárgate! —Lawrence al verla, lanzó a su grupo de soldados a su alrededor, para que vayan a atacar a Lauren, los bombardeos comenzaron a ir en su dirección, por lo que Zenith fue corriendo a sacarla de ahí gracias a su agilidad. —¡La quiero muerta!

Camila comenzó a correr, huyendo de los bombardeos, entrando a una especie de pabellón de vehículos, sin darse cuenta que Lawrence estaba detrás ella. Camila abandonó su transformación, tirándose contra una pila de cajas detrás de unos cilindros gigantes. Su respiración era entrecortada, arrancó un pedazo de su pantalón para envolver una herida que tenía en el brazo producto de un cuchillazo de algún soldado con los cuales había peleado. Tiró su cabeza para atrás, a la vez que respiraba con calma para volver a la batalla. Su cuerpo ardía, pero no iba a parar.

La emboscada, había acabado casi con ella, pero no iba a permitir que eso la venciera. En el momento en que se iba a levantar, escuchó el sonido de unas garras chocando contra el metal, un sonido que la estremeció y que continuó hasta que escuchó su voz.

—Creiste que podrías escapar de mí. —Lawrence apareció mostrándole su clásica sonrisa socarrona, haciendo una reverencia sarcástica. —La Alfa del Clan del Sol o lo que queda de él.

—¿Hablas de los lobos que ahora son leales a mí?

Lawrence corrió a agarrar a Camila de su camiseta, la levantó del suelo tirandola contra el barril. —No estoy jugando, Camila. Te crees muy lista, pero te olvidaste que yo siempre estoy a un paso de ti.

—Los lobos nunca te serán leales. —Camila se limpió la sangre que caía de sus labios, levantándose. —No eres su líder por naturaleza.

—¡Acabaré contigo y no tendrán a quien seguir! —Lawrence golpeó a Camila, comenzando a ahorcarla con fuerza. Ella trataba de defenderse, pero él era mucho más fuerte que ella siendo humanos. Camila trató de escapar, pero no podía, incluso cuando Lawrence la tomó y comenzó a ahorcarla contra el suelo. Estaba perdiendo energías, sentía que se iba a desmayar. Pero en ese instante, Lawrence fue golpeado de una patada feroz que lo hizo estrellarse contra la pared.

Camila quedó tirada, observando de forma borrosa como Pat la había salvado. Él se puso en su delante, enfrentándose a Lawrence para que no se acercará.

—Atrévete a tocarla una vez más y me convertiré en un asesino.

—Muy bien jugado muchacho, pero ¡muévete! —Gritó él. —No colmes mi paciencia, no estoy para perder mi tiempo con un mocoso, cuando fácilmente puedo quebrar tu cuello.

—Protegeré a Camila con mi vida si es necesario.

—Que tierno Camila, lástima que hoy será el último día que veas la luz.

Lawrence corrió dónde Pat para masacrarlo, pero Pat no se dejó, comenzando a pelear contra él también, luego transformándose en un lobo al igual que Lawrence. Camila aprovechó el momento para arrastrarse tratando de pedir ayuda. Cuando escuchó un fuerte llanto, volteó para ver cómo Lawrence había mordido a Pat y lo embestía contra los barriles.

Lawrence comenzó a caminar a pasó lento para llegar a Camila, quién trago en seco al verlo y cuando Lawrence iba a llegar a ella, Pat en su forma humana, saltó a su lomo, tratando de ahorcarlo. Lawrence comenzó a tirarse contra todo lugar que podía para sacarselo de encima. Pero al no poder lograrlo, decidió abandonar su transformación para caer al suelo, y Pat salió volando cerca a Camila.

Camila divisó los ojos rojos de Pat, el enfado puro, porque lo sintió también muy en el fondo de ella. Los sentimientos de Pat estaban saliendo a flote, sobretodo por la risa socarrona de Lawrence al levantarse fácilmente del suelo.

—¡¿Tienes alguna maldita idea de lo que ha sido de mi vida?! —Pat gritó con enfado, dejándose llevar por la repulsión que le ocasionaba al ver el regosijo del hombre que había causado tanto dolor. —¡¿Dígame?! ¡¿Tiene idea de todo el daño que causó usted y su familia?!


Lawrence comenzó a reír al ver cómo Pat perdía la cordura y como su rostro se ponía rojo de la rabia. Él no era nadie y no significaba nada. Creía tener derecho a reclamarle algo cuando podría destrozarlo en un segundo y vaya que se lo estaba buscando a pulso. Pero finalmente ese mocoso era un lobo, podía sentirlo en él y no quería deshacerse tan fácilmente de un peón que podía ser de ayuda, sobretodo viniendo del círculo cercano de Camila y Lauren.

—No me importa el daño que tú crees que mi familia ha ocasionado. —Lawrence comenzó a responder, señalando con el dedo. —¡Mi familia construyó un imperio! ¡Mi familia hizo algo excepcional, mejoró la raza humana hasta convertirla en lo que hoy es! ¡Gracias a mi familia los humanos podemos ser poderosos!

—Usted no lo entiende y nunca lo hará. —Pat se agachó un poco, listo para transformarse en un lobo, pero ver a Lawrence ahí, no sé lo permitió. Tenía que decirle lo que pensaba en su forma humana, tenía que desahogarse. —Mis dos padres fueron seleccionados para venir a este asqueroso lugar. A pesar de ser un niño, pude detectar la resignación en sus miradas cuando lo supieron.

—Tus padres vinieron por una gran causa.

—¡Mis dos padres vinieron aquí a morir! ¡Mis dos padres! —Gritó Pat sin poder evitar soltar lágrimas del dolor que le causaba decir aquello. Muy pocas veces hablaba de su familia y es que dolía demasiado sentir. —Quede solo en el Clan del Sol, obedeciendo cada orden, cada llamado, soportando cada abuso porque era un chiquillo miedoso que tenía temor de ser seleccionado para otra "batalla".


—Deberías estar agradecido de que tus padres sirvieron de apoyo para un experimento muy grande. Tenemos el mejor ejército del mundo y muy pronto, seremos perfectos. Sé cómo tus padres y únete a nosotros, usa tu rencor en pelear contra estás panteras y se leal a tu sangre.

—¡Nunca! —Exclamó Pat con asco. —Me enseñaron que las panteras eran las culpables de nuestra desgracia y lamento tanto haberlo creído en su momento, dejándome llevar por ese cegado odio. —Lawrence comenzó a enfurecer ante las palabras de Pat. —¡Maldito seas una y mil veces por todo lo que has causado, por todas las familias que has roto, por todas las vidas que has tomado! ¡Pero maldito una vez más porque hoy no descansaré hasta tener tu sangre derramada entre mis manos! —Pat se preparó para el ataque que vendría de Lawrence. —No importa si romperé algo en mi al traicionar a mi propia sangre, pero estoy seguro que no será tan grave como todo lo que has destruido a tu paso. ¡Hoy renunció a ser un lobo, porque mi humanidad me dice que no puede soportar ver más tanto sufrimiento!


—Si renuncias a ser un lobo, estás renunciando a vivir.

Pat corrió contra Lawrence, sacando un navaja que traía, pero él espero listo con su boca abierta, mostrando sus filudos dientes, a la expectativa, lleno de ira. Iba a mostrarle a Camila como comenzaría a acabar poco a poco con sus lobos.


Lawrence se tiró contra Pat, justamente cuando Camila recobraba la consciencia. Él lo atacó, aunque Pat logró acuchillarlo un par de veces, pero no fue mucho lo que logró, porque Camila gritó cuando pudo observar como su amigo caía lastimado bañado en sangre.


En ese momento en el que Lawrence disfrutaba cómo Camila iba a ayudar a Pat desesperada. Lawrence fue empujado contra la pared por una feroz pantera, que pudo haber llegado antes a no ser de que había una barrera inmensa de lobos que no permitía su entrada.

Lauren y Lawrence comenzaron a pelear, chocando sus dientes entre mordidas. Camila uniéndose a la pelea transformandose en un lobo. Los tres entre saltos salieron del almacén, chocando por fuerza, gruñendo entre ellos y lastimando a más no poder. En medio de la batalla, un lobo negro, un lobo blanco y una pantera negra resaltaban por la brutal fuerza que usaban para intentar vencer.

Fue en un momento decisivo en el que Lawrence aprovechó la disminución de fuerza de Lauren al haber peleado tanto, para empujarla y arrancar un pedazo de piel de su costado. La pantera comenzó a llorar, sufriendo por la mordida. Por lo que Camila, saltó con furia contra Lawrence al ver cómo Lauren volvía a su forma humana, tirada en el suelo.

Zenith y los demás vinieron a su rescate, comenzando a pelear contra Lawrence, por lo que Camila aprovechó en retroceder para ir con Lauren, que se arrastraba para esconderse en un lugar seguro.

—Mírame. —Camila le rogó entre lágrimas, ante una desesperada Lauren que intentaba moverse y poder así levantarse. Lauren estaba aturdida, su cabeza daba vueltas y es que el dolor absorbía todas sus fuerzas. —Mírame, mi amor.

Camila tomó el rostro de Lauren con delicadeza y junto sus miradas. Marrón y verde formó un nuevo eclipse, marrón y verde formó una nueva fuerza. Ambos se mezclaron y Lauren apretó los puños contra el barro del suelo. Camila, su Camila la miraba con todo el amor posible que pudiera existir y eso le daba fuerzas, porque ante los ojos marrones brillantes por las lágrimas de la mujer que amaba, encontró un huracán que se instaló en su pecho.

—Te amo. —Susurró levantando su mano, acariciando la mejilla de Camila, quién sin importarle nada más, se acercó robándole un último beso. Fue un beso que comenzó lento, pero que luego comenzó a tomar rapidez, Lauren se dejó llevar y correspondió a Camila con las mismas ganas y quizás hasta con más.

—Tengo fuerzas para terminar, pero es todo contigo y nada sin ti, Lauren. —Camila la motivo, dándole energía para seguir, cubriendo su herida con un trapo y apretándola. —Así que levántate y acompáñame hoy. Vamos a ganar está guerra, porque ambas somos más fuertes que todo esto. Tú y yo hasta el final. La fuerza de dos mujeres enamoradas será más fuerte que mil hombres llenos de odio, porque no se trata de lo mucho que hemos perdido, se trata de lo mucho que nos queda.

Christopher había recibido el papel que le brindó Tara a Lauren, por lo que aprovechando la batalla, corrió en dirección a la sala de controles, rompiendo el generador que les daba más tiempo y ventaja. El Ejército de los Estados Unidos quedó incomunicado y ahora solo eran ellos contra los suyos.

Lawrence saltó con todas sus fuerzas directo al ataque con sus garras listas para dañar, romper y arañar. Ninguno de los demás pudo contra él. Por lo que aulló llamando a sus contricantes favoritas, pasando alrededor de los cuerpos heridos que había logrado vencer.

Lauren y Camila aparecieron en sus formas humanas, listas para continuar. Lawrence saltó contra ellas quienes se transformaron al instante en una pantera y un puma. Lawrence saltó y atacó, y cuando sus patas tocaron el suelo, un cuerpo cayó también.

Todos quedaron sorprendidos al ver cómo la pantera había caído al suelo producto del impacto del arañazo que dió contra todo su pecho. El daño fue tanto que Lauren regreso a su forma humana nuevamente, tirada en el suelo un poco ida por el ataque.

Ya no daba más.

Camila gruño contra Lawrence que parecía encantado que la Alfa del Clan de la Luna, hubiera caído tan fácil, contra un pequeño arañazo de sus garras.

—¡Vaya! —Lawrence comento en voz baja, sigiloso al ver cómo Camila estaba a punto de saltar encima de él. —Creí que ibas a darme un poco más de pelea, Lauren. Pero creo que ya averiguamos quien es el felino que manda.

Lauren rio de forma burlona ante el comentario de Lawrence, moviendo su cabeza tratando de recomponerse, hasta que dos manos diferentes le ofrecieron la ayuda para levantarse.
Su sonrisa se incrementó cuando vio que eran Pat y Zenith, heridos al igual que ella, pero listos para darlo todo nuevamente. Al levantarse vio a Camila, dándole una señal, la cual la puma captó inmediatamente.

—Camila es mucho más poderosa que yo y no me avergüenza admitirlo.

—En realidad, hay algo en lo que no pensaste Lawrence. —Comenzó a decir Camila, ambos dando pasos sigilosos el uno contra el otro, esperando el comienzo.

—Yo conozco todos tus pasos, Camila. —Respondió Lawrence con rabia. —Sé todo lo que tramas, quisiste engañarme, pero yo estoy a un paso de ti. Nunca podrás huir de mí, Serás leal al Ejército o morirás.

—Mi lealtad está con los lobos.

—Y conmigo, yo te ordeno.

—¿No te das cuenta verdad? —Preguntó Camila, sorprendida de que no se diera cuents. —Yo soy el Alfa del Clan del Sol, todos los lobos han depositado su lealtad en mí y tus lobos me obedeceran a mí porque está en su sangre, yo soy tu Alfa.

—Un clan de lobos salvajes no podrá detenerme y si tengo que acabar contigo lo haré. —Afirmó él entre risas. —Dime Camila, ¿por qué mis lobos no te obedecen ahora? —Camila divisó diverso grupos de lobos que atacan a las panteras y otros que las protegían. Intentó en su mente ordenarles, pero fue en vano. —¿Creíste que usaría tu sangre perfecta en todos mis soldados? ¿Creíste que dejaría mi Ejército en tus manos? —Preguntó Lawrence entre gruñidos. —Desde la primera vez que los inquietaste, lo sospechaba. La ciencia no podía darme una respuesta sobre ello, lo único que pudieron decirme fue que era "natural". Tú ya no me sirves más, ya obtuve todo lo que quería de ti, tu ADN corre en mis venas. El ADN de Amarok corré en mis venas también. Ellos me obedeceran porque soy tan Alfa como tú.

—¡Te has convertido en todo lo que odiabas! —Gritó Camila, enfurecida por sentir que poco a poco estaban acabando con ellos. Nunca hubiera imaginado que Lawrence tomaría la sangre de Amarok y la usaría en él, la sangre de un Alfa, totalmente manchada por atrocidades, usada por un hombre que no era mucho mejor que al anterior líder de los lobos. —Eres un ser despreciable, pero no descansaré hasta haber acabado contigo.

Camila y Lawrence corrieron a enfrentarse el uno al otro, saltaron por los aires con mordidas bruscas, sus dientes sonando con fuerza en cada momento que chocaban el uno con el otro. Sus garras intentando lastimar tanto como lo hacían sus mordidas. Los lobos al ver que sus dos líderes peleaban a muerte y que uno de los dos debía morir cueste lo que cueste, agacharon la cabeza confundidos, siendo esto aprovechado por la gente de Lauren, para avanzar sus filas, aplicando los retardantes a cada lobo del Ejército que lograban identificar.

Fue una batalla a muerte, peleó con todas sus fuerzas. Pero ambos eran realmente poderosos, Camila por naturaleza y Lawrence por la ciencia. Estaban luchando, cuando ambos chocaron sus cuerpos con toda la fuerza que les quedaba. Ambos salieron volando en dirección contraría, cayendo contra el barro, Camila siendo detenida por un tanque que recibió el impacto de su cuerpo. Lawrence siendo recibido por los muros destrozados de su cuartel.

Ambos tratando de levantarse para continuar con la batalla. Ambos habiendo vuelto a sus formas humanas por la perdida de adrenalina, y la rapidez de llegar a encontrarse para pelear nuevamente, que no permitió a ninguno de los dos, transformarse. Ambos se tomaron por los hombros, tratando de acabar el uno con el otro. Lawrence era mucho más fuerte como humano que Camila, pero ella tenía algo que él claramente no tenía.

Algo porque luchar.

Lawrence le tiró un cabezazo a Camila, y luego un golpe duro que la tumbó nuevamente. El General sacudió su rostro, limpiando la sangre de Camila que comenzaba a cubrir su propia frente. Sintiendo asco de ella, de lo que pudo haber sido, porque nunca sería más que él. Nunca sería más que el mismísimo General del Ejército de Los Estados Unidos.

—Eres una simple loba, eres un simple animal salvaje. —Lawrence comenzó a avanzar con lentitud, sacando de su bota un pequeño cuchillo. —Y hoy no serás más que nada.

Lawrence se lanzó a atacar a Camila, pero ella lo esquivó, poniendo su pierna para tirarlo al suelo. Aprovechando el momento para tirar un fuerte golpe a su estómago y salir corriendo a tropezones. Lawrence cayó un momento, gritando de la rabia, a punto de transformarse nuevamente.

—No somos solamente lobos, Lawrence. —Escuchó decir a Camila que se había trepado encima de uno de los tanques militares. —Somos más que eso.

Camila comenzó a aullar en su forma humana, ante el asombro de Lawrence, sus lobos comenzaron a aullar al igual que ella. Lauren estaba ayudando a un lobo malherido y fue ahí que sintió el ruido, el ruido de pisadas corriendo en su dirección. Y al ver de quienes provenían aquellas pisadas, casi se sintió desfallecer por lo que sus ojos veían.

Animales de todos los tipos comenzaron a llegar al campo de batalla, por lo que divisó un gran grupo de jaguares, grupos de diferentes tipos de lobos, leones, leopardos, tigres, linces, de todos los tipos posibles, yendo a su rescate.

Pero lo que más la sorprendió fue ver a un inmenso grupo de panteras, por lo que cayó arrodillada de la impresión. Además, fue Zenith el que también cayó a su lado cuando se reveló el último grupo que llegó, una gran cantidad de pumas.

El puma mayor apareció adelante de todos ellos, lanzando un gruñido que se escuchó por todo el campo de batalla.

Camila sonrió ante su amigo felino, sintiéndose más poderosa que nunca, porque ese era el día en el que todos se librarían de las pesadas cadenas de la esclavitud. Hoy serían libres y después de todo el tiempo que buscó a cada uno, había llegado el momento. Cuando se separó de Lauren se dedicó a buscar a todos aquellos que habían heredado los poderes en su sangre, se había encaminado en constantes búsquedas de gente que se escondía, que se avergonzaba, que no entendía porque eran de aquella manera.

Encontró gente que no estaba dispuesta a pelear, encontró gente que tenía más preguntas que ganas de luchar. Encontró de todo, desde peleas por mencionar su transformación y quién era, hasta un soporte de ayuda. Y gracias a Normani, que había hecho posible que la batalla con Connors fuera televisada en todo el mundo, su llamado por fin había sido escuchado.

Todos habían llegado a ser parte de esta batalla, y así, toda empoderada, levantó el rostro con orgullo porque su gente no la había abandonado. La transformación en ella, no la había abandonado y hoy tenía las herramientas necesitarías para luchar, pero mucho más que una transformación, tenía la confianza para ganar.

—Soy Camila y hoy alzo mi voz en nombre de todos los lobos. —Camila se levantó, sacando sus garras, haciéndolas sonar con fuerzas al golpearlas juntas y luego transformándose en un lobo, en aquel lobo blanco que con un audillo provocó una revolución entre los suyos.

Pero la revolución fue aún más grande, cuando aparecieron cantidades de ojos amarillos entre las sombras, entre la oscuridad del bosque y rugidos que poco a poco aumentaban su volúmen. Lauren se paró de su estado de sorpresa al escuchar aquello, y comenzó a rugir también en su forma humana, cuando divisó como los ojos amarillos avanzaban y daban paso a miles de panteras que aparecían de entre las sombras.

Panteras del Clan de la Luna.

Lauren llevó su mano en forma de puño a lado izquierdo de su pecho, haciendo el saludo de respeto ante su gente, ante todos que no la habían abandonado, su gente estaba ahí, para defenderlos. Y eso la hizo recuperarse de todas sus heridas, dándole una indicación a Camila, pudo continuar.

—Soy Lauren y hoy alzo mi voz en nombre de todas las panteras. —Lauren sacó sus garras, haciéndolas sonar al igual que Camila, para luego transformarse en una gran pantera, que gruño con fuerza, abriendo su boca de forma amenazante. Y así como Lauren gruño, toda su gente lo hizo también.

Camila y Lauren, estaban listas.

—Soy Zenith y hoy alzó mi voz en nombre de todos los pumas. —Zenith se transformó en un gran puma, haciendo sonar su cola duramente contra el suelo, para ponerse al costado de Lauren.

Lawrence estaba perplejo al ver tantos animales de diferentes tipos, nunca creyó que existieran y pensaba que los pumas estaban extintos.

—Y yo soy Pat y hoy alzó mi voz junto a los demás que también elevan hoy sus voces en contra tuya. —Pat se transformó en un lobo, gruñendo y mostrando sus filudos dientes.

—Hoy juntamos nuestras fuerzas y seremos uno solo. —Camila se puso adelante de los demás, comenzando a correr con velocidad, y la tierra comenzó a moverse por todos los animales que corrían detrás de ella. —¡Ataquen!

Fue una masacre total. Los lobos de Lawrence y sus soldados no eran suficientes contra toda la gente que tenían ellos. Camila, Lauren, Pat y Zenith comenzaron a pelear contra Lawrence, luego uniéndose Christopher a la pelea. Eran tan rápidos que no se podía observar con claridad como se movían, pero se lograba escuchar el sonido de sus colmillos chocando con fuerza. Se encargó de botar a cada uno, dejando a Camila y Lauren, aún peleando con él.

Pero al final, solo uno podría mantenerse en pie. Lauren cayó cuando Lawrence logró golpear su cabeza contra el suelo, dejando a Camila aún intentando vencerlo. En un momento, ambos chocaron sus dientes, intentando cerrar el hocico para morder al otro, cuando Camila abandonó su transformación y siendo una humana de carne y hueso, tomó un fierro cercano que Lauren logró alcanzarle y lo incrustó en el estómago de Lawrence.

El cuerpo de Lawrence cayó al suelo.

Fue un caída dura y rápida, un sonido envolvente que invadió el campo de batalla. Lawrence bajo la vista regresando a su forma humana y tocó su vientre destrozado, observando a duras penas como su propia sangre manchaba su uniforme militar. Ardía, ardía tan fuerte como la primera vez que experimentaron con él, se sentía tan horrible como el sabor amargo de la derrota, tan amargo como saber que casi lo había conseguido, que casi había conquistado la perfección, que casi se convirtió en un Dios.

Y así sin más, antes de caer pudo observar la traición de sus soldados transformados en lobos, aquellos que se rendían ante Camila, agachando sus cabezas en señal de perdón, en señal de lealtad ante su más grande líder que pudiera haber existido. Pero sobretodo la pudo ver a ella, a su hermana, tan herida y angustiada, aunque sabía que no era por él, porque muy en el fondo sabía que ella no lo había perdonado y que quizás nunca lo llegaría a perdonar. Pero su cobardía fue mayor que su vergüenza cuando igualmente intentó alcanzar su mano, no quería irse sin ella, no quería irse sin Tara, pero no pudo.

Estando tirado en el frío suelo de aquel campo de batalla, su mano estirada tembló con fuerza y su corazón se detuvo. Finalmente se detuvo.

Lawrence había conquistado casi todo.

Sin embargo, no pudo conquistar la vida eterna.

Los lobos que habían sido soldados continuaron agachados, esperando que Camila dijera algo, pero ella estaba igual que el resto, sin palabras y con la respiración agitada por el enfrentamiento. Tara cayó arrodillada al suelo sin soltar ninguna lágrima más, porque no podía permitirse llorar por un hombre que destruyó todo a su alrededor. Fue en ese momento que todos se dieron cuenta que realmente había acabado, que Lawrence había muerto y junto a él, la lealtad de sus lobos que ahora eran leales a Camila.

Leales a la Alfa del Clan del Sol.

—¡La guerra terminó! ¡La guerra terminó! —Pat comenzó a correr cuesta abajo ante la sorpresa de todos, para poder llegar a cada persona que se encontraba al fondo del rango de batalla. Sus pulmones gritaban de alegría al saber que Camila era la nueva líder de esos lobos y que no tocarían a nadie si ella no lo ordenará. —¡La guerra se acabó! ¡Somos libres! ¡Somos libres!

Fueron sus gritos que hicieron vibrar de emoción a cada ser presente en aquel lugar, la felicidad de saber que todo había terminado, que panteras y lobos ahora tenían líderes que querían la paz entre sus clanes, que todo el mundo sabía que habían humanos reclamando sus derechos de ser tratados como personas y más no como experimentos. El poder saber que ahora cada persona con un poder en su interior diferente, nunca más iba a ser escondida. Todos eran libres, todos eran dueños de su propio camino y a partir de ese momento comenzaba a reinar una paz que fue arrebatada durante generaciones.

Todos alzaron sus voces en gritos de victoria de celebración contenida, en expresiones de alegría y entre toda esa celebración, Normani tomó a Dinah del rostro besándola.

Lauren que se encontraba tirada en el suelo malherida, a un lado de toda la celebración, pero con una genuina sonrisa de felicidad al ver a su gente por fin celebrar una tranquilidad que se merecían después de todo, comenzó a levantarse poco a poco, para llegar donde Camila que observaba todo a su alrededor pasmada.

Una muchacha que había comenzando desde lo más bajo en el escalón de rango del Clan del Sol por ser una humana que no podía transformarse y que hoy era el Alfa de la comunidad más grande que pudiera haber existido, hoy era líder de lobos de su comunidad y una líder de lobos pertenecientes al Ejército.

Camila era Alfa del Sol y protectora de la Luna.

Sin embargo, Lauren no pudo llegar donde Camila a tiempo, porque ella también cayó al suelo en segundos delante de sus ojos. Zenith que se encontraba cerca a ella, logró atraparla entre sus brazos y cada ser viviente a su alrededor estuvo atento a lo que pasaba. Camila había peleado con todas sus fuerzas y ya no podía más.

Camila lo había dado todo.

—Camila. —Lauren trató de reanimarla, luego poniendo su cabeza en su pecho para escuchar los latidos de su corazón. —Mi amor, por favor.

No respondía, pero su corazón aún seguía latiendo.

—Camila, por favor.

—No me obligues a vivir sin ti. —Comenzó a decir Lauren entre lágrimas con el cuerpo de Camila entre sus brazos. —No creo soportarlo una vez más, mi amor. —Lauren tomó su mano, llevándola al lado izquierdo de su pecho sin importarle las personas presentes. —Quiero vivir mi vida a tu lado, quiero casarme contigo y poder pedirtelo bajo la luz de la Luna y quiero tener más hijos contigo. —Lauren tomó el rostro de Camila, mirándola con tanto amor como ella lo hacía. —No sabes lo que tú eres para mí. Me has salvado. Tú me salvaste, Camila. —Zenith comenzó a llorar al ver a Lauren en ese estado. —Tú nos has salvado a todos, ¿me escuchas mi amor? Tú nos salvaste, tú me salvaste. —Lauren la abrazó con todas sus fuerzas. —Lo hiciste mi amor, fuiste la heroína de nuestra historia. 

—¿Lo fui? —Camila preguntó en un susurro suave, ante la sorpresa de todos. Lauren sonrió entre lágrimas, besándola con delicadeza y admitiendo en pocas palabras el rol que había tomado Camila en su vida.

—Lo fuiste, fuiste mi salvadora de todas las formas posibles.

Cuatro años después...

-1

Listo, nos vemos en el 2025.

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Mentira, espero subir el final este fin de semana.

Cuídense.

🐺

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