Heist [Darks #1] [En librería...

Ariana_Godoy

91.5M 8.5M 17.9M

El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh... Еще

╋ Sipnosis ╋
╋ Advertencia y Prefacio ╋
(1)╋ Perfección Fragmentada ╋
(2) ╋ Costumbres Rotas ╋
(3) ╋ Mala Reputación ╋
(4)╋ Hogar Perfecto ╋
(5) ╋ Miradas Oscuras ╋
╋ 6 ╋ Sospechas Aisladas
╋ 7 ╋ Conversaciones Necesarias
(8) ╋ Mascaras Quebrantadas ╋
(9) ╋ Compartir Nocturno
(10) ╋ Fría Crueldad ╋
(11) ╋ Domingo Interesante ╋
(12) ╋ Regresos Inesperados ╋
(13) ╋Descubrimiento Sangriento ╋
(14) ╋ Recuerdos Macabros ╋
(15) ╋ Funeral Sombrío ╋
(16) ╋ Ceremonia Impecable ╋
(17) ╋ Palabras Acertadas ╋
(18) ╋ Juegos Retorcidos ╋
(19) ╋ Verdades Imprevistas ╋
(20) ╋ Familia Inusual ╋
(21) ╋ Cruda Sinceridad ╋
[22] ╋ Dulce Recuerdo ╋
(23) ╋ Contacto Incendiario ╋
(24) ╋ Diversión Roja ╋
(25) ╋ Secretos Expuestos ╋
(26) ╋ Miradas Heladas ╋
(27) ╋ Verdaderos Colores ╋
(28) ╋ Monstruo Revelado ╋
[29] Conexión Peligrosa
(30) ╋ Cena Perfecta╋
(31) ╋ Roce Sanguinario ╋
(32) ╋ Percepción Errónea ╋
(33) ╋ Reminiscencia Melancólica ╋
(34) ╋ Distorsión Real ╋
(35) ╋ Monstruos Creados ╋
(36) ╋ Pasado Tenebroso ╋
[37] ╋ Carta Reveladora ╋
[38 ] ╋ Intenciones Dudosas ╋
[39] ╋ Ceremonia Trágica ╋
(40) ╋ Explicaciones Súbitas ╋
(41) ╋ Noche Trágica ╋
(42) ╋ Meine Liebe ╋
(43) ╋ Ich bin ein Monster ╋
(44) ╋ Kalter Dezember ╋
[45] ╋ Betäubte mein herz ╋
[46] ╋ Tödlicher liebe ╋
(47) ╋ Das spiel ist aus ╋
(48) ╋ Ein Monster erschaffen ╋
(49) ╋ Meisterplan ╋
(50) ╋ Nachwirkungen ╋
(51) ╋ LASS UNS SPIELEN ╋
(52) ╋ Schön ╋
(53) ╋ Der richtige weg ╋
(54) ✝ DIE STILLE VOR DEM STURM ✝
(55) † AUF DIE PLÄTZE, FERTIG, LOS! †
(56) † BLUTIGER ZUSAMMENSTOß †
(57) † JETZT KÖNNEN WIR WIEDER FREI ATMEN †
+ Epílogo +
¡Heist sale en papel!
¡Estamos en papel! Nueva info de librerías :D
Extra: ☨ Kaia Stein ☨
Extra: ☨ Halloween ☨

(58) † CAPÍTULO FINAL †

1.6M 152K 561K
Ariana_Godoy

† 58 †

LEIGH

El escándalo de las sirenas policiales y de ambulancia me despertó de un brinco.

Más aún cuando el ruido parecía venir en nuestra dirección, acercándose más y más. Tía Lilia salió de su habitación y ambas compartimos una mirada confundida. Papá no estaba en casa y bajé las escaleras asustada cuando vi las luces rojas y azules reflejarse en las ventanas frontales de la casa.

—¡Leigh! ¡Espera! —Tía Lilia gritó detrás de mí. Salí de la casa con desesperación, ¿le había pasado algo a mi padre? Sin embargo, me paré en seco cuando vi que los carros de policía y la ambulancia estaban frente a la casa de los Steins. Los demás vecinos habían comenzado a encender las luces de sus casas y asomarse. Mi confusión creció cuando vi a Carter salir esposado por dos policías. Mi corazón se aceleró, Kaia emergió de la casa hecha un mar de lagrimas, seguida de Valter y Peerce quien traía Frey de la mano calmándolo. Mi mente comenzó a hacer cálculos de quien quedaba en esa casa y me quedé sin aire. Mis pies se movieron solos y alcancé la acera antes de que un policía me detuviera, y los dos que traían a Carter nos pasaron por lado. Los ojos de Carter se encontraron con los míos.

—¿Qué has hecho? —Mi voz era un susurro en el pánico.

—¡Tenía que hacerlo, Leigh! ¡Nadie me cree! ¡Tú y yo sabemos que él mató a mi padre!¡Fue él! —El policía lo arrastró a la patrulla.

Oh no...

Mis piernas se debilitaron y me tambaleé un poco.

Los paramédicos salieron de la casa con una camilla apresurados y en este punto, no podía moverme incluso si quisiera, todo en mí se había congelado. Lo primero que vi fue el cabello rubio de Heist quien yacía en la camilla, su mano colgando a un lado, sangre goteaba de sus dedos. Él estaba inconsciente, un paramédico sostenía algo contra su pecho, y otro luchaba por ponerle oxigeno, mis piernas cedieron y me costó respirar porque ver sangre y sentir este miedo absoluto de perder a alguien era demasiado para mí, no podía soportarlo, sin embargo, mi voz me dejó en un jadeo de agonía.

—Heist, no...

Sentí los brazos de tía Lilia a mis costados, intentando calmarme y ayudarme a levantarme, pero cada vez que lo intentaba, mis piernas fallaban. Arrodillada en la acera, solo pude observar como Peerce se montaba en la ambulancia con Heist y los paramédicos. La ambulancia salió disparada por la calle, el sonido de las sirenas alejándose hasta que solo pude escuchar el llanto de Kaia. Levanté la mirada y vi como Valter estaba luchando por consolar a su hija y calmar a Frey al mismo tiempo. Recordé a Mila, su sonrisa y como me había calmado tantas veces. Eso me dio valor para ponerme de pie y caminar hacia ellos, aunque todo en mí, quería correr tras esa ambulancia, correr detrás de Heist porque yo lo quería, y considerar que estuviera muerto era algo que no podía ni pensar. Me tragué mi corazón, mi miedo y jalé a Kaia hacia mí para abrazarla. Por encima de su hombro pude ver como Valter me agradecía con la mirada mientras iba por Frey a calmarlo.

—Él va a estar bien, Kaia. —Mentí porque no tenía idea. Heist tenía que estar bien, ¿cuántas personas podíamos perder? Esto ya era demasiado.

—No... puedo perder a nadie más, Leigh, —Kaia enterró su cara en mi hombro, —mi hermana, mamá... no puedo.

—Lo sé, lo sé y no vas a perder a nadie más, él... —mi voz falló un poco al pensar en la sonrisa burlona de Heist. —No es tan fácil deshacerse de Heist Stein, él... va a estar bien.

Logré calmar a Kaia y luego vinieron unas declaraciones rápidas a la policía antes de que los dejarán ir al hospital. Valter no quería llevarse a Frey o a Kaia con él al hospital porque ambos estaban muy inestables así que sin pensarlo les ofrecí mi casa porque la suya estaba llena de sangre y de policías. Valter me agradeció antes irse al hospital. Tía Lilia me dio una mirada de desaprobación cuando me vio llegar con Kaia y Frey a la casa, pero no dijo nada.

Dejé a los chicos Stein en la sala y me fui a prepararles un té. Cuando volví, Kaia estaba sentada y Frey estaba acostado a lo largo del mueble con su cabeza sobre el regazo de su hermana. Kaia ya se había calmado, pero aún se podía ver la angustia y el miedo en su expresión. La necesidad de no hacerlos sentir peor me motivaba a mantenerme calmada, aunque mi mente me atormentaba con imágenes de Heist en esa camilla, de la sangre. No, no podía pensar en eso. Puse el té sobre la mesa frente al mueble y le pasé una taza a Kaia. Sus manos temblaban cuando la recibió.

—Gracias.

—Tranquila. —Respondí. Mis ojos bajaron a Frey y su mirada parecía perdida en el florero sobre la mesa. Me senté del otro lado en el sofá individual.

—Diecisiete. —La voz de Frey irrumpió el silencio.

—¿Diecisiete? —Pregunté, observándolo, sus ojos seguían sobre el florero.

—Mi padre llamó a Heist por su nombre diecisiete veces, y él no respondió.

Oh.

Kaia acarició el cabello de su hermano con gentileza.

—Él va a estar bien, Frey.

Frey se levantó de golpe, haciendo que Kaia derramara el té sobre si misma y siseara en dolor.

—¡No me mientas! ¡No soy un idiota! —el grito de Frey hizo eco por toda la sala. Intenté acercarme a Kaia para ayudarle, pero Frey se atravesó en mi camino y me agarró de la parte frontal de mi pijama, —¡Aléjate!

—Frey. —Kaia apareció a nuestro lado y cogió el brazo de su hermano para que me soltara sin éxito, —Frey.

—Está bien, está bien, —repetí con suavidad y puse mi mano sobre la que él tenía enroscada en mi ropa, —no eres un idiota, Frey.

Levanté la mirada y la suya estaba sobre el suelo. Él me empujó y me pasó por un lado para ir a la cocina y salir por la puerta trasera. Me preocupé al instante y quise seguirlo, pero Kaia sacudió su cabeza.

—Necesita estar solo. —Ella hizo el gesto a la ventana que daba al jardín, Frey estaba ahí de pie sin hacer nada más, o irse a otro lado. Fui por unos paños y se los traje a Kaia para que se limpiara el té.

—¿Estás bien?

—No lo sé.

—Siento mucho lo de tu madre. —Susurré.

—Lo sé, Rhett nos leyó tu carta. Gracias por darnos sus últimas palabras.

—Fue un honor.

Nos quedamos en silencio por lo que pareció ser una eternidad, pero en realidad fue una hora. Me mordisqueé las uñas, me pasé las manos por la cara y suspiré, no tenía ni idea de que como íbamos a sobrevivir a esta angustia. El teléfono de Kaia sobre la mesa sonó y dejé de respirar. Ambas observamos la pantalla para ver que se 'Papá V' estaba llamando.  Kaia no dudo en contestar y yo observé su expresión con cuidado mientras ella escuchaba lo que su padre tenía que decir. Los ojos de Kaia se llenaron de lagrimas y se me hundió el pecho.

—Si... estoy aquí... papá... —sus palabras no tenían sentido y la fuerza la dejó y cayó sentada en el brazo del mueble, —Papá... no puedo.

Busqué la mirada de Kaia, necesitaba que me dijera algo, pero ella rompió en llanto y me pasó el teléfono. Con el corazón estrujado, lo tomé y me lo puse contra el oído.

—¿Sr. Stein? Habla Leigh, Kaia está—

—Heist está estable.

Fue mi turno de jadear en alivio, y entendí el desplome de Kaia. Fue como si un peso inmenso se me hubiera quitado de encima y pudiera respirar de nuevo.

—Aún es pronto para decir que está fuera de peligro, pero el Doctor sonó entusiasta.

—Oh.

No sabia que decir, mi corazón era un desastre.

—Gracias por recibir a Kaia y Frey en tu casa, Leigh, sé que la relación entre nuestras familias ha sido problemática. Peerce va en camino a buscarlos para llevarlos a casa, yo pasaré la noche aquí y Peerce vendrá mañana.

—¿Puedo... ir?

—Leigh, así vengas, no te dejarán verlo. Yo te avisaré, y dile a Kaia que todo estará bien y que Peerce llegará pronto.

—De acuerdo.

—De nuevo, muchas gracias.

Y con eso colgó, y me enfoqué en tranquilizar a Kaia. Heist estaba estable, esa oración se repetía en mi cabeza. Al cabo de unos minutos, el timbre sonó y fui a abrirle la puerta a Peerce. Kaia corrió a él y lo abrazó, Frey debió escuchar el timbre porque volvió y fue a recibir a su padre. Observé como el alto señor de los ojos grises abrazaba a Kaia y le hablaba a Frey. Y mientras miraba a Peerce noté algo que no había notado antes, la definición de su mandíbula, la forma de su nariz era idéntica a la de Kaia y Frey. Ellos tres se parecían mucho. Ellos se fueron no sin antes prometer que me llamarían en lo que supiera algo del estado de Heist porque, aunque Heist estaba estable, no estaba fuera de peligro.

#

UN MES DESPUÉS

Heist estaba bien.

Por lo que sabía se recuperó muy bien. La bala no dio en ningún órgano importante, lo que lo llevó a estar en peligro fue que perforó una arteria de entre su hombro y su cuello que le hizo perder sangre de manera muy rápida. Los doctores dijeron que de haber llegado unos minutos más tarde al hospital, no hubiera sobrevivido. Intenté visitarlo varias veces, pero Kaia me había dicho con una sonrisa amable que él no quería verme. Y casi le pasé por un lado para ir a gritarle a Heist que como se atrevía a decir que no quería verme cuando yo había puesto mi rabia y mi decepción a un lado por lo que él me había dicho el día del rescate, pero no pude. Los Steins ya habían pasado por mucho como para que yo entrara a su casa, causando un problema. Además, consideré el hecho de que tal vez Heist había dicho en serio lo de ese día y no quería volverme a ver nunca más. Y esa posibilidad me ardía en el pecho.

Rhett también se estaba recuperando con éxito, la movilidad de su brazo era algo en lo que tenía que trabajar e ir a terapia física, pero de resto, estaba bien. Él y yo nos habíamos visto un par de veces durante este mes, pero eso había sido todo. Ambos éramos un recordatorio mutuo de lo que había pasado y necesitábamos tiempo para lidiar con todo, cada uno por su lado.

Era domingo y por primera vez en un mes, había puesto un pie dentro de la iglesia. La congregación esperaba por mí. Caminé en medio de todos en la iglesia con la espalda erguida, con las manos juntas frente a mí y cuando llegué al podio, me giré para enfrentarlos a todos con una sonrisa. Les di las buenas tardes y les saludé antes de comenzar a hablar:

—Nadie se pone una mascara por gusto, a veces es lo que necesitamos para poder respirar un día más porque no podemos vivir con lo que somos, no estamos listos para recoger los pedazos de nosotros mismos, no sabemos por donde empezar o como lidiar con el desastre. Entonces, sonreímos, fingimos, y mentimos. Hasta que nuestros labios tiemblan al sonreír y nuestra garganta arde con gritos ahogados de desesperación que nunca dejamos salir, hasta que la presión el pecho crece tanto que es imposible tomar una respiración profunda.

Estoy bien.

Mentira.

No pasa nada.

Mentira.

—Y entonces tus mentiras salen de ti y se convierten en mentiras ajenas cuando les escuchas susurrar: <<Leigh es una chica perfecta, que envidia, quisiera ser como ella, Leigh siempre sonríe tan amable, tiene un aura tan bonita.>> Mentira. Mentira. Mentira. Pero ¿podía decir la verdad en voz alta cuando la mentira era lo único que me sostenía? Porque no había nada más, no quedada nada más en mí. Y me di cuenta de que la peor parte de todo esto, de mentir no es decir la verdad, no es derrumbarme después de hacerlo, la peor parte es que no lo van a entender.

Me tomé una pausa y me sorprendió ver los rostros de todos, escuchando atentos así que eso me animó a continuar:

—La mayoría de las personas a mi alrededor no lo van a entender. Y no es su culpa, ni la mía, es la crueldad de la vida porque posiciona a algunos en una vida sin mayor peligro o trauma y a otros nos tira con todo, con muerte y sangre sin avisarnos, y el hecho es que aquellos que no hayan pasado por algo así, nunca podrían entenderlo, podrían poner todo de su parte, podrían darme su apoyo, pero el fondo, no lo entenderían. Esa es la tragedia de alguien como yo y por eso sonreí, por eso fingí durante tanto tiempo frente a todos ustedes. Pero ya no más.

Mi voz falló un poco, pero al volver a mirar entre la gente casi pude imaginar a Natalia animándome con los puños en el aire y a mi madre con una cálida sonrisa. Incluso, imaginé a Mila con su fortaleza y su paz motivándome a continuar. 

—Todo tiene un limite, un punto de quiebre y ya no quiero mentir, ya no quiero fingir. Quiero ser yo misma con mis batallas, con mis demonios y con mis problemas, sin dejar nada oculto y mientras me daba cuenta de mis verdades y del daño causado por mantener esta farsa, este teatro excusado detrás de algo que alguien creó hace más de cincuenta años, decidí levantar mi voz. Tener fe y convicciones no tiene nada malo, unirnos como comunidad porque creemos en algo tampoco. Lo que si está mal es que sigamos unos patrones anticuados solo porque las personas que fundaron este pueblo lo decidieron así. El mundo ya no es el mismo que era hace cincuenta años, nosotros no somos iguales a nuestros antepasados. Y puedo ver en sus rostros, sobretodo las personas mayores la molestia que mis palabras les causan, pero necesitamos tener estas conversaciones, necesitamos hablar las cosas así abiertamente. Nuestro secretismo y hermetismo fue lo que nos hizo un blanco fácil para un monstruo como Heiner. Perdimos la vida de cuatro chicas maravillosas, de nuestro líder, de Mila Stein y tenemos a Carter en la cárcel por intentar asesinar a alguien y queremos hacer como que no pasó. Seguir como si nada mientras nuestros corazones sangran y están de luto. Así no es como vamos a mejorar ni ayudarnos como comunidad, nuestro bienestar mental no va a mejorar solo porque fingimos que el dolor no está ahí. No hay nada de malo con asistir a terapia, ni tomar medicación. No hay nada de malo con tener educación sexual que pueda ayudar a los jóvenes de la iglesia a entender muchas cosas y saber cuidarnos. No hay nada de malo en confiar en tus hijos, en crearles el habito de diferenciar lo bueno y lo malo del internet y que mientras lo usen, sepan tomar sus decisiones por si solos. Y sé que no son cosas que se pueden cambiar de la noche a la mañana, también sé que muchos de ustedes ignoraran lo que he dicho, pero ya cumplí con decir lo que pienso, con compartir con ustedes mis pensamientos más profundos. Ya hemos perdido demasiado, lo menos que podemos hacer es luchar por mejorar como comunidad. Así que hoy, oficialmente, dejo de ser la líder de las Iluminadas y dejo el grupo de jóvenes de la iglesia. Mi fe se mantiene y si la iglesia decide implementar cambios, pueden contar con mi regreso. Del resto, esto es un adiós y les deseo lo mejor, pueblo de Wilson.

Bajé los escalones frente a mí para empezar a caminar la puerta. Y escuché el primer aplauso al que le siguieron un montón hasta que la iglesia retumbaba con el sonido de las palmas chocando entre sí. Eso me hizo sonreír, no era mucho, pero por los menos sabía que había despertado algo, que quizás alguna de las personas que me escuchó decidiría hacer un cambio.

Crucé las puertas de la iglesia y en el momento en el que el aire fresco golpeó mi rostro fue como si pudiera respirar de nuevo, como si me hubiera liberado de alguna forma. Había vivido un infierno este año, pero cuando solté todo ahí adentro, sentí que presioné el botón de empezar de nuevo. La terapia a la que asistía semanalmente me estaba ayudando mucho.

María me llevó a casa, su padre por fin la había dejado manejar su auto, ella me halagó todo el camino de regreso. El atardecer pintaba el cielo de un naranja muy bonito. 

—Llegamos.

Ella dijo con una sonrisa antes de quitarse el cinturón para jalarme y abrazarme.

—Estoy muy orgullosa de ti, lo que hiciste hoy fue muy valiente.

Me separé y no pude evitar sonreír con ella.

—¿Seguirás hablándome, aunque ya no sea una Iluminada?

—¿Crees que eso te facilitará deshacerte de mí? Jamás.

—Soy una mala influencia para ti, María.

María se echó a reír y sus ojos viajaron a mi casa antes de volver a mí.

—Tienes visita.

Me giré para ver a que se refería y el corazón se me aceleró al instante. Heist estaba de pie frente a mi casa. Él iba todo de negro con una sudadera oscura. No haberlo visto por un mes me pasó factura porque había olvidado lo atractivo que era y el miedo que sentí al pensar que no lo vería de nuevo cuando le dispararon. Tragué con dificultad, María me dio una sonrisa de animo antes de salir de su auto. No dije nada mientras caminaba a un lado de la casa, la profundidad de esos ojos azulados parecía atravesar mi alma. Le pasé por un lado y Heist me siguió en silencio hasta la parte de atrás de la casa. Entramos a la cabaña y me giré para enfrentarlo. Quisiera decir que podía leer la expresión de Heist, pero no había nada. Él apretó sus labios y rodó las mangas de su sudadera hasta sus codos como si no supiera que decir así que rompí el silencio por él:

—¿Qué quieres?

—¿Cómo estás? —Sus ojos buscaron los míos.

—¿Ahora te importa? ¿Ahora sí quieres verme?

—Leigh...

—¿Qué quieres?

Me lamí los labios y lo miré de nuevo, grave error. Ese cabello rubio desordenado, esos ojos azulados que a veces parecían grises, esos labios que besé varias veces y ese cuerpo que sentí junto al mío. Sin embargo, Heist para mí era mucho más que eso, más que esa atracción física. Heist...era de verdad. A pesar, de las mentiras y de los juegos, Heist era lo único real que había tenido en mucho tiempo, desde que él me vio, se había esmerado en agrietar mi mascara e ir quitando cada parte lentamente. Él había visto a la chica miserable, impulsiva y depresiva que se escondía detrás de tanta perfección.

Son tus debilidades, no tus fortalezas, lo que me atrae tanto de ti.

Y honestamente, estar con él, discutir con él, ser yo misma en esos momentos que pasamos juntos fueron como si pudiera respirar de nuevo, como si un corsé emocional me hubiera tenido aprisionada por meses y él lo hubiera arrancado de mí, y de igual forma él deseó lo que se encontró detrás de todo, quiso a la verdadera Leigh, besó cada grieta, admiró cada cicatriz de dolor. Me hizo sentir que ser yo misma por un rato no estaba mal, que yo merecía tanto amor como cualquier otra persona. Lo observé por unos segundos y ante su silencio, una sonrisa triste curvó mis labios.

Porque nadie entendía lo que yo había vivido, y por eso no sentía la necesidad de decir la verdad, nadie lo entendía, excepto Heist. Este chico arrogante e insufrible frente a mí era probablemente la única persona que podía llegar a entenderme ya que lamentablemente acababa de perder a su madre y por culpa de la misma persona que tuvo que ver con la muerte de la mía. Inhalé con profundidad antes de exhalar porque él estaba ahí y verlo me desarmaba porque yo ya no tenía que mentir, ya no tenía que fingir, ya no tenía que sonreír.

No estoy bien.

He pasado por mucho.

A veces me duermo y no quiero despertar.

Torcí mis labios, mis ojos se llenaron de lagrimas que no dejé que caer.

—Yo... —mi voz se quebró porque recordé a su madre y como me había abrazado para consolarme cuando Heiner me atormentaba, y vi tanto de ella en él, —no tuve tiempo de decirte que... siento mucho lo de tu madre.

Heist apartó la mirada sin decir nada.

Necesito que ellos entiendan que no pudieron hacer nada, que no fue su culpa, Leigh. Mis decisiones, mis acciones y lo que me ha llevado a esta situación es mi responsabilidad, no la de ellos. Y que estoy bien y estaré en paz, finalmente.

Las palabras de Mila llegaron a mi mente y di un paso hacia Heist porque, aunque él no decía nada, su expresión ya no era fría, sus hombros decayeron y se recostó contra la pared de la cabaña, su mirada en el suelo.

—Heist, —lo llamé, —nada de lo que pasó es tu culpa.

—Solo vine a disculparme por lo del aquel día, no debí decir todo eso, estaba—

—Sufriendo. —Terminé por él, —no es una justificación, pero lo entiendo.

En medio de lo roto, del dolor y de la perdida de alguien que amamos, Heist y yo nos entendíamos a la perfección y quizás por eso nuestra historia, aunque imposible, nos había hecho sentir tanto. Caminé hacia él y tomé su mejilla con mi mano, él cerró los ojos al contacto y le susurré:

—Puedes llorar.

Heist abrió los ojos y bufó, intentando que esa diversión llegara a sus ojos sin éxito alguno.

—¿De qué me serviría?

—Heist, soy yo. —Expliqué con una sonrisa triste, —aquí no hay nadie más, lo que hagas o digas no saldrá de aquí.

Él se me quedó viendo, y se mordió el labio inferior. Sin embargo, sus ojos se enrojecieron.

—Como han cambiado los papeles —dijo burlón, —¿qué me vas a decir ahora? ¿qué no tengo que fingir contigo?

No dije nada y bajé mi mano de su mejilla para echar a un lado el cuello de su sudadera, y ojear la venda que estaba en ese punto entre su hombro y su cuello.

—¿Estás bien?

Él me agarró la mano y la despegó de su cuello, pero no la soltó.

—Me lo merecía, asesiné a alguien inocente.

Su voz sonaba controlada, había algo que no me estaba diciendo.

—¿Por qué ahora? ¿Por qué has venido a verme ahora?

Lo miré a los ojos y lo que encontré en ellos no me gustó. Su silencio fue una respuesta y de alguna forma lo supe y lo dije:

—Porque te vas.

Di un paso atrás, él apretó mi mano y cuando no me corrigió, mi pecho se hundió.

—Nos iremos mañana. —Me confirmó. —Lo decidimos como familia.

Sentí como si me hubieran golpeado el estómago y me hubiera quedado sin aire. Y todo cobró sentido en mi mente, por eso él no había querido verme hasta ahora.

—Y pensaste que no verme durante todo este tiempo haría que la despedida fuera más llevadera para mí, ¿no?

—No para ti, —dijo, —creí que lo haría más fácil para mí.

—¿Y lo es?

—No.

Silencio.

No mentiría y diría que eso no fue algo que no consideré. Los Steins habían tenido motivos ocultos para venir a este pueblo y ya no tenían razón para estar aquí. Además de todo lo que habían pasado incluyendo la muerte de Hayden y de Mila, tenía sentido que decidieran irse. Sin embargo, quise creer que quizás se quedarían, que quizás él se quedaría... por mí. Vaya, que lo que sentía por él me había vuelto egoísta.

—No sé que decir. —Admití.

—Por fin te he dejado sin palabras, pensé que eso nunca pasaría.

—Eres un idiota. —Bromeé en un intento de alivianar el peso en mi pecho y la tensión entre nosotros. Él me jaló de la mano que aún sostenía y me acercó a él.

—Insúltame un poco más así puedo llevarme un recuerdo clásico de ti.

—No te daré ese honor, además, ya no eres tan especial. Acabo de revelarme frente a todos en la iglesia.

—¿Quieres decir que ya no seré el único que podrá ver todo el desastre emocional que es Leigh Fleming? Ya me siento reemplazado y ni siquiera me he ido.

—Y yo no seré la única que puede ver la única parte de ti que es real. Estamos a mano.

—Tú siempre serás una de las pocas personas que me ha visto realmente, Leigh. Nada va a cambiar eso.

—No digas cosas como esa.

—¿Por qué?

Dudé para responder esa pregunta, pero era la última vez que hablaría con él, podía ser honesta, podía ser vulnerable.

—Porque me haces querer aferrarme a ti.

Heist se quedó en silencio unos segundos.

—Lo que dijiste ese día... ¿lo decías en serio?

—¿Qué?

—¿Me quieres?

—Eso es irrelevante ahora, Heist.

—Tienes razón, supongo que fueron las emociones del momento. Te confundiste, ¿quién querría a un idiota como yo?

—No hagas eso, no intentes manipularme para que me sienta mal y te diga si te quiero o no.

—Eres demasiado inteligente para mi gusto.

—Y tú eres demasiado básico, tienes que actualizar tus técnicas de manipulación.

Él se inclinó hacia mí, su rostro a escasos centímetros del mío.

—¿Me quieres?

—¿Tú me quieres a mí?

—De nuevo, respondiendo una pregunta con otra, ¿quién es la que tiene que mejorar sus técnicas?

Me puse en puntillas y deposité un beso suave sobre sus labios, el contacto me apretujo el pecho porque lo había extrañado tanto, y esta podría ser la última vez que lo tuviera así contra mí, sus labios a mi alcance.

—¿Necesitas que te lo diga? —dije contra su boca.

—Si.

Lamí mis labios y lo miré a los ojos.

—Te quiero, Heist Stein.

Un brillo se esparció por sus ojos y la esquina de su boca se curvó en una sonrisa torcida.

—Ich liebe dich, Leigh. —No necesitaba saber alemán para saber que eso significaba que me quería.

Heist me besó, pero no fue suave, su boca se movió con desesperación sobre la mía mientras él envolvía sus brazos a mi alrededor para presionarme contra su cuerpo. La calidez que él emanaba, la sincronía de nuestro beso y la manera en la que mi corazón galopaba rápidamente me hicieron darme cuenta de lo perfecto que todo esto era, aún en la imperfección de toda la mierda que habíamos pasado para llegar aquí. Por unos segundos, me permití disfrutar este beso sin pensar en nada más, sin recordar.

Lamentablemente, en la pasión de nuestros labios, de nuestros movimientos, como nos presionábamos el uno al otro como si no tuviéramos suficiente se notaba algo muy claro: un adiós. La perfección de ese momento, de ese beso nacía de las emocionas crudas y expuestas entre nosotros. No había mascaras ni mentiras, no había testigos ni falsedades. Éramos solo el y yo, dos adolescentes que se habían dejado llevar por sus hormonas, dos falsos que encontraron verdad entre ellos y aprendieron a quererse detrás de conversaciones sarcásticas y miradas burlonas.

Heist paró y puso su frente sobre la mía. No dijimos nada porque ya no había nada que decir. Éramos dos personas cargadas con pasados de sangre y muerte, nos queríamos con una pasión cegadora y peligrosa, pero eso no era suficiente. A veces el quererse no es suficiente.

—Supongo que este es el final. —Él besó mi frente y yo cerré mis ojos con fuerza, disfrutando de tenerlo pegado a mí por un segundo más.

—Nuestra historia nunca fue de amor, ¿eh?

—No, fue una de tragedia, pero eso no la hace menos interesante, ni tampoco minimiza lo que sentimos.

—Heist...

Él se despegó de mí.

—Algún día volveremos a vernos, Leigh Fleming.

Por un segundo, quise pedirle que se quedara, que no se fuera, que sanáramos juntos, que si podíamos, pero estaría mintiendo, ambos terminaríamos hiriéndonos porque llegarían momentos de priorizar el dolor del otro. Además, Heist y su familia tenían mucho que sanar, tenían que acostumbrarse a una nueva vida sin Mila. Y eso era un proceso que tenían que vivir como familia, yo tenía mis propios asuntos que resolver con mi padre. Así que fingí una sonrisa y observé cada parte de él ahí parado en esa puerta.

Ambos habíamos sido parte de juegos, victimas y perpetradores por igual de planes ajenos y propios y habíamos perdido tanto, porque enfrentarse a un monstruo no había sido la parte más difícil, lo más difícil era vivir con las consecuencias, con las heridas y el dolor. Y sobretodo con las distancias que teníamos que poner con aquellos que queríamos por su bien y por el propio.

—Adiós, Heist.

—Hasta luego, Leigh. 

¿Alguna vez te has enfrentado a un monstruo, Leigh?

A varios, incluyéndome a mi misma. Y uno de esos monstruos, uno alto y de sonrisa burlona, se las ingenió para incrustarse en mis grietas y llegar hasta mí. Uno que estaba segura no podría sacar de mí tan fácilmente, cuyos ojos acompañarían mis pensamientos en las noches más oscuras porque una vez que entras al juego de Heist, que caes en sus redes, la única salida es la muerte porque mientras vivas, Heist Stein siempre vivirá en tu mente.


[FIN]



Nota de la autora: No sé que decirles, llegamos al final de esta historia que disfruté escribir demasiado y que tiene un lugar increíble en mi corazón. Quiero agradecerles desde la profundidad de mi oscurita alma porque ustedes fueron los que hicieron de esta aventura una que nunca olvidaré, ustedes llegaron a esta casa de los locos para quedarse y están más que instalados. Gracias por leer, comentar, recomendar, interactuar y hacerme reír con sus locuras en wattpad y en mis redes sociales. Y recuerden, que ustedes como Leigh, entraron al juego de Heist Stein así que él siempre vivirá en sus mentes.

Sé que muchos tendrán preguntas sobre epílogos y extras, y aún no sé si más adelante, suba uno. Y no, no he olvidado el +18 que les debo, pronto, mientras tanto, purifíquense, ¿okay?

También quería tomarme un segundo para darle las gracias a todas esas cuentas de memes de Instagram que crearon contenido sobre Heist: escape.de.un.lector, memes_wttpd, wattpad.so, watrpad,  wattpadreader18, universedystopia, imagina_entre_libros, mundo.wattpad, chicaentrelibroos, lectores_.multifandom2.0, _librosland_, ocultos.entre.libros, wattpad.pd, mundo.godoy, wattpadcita, diariodelectur, _compulsive_reader_ , todoenfrasses, rainbow_.books, wattpadreader18, muakatela.vibes, momeraliteraria, 7awny_, _.fictum._ y muchísimos más que me faltan aquí. Gracias por darle visibilidad, amor y risas a esta locura de historia.

Apreciemos esta obra de arte de trailer hecha por Heartstoriedit

Bueno, los quiero inmensamente y bienvenidos al universo Darks <3

Ariana Godoy Stein.

Продолжить чтение

Вам также понравится

Cicatrices Sol

Детектив / Триллер

280K 20.9K 61
Una chica. Cinco chicos. Un misterio. Muchas muertes. Y un par de cicatrices.
69.9M 6.9M 49
[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con todo lo que amo y por alguna razón me d...
98.6K 11.8K 33
⚠️Corrigiendo⚠️ Y es que nunca pude amar a alguien más con la misma intensidad con la que te ame a ti, te recuerdo día y noche. Jamás olvide nuestros...
4.6K 255 27
¿Quien se imaginaria que Padme una chica tranquila e ingenua podía ser capaz de ser algo peor que un noveno? Después de el desastre que hizo que cada...