Opuestos En Común. Nomin

By MyLostSoul98

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Jeno no era el alfa bueno que pretendía, Jaemin podía sentirlo. Había algo en sus ojos, cuando le miraba, que... More

Introducción
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31 (primera parte)
31 (segunda parte)
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Epílogo (Taeten)
MarkHyuck (Especial)
Nomin (Especial)
¡Aviso! Nueva historia ♥️

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By MyLostSoul98

Aquel martes por la mañana hacía bastante frío, Jaemin envolvió una bufanda alrededor de su cuello cubriendo también parte de su rostro mientras esperaba el autobús. Estaba un poco cansado pues no había podido dormir bien desde la charla con Mark. El lunes había faltado a la universidad por petición de su madre para que descansara un poco mas y lo hizo, al menos por una parte del día pues luego volvió a su departamento.

Al estar solo y aislado, pues apagó su teléfono queriendo poder quedarse tranquilo por un momento, se dispuso a pensar en todo. Pensó en su vida, hacía donde se dirigía, sus metas, sus sueños y lo que quería para si mismo. Fue duro el momento en que se dio cuenta que no era realmente feliz, no por completo. Tenía buenos amigos, su relación con su madre ahora era excelente y su futuro laboral no podía lucir mejor pero emocionalmente iba en decadencia.

Y puede que no solo emocionalmente. Estaría mintiendo si no dijera que se dio cuenta de lo pálido y desmejorado que estaba. Su piel estaba opaca y sin brillo, también algo frágil. Su peso bajaba sin importar cuanto comiera, que de hecho no era demasiado pues su apetito también iba disminuyendo.

Hace tiempo que había visto a un doctor por lo mismo y respondió que era a causa de su lazo y la separación. Separándose apenas habían formado su lazo lo dejó inestable y evidentemente herido, eso mismo le estaba consumiendo desde dentro. Esa mañana, frente al espejo, miró su demacrado rostro y se preguntó cuanto tiempo mas iba a poder seguir con ello.

En cuanto el autobús llegó, se subió y sentó junto a una ventana. Los vidrios estaban empañados por lo que le costaba ver a través de ellos. Sonriendo, encontró curioso que también le dificultaba el verse a si mismo.

Después de que Mark le dijera tales cosas y él no hubiera encontrado palabras para responderle, terminó echándole de su casa diciendo que necesitaba estar solo.

Las preguntas hechas aún pesaban en él. Habían pesado durante toda la noche mientras se envolvía en mantas viendo la ciudad desde su balcón. Era doloroso notar lo mucho que su opinión había cambiado en poco tiempo.

Tal vez aquel había sido el golpe de realidad que estaba necesitando para darse cuenta de que no estaba realmente bien. Que debía tomar una decisión definitiva y solo había dos opciones frente a él. Dos caminos que le llevarían a vidas diferentes. Podía elegir seguir esperando por él, mantenerse firme en la esperanza de que su joven y corto amor de la adolescencia volvería por él. También podía elegir dejarlo ir y empezar nuevamente desde 0.

Había estado mintiendo con el hecho de decir que se encontraba bien y que no esperaba a Jeno, que si se enamoraba de otro alfa lo dejaría ir. Se había obligado a si mismo a aceptar que en su interior, lo esperaba anhelante, que soñaba con el día en el cual regresaría a buscarle. Porque no había día en que no viera su marca, en que la tocara y pensara en él.

Se había querido engañar a si mismo pero era tiempo de ser sinceros. No podía seguir tomando una posición neutra en algo que influía e influiría tanto en su vida. Era, dolorosamente, tiempo de avanzar sea cual fuera el destino que eligiera.

Se bajó en la parada que lo dejaba a tan solo una calle de su universidad. Pasó por una tienda para buscar algo de té para calentar su congelado cuerpo. En el momento en que entró al edificio de su universidad, camino con calma por los pasillos. Hizo una mueca al pasar por las escaleras en las que había caído hace unos días.

Se metió en su primera clase, quedándose en un asiento al fondo del lugar tratando de prestar atención aunque su mente se disparara por cientos de lados diferentes. Sabía que Lucas ya le había visto pero no tenía ánimos de acercarse al alfa aquel día tampoco de responder sus mensajes que habían empezado a llegar a su teléfono. Su mente estaba bastante agotada como para estar tratando de lidiar con los sentimientos del alfa.

Incluso su madre había notado el interés que pasaba de una simple amistad del chino hacia él y cuando le preguntó sobre ello en su casa, no supo que contestar. Que el alfa no se hubiera apartado o retrocedido cuando se enteró de su lazo era sin dudas una buena señal, pero realmente no podía imaginarse a sí mismo estando junto a Lucas en un futuro. Estaba demasiado agotado con lo que el mismo cargaba como para hacerse cargo de los sentimientos de alguien mas.

No supo en qué momento terminó durmiéndose sobre su mesa. Fue despertado por el alto cuando la clase finalizó. Se levantó un poco confundido, agradeciendo con la voz ligeramente ronca mientras tomaba sus cosas para ir hacia la siguiente clase del dia diciéndose a si mismo que no podía volver a dormirse y que, en cuanto llegara a casa, debía tomarse un descanso.

— Nana ¿Estas bien?

— Si... estoy cansado. No he podido dormir bien.

Durante el camino a la siguiente clase el chino le hablaba de algo que realmente no le interesaba y le respondía con pequeños sonidos de vez en cuando como si estuviera prestándole genuina atención. Supuso que este había terminado por darse cuenta de aquello pues dejo de hablar.

Durante sus siguientes clases estuvo demasiado distraído y agotado, trató de seguir el hilo de las explicaciones que sus profesores les daban pero le resultaba demasiado difícil. Tal vez debería volver antes a su departamento porque en su estado, estar en clases era igual que no ir.

En el almuerzo se sentó a un lado del canadiense y apoyó su cabeza en el hombro de este. El resto se fue por los almuerzos de todos dejando a los dos chicos en la mesa. Jaemin volvió a acomodarse, recostando su cabeza en sus brazos sobre la fría superficie. Mark notó las pronunciadas ojeras de este y los resquebrajados labios. 

— Te ves terrible.

— Y también me siento terrible. — El beta le sonrió un poco al chico y llevó una de sus manos al rubio cabello de este acariciándolo levemente. Era como ver a un cachorro abandonado y demacrado.—

— ¿Qué sucede?

— Me he pasado toda la noche despierto y pensando. De hecho, quería pedirte un favor.

El beta se mostró curioso e interesado en lo que este le dijo. Asintió levemente con su cabeza para decirle que aceptaría cualquier cosa. Si su amigo le necesitaba, estaría ahí para él. 

— Iré a ver a un doctor mañana en la mañana, quiero saber que sucedería si el lazo se rompe. No quiero ir solo ¿Irías conmigo? No quiero angustiar mas a mi mamá.

Mark lo miró unos segundos realmente sorprendido por lo que este le dijo. Aparentemente Jaemin estaba tocando fondo o próximo a ello. No negaría que le causaba emociones mixtas. Una parte de él se alegraba por su amigo porque estaba avanzando en su vida pero era también triste, vivir con un lazo roto no era fácil para un omega pero estaba seguro de que Nana ya lo sabía.

— Claro que iré contigo.

El resto de los chicos volvieron con su comida y Jaemin no sacó el tema con el resto. Era algo que no quería compartir con todos por el momento.

Como se lo había propuesto, después de almorzar con sus amigos les dijo que volvería a su casa para descansar. Vio como en sus rostros se reflejaba la preocupación por su estado pero rápidamente les sonrió y quiso calmarles diciéndoles que estaba bien, solo algo agotado por no haber dormido bien.

Tomó su mochila para ponérsela al hombro y despedirse de todos para salir del edificio. Puede que ya pasaba del mediodía pero el aire frío seguía golpeando su rostro provocándole unas enormes ganas de meterse en su cama y tomar algo de chocolate caliente. Lo que haría apenas pisara su departamento.

Estaba llegando a la parada del autobús cuando escucho que alguien lo llamaba. Al darse la vuelta vio a Lucas correr hacia él de una manera un poco graciosa debido que llevaba su mochila a cuestas. Esperó a que este llegara a su lado para sonreírle un poco y notando la respiración levemente agitada de este por su pequeña carrera.

— ¿Me he olvidado de algo? — El alfa negó con su cabeza de manera rápida para después acomodarse bien la mochila en uno de sus hombros y sonreírle.—

— No, he venido a buscarte. Te llevaré a casa. No estas bien y no seria un buen amigo si te dejara irte solo a casa mas cuando yo tengo un auto.

El omega cerró sus ojos unos instantes y tomó una profunda respiración por sus palabras. Realmente quería negarse e ir solo pero no encontraba una buena excusa para hacerlo, o al menos una que no sonara realmente cruel. Habían sido amigos dos años, no quería ser descortés con él tampoco cuando siempre se había comportado sumamente amable consigo.

— Esta bien, gracias.

El alfa sonrió completamente satisfecho con su respuesta. Le quitó su mochila a Jaemin antes de empezar a caminar hacia el aparcamiento de la universidad. Antes no le hubiera dado mucha importancia hacia aquel gesto por parte del más alto pero desde aquella noche después del bar, sentía que no podía ser nuevamente el mismo junto a Lucas. A veces se encontraba a si mismo midiendo sus acciones o palabras para que no pudieran ser demasiado confusas hacia él porque realmente no tenía intenciones de nada.

En el momento en que se subió al auto, se dejó caer de forma pesada en el asiento y mantuvo todo el viaje hasta su edificio con la mirada pegada a la ventanilla quedándose en completo silencio. Lucas había tratado en más de una ocasión en hablar con él pero viendo su poca predisposición a ello terminó callándose y encendiendo la radio para tener algo de fondo.

Jaemin sólo salió de su trance cuando se encontró en su calle, estacionados frente a su edificio. Sujetó su mochila y le sonrió levemente hacia el alfa queriendo agradecerle por haberle traído hasta allí.

— Gracias por tomarte la molestia de traerme, ahora vuelve a clases. No tendrías que perder más de ellas por mi culpa.

— No ha sido ninguna molestia para mi ¿Necesitas algo mas?

— No, estaré bien.

Volvió a sonreírle, esta vez un poco más cansado. Abrió la puerta del auto e iba a bajar cuando el mayor le tomó por uno de sus brazos para detenerle. El vello de su nuca se erizó y se giró a ver al alfa, quien mantenía una firme mirada sobre él.

— No luces bien Nana, estoy preocupado. Podría quedarme y hacerte compañía para asegurarme de que no vaya a pasarte nada.

El omega apretó sus labios hasta dejarlos en una fina línea. Miró la mano de este sobre su brazo, joder que había perdido bastante peso. Entre la palma y los dedos casi podía llegar a rodear por completo su extremidad, aún quedaba espacio sin cubrir y el alfa tenía una mano enorme pero antes no era suficiente para quedar así. Sacudió un poco su brazo para apartar al mayor y le miro lo más decidido que pudo.

— No. Quiero estar solo y soy lo suficientemente grande como para cuidar de mí mismo así que márchate. Gracias por traerme pero debes regresar.

Sin darle tiempo a replicar, se bajó del auto y cerró la puerta detrás de él. No miró atrás, solo entró a su edificio sintiéndose un poco peor que antes. Tal vez había sido un poco rudo con el alfa pero realmente no estaba de ánimos como para ser amable. Una vez en su sala de estar, la curiosidad pudo con él y se acercó a la ventana para ver hacia la calle. El auto de Lucas seguía estacionado fuera de su edificio y tardó mas de diez minutos en marcharse.

Se decidió a no pensar más en él. Tenía asuntos mas importantes y urgentes que los sentimientos de su amigo, por muy cruel que sonara. Se preparó una leche con chocolate caliente. Se vistió con una gran y cómoda sudadera para después meterse en su cama tomando su computadora. Hizo una cita con un doctor y se quedó mirando la pantalla por largos minutos.

Finalmente lo estaba haciendo, avanzaba.

Esa noche había podido dormir bien, bastante bien de hecho. No hubieron pesadillas o malos momentos en los que se despertaba agitado en la mañana. Sólo se despertó cuando su alarma sonó estridente por todo su cuarto. Se vistió y desayuno con calma. Tomó las llaves de su auto y le mandó un mensaje a Mark diciéndole que ya estaba por pasar a buscarle. El beta le respondió que ya se encontraba esperándole.

Durante una luz roja, se miró en el espejo retrovisor. Su piel aún estaba pálida, su cabello opaco y continuaba con ojeras, aunque eran menores que el día anterior pero se sentía genuinamente mejor. Agradeció a su buen descanso y creyó que el mismo se debía a que por fin estaba tomando las riendas de su vida.

En el momento en que Mark se subió a su auto, le saludó con una pequeña sonrisa. El canadiense no tardó en preguntarle qué había pasado con Lucas pues todos habían visto cuando este se marchó corriendo en su búsqueda. Se lo relató en cortas palabras, causando un bufido de molestia por parte de su amigo.

En los últimos días había notado la ligera molestia que Mark mostraba por el chino, parecía perder su paciencia con poco y solía hacer muecas ante cualquier cosa que dijera. Tenía ganas de preguntar qué había pasado entre ambos pero tampoco es como si realmente quisiera saber la respuesta, una parte de si le decía que era mejor estando ignorante de lo que pasara entre sus amigos.

Estacionó fuera del hospital y a la vez, perdió toda la confianza que había tenido hasta ese momento. Apretó sus manos alrededor del volante con fuerza, mirando la entrada del hospital con susto en sus ojos. Recién estaba notándose de que esto sería real, empezaba un nuevo camino en el que podría simplemente dejar ir su pasado y ya no pesaría sobre sus hombros.

— ¿Aún estas seguro de esto?

Escuchó la voz de Mark a su lado seguida de un leve apretón en su hombro como apoyo. Realmente no lo estaba pero es que ¿Cómo podría estarlo? Estaba asustado y no es como si fuera a romper su lazo apenas pasara por las puertas, comenzaría un nuevo camino que sería largo, también cansador. No podía dudar desde el comienzo.

Tomó una profunda respiración llenando por completo sus pulmones buscando poder calmarse. Cuando creyó que podría caminar sin caerse, asintió y le sonrió a su amigo. Apagó el auto y se bajó, sus piernas estaban algo débiles pero se sentía decidido. El beta pasó un brazo sobre sus hombros y empezaron a caminar.

Los minutos en los que Jaemin estuvo esperando fuera del consultorio médico habían sido los más largos de su vida, repiqueteaba sus pies en el suelo mientras miraba ansioso la puerta de la doctora. Sabía que seguía él, el omega que había entrado antes llevaba ya casi media hora dentro por lo que podría salir en cualquier momento.

Todo su cuerpo se tensó cuando la puerta fue abierta y aquel omega desconocido salió del lugar. Pasaron solo unos minutos antes de que le llamaran a él.

— ¿Quieres que entre contigo Nana?

— Sí, por favor.

Ambos se pararon y entraron al consultorio, Jaemin había terminando odiando el olor que había en los hospitales, le revolvía el estómago. Se acomodaron frente al escritorio de la doctora tomando asiento. La mujer les miró a ambos durante unos segundos antes de apoyar sus manos sobre la madera.

— Muy bien ¿Por qué están aquí?

En ese momento, Jaemin se dio cuenta que no tenia como explicar ko que estaba sucediendo. No podía decir que estaba pensando en romper su lazo el mismo, ni la situación que se encontraba viviendo desde hace ya años. Observó sus manos jugando con las mismas un poco.

— El alfa que me marcó... él me abandono hace tiempo. No tenemos contacto desde hace ya mucho pero me ha comunicado que planea romper nuestro lazo para que yo pueda estar preparado para ello. Necesito saber que puede pasarme, que debo hacer cuando eso pase. Cuales son mis probabilidades.

Vio en los ojos del ella algo de lastima, evidentemente no era nada bueno ser tan joven y con un lazo próximo a romperse. Debería de empezar a acostumbrarse a ese tipo de mirada en la gente si es que realmente se decidía por hacerlo.

La doctora tranquilamente empezó a explicarle cosas que le sucederían por la ruptura del lazo. Principalmente el dolor, el desbalance emocional y las reacciones de su cuerpo. No quiso ser demasiado brusca al decirle que un lazo roto podría llegar a matarle, por lo que sólo mencionó aquello con algunos eufemismos para no asustarle demasiado, muy tarde para ello.

Le hizo subir a la camilla y realizo una rápida revisión, también avisó que debía hacerse algunos estudios médicos para comprobar su estado físico. Se sintió cohibido al quitarse la camiseta frente a Mark. Sus costillas habían empezado a marcarse en su piel. Agradeció mentalmente cuando este pareció notar lo incomodo que se ponía y giró su rostro mirando hacia otro lado.

Casi veinte minutos después pudo volver a vestirse mientras la doctora le comunicaba a una de las enfermeras que necesitaría una extracción de sangre para analizar. Volvió a tomar asiento a un lado de Mark quien le sonrió como si todo estuviera bien.

— Muy bien Jaemin, la situación no es sencilla. A simple vista, tu estado físico no es el mejor y recién podre ver que tan malo o bueno es cuando los resultados del estudio estén listos pero debemos empezar con algo desde ya. Si el alfa rompiera su lazo en este momento, para ti realmente sería muy peligroso y tendrías un alto rango de probabilidades de no poder soportarlo. Necesitamos enfocarnos en que mejores y, si puedes hablar con él, pedirle que espere un tiempo para romperlo. Parece un sujeto que mínimamente te aprecia o al menos lo suficiente como para darte un aviso de lo que hará. También, de lo posible, arreglar un día exacto en que lo hagan así podremos tenerte aquí en observación desde el comienzo.

Todo aquello se lo dijo sin mirarle directo al rostro, estaba escribiendo muy concentrada en un papel que luego le entregó. Era un listado de cosas que debía tomar para fortalecerse. Relamió sus labios viendo que realmente era demasiado.

— Deberás asistir a un nutricionista. No va a ser fácil que logres subir de peso en estos momentos por ello necesitaras apoyo. También es importante que empieces ir a terapia Jaemin, esto puede afectarte mucho a nivel emocional y mental. Un buen psicólogo hará que todo este proceso se vuelva mucho más llevadero para ti.

El omega no dijo nada, solo movió su cabeza aceptando todo lo que la mujer le decía. Era un poco agobiante pero sabía que podría con ello. Nadie le obligaría a romper su lazo pero era bueno empezar a prepararse para hacerlo, tendría largos meses en los cuales poder pensar su decisión.

Después de acordada la siguiente cita, finalmente salieron del sitio. Aún debía ir a que le sacaran sangre pero estaba mucho mas relajado que al momento de entrar. Sabia que estaba haciendo un bien para él.

3 meses después

Jaemin tarareaba una canción que había estado escuchando mientras salía de la cafetería. Era un sábado lluvioso y frío, de esos en los que el mejor plan es quedarse en cama viendo películas. Él siempre era un poco diferente al resto, le gustaba estar fuera con este tipo de clima, que el aire frió golpeara su rostro y el aroma de la tierra mojada llenara sus fosas nasales.

Otro aroma que le estaba llenando era el del café que tenía en sus manos. Acercó su nariz al mismo y olfateó como si fuera un perro, sonrió ante su olor. No dudo en darle un largo trago, disfrutando del sabor del mismo y casi haciendo una expresión de puro placer por el mismo. No había pasado mucho tiempo desde que había podido volver a beberle sin sentir nauseas.

Su teléfono vibrando en su bolsillo le sacó de su pequeño momento de gozo. Lo tomó con cuidado cubriéndole con su cuerpo para que la llovizna cayendo no le mojara. Mark había mandado un mensaje, también tenía unos seis mensajes de Lucas que no estaba muy de humor para responder.

Había aceptado un par de salidas con el alfa, ante la decepción de los betas y la sorpresa de Jungwoo, pero había dejado bien en claro al alto que realmente era solo como amigos. No podía verlo de otra forma, no estaba interesado y menos en esos momentos.

Decidido a ignorarle por un par de minutos más, abrió el mensaje del beta.

"Canadiense idiota: ¿Cómo estuvo la sesión de hoy?"

"Bastante bien. Jungsoo me ha dicho que estoy en un buen camino o algo así, me ha puesto muy feliz eso. Me encuentro de un humor estupendo así que deberíamos hacer algo por la noche con el resto."

Le contestó rápidamente para después guardar su teléfono y empezar a caminar hacia la parada del autobús. Durante esos pasados meses había mejorado, lento pero seguro. Su rostro tenia más color, había ganado algo de peso y su cabello, que seguía rubio, volvía a lucir brillante. No podía evitar sonreír cuando se veía a sí mismo en el espejo o en el reflejo de los vidrios cuando caminaba por la calle.

Estaba siguiendo al pie de la letra lo que sus médicos le decían y oyendo a su terapeuta quien le había dado el empujón a hacer algo que nunca antes hubiera hecho por su cuenta. Había aceptado por completo su situación y se sentía libre. No cubría su marca, la llevaba con tranquilidad por la calle. Había sentido miedo en un comienzo por la reaccion de las personas y las preguntas que estos harían pero Jungsoo le ayudó a ver que nada de eso importaba.

Claro que las miradas sorprendidas de sus compañeros en la universidad no las pudo pasar de alto. Fue ligeramente incómodo en un comienzo pero después se dijo que debía importarle muy poco lo que otros dijeran. Cuando muchos preguntaron, simplemente les respondió que no era de su incumbencia. Habían salido un montón de rumores sobre él pero cada vez que los escuchaba, sonreía y seguía caminando. Él sabía quién era, lo que pasó y lo que pasaba. Las personas que le importaban también, eso era suficiente.

Una vez dentro del autobús, se puso los auriculares mientras bebía su café y miraba por la ventanilla. Eran días mejores, se sentía mejor, estaba mejor. Su doctora le había dicho que en un par de meses sería adecuado romper el lazo. Estaría listo para ello.

En el momento en que se bajo, estaba con una pequeña sonrisa y arrojó el vaso del café a un basurero. Entró a su edificio y tomó el ascensor. Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón mientras se dirigía a su departamento. Al llegar notó el arreglo de flores junto a unos bombones de chocolate con café. Sacó una pequeña nota entre las flores sonriendo.

"Lo estás haciendo muy bien Nana, me enorgulleces"

Una cálida sonrisa se posó en sus labios, la nota no tenía un remitente pero estaba seguro que era de Jihyun. Su madre podía ser encantadora cuando quería hacerle sentir bien. Era adorable a su manera que le diera un detalle como aquel aunque no se lo esperara. Solía decirle que estaba orgullosa de él, de cómo estaba llevando su vida en esos momentos. Claro que ese regalo era inesperado, además de no ser de su estilo, pero un lindo gesto. Entró a su departamento dejando las flores en un jarrón para poder arreglarse para esa noche.  

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