Venus se había negado a volver a leer aquel libro otra vez pero bella la había obligado, Romeo y Julieta.
Un romance que en ojos de Venus estaba lejos de ser épico, pero que ahora y sólo ahora tenía un poco de sentido ante sus ojos.
Morir para no vivir sin quien se ama una idea tan estupida pero que ahora cuestionaba, ¿eso era el amor?
Si bien odiaba el libro admitía que como toda obra de Shakespeare la escritura estaba lejos de ser mala teniendo una que otra frase que llamaba la atención de la italiana que luego de verano había decido en un acto impulsivo cortar su cabello hasta sus hombros.
El amor es humo, soplo de suspiros: se esfuma, y es fuego en ojos que aman; refrénalo, y crece como un mar de lágrimas. ¿Qué cosa es, si no? Locura juiciosa, amargor que asfixia, dulzor que conforta.
Para la chica había mil maneras de interpretar un libro, una frase o una pintura eso era lo hermoso del arte y aquella frase la hacía pensar en cómo el amor era una montaña rusa.
El amor era tanto hermoso como desastroso y aveces para amar de verdad se tenía que pasar por el mismo infierno.
—¿cariño?— llamo su madre abriendo la puerta— vamos a despertar a bella, ¿vienes?
La peli negra sonrió y tomó los regalos de la chica en mano encontrándose con sus padres.
—¡Felicidades, Bells!— gritó Venus lanzándose sobre la castaña quien rió golpeando a la chica— solo por que es el día de tu cumpleaños no te devolveré los golpes.
La peli negra se acomodó a un lado de la chica mientras sus padres se acercaban con regalos.
—Creía que habíamos dicho sin regalos— sonrió la castaña al ver a Charlie con dos cosas en mano y a Lorelei con una.
—El mío no esta envuelto, así que no cuenta como regalo— le entrego una canta rosa con una sonrisa.
—La verdad me encanta. Gracias, papá—la tomo mostrándosela a Venus.
— Va con este de tu madre, nos coordinamos— suspiro el hombre mirando a su esposa rodando los ojos— bueno ella me coordino a mi.
Le entrego un álbum de fotos que había elegido la madre de bella.
—El mío es algo que me pediste hace tiempo— le entrego una caja la rubia— querías que te entrenara como a Venus, necesitas guantes para eso.
Bella abrió la caja emocionada al encontrar unos guantes de boxeo rojos.
—¡Gracias!—se levantó abrazando a la mujer.
—El mío son simples tonterías que pensé que querrías, no compre nada por que pensé que habíamos dicho sin regalos— miro mal a sus padres—¡nadie me dijo que podía comprarle algo!— le entregó un grupo de dibujos.
Dibujos que había hecho ella, habían desde dibujos de bella, Edward, ambos y la chica junto a Jacob, Angela.
Eran dibujos de miembros felices de Bella, dibujos muy bien hechos.
—Son increíbles, Vee— suspiró con sorpresa la chica, nunca los había visto le encantaban— los pegaré en las paredes, gracias.
—siempre— sonrió levantándose de la cama— ahora, mamá seguro preparo un súper desayuno vegetariano que nos dejará con hambre así que creo que iré al café a buscar comida— informó tomando las llaves de la camioneta.
—¡espera!— gritó Lorelei— ¿por que no se toman la primera foto con la cámara?
—Buena idea— sonrió bellas entregándole la cámara— ¡ven aquí hamburguesa con piernas!
Venus dio media vuelta suspirando para sentarse junto a bella en la cama mientras Charlie y Lorelei las miraban con la mejor sonrisa.
—¡digan cheese!— pidió Lorelei apunto de apretar la cámara cuando ambas chicas sonreían como angelitos— ¡voy!
Y en el momento que la mujer presionó la cámara ambas chicas cambiaron la sonrisa haciendo caras.
La mujer las miro de mala manera sabiendo como había quedado la foto.
—Primer día de último año, se están poniendo viejas— se burló Charlie—¿veo un cabello blanco bella?— preguntó el hombre señalando su cabello.
—¿que?— corrió al espejo la chica causando las risas de todos.
—¡Papá!— se quejó al no ver nada.
[...]
—No entiendo por que no te gustan los cumpleaños, es el día en el que todos te celebran a ti — mordió su ultimo pedazo de tocino Venus antes de bajar del auto.
—por que no me gusta la atención— le recordó.
—no te gusta la atención que no es de Edward— la molesto.
—habla la chica que hará a los Cullen caer en quiebra— se burló bella— Edward me contó que han tenido que comprarle la sexta cama a Emmett ya.
Venus sintió el rubor subir a sus mejillas y rió nerviosa.
—Séptima— tosió corrigiendo a bella— ayer fue un día interesante.
Bella debía admitir que sentía un poco de envidia pero al mismo tiempo estaba feliz por su hermana.
—Hoy es el gran día bella— sonrió Jessica cuando las chicas se acercaron, Venus se acercó a Angela para abrazarla— la entrega del trabajo sobre Romeo y Julieta, ¿tu también la tienes no?— pregunto la chica a la peli negra que asintió.
—la termine hace un mes— sonrió.
—chicos, quiero tomarles una foto— saco su cámara bella— mamá quiere que llene un álbum sobre mi último año escolar.
—oh si quieres la tomo yo— se ofreció Angela.
—¡no, no!— la tomo del brazo Venus— hoy no eres la fotógrafa.
Los cinco chicos se acercaron sonriendo mientras bella tomaba la foto.
—la editarás si mi nariz sale grande, ¿no?— pregunto Jessica.
—tranquila Jess, ni con edición puedes arreglar eso— se burló Venus ganándose una mala mirada de la chica a quien solo le lanzó un beso sin diversión.
—Oh, los Cullen están aquí— señaló Mike los dos autos que ambas chicas conocían a la perfección.
—Bueno, hablamos más tarde— sonrió Angela para luego irse con los demás.
Venus no espero nada y corrió directo hacia el peli negro que bajaba de su auto que rió antes de tomar a la chica en brazos.
—¡Buenos días!— dijo antes de besar sus labios.
—alguien está de muy buen humor— la colocó en el piso otra vez Emmett— ¿alguna razón?
—bueno mi cumpleaños es en dos días, bella puede odiar el de ella— suspiro— ¡pero yo adoro el mío!
Emmett negó con la cabeza acercándose a la otra pareja.
—Felicidades, Bella— la abrazó ligeramente Emmett— ¿Venus te dejó dormir esta noche?
Venus abrió la boca sorprendida golpeando al chico.
— no durmió conmigo así que no tuve que escuchar sus ronquidos — bromeó la castaña.
—¡en mi defensa tengo problemas respiratorios!— levantó las manos, Edward rió ahora abrazando a la peli negra.
—Dejen al tractorsito tranquilo— la defendió Venus.
—¡Eso!— sonrió pero luego se dio cuenta de algo—¿como me llamaste garrapata? — golpeó su cabeza.
—Parecen dos niños— una voz los interrumpió, Paul Lahote quien parecía un chico totalmente diferente al que Venus había visto hace meses.
—¡Hola bíceps!— se burló de los brazos del chico luego viendo a Jacob quien estaba igual— ¿sabeis que los esteroides son malos para la salud?
—Esperaremos allí— dijo Emmett alejándose junto a Edward.
—Bueno, que bueno que no los uso entonces— la abrazo Paul—si vinieras a verme más a menudo tal vez sabrías que estoy simplemente creciendo.
—si, claro— negó con la cabeza— también si cambiaras de escuela podrías verme mas, pero sé que no lo harás.
—simplemente te traje un envío pues imaginé que el desayuno de hoy sería terrible— le mostró una bolsa— muffin de moras y dos barras de chocolate.
—¡quiero, quiero!— tomo la bolsa emocionada— por eso eres mi favorito— le agradeció con un abrazo.
—¡escuche eso!— se quejó Jacob que platicaba con Bella.
—¡no es un secreto!— le grito esta.
[...]
—Edward está celoso— se burló Emmett.
—¿de Jacob?
—de ambos, Jacob me quita a su novia y Paul a su mejor amiga— colocó un brazo sobre los hombros de la chica.
—¿tu no estás celoso?— le molesto comiendo de su chocolate.
—¿de un chucho? — rió negando— no, para nada.
—¡chicas!— grito alice saltando una escalera—¡feliz cumpleaños!— abrazo a bella quien la calló— lo siento.
—deberías de gritarlo al mundo— bromeó Venus dirigiéndose a Jasper para abrazarlo—¿como esta mi depresivo favorito?
El rubio rodó los ojos abrazando a la peli negra.
—estoy bien y supongo por el nuevo cambio de cama, que tu también— Venus lo golpeo y miro mal a alice quien rió cuando escucho aquel comentario.
Alice debía admitir que quería más a Venus por una simple razón, cuanto le agradaba a su novio y sus hermanos. Venus sacaba un lado de los hermanos Cullen que no sabían que tenían.
—Te encantará, te vi abrirlo— canturreo alice entregándole su regalo a bella quien parecía tensa y nerviosa— lo usaras esta noche, tendremos una fiesta.
—haz algo intensa- mente— dio un codazo al rubio para que animara a bella pues si no, diría que no y preocuparía a alice.
—esta bien, iré— sonrió algo feliz la castaña.
—¡perfecto, las veré a ambas a las siete!— dio saltitos la chica Cullen.
—¡Jasper!— se quejó bella al darse cuenta de lo que había hecho el chico.
—¡órdenes de Venus!— se defendió riendo— por cierto feliz...— la molestó— olvídalo.