[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AM...

By desirealba

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La granja West no era dónde las hermanas Haley planeaban pasar un caluroso verano. Su madre había conocido al... More

PRIMERA PARTE
1. Bambi
2. Leo
3. Bambi
4. Leo
5. Bambi
6. Leo
7. Bambi
8. Leo
9. Bambi
10. Leo
11; Bambi
12; Leo
13; Bambi
14; Leo
15; Bambi
16; Leo
17; Bambi
18; Leo
19; Bambi
20; Leo
21; Bambi
22; Leo
23; Bambi
24; Leo
25; Bambi
26; Leo
27; Bambi
29; Bambi
30; Leo
31; Bambi
32; Leo
33; Bambi
34; Leo
35; Bambi
SEGUNDA PARTE
1; Leo
Me tienes, B.
2; Bambi
3; Leo
4; Bambi
5; Leo
6; Bambi
7; Leo
8; Bambi
9; Leo
10; Bambi
11; Leo
12; Bambi
13; Leo
14; Bambi
15; Leo
16; Bambi
17; Leo
18; Bambi
19; Leo
20; Bambi
21; Leo
22; Bambi
23; Leo
24; Bambi
25; Leo
Epílogo; Bambi.
Historia de Diego West.
RAMÉ EN FÍSICO

28; Leo

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By desirealba


Esᴛᴀ́ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Pᴜʙʟɪᴄ ﹣ Mᴀᴋᴇ ʏᴏᴜ ᴍɪɴᴇ



Estoy sentado en la cama mientras escucho a Diego roncar. Apenas he podido pegar ojo en toda la noche y ya está amaneciendo. Las palabras de la tía Betty no han dejado de resonar en mi cabeza. Se casan, mi padre se casa. Estoy feliz por él, pero no por mí. Quizás tenía una pequeña esperanza de que lo suyo saliera mal para que lo mío con lo de Bambi pudiese salir bien. Soy un egoísta.

Kenzie y Ronan duermen en un colchón en el suelo plácidamente. Cuando Diego y yo nos vayamos, esta habitación será de ellos hasta que Kenzie decida lo que hacer.

Me levanto y me pongo ropa de deporte, necesito correr.

— ¿Leo? —Escucho la voz adormilada de Kenzie y me giro.

— Voy a correr —me acerco a ella y me agacho para besar su frente—. Es temprano, duerme —susurro.

Ella cierra de nuevo los ojos y salgo de la habitación con cuidado. Me encuentro al abuelo montándose en la camioneta. Le doy los buenos días y empiezo a trotar por el camino que lleva a las afueras de la granja.

No hay apenas coches por allí, por lo que puedo correr por el arcén sin ningún tipo de problema.

Cada vez que corro, intento despejarme, no pensar en nada, pero hoy, la dulce chica que es hija de la prometida de mi padre ocupa mi mente.

Me siento un mal hijo, pero no puedo evitarlo. Algo me pasa con Bambi, no quiero alejarme de ella, no quiero que todo acabe cuando lleguemos a casa. Quiero pasar un fin de semana con ella en Brandon y que todo vaya bien.

Quiero decirle a mi padre que estoy en algo con ella, que no sé cómo pasó, pero pasó. No es mi culpa, no elijo quien me gusta. Ella hace que mi cabeza vuele y no pueda pensar en nada más.

Tengo que volver a poner los pies sobre la tierra de nuevo, pensar bien y hacer lo correcto.

Dejo de correr y respiro agitado por la carrera. He corrido más rápido que de costumbre y pongo mis manos en mis caderas para mirar al claro cielo de Agosto.

Estoy sudando y cansado. Casi he llegado al pueblo y doy media vuelta. Está vez voy andando mientras mi cabeza sigue dando vueltas. ¿Es mejor seguir escondidos y esperar a ver dónde llega todo? ¿Es mejor decirlo? ¿Y si entro en la academia? ¿Cómo lo vamos a hacer?

Estoy tan absorto en mis pensamientos que ni siquiera me doy cuenta que he llegado a la granja hasta que el perro ladra.

Parpadeo un par de veces y veo que Kenzie está sentada en los escalones del porche con un zumo entre sus manos.

Dentro de casa, se escuchan las enérgicas vocea de Ronan y Jack. Me siento al lado de Kenzie y ella me da el vaso frío de zumo.

— Gracias —le doy un largo trago y suspiro.

— Siento cómo me comporté. No soy nadie para juzgarla, no se decide a quién se quiere —la miro y ella se encoge de hombros—. Aceptaré tu dinero si me prometes que lo cogerás de vuelta cuando te lo devuelva.

— Está bien. ¿Qué tienes pensado?

— Austin.

— ¿Justin?

— Vive solo en un apartamento y tiene dos habitaciones libres. Pagaríamos todo a medias y conocería a alguien. Buscaré un trabajo y apuntaré a Ronan al colegio. Creo que puede ser un buen comienzo. Además, nunca he tenido una habitación propia.

Cierro los ojos porque eso me duele, que no haya tenido las mismas facilidades que todos nosotros. Que haya tenido que estar cuidando de su hermano, su tío abusador y alcohólico y encima, dándole su sueldo.

— Sé que te irá bien, puedes con todo, y Justin no es un mal chico —pongo mi mano en su pierna.

— Sé que no lo es —carraspea.

— Nada tiene por qué cambiar entre nosotros, Kenzie —meto su pelo tras su oreja y ella evita mirarme— Kenzie —pongo mis dedos en su mentón y la obligo a mirarme— Te quiero, ¿lo sabes?

Ella asiente torpemente y pongo mi brazo alrededor de sus hombros para abrazarla.

— Siempre voy a estar para ti, solo tienes que levantar el teléfono; incluso si es para darle una paliza a Justin.

Ella se ríe y huelo su perfume. Hay tantos recuerdos de mi infancia aquí que me da pena dejarlos atrás. Sé que a partir de ahora todo va a ser diferente.

— Gracias —besa mi mejilla y nos levantamos para entrar en casa.

Dejo el vaso de zumo vacío en la cocina. La mayoría está desayunando sentado en la mesa, pero Bambi no. Subo a ducharme y me quedo en medio del pasillo viendo como ella intenta desenredar su pelo con el cepillo.

Me apoyo en la pared y cruzo los brazos. Se queja y yo observo su cuerpo metido esos pantalones vaqueros cortos y su camiseta blanca ajustada. Esa camiseta que nos hace a todos mirar.

Me acerco al baño y ella me mira. — ¿Quieres un poco de ayuda, B?

Ella hace una mueca y suelta el cepillo, que se queda enganchado en su pelo haciéndome reír.

— ¿Has ido a correr?

— Sí.

— ¿Lo haces todos los días?

— Sí —quito el peine de su cabello con cuidado y me pongo detrás de ella.

Me doy cuenta, que Bambi ni siquiera llega al espejo, solo se le ve un poco de frente, lo que me hace reír a carcajadas.

— No te rías —me da un codazo—. No entiendo cómo los demás de la casa consiguen verse. Tu tía no es mucho más alta.

— Lo siento —muerdo todo mi labio inferior.

— Intenta ir por zonas, mechón a mechón, por favor, que no me duela.

Cojo un mechón de su cabello y paso el cepillo con cuidado, me da miedo hacerle daño, pero tengo que dar algún que otro tirón para poder peinarla.

— ¿Siempre es así? —Le pregunto.

— No. Se me ha acabado la mascarilla, pero necesitaba lavarme el pelo hoy. Se suponía que ya deberíamos estar en Kansas. ¡Ay!

— Lo siento —sigo pasando el peine por su cabello y ella se agarra al lavabo— ¿Kenzie no tiene?

— No le he preguntado, Leo.

— Kenzie no es mala, B.

— No pienso que lo sea. Leo... ¿Crees que Nancy dirá algo?

— Ya me lo ha dicho a mí.

Jack aparece y Bambi da un salto hacia atrás del susto. Mi primo está ahí con una sonrisa de oreja a oreja en su boca. Lo había escuchado subir, no me había preocupado porque no estábamos haciendo ni hablando de nada malo, ni siquiera B ha preguntado algo que pueda delatarnos.

— ¿Y qué se supone que te ha dicho? —Le pregunto.

— Algo de besitos en la boca. No la creí, porque ya sabemos que es muy mentirosa, pero que estés desenredando su cabello me lo confirma.

Frunzo el ceño y miro a B. Ella no tiene expresión en su rostro y lo agradezco. Jack no se fía de su hermana pequeña porque miente más que habla, todos sabemos que monito siempre está inventando cosas, lo que le confirma eso es que yo esté aquí cepillando el cabello de B.

Me río, me río fuerte y empujo a Bambi fuera del baño y le doy el cepillo a Jack.

— Creo que es tu turno, Jack. Recuerdo que ella dijo que parecías sexy, nunca ha dicho nada de mí, creo que se lo debes —cierro la puerta del baño y me apoyo en ella.

— ¿Podrás hacerlo sin dejarme calva? Leo tiene razón, deberías ayudarme por pensar que eres sexy, de nada por el piropo, por cierto —la escucho decir.

— ¿Es cierto lo que dijo Nancy?

— ¿Crees que me dedico a dar besos a todo el mundo? Tengo un gran chico esperándome en Kansas y los gemelos son mis hermanos, respeto a mí familia —miente.

Me quito la ropa y no tardo en estar debajo del agua fría. Mis músculos siguen tensos e intento dejar de pensar y relajarme.

No tardo en salir de la ducha y tengo que ir a la habitación con una toalla en mi cintura porque no he cogido nada de ropa.

Cuando volvemos a salir de la cabaña después de despedirnos de todos de nuevo, sé que voy a dejar uno de los mejores veranos atrás, aunque aún no se ha acabado.

Sé que tengo que mantener más las distancias con Bambi y eso hago. No me siento detrás de ella en el autobús y evitó mirarla en todo el camino porque es lo mejor para los dos.

En San Antonio, cogemos otro autobús que nos lleva a Dallas. Es el viaje más largo que he hecho en mi vida en autobús. Podríamos haber cogido un avión, pero no había billetes para estas fechas disponibles.

— Estoy agotada —murmura Bambi sentándose en el asiento del autobús de Dallas.

Me siento al lado y miro a Bárbara. — ¿Me cambias el asiento? Creo que Bambi necesita un hombro fuerte en el que apoyarse para dormir —le sonrío abiertamente.

— Tienes nueva compañera de viaje, Diego —dice Bárbara yendo hacia los asientos de atrás con mi hermano.

— ¿Nos cambiamos entonces? —Pregunta Bambi—. Ponte tú en la ventana.

Ella se levanta y me arrastro por los asientos para ponerme en el que ella ocupaba. La chica de puntas rubias no tarda en abrazarse a mi brazo y apoyar su cabeza en mi hombro.

Sonrío y veo como ya está anocheciendo, nos queda una larga noche.

— Leo —dice mi nombre en voz baja y dejo de mirar por la ventana para mirarla. Sus ojos marrones me miran y parpadeo un par de veces esperando que hable— ¿Crees que Jack lo sabe?

— Lo dudo, Nancy es una mentirosa compulsiva incluso tan pequeña. Además, hicimos un buen papel. Me alegro de que no estés calva.

Ella sonríe. — ¿No te gustaría si fuese calva?

— Bueno, me quedaría calvo contigo y así podríamos pintarnos bolas de billar en la cabeza.

Bambi suelta una risita y beso su frente. Nuestros hermanos están lo suficientemente atrás para no vernos, por lo que pongo mi mano en su pierna cuando el autobús se pone en movimiento.

— Dormiré mañana todo el día cuando llegue. ¿En serio iremos a Brandon?

— Sí, ¿no quieres?

— Claro que quiero. ¿Cómo lo vamos a hacer?

— Yo me ofreceré a llevarte a la Universidad. Princeton solo está a cuatro horas de Quantico.

Puedo ver en sus ojos un brillo especial y sonríe de lado. No estamos tan lejos, puedo ir a visitarla algún fin de semana. Ella puede venir, creo que podemos hacerlo y ella piensa lo mismo.

— Duerme, B, intenta descansar —le digo cuando las luces del autobús se apagan.

El cielo está oscuro y nadie habla en el autobús, por lo que es más fácil quedarse dormido incluso en estos incómodos asientos. A Bambi le cuesta encontrar su postura, y la encuentra casi encima de mí mientras yo apoyo mi espalda en el espejo y mi cabeza en el sillón. Caigo rendido.

••

Faltan unos 8 capítulos creo. CREO, pero no serán más.

SÍ va a ver segunda parte. Tendremos más de Leo y Bambi, esto no se acaba. No he puesto canción a este capítulo porque todavía no encuentro ninguna y quiero pensarla bien. ¿Alguna sugerencia?

Gracias por leer la historia, es genial que os guste ❤️

Jack CASI los pilla.

Vuelven a cada, ¿Preparadas?

Instagram: @redmoonlightx

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