Sae Wa llevaba un rato esperando a que la reciban en la oficina de Seguridad Social específicamente el área designada para madres solteras.
Hoy era el día asignado mensualmente para que se presente en la oficina y renueve el estatus actual de madre soltera con el cual, recibe una pequeña ayuda para Saegi. Como ya tiene 5 años, la ayuda se basa en útiles escolares para iniciar el colegio.
Sae estaba un poco impaciente porque además de renovar el estatus (cuya espera le toma alrededor de 2 horas normalmente debido al papeleo con nuevos casos y con otros ya conocidos), hoy también era el día en el que tenía que visitar a algunas de las madres de su organización y acudir a la ONG con la que ha estado trabajando durante los últimos años para recibir las colaboraciones.
Para entrar en contexto acerca de lo que Sae Wa estuvo haciendo durante los últimos cinco años, luego de que casi muriera a causa del señor Min, hay que empezar recordando el incidente de Yoongi; cosa en la que piensa a diario incluso si no quiere.
Luego de esa noche en la que fue golpeada fuertemente en la cabeza pensó que su vida había acabado y con ella la de su bebé.
Un bebé del cual Yoongi nunca sabría nada.
Esa noche gracias a que Jimin la estuvo buscando por todos lados y finalmente dio con la idea de que quizás estaba en Neon fue que pudo encontrarla.
Casi muerta.
El recuerdo de la imagen todavía era doloroso para Jimin. Si no hubiese sido por él, Sae Wa no estuviese viviendo para contarlo.
Luego de que finalmente saliera de terapia intensiva gracias al fuerte traumatismo en el cráneo que había sufrido, quedaron en evidencia varias secuelas del daño. Su oído izquierdo perdió la audición casi por completo y las consecuencias a nivel psicológico fueron devastadoras, tanto que Sae Wa estuvo seis meses sin hablar.
Por todo ello casi pierde a Saegi pero milagrosamente y por los esfuerzos de los médicos lograron que su embarazo llegara a término aunque fuera de alto riesgo.
Jimin no sabía nada del embarazo de la chica hasta que la atendieron en el hospital y le dieron la noticia.
Finalmente cuando Saegi nació fue que Sae volvió a hablar.
— Lo siento —Fue lo único que dijo y rompió en llanto cuando tuvo a la pequeña bebé rosada en sus brazos.
Además de Jimin, Seokjin era el único que sabía del paradero de la chica. Ella misma les pidió que por favor mantuvieran su paradero en secreto sobre todo por el miedo que le tenía a Min.
Nunca fue a la policía por más que ambos le insistieron, nunca hizo nada más que velar por el bienestar de su hija. Además de que sabía que si Min la encontraba iba a intentar matarla una vez más y ahora aunque no tuviese a Yoongi, por lo menos tenía a su bebé: Su única esperanza para seguir viviendo.
De Yoongi no supo más nada.
Ella estaba segura que Min lo había asesinado y cada vez que pensaba en la escena de Neon, ambos gritando, llorando y la imagen de Yoongi desapareciendo en la oscuridad Sae Wa perdía los nervios y había que recetarle calmantes.
El primer año posterior al nacimiento de Saegi no fue nada fácil mientras se debatía en superar la terrible depresión en la que había caído, cuidar de la pequeña, permanecer escondida y albergar la esperanza de que quizás Yoongi estaba vivo.
Jimin siempre estuvo a su lado incluso cuando todo se volvía tan difícil que Sae Wa inconscientemente a veces dejaba todo en las manos de Jimin. Más de una vez fue quien cambió los pañales de Saegi o preparaba su biberón porque aunque pareciera que Saegi era todo lo que Sae necesitaba para seguir viviendo, la verdad es que superar el pasado no era tan fácil.
Durante ese primer año Sae vivió con su hermano, Jimin los visitaba y muchas veces se quedaba en el apartamento haciéndose cargo de la bebé y Sae mientras Seokjin trabajaba.
Evidentemente no era un trabajo fácil, pero él era el pilar.
Al morir Yoongi como padre de Saegi, la ley establece que Sae Wa automáticamente se convertía en una madre soltera y en Corea las leyes de protección de padres solteros no son muy buenas. De hecho, la situación es bastante engorrosa debido a que los padres solteros deben presentar una demanda judicial al Estado para registrar de manera oficial a sus bebés y obtener un número de seguridad social.
Sólo con el número de seguridad social es que los niños pueden optar por seguro médico, escolaridad y otros beneficios que de lo contrario se ven privados.
Durante el tiempo que perdure la demanda si los bebés se enferman no tendrán derecho a los beneficios médicos de los que goza todo ciudadano de Corea, y en ese caso los enormes gastos corren por cuenta de la madre/padre, quien probablemente deba hacerse cargo del bebé y no pueda trabajar por lo que los ingresos monetarios son casi nulos.
Totalmente injusto.
Sumado a eso, el estigma social de las familias y los demás acerca de los padres solteros a quienes se les considera cuando menos, vergonzosos.
Por eso muchas veces en la sociedad coreana tienden a dar los niños en adopción o abandonarlos sin que siquiera nadie sepa de su existencia.
Sae por su parte estaba segura de que no iba a abandonar nunca a Saegi por más difícil que fuera, y gracias al cielo tenía a Jimin y a Seokjin quienes la ayudaban enormemente con el cuidado de la bebé y los gastos. Sólo que a veces era tan difícil como la vez que Saegi contrajo neumonía por los cambios de estación y estuvo en grave peligro cuando tenía dos años. Los gastos fueron tan exhorbitantes que Seokjin y Jimin no se daban abasto para pagarlos.
Para ese tiempo, ya la demanda judicial estaba en proceso pero todavía Saegi no obtenía su número de seguridad social, por lo que estaba desprotegida.
No fue hasta que cumplió tres años que finalmente el estado le otorgó ganada la demanda y por fin la pequeña pudo recibir derechos tan básicos como la salud y la educación.
Sae Wa pudo empezar a trabajar como asistente en una empresa bastante pequeña de enlatados y Saegi por fin podría ir a una guardería mientras ella ayudaba con los gastos de casa.
No fue hasta que Saegi cumplió casi los cuatro años que Jimin tomó la decisión de pedirle a Sae Wa que se mudaran juntos a Seúl e iniciaran una nueva vida.
Jimin no quería que los fantasmas del pasado siguieran atormentando a Sae, quien estaba segura de que en Daegu nunca podría ser feliz.
El recuerdo del señor Min.
Yoongi.
La empresa.
Neon.
La muerte.
Todo.
Lo mejor era desprenderse totalmente de lo que abría grandes grietas en su alma y empezar una nueva vida junto a Park Jimin.
Y así lo hicieron.
Jimin había tenido la suerte de emprender un negocio pequeño de comercio de especias entre China y Corea junto a un amigo de la infancia y eso le daba la oportunidad de vivir en Seúl de forma cómoda junto a Sae Wa y la niña.
Mientras tanto, Seokjin ayudó a la chica a que, junto a sus ahorros pudiera pedir un préstamo en el banco y colocar una pequeña y modesta floristería en la ciudad. De esa forma podría administrar su tiempo y estar más cerca de su hija.
Por otro lado, al mismo tiempo Sae Wa no podía quedarse tranquila con lo injusto que era el sistema judicial de Corea en cuanto a los padres solteros, así que a través de foros de internet y grupos de chat en Kakao* empezó a contactar a otras madres solteras que estuviesen pasando por la situación que ella pasó.
Allí se enteró de que el gobierno mensualmente proveía una ayuda mínima a los niños de padres solteros, sólo que el representante debía acudir juiciosamente a llenar el papeleo a la oficina correspondiente.
Además de ello, con parte de lo que ganaba en la floristería visitaba con frecuencia a algunas madres solteras y las ayudaba ya sea con alimento para sus bebés, ropa que conseguía en los sitios de reciclaje o incluso dinero para los gastos de esos padres. Creó una muy pequeña comunidad de ayuda sin fines de lucro.
Finalmente y movida por la convicción de que tenía que hacer algo más, descubrió una Organización No Gubernamental (ONG) dedicada a la ayuda de padres solteros y a la aprobación de una ley que amparara a los pequeños durante el tiempo que durara la demanda judicial, con la que empezó a colaborar hasta finalmente convertirse en una de las portavoces de la misma.
De allí, que la ONG le asignara colaboraciones que ella misma se encargaba de entregar en diferentes partes de la ciudad a los padres más necesitados. Eso también ocurría una vez al mes.
De esta forma logró sobrellevar la carga tan pesada de su pasado.
Sentía que si había tenido una segunda oportunidad para vivir junto a Saegi y a personas que la amaban como Jimin entonces debía hacer algo significativo. Y salió de su corazón involucrarse con esa causa.
En cuanto a Yoongi, Sae Wa nunca escuchó más de él e incluso años después de lo ocurrido Jimin le contó que la empresa lo dio por muerto en un accidente de bote.
Sae Wa sabía que no había sido así que no había nada más que pudiera hacer.
Lo extrañaba con locura, tanto que a veces se despertaba en la noche con fiebre y dolor en el pecho debido a la terrible angustia que le provocaban los recuerdos.
Tantas cosas que hubiesen podido vivir juntos; ver a Saegi crecer, mudarse juntos. Pero todo eso había quedado en el pasado y Sae Wa lo enterró junto a la pequeña tumba en honor a Yoongi que había mandado a reservar en el cementerio. Aunque no hubiese cadáver al que rendir culto, Sae llevaba todos los meses un ramo de lirios a la lápida que llevaba por nombre Min Yoongi.
Jimin no se opuso a la idea, sabía que era necesario para que Sae sintiera que estaba en paz consigo misma aunque no lo estuviera.
— ¿Señora Hong? —Llamó la trabajadora social tras el mostrador cuya cara ya le era familiar a Sae Wa.
Llenó los papeles, terminó de releer el documento y antes de que fuera por algo de comer recibió una llamada de Jimin diciéndole que la esperaba para que almorzaran juntos cerca de la estación del metro donde estaba la compañía de Jimin y su amigo.
El día era caluroso por lo que Sae se arrepintió de llevar un largo abrigo marrón pero cuando vio a Jimin de pie frente al edificio donde comerían, todas las molestias del sudor bajando por su nuca, el peso de su maletín y el malestar en el pecho porque dentro de unos días era el aniversario de la muerte de Yoongi, quedaron a un lado.
Jimin vestía una hermosa camisa de vestir gris que dejó por fuera de su pantalón negro, su cabello gris platinado caía en varias direcciones pero dejaba ver su lisa frente donde había un pequeño lunar que a Sae Wa le encantaba.
Cuando la miró, le regaló una ancha sonrisa y estiró su mano invitándola a tomarla.
— Te ves cansada —Dijo colocando una de sus manos acunando el rostro de la chica, luego le acomodó las gafas de pasta beige y le dio un delicado beso en la frente.
— Sabes que este día del mes es duro para mí —Respondió Sae colocando su mano en la mejilla de Jimin regalándole una mirada dulce pese al cansancio —¿Comemos?
Jimin le sonrió como respuesta.
Y esa sonrisa era suficiente para que Sae pudiera sobrellevar todo lo que lo difícil del mundo.
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¡actualización como prometí! disculpen si hablé mucho sobre el tema de padres solteros pero era para ponerlos un poco en contexto y OJO es así en corea actualmente. si les interesa el tema vean un video llamado se padre soltero en corea del canal de youtube asianboss en español.
gracias por la recepción del regreso de seesaw, estoy muy feliz de leerlos de verdad. los quiero mucho, estaré más activa actualizando las otras historias y por lo pronto los sigo leyendo, gracias por no abandonarme.