Black & Blue (Español)✔️

נכתב על ידי Ariana_Godoy

15.3M 1.7M 3M

Ella no debió mirarlo, no debió retarlo y mucho menos hacer todas las cosas que hizo después de eso. Una sola... עוד

Prologo
1. Blue
2. Black
3. Blue
4. RED & VIOLET
5. BLUE
7. BLUE
8. VIOLET & BLUE
9. Black & Blue
10. Blue
11. BLUE
12. BLACK
13. BLUE
14. RED & VIOLET
15. BLUE
16. BEA
17. BEA
(18) BEA
19. Violet (Parte 1)
20. Violet (Parte 2)
21. BEA
22. Black & Blue
23. RED
24. BEA
25. BEA
26. Violet
27. BEA
28. Black & Blue
29. Amber (1)
30. Amber (2)
31. RED
32. Black & Blue
33. BEA
34. Black & Blue
35. BEA
[36] BLACK
37. BEA
38. Black
39. BLACK & RED
40. BEA
41. BLACK
CAPÍTULO FINAL
Epílogo

6. VIOLET & BLACK

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נכתב על ידי Ariana_Godoy

Dedicado a  Valentina (@dinamita3) por ganar el sorteo en el en vivo de younow. Espero que junto a todos los lectores, disfrutes el capítulo, nena <3

VIOLET

—¡Qué te levantes!

Amber arranca la sabana de mi cuerpo y expone mis pijamas de Naruto. Si, ya lo sé, tengo 19 años, no siete, pero Naruto siempre tendrá un lugar en mi corazón. Lamentablemente, ese anime me recuerda a todas las veces que hice maratón para verlo con Black, son muy pocos los recuerdos en mi vida que no lo incluyen. Moraleja: No se enamoren de su mejor amigo, porque sino funciona, tendrán miles de recuerdos que les atormentarán por toda la eternidad.

Amber ojea mis pijamas y hace una mueca.

—¿Qué carajos tienes puesto? —Yo me siento y suspiro.

—No voy a ir.

—Violet, no te estoy preguntando.

—No quiero ir, ¿de acuerdo? —Mi tono es más firme y Amber cruza sus brazos sobre su pecho.

—No hagas esto.

—¿Qué?

—No dejes que Black afecte tu vida, Violet, —me explica, —has estado emocionada por semanas con este evento, me ayudaste a planearlo y ahora que ha llegado el día, te lo perderás solo porque él ha regresado, no me parece.

—Es mi decisión.

Amber tuerce sus labios y echa su largo cabello rubio hacia atrás por encima de su hombro.

—Es una decisión estúpida.

—No todos somos como tú, ¿de acuerdo?

Ella alza una ceja.

—¿Qué quieres decir con eso?

—No todos somos fuertes y controlamos nuestros sentimientos como tú, —le digo honestamente, —yo me conozco, Amber, yo puedo jurarte que ni siquiera le prestaré atención, que no lo miraré, pero sé que en el momento en el que me hable, que intente algo, caeré como una idiota.

—Entonces, ¿tu gran plan es evitarlo a toda costa? —Ella bufa, —eso es imposible, todos somos amigos, te lo vas a encontrar en todos lados.

—Por lo menos por ahora, quiero tiempo para recargar mis fuerzas.

—¡Pura mierda! —Ella exclama y se sienta a mi lado en la cama, cruzando sus largas piernas, —No voy a permitir que dejes que un chico controle tu vida de ninguna forma. Si tengo que estar pegada a ti toda la noche como un cinturón de castidad, lo haré, pero vas conmigo.

Tomo una respiración profunda porque sé que no se rendirá, pierdo mi tiempo discutiendo. Sé que Amber no lo hace por mal, creo que ella, como yo, solo quiere que pueda superar a Black de una vez y por todas.

—Bien, —me pongo de pie y Amber aplaude, —pero más te vale ser mi sombra. Lo necesito por ahora mientras me acostumbro a verlo de nuevo.

Nos arreglamos y mientras me pongo un vestido floreado sin mangas, recuerdo el día que vi a Black en la universidad comunitaria:

—Hola, Black.

Black me sonríe y extiende sus brazos.

—Salúdame bien.

Le devuelvo la sonrisa y me acerco a él para abrazarlo. Black envuelve sus brazos a mi alrededor y la familiaridad de la sensación me llena de nostalgia. Él sigue siendo cálido, sigue usando esa colonia suave que se mezcla con el ligero olor a exterior que él siempre tiene de tanto andar al aire libre en su moto. Nos separamos y él toma mi rostro con ambas manos con cariño y a mi se me arruga el corazón un poco porque Dios, lo he extrañado tanto.

—¿Creciste un centímetro? —Él bromea y yo golpeo su pecho, liberándome. Black mira a Amber y da un paso hacia ella, pero ella levanta la mano.

—Ni lo pienses, —le advierte, Black aparenta entender hasta que de pronto, salta hacia ella y la agarra de la cintura para levantarla y girar con ella, —¡Black! ¡No! ¡Bájame!

Black se ríe con malicia y la baja, Amber no puede evitar reírse un poco y empujarlo.

—No has madurado ni un poco por lo que veo. —Mi amiga le dice y sacude su cabeza.

—En cambio, tú si que has madurado, por fin estás tomando decisiones sabias, —Black sostiene su propio mentón como pensativo, —¿Dejaste a Red, eh?

Amber voltea a los ojos.

—¿Por qué no me sorprende que ya lo sepas?

Black ríe un poco y mete sus manos en los bolsillos de sus vaqueros. Su mirada cae sobre mí y me pongo aún más nerviosa, me vuelvo muy consciente de que puede ver cada imperfección de mi cara bajo la luz del día. Ni siquiera me molesté en ponerme labial hoy, no me gusta maquillarme, pero de haber sabido que lo vería, me habría aplicado un corrector para las ojeras y un labial para mis pálidos labios, algo es algo. Me imaginé tantas veces como sería verlo otra vez, y en todos los escenarios de mi cabeza, yo estaba maquillada y luciendo mis mejores ropas. Por supuesto, la vida me odia y jamás permitiría que algo así pasara. Así que aquí estoy, enfrentando al chico que me vuelve loca con un moño desordenado, ojeras y el atuendo más básico del mundo.

—Tenemos que actualizarnos, —Black nos comenta antes de comenzar a alejarse caminado hacia atrás, —las veré por ahí, ¿si?

Él sonríe y me esfuerzo por devolverle la sonrisa antes de verlo desaparecer en el pasillo hacia el salón. Black lucía relajado, para nada tenso o nervioso como yo, y eso me hace sentir peor. Mientras yo muero por verlo de nuevo, él parece no sentir nada.

—¿Violet?

La voz de Amber me trae de vuelta a la realidad.

—¿Si?

—¿Qué si quieres que te maquille?

Asiento y la dejo maquillarme, recobrando una pizca de mi fortaleza.

#


BLACK

—¡Mis ojos se iluminan ante semejante vista! —Bromeo y hago una reverencia frente a la Sra. Rays quien me abre la puerta de la casa de Red. Ella sonríe y menea su cabeza.

—Red está en su cuarto. —Ella se hace a un lado y yo entro.

El aroma a comida invade toda la casa y disimulo al inhalar, la Sra. Rays cocina delicioso. Y yo no puedo recordar la última vez que tuve una comida decente, hecha en casa, con mamá sobrevivíamos a base de enlatados y comida empaquetada porque ella vive de lo que le daban los tiques de comida del gobierno. Y ahora con papá, bueno, digamos que su nueva mujer embarazada no me tiene mucho en cuenta cuando cocina solo para ellos dos. Tampoco soy un inútil, cuando puedo, me escabullo en la cocina y me cocino algo decente, pero a esa mujer no le gusta que tome comida sin permiso así que hasta eso es un problema.

Me apresuro a las escaleras cuando el Sr. Rays se asoma en la puerta de la cocina.

—¡Black! —Me llama con una sonrisa y no me queda de otra que desviarme e irlo a saludar. El olor se vuelve aún más intenso y casi puedo saborear la comida, —¡Cómo has crecido!

Y no tengo ni idea como, Sr. Rays, porque mi alimentación no ha sido la mejor. Quizás tengo buenos genes.

Hablamos un rato y hago ademán a dirigirme a las escaleras cuando la Sra. Rays me toma de la mano.

—Vamos, cena con nosotros.

De alguna forma, los padres de Red siempre han intuido que su comida es algo que disfruto mucho. Me ha delatado la desesperación con la que comí muchas veces y lo rápido que me terminaba los platos. Las primeras veces me negué, y me avergonzaba, con el pasar de los años, perdí toda vergüenza.

—¡Red! —La Sra. Rays grita, —¡A cenar!

Yo me siento al otro lado de la mesa y el Sr. Rays me pasa mi plato: Pasta con albóndigas y queso rallado, delicioso. Los padres del Sr. Rays son italianos y creo que le pasaron todos sus trucos culinarios porque no he probado una pasta más sabrosa que la de él.

—No sabía que les interesaría la feria de recaudación, —comenta el Sr. Rays mientras yo tomo la jarra y me sirvo un poco de jugo.

—No hay mucho que hacer en este pueblo. —Le digo con una sonrisa de boca cerrada, —además, Red me dijo que Amber y Violet han trabajado en la organización, tenemos que ir a apoyarlas si no, ¿quién aguanta sus quejas después?

Eso es solo el 50% de la razón por la que vamos, más que apoyo, es por protección.

—Oh, Amber, como extraño esa chica, —La Sra. Rays murmura, —tan educada, tan bonita, siempre tan bien vestida.

El Sr. Rays hace una mueca de vergüenza.

—¿Era tu novia o la de Red? —El Sr. Rays bromea, —cuando terminaron, pasaste más tiempo quejándote al respecto que el propio Red.

—Porque mi hijo es un tonto que no valora lo que dejó ir.

—Él no la dejó ir, ella lo dejó, Brandy, —El Sr. Rays la llama por su nombre con cariño, —no puedo decir que la culpo con ese carácter que tiene Red.

—¿Qué pasa con mi carácter?

Red aparece en la puerta de la cocina, terminando de ponerse una camisa negra por encima de la cabeza y me extiende su mano para saludar. La estrecho en un saludo rápido y la libero. Red me pasa por detrás para dejarse caer en la silla a mi lado.

—Tu madre siendo tu madre. —El Sr. Rays responde con un suspiro.

Red ojea a su madre, pero no dice nada y comienza a comer. Red y yo siempre hemos sido tan opuestos, yo hablo sin parar y él muy poco, de hecho, lo he molestado muchas veces cuando dice más de una oración, '¿Te sientes bien? Estás hablando mucho'. Después de comer, Red me pide que lo acompañe a su cuarto a buscar unas cosas antes de irnos. Lo observo arrodillarse al lado de su cama e indagar dentro del colchón.

—Cierra la puerta con seguro. —Me dice y lo hago.

Lo enfrento de nuevo y cruzo mis brazos sobre mi pecho a la expectativa. Red saca una pistola y le saca el cargador para revisar que esté lleno antes de empujarlo hacia dentro de nuevo.

—¿Red? —Le llamo porque necesito muchas aclaraciones, antes de irme, no había armas involucradas.

Red suspira, y guarda la pistola entre su pantalón y su espalda y se baja la camisa para ocultarla.

—Las cosas ya no son tan inocentes, Black, —me explica, —Tengo que ponerte al día pronto.

—¿Qué necesitas?

Red me ojea por un segundo.

—Lo que siempre has hecho.

Cuida mi espalda.

No necesita decirlo, tal vez por eso Red no es de muchas palabras. Es capaz de hacerse entender con facilidad sin decir mucho. Red busca su cartera, teléfono y otras cosas. Mis ojos caen sobre una mini pizarra pegada a la pared donde Red y yo solíamos anotar nuestros records en videojuegos que ahora está llena de una letra cursiva con anotaciones de apuestas entre Red y Blue. Eso me recuerda a la forma en la que Blue lo miraba en clase el otro día.

—Así que él es la razón.

—¿De qué hablas?

—Él es la razón por la que 'nada pasó' entre tú y yo, ¿eh?

Suspiro porque sé lo que tengo que hacer. Antes de irnos, tengo que preguntarlo, Red es mi hermano y ser directos y honestos entre nosotros es lo que ha mantenido nuestra amistad a pesar de todas las cosas que hemos pasado a lo largo de los años y no voy a arriesgar eso ahora. Y si, jamás revelaría lo del beso con Blue porque soy un caballero, pero si necesito asegurarme que mi mejor amigo está bien con que intente conquistarla.

—Red, —él me hace un gesto para que continúe mientras se guarda la cartera en el bolsillo trasero de sus vaqueros, yo ojeo la mini pizarra, —¿Pasa algo entre tú y Blue?

Red sigue mi mirada a la pizarra.

—¿Por qué? ¿Te gusta?

—Si, —admito y me rasco la parte de atrás de la cabeza, —y mucho.

Esa expresión fría y estoica de Red no se inmuta, no cambia y no me dice nada, esta vez no puedo entenderlo sin palabras y eso me preocupa.

—No pasa nada entre ella y yo, —me aclara, —somos buenos amigos, es todo.

—Entonces, ¿puedo...?

Red se detiene a mi lado en su camino a la puerta y pone su mano sobre mi hombro.

—Haz lo que quieras, no me importa en lo absoluto.

Aunque sus palabras son claras, y puedo conquistar a Blue, no puedo evitar sentir que algo no está bien. El tono y la expresión de Red no terminan de convencerme, pero ya he hecho mi parte en preguntar antes de hacer mi movida. Lo sigo fuera de habitación, luego escaleras abajo y a la salida. Al frente de la casa de Red, no me sorprende encontrar una camioneta negra de rines grandes, encendida, el tubo del escape soltando humo. Gray está recostado a un lado, fumando. El resto de los chicos está en el cajón de la camioneta.

—Los sigo, nos vemos allá. —Le digo, separándome de Red para dirigirme a mi moto. 


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