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Cuando los dos volvieron a la oficina del condado, Tao Mo estaba tan preocupado que se fue a su habitación sin mencionarlo.
Lao Tao había llamado a todos los sirvientes en medio de la noche y había hecho otro recuento.
Como era de esperar, había un joven sirviente que había desaparecido. Lao Tao sabía con certeza que este joven sirviente fue quien hizo la pintura de la cara de Tao Mo. Él personalmente sacó el contrato firmado por esa persona y lo tomó en sus brazos.
Al día siguiente, Lao Tao llamó a la puerta de Tao Mo temprano en la mañana, pero cuando vio que ya estaba levantado, le preguntó: "¿Por qué te levantaste temprano?"
Tao Mo respondió: "Voy a salir a visitar a un amigo".
"¿Podría ser el joven maestro Lu?" Eran nuevos en este lugar, y solo lograron hacerse amigos con dificultad este Lu Zhenxue mientras tomaban el té.
Tao Mo respondió: "No, quiero visitar al Sr. Yichui".
Lao Tao se sorprendió y luego dijo con alegría: "Joven maestro, usted realmente tiene los mismos pensamientos que yo".
Tao Mo se quedó perplejo: "¿Cómo es que también quieres..."
"El Sr. Yichui y el Sr. Lin Zhengyong son personas muy conocidas en la región, deberíamos visitarlos". Sabía que era difícil para un dragón fuerte aplastar una serpiente. A menudo hay personas con fuertes antecedentes en la oficialidad que se han convertido en funcionarios en el área local, lo que demuestra la importancia de las conexiones locales. La experiencia de anoche en Ming Cui hizo que Lao Tao se diera cuenta de lo poderosos que son los litigantes locales, no sólo sonriendo y orgullosos en la corte pública, sino que incluso la gente común se siente muy feliz y admirada. La gente así, nunca se debería ofender.
"Siendo así, preparemos dos regalos para la partida", Tao Mo instó.
Lao Tao: "Espera un momento. ¿Qué clase de regalo quiere comprar el joven maestro?"
¿Cómo podría solo una frase confundir a Tao Mo?
Lo pensó y respondió: "Antes, eras tú quien preparaba los regalos para los amigos de mi padre en el campo de los negocios. Nunca cometiste un error. Ahora, puedes hacerlo como antes".
Lao Tao respondió: "Joven maestro, me elogias demasiado. Durante esos días, cada vez que el viejo maestro me envíaba a preparar regalos, él preguntaba de antemano las preferencias de la otra persona para que yo pueda atender sus gustos. Sin embargo, ahora no sé nada sobre el Sr. Yichui y el Sr. Lin Zhengyong".
Lao Tao vio que la expresión de Tao Mo se suavizó, por lo que continuó: "Un regalo puede ser grande o pequeño. Si el regalo se considera pequeño, la gente no lo considerará ni lo descuidará. Si el regalo se considera grande, violará el tabú y de repente puede convertirlos en enemigos".
Tao Mo se sorprendió al escuchar: "¿Cómo puedo averiguarlo?"
"Son celebridades locales, y la gente debería conocerlos". Lao Tao dijo: "Pero la gente común sólo sabe una cosa, no la otra, y aunque la sepa, puede que no lo sepa todo. Creo que sería mejor para ti contratar a un maestro local, y con un maestro local a mano para darte consejos, podrás arreglártelas como un pez en el agua".
Tao Mo: "Bueno, esa es una buena idea. Sin embargo, no sé si queda suficiente dinero".
Lao Tao lo calmó: "No se preocupe, joven maestro. Estoy seguro de que sé cuánto dinero tengo y dónde gastarlo, nunca dejaré a la familia sin arroz para cocinar".
Tao Mo asintió: "Entonces por favor, adelante".
"Joven maestro, es posible que haya escuchado la historia de las tres llamadas en la cabaña con techo de paja". ¹
"Sí, lo he escuchado". Tao Mo entendió su intención: "¿A quién quieres que le pregunte?"
"Secretario Jin".
Tao Mo estaba estupefacto: "¿No es que no está dispuesto a hacerlo?"
Lao Tao: "He oído que este secretario Jin es muy famoso en la región. Ha estado con tres magistrados antes y después, y tiene mucha experiencia."
Tao Mo: "Entonces, ¿por qué no se quedó para ayudarme?"
Lao Tao respondió: "Algunos dicen que el secretario Jin también fue un famoso litigante, pero perdió en una disputa verbal con el Sr. Lin Zhengyong, lo que lo llevó a ocupar el puesto. Sin embargo, nunca menospreciaba la arrogancia de un erudito y la astucia de un litigante. Joven maestro, si quiere pedirle que ocupe el puesto, debe preguntarle amablemente".
Tao Mo suspiró: "¿Entonces es realmente tan complicado?"
"Las cosas de los magistrados y del pueblo son mil veces más triviales. Si realmente quieres ser un buen funcionario, debes aprender a hacer todo por ti mismo y conocer las raíces de todo. Sólo así podremos estar a la altura de la confianza de la corte y el amor del pueblo."
Tao Mo se rio amargamente: "¿Decepción? Me temo que no tengo ni la confianza de la corte ni el amor del pueblo, así que ¿Cómo puedo estar a la altura?"
"Si no lo tienes, entonces avanza hacia lograrlo". Lao Tao sabía que había persuadido a Tao Mo. Inmediatamente ordenó a Hao Guozi que preparara el palanquín.
El magistrado del condado tenía su propio palanquín oficial, pero no había hombres de palanquín. Debido a esto, Lao Tao tuvo que elegir a varios hombres jóvenes y fuertes de estatura similar de los sirvientes recién contratados.
Sin embargo, para levantar el palanquín, uno debe tener el conocimiento de levantar el palanquín.
Uno podría decir cuál era un novato y cuál un experto.
La casa del secretario Jin estaba a solo dos cuadras de la oficina del condado. No estaba muy lejos. Sin embargo, cuando Tao Mo bajó del palanquín, fue como si se hubiera sentado en el palanquín durante todo un año, no sólo su cara estaba pálida, sino que sus piernas estaban tan débiles que ni siquiera podía ponerse de pie.
"¿Joven maestro?" Hao Guozi lo apoyó con ambas manos. Sus ojos estaban llenos de preocupación.
Lao Tao fue a transmitir el mensaje, pero se enteró de que el secretario Jin fue a unirse a una reunión de observación de nieve.
Había muchos litigantes y literatos en el condado de Tanyang, y naturalmente hay muchas reuniones.
Lao Tao pensó que aún podían encontrarse con el Sr. Lin Zhengyong y el Sr. Yichui en la reunión. Sería como hacer más de un golpe. Poco después, inmediatamente les pidieron a los hombres que los llevaran a la reunión de observación de nieve en la Academia Tai'an.
Hablando de la Academia Tai'an, también fue muy famosa en la localidad. Muchos de los estudiantes confucianos del condado se graduaron de la Academia Tai'an antes.
Cuando Tao Mo llegó, las puertas estaban abiertas.
Desde la puerta, pudo ver que el interior daba a un campo de nieve. No sabía quién escribió el carácter extravagante para la palabra 'Nieve', pero era muy adecuado para la escena.
Hao Guozi transmitió el mensaje y el portero fue a informar inmediatamente.
Cuando Tao Mo entró al jardín, el director de la Academia Tai'an lo recibió personalmente para saludarlo.
"Maestro Tao, no esperaba que vinieras en persona. Por favor, discúlpeme por no haber salido a su encuentro antes." El director tendría unos cincuenta años pero estaba bien conservado y su rostro brillaba de salud.
Tao Mo respondió a su saludo: "Gracias por su hospitalidad".
El director no quería dar aires oficiales. Era como un hombre promedio de las generaciones más jóvenes. Asintió en secreto y dijo: "Sucede que muchos escribas locales han venido hoy a la academia para apreciar la nieve y escribir poemas, así que si no te importa ser demasiado humilde, ¿por qué no te unes a ellos?"
"Siento mucho molestarte". Tao Mo tampoco se negó y fue al jardín solo.
De hecho, ya no había podido contenerse. Hace un momento, cuando entró al jardín, vio a Gu She sentado en el pabellón central.
Gu She era deslumbrante como la luna. Había mucha gente sentada a su lado, todos y cada uno de ellos lo rodearon con sus sonrisas llenas, y debido a esto, Tao Mo estuvo tentado de seguir mirándolo.
El director lo vio caminar hacia el pabellón central sin mirar a un lado. Él rápidamente dijo: "Su Excelencia, ¿tiene frío?"
"No tengo frio." Aunque Tao Mo no quería, aún se detuvo.
El director dijo: "Aunque el pabellón está cubierto, gotea y entra viento por todos lados y no te mantiene caliente. Su Excelencia ¿no es mejor para usted sentarse en el pasillo?"
Tao Mo respondió: "No hay necesidad de ir al pasillo. Solo puedo ver la nieve en el pabellón central ".
El director pensó para sí mismo que todas las personas que estaban sentadas en el pabellón central eran litigantes. Usualmente detestaban al magistrado del condado y que si iba allí, se avergonzaría de sí mismo.
Tao Mo pudo conocer sus intenciones, pero cuando estaba a punto de seguir adelante, Lao Tao bloqueó su camino casualmente cuando dijo: "Joven maestro, el secretario Jin está por allí".
Miró a la mano de Lao Tao, y como no podía ser de otra manera, el secretario Jin estaba sentado en un banco de piedra con un abrigo de algodón azul oscuro, bebiendo un pequeño vaso de vino y riéndose con alguien.
Tao Mo miró el pabellón que estaba cerca de él, luchando en su corazón, y finalmente levantó su pie hacia el banco de piedra.
Desde el momento en que entró, la gente del jardín escuchó sus movimientos con los oídos abiertos, y ahora cuando lo vieron caminar hacia el banco de piedra, todos giraron el cuello para mirar.
El secretario Jin parecía haber sabido que él vendría. Se sentó en el taburete de piedra mientras curvaba sus manos superficialmente y saludaba a Tao Mo: "¿Está el magistrado del condado en buenas condiciones?"
Tao Mo suspiró: "No es bueno, no es bueno en absoluto".
El secretario Jin lo miró con recelo. "¿Podría ser que cometí algunos errores?"
Tao Mo respondió: "No tengo un secretario. Secretario Jin, ¿estaría dispuesto a condescender y tomar el cargo?"
El secretario Jin respondió: "Soy viejo y débil. Ya no soy bueno para el puesto".
Tao Mo continuó suspirando: "Así que no soy bueno en absoluto".
Los que estaban fascinados al escuchar su conversación se calmaron y escucharon con atención.
Secretario Jin: "Este condado tiene una gran cantidad de personas talentosas. Si quieres un secretario, será tan fácil como girar la mano. Magistrado del condado, ¿por qué debería preocuparse?"
Tao Mo extendió la palma de su mano, la giró y miró al secretario Jin.
El secretario Jin también lo miró.
Después de un tiempo, Tao Mo dijo: "La he girado".
"..."
"Entonces, me seguirás, ¿verdad?" Tao Mo dijo con seriedad.
El secretario Jin frunció ligeramente los labios. Aunque no quería admitirlo, esta situación ahora era de hecho algo así como... cortejar a una mujer. "Magistrado del condado, ¿por qué eres tan persistente?"
Tao Mo pensó por un momento y luego respondió: "Recuerdo que hay un dicho famoso".
"¿Oh? ¿Cuál dicho?"
Tao Mo murmuró en su boca una vez, luego dijo con confianza: "Aunque el río Ruo tiene tres mil li de largo, uno solo bebe un cucharón de agua". ²
Secretario Jin: "..." Si hubiera sabido de esto antes, lo hubiese esperado en casa.
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¹ Se refiere a una leyenda, que la gente usa para describir a las personas que invitan y piden a alguien con toda sinceridad y entusiasmo.
² 弱水三千，我只取一瓢飲之, es un modismo que significa 'hay tantos amantes potenciales para elegir, pero solo eliges uno entre esos amantes potenciales'
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Tao Mo es definitivamente un bebé precioso jajaj