[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AM...

By desirealba

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La granja West no era dónde las hermanas Haley planeaban pasar un caluroso verano. Su madre había conocido al... More

PRIMERA PARTE
1. Bambi
2. Leo
3. Bambi
4. Leo
5. Bambi
6. Leo
7. Bambi
8. Leo
9. Bambi
10. Leo
11; Bambi
12; Leo
13; Bambi
14; Leo
15; Bambi
16; Leo
17; Bambi
18; Leo
19; Bambi
20; Leo
21; Bambi
23; Bambi
24; Leo
25; Bambi
26; Leo
27; Bambi
28; Leo
29; Bambi
30; Leo
31; Bambi
32; Leo
33; Bambi
34; Leo
35; Bambi
SEGUNDA PARTE
1; Leo
Me tienes, B.
2; Bambi
3; Leo
4; Bambi
5; Leo
6; Bambi
7; Leo
8; Bambi
9; Leo
10; Bambi
11; Leo
12; Bambi
13; Leo
14; Bambi
15; Leo
16; Bambi
17; Leo
18; Bambi
19; Leo
20; Bambi
21; Leo
22; Bambi
23; Leo
24; Bambi
25; Leo
Epílogo; Bambi.
Historia de Diego West.
RAMÉ EN FÍSICO

22; Leo

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By desirealba

Esᴛᴀ́ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Dᴜsᴛɪɴ Lʏɴᴄʜ ﹣ Rɪᴅɪɴ· ʀᴏᴀᴅs

El cielo está oscuro a pesar de que hace bochorno. Sé que una lluvia de verano se acerca, se huele en el ambiente aunque tenga el perfume de Bambi alrededor de mí.

Hemos estado trabajando todo el día y necesito un poco de descanso, ella también. Se esfuerza en lo que hace y es de gran ayuda.

— Va a llover —le digo.

— Ya, el cielo está negro —la miro y la veo hacer una mueca.

— ¿Te gusta la lluvia, B?

— Sí —pone los brazos tras su espalda y me mira con una sonrisa en los labios—. Me relaja, ¿y a ti?

— Cuando estoy en casa viendo la televisión, sí.

— Y comiendo dulces. Necesito un poco de chocolate, Leo. Algo dulce. No me quejo de la comida de Betty, cocina muy bien, gracias a Dios —murmura en voz baja—, pero necesito comer porquerías, el cuerpo me lo pide.

— ¿Te lo pide el cuerpo? —Sonrío— Conseguiremos dulces entonces —empiezan a caerme pequeñas gotas.

— Ya está chispeando —informa—. Anda, si hay ahí una cabra.

Me señala con su delicado dedo la verja y niego con la cabeza. Vacío la carretilla y la dejo a un lado para ir a sacar a Lola otra vez de allí.

— ¿Qué le pasa a la cabra con el alambre? —Bambi suelta una risita mientras me sigue.

— Siempre ha sido así —llego a ella y con un poco de dificultad, consigo sacarle la cabeza de ahí.

— Y ahora se va, tan feliz —observa Bambi mientras Lola se va—. ¿No deberíamos meterla en el corral?

— Déjala, volverá aquí.

— Tiene una especie de relación tóxica con el alambre —suelta una risita.

— ¿Quieres ser su psicóloga? —Le pregunto divertido.

Ella me mira y rueda los ojos. Sonrío un poco y la sigo. Empieza a llover, pero no nos da tregua a llegar a ningún lado. Estamos lejos de la cabaña y Bambi empieza a correr porque está empezando a llover más fuerte.

Sonrío y miro hacia arriba, las gotas caen mi rostro y paso una mano por mi pelo. Corro detrás de Bambi y pongo mi mano alrededor de su brazo para tirar de ella. Me mira, frunciendo el ceño y corro en dirección contraria.

— ¿Dónde vamos? —Pregunta a mi espalda.

Me acerco al trigal y tiro de ella hasta estar dentro. Me giro y pongo mis manos en sus mejillas para besarla. Es el momento en el que nadie puede vernos porque todo el mundo estará en casa.

He estado buscando un maldito momento para estar a solas con ella y el tiempo se ha puesto de mi parte. Ella pone sus manos en mis hombros y se aparta un poco con una sonrisa en su rostro. Estamos empapados pero nos da igual, o por lo menos a mí.

— Estás loco —dice riendo.

Estoy loco por ella. No puedo creer que en tan poco tiempo sienta esto por alguien. No he querido amarrarme a nadie porque mi meta es el FBI y no puedo ir con paquete.

Sueno frío, pero si entro en la academia y apruebo, me mandarán a cualquier sitio. ¿Cómo se lleva una relación así a distancia? Es imposible.

Pero sorprendentemente, quiero intentarlo con ella porque siento, en serio, que es la indicada. ¿Por qué? No lo sé, me sonrió y me fui a la mierda.

Joder, yo no soy de los que se enamora, pero esa pequeña chica con un sueño más grande que ella ha robado mi corazón y no quiero que me lo devuelva.

— Eres tan alto... —Murmura poniéndose de puntillas para llegar a mis labios. No llega y sonrío abiertamente.

— No tengo ningún problema en agacharme un poco más —paso mi lengua por sus labios y me separo de ella.

La lluvia le molesta porque mira hacia arriba, hacia mí, la atraigo a mis brazos y la estrecho entre ellos porque no queda mucho para volver a la realidad y no sé cómo vamos a afrontarlo.

Me siento como en una burbuja y sé que va a estallarse de un momento a otro.

Salgo con ella del trigal y corremos a los establos, que es lo que está más cerca. Abro la puerta y entramos. Bambi pone los dedos alrededor de su pelo y lo exprime para quitar el agua que se acumula en él.

Lleva una camiseta mía puesta y se le pega a su cuerpo. No me puedo creer que la he tenido casi desnuda encima de mí. Tampoco me puedo creer que nadie la haya tocado antes, que yo sea el primero. Su cuerpo incita a pecar, y esa sonrisa picarona que pone a veces también.

Le hago una seña para que me siga y ella lo hace. Al final del establo, a ambos lados, ponemos las herramientas y demás, pero hay un hueco para poder sentarse.

Un hueco con un poco de paja y algunos barreños en la esquina. Me siento y me apoyo en la pared, sacando el paquete de cigarrillos mojado de mis pantalones.

— ¿En serio?

Bambi se sienta a mi lado, pongo un cigarrillo mojado en mi boca y la miro con una sonrisa en mis labios.

— Leo, está mojado, no va a encender.

Tiro la caja de cigarrillos e intento encenderlo, fracasando. Me río y tiro el cigarrillo al suelo.

— Está bien, no enciende.

— Claro que no enciende —recuesta su cabeza en la pared y me mira.

— Por supuesto, eres ingeniera de naves espaciales.

— ¿Y qué tiene que ver? El agua y el fuego no son compatibles.

Muerdo mi labio inferior y la miro. ¿Se siente ella como yo?

— Nunca había besado a alguien bajo la lluvia —le digo.

Ella me mira y puedo ver una pizza de brillo en su mirada. Levanta una de las comisuras de su labio y deja de mirarme.

— Yo tampoco.

— ¿Dónde fue tu primer beso, B? —Juego con el cigarrillo en mis manos.

— En la calle —responde.

— Tuvo que ser muy afortunado ese chico —intento volver a encender el cigarrillo.

— Sí, eso espero. ¿Y el tuyo?

— Jugando a verdad o atrevimiento con quince años. Esa chica me metió la lengua hasta la campanilla, nunca lo olvidaré.

Ella se ríe y me quita el cigarrillo de la boca. Junto mis labios en una fina línea y observo como ella pasa sus dedos a lo largo del cigarrillo.

— ¿Tan larga tenía la lengua?

— Una de las más largas que he visto.

Ella sonríe, tímida y vuelve a mirar el cigarrillo mientras yo la observo. Nunca se le pregunta alguien por qué nunca se ha acostado con nadie, aunque no lo entiendas, como me pasa a mí ahora mismo.

— Eres caliente como el infierno, sensual B. Tendrás a todos los chicos babeando por ti en Princeton.

Bambi me mira asombrada por mis palabras y después se ríe. Se pone de rodillas y coloca el cigarrillo en mi oreja.

— Dudo que los chicos de Princeton se hayan dado cuenta de que existo.

— Te aseguro que sí, B —cojo un mechón de pelo mojado y juego con él.

— ¿Cómo de unido estás con Diego? —Quiere saber— ¿Es cierto eso de la conexión entre gemelos?

Chasqueo la lengua y suelto su pelo. Palmeo mi pierna y ella me mira indecisa.

— Vamos —la animo—, me gustaría besarte después de responderte.

Ella, con cuidado, se pone encima de mí y pasa una mano por mi pelo, echando hacia atrás mi flequillo.

— Sí, hay una especie de conexión. No sé lo que él está pensando, si te refieres a eso —digo haciendo que sonría un poco— Pero hay algo.

— ¿No sabes definir ese "algo"?

— No, aunque bueno, tampoco somos tan parecidos. Yo soy más guapo.

Bambi echa su cabeza hacia atrás y suelta una carcajada haciendo que yo sonría.

— ¡Sois iguales! Solo se os diferencia por los ojos y el pelo, que lo lleváis diferente.

— Pero yo soy más guapo, si comparas nuestra igualdad.

Rueda los ojos y ella saca la lengua sorprendiéndome.

— ¿Yo tengo la lengua larga?

— Deja que lo compruebe.

Pongo mi mano en su cuello y la acerco a mí para besarla, poniendo mi lengua en juego desde el primer momento. Su caliente lengua juega con la mía y ella se ríe en mi beso cuando abro más la boca.

— Vas a devorarme —se ríe.

— A lo mejor es lo que quiero —dejo un pequeño beso en sus labios.

— ¿Cómo es mi lengua?

— Perfecta mientras no me llegue a la campanilla, no es algo agradable.

Bambi se ríe cerca de mis labios y pongo mis manos en sus caderas porque no necesito acercarla a mí, está lo cerca que quiero. 

— ¿Hoy hemos quedado con tus amigos? —Pregunta.

— Si sigue lloviendo lo cancelaremos para mañana. Por cierto, creo que la cabaña tiene goteras.

— Oh, genial —murmura cuando dejo pequeños besos en su mandíbula.

Tengo las hormonas revolucionadas con ella. No sé qué mierda me pasa. No tengo diecisiete año y no hace tanto que estuve con una chica para estar así de desesperado.

Llevo mis labios a su cuello y ella aparta su pelo para que sea más fácil. Cuando escucho un pequeño jadeo escapar de entre sus labios. Clavo mis dedos en su cintura y dejo de besarla, echando mi cabeza sobre la pared de nuevo.

— Tienes que hacer que me controle, B. No es bonito que la primera vez de alguien sea en un establo.

Sus mejillas se tornan rojizas y sonrío de lado.

— Entonces debería bajarme, ¿no?

— Sí, dulce B, debes bajarte —susurro. Fui yo quien le dijo que se pusiera encima y odio tener que decirle que se baje por mi autocontrol.

— ¿Cuándo vamos a ir otra vez a la casa árbol? —Es una experta en cambiar de tema.

— Cuando quieras, buscaré un hueco. ¿Tienes algún secreto que contarme ya?

— Hmmm... Tenía uno, pero lo descubriste.

— Oh... —Sonrío y cierro los ojos— Podremos ir a comer dulces allí a pesar de que no tengas un secreto.

— ¿Hasta ese entonces no me contarás el tuyo?

— Un secreto por un secreto, ese es el trato, B.

••

😍😍😍😍😍

Solo puedo poner eso. Estoy así todo el tiempo porque Leo es el chico de mis sueños. Acabo de crearlo en esta historia y quiero sacarlo para que pase la cuarentena conmigo.

Pronto más y mejor.

El verano se acaba, no queda nada de nada de nada.

Aunque no lo hablen, los dos lo tienen en la cabeza.

Tengo un Instagram dónde pongo adelantos y subo fotitos con textos de Ramé: @redmoonlightx

También hay una playlist en Spotify con todas las canciones de los capítulos para que las escuchéis mientras leéis.

Espero que os haya gustado. Recordad que va por escenas este libro.

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