Al salir de la habitación ajena suspiró, era tal vez el milésimo suspiro que dejaba escapar en el día y es que la situación no podía ser peor; Shoto le había dicho que no necesitaban ser amigos, que podían volver a tratarse como al inicio, es decir a no tratarse en lo absoluto.
¿Cómo podría aceptar algo así?
Si Todoroki creía que eso era lo mejor estaba equivocado.
Sí, ahora comprendía un poco mejor al más alto y lo peor es que ahora se encontraba mucho más enamorado, porque sí, Shoto era una persona amable. Se preocupaba tanto por otros que era incapaz de pensar en sus propias emociones.
Katsuki caminaba de regreso a su habitación mientras repasaba lo sucedido en la habitación del mayor, se sentía destrozado, pero también liviano, como si la gran mochila emocional que había estado llevando a cuestas por fin se hubiera vaciado.
No, las cosas no se dieron como él lo había esperado y aún así sonreía al recordar como Shoto no había querido soltarlo ni romper el abrazo, lo recordaba disculpándose una y otra vez y asegurándole que daría todo de sí por ser un buen amigo y no molestarlo.
¡Qué tontería! Él nunca podría molestarlo.
Recordaba también como habían vuelto a recostarse sobre el futón para hablar de muchas tonterías como si realmente fuesen los mejores amigos.
Por su mente aparecían todas las escenas vividas durante aquel día y vaya que habían transitado muchas emociones, rememoró las risas, el júbilo y la emoción del concierto, los obsequios en la habitación de Shoto, el rostro pacífico de este al dormir. Era gracioso, habían terminado por pasar todo el día juntos y el desgaste había hecho que el mayor acabara por dormirse una vez que lograron calmarse y establecer la paz entre ambos.
El tiempo volvía transcurrir con naturalidad, Bakugo ya no corría detrás de Shoto desesperado por obtener un poco de su atención. Ahora se los podía ver a ambos intercambiar saludos, caminar a la par en los pasillos e incluso a veces se reunían para comer.
Dos semanas habían pasado desde que el singular dúo parecía llevarse mejor que de costumbre.
El bakusquad estaba triste porque su amigo no había logrado obtener el amor de la persona que quería y los amigos de Shoto estaban confundidos por el nuevo vínculo de su amigo, sin embargo lo más importante para ellos era ver a su amigo feliz y así se lo percibía así que nadie mencionaba nada al respecto, ni siquiera cuando Todoroki se entusiasmaba al contar alguna anécdota que involucraba al muchacho explosivo o cuando notaban que ambos se quedaban mirando durante las horas de clases, ni que decir cuando les tocaba entrenar con algún compañero e inmediatamente ambos se buscaban para formar aquella dupla imparable que dejaba en desventaja al equipo que le tocara ser su oponente.
- Bakubro ¿Quieres ir al centro comercial con nosotros?
Cuestionaba como siempre, un sonriente y animado Kirishima mientras el resto de los amigos esperaban una respuesta recargándose unos sobre otros.
- No.
- ¿Por qué no? ¡Será divertido!
Se quejaba Mina ante la negativa del contrario.
El resto del bakusquad ya se encontraba reprochando cuando repararon en la presencia de Todoroki asomando en la puerta.
- ¿Tienes cosas que hacer con tus amigos? Podemos reunirnos en otro momento.
Mencionó el susodicho y en ese instante lo comprendieron, Katsuki guardaba como un demente los útiles dentro de su mochila porque ya tenía planes con alguien más y ese alguien era demasiado importante como para cancelarle e ir a pasear con ellos.
El grupo de amigos intercambió miradas esperanzadoras, mientras Bakugo terminaba de acomodar la mochila sobre sus hombros y salía maldiciendo al contrario por pensar que lo dejaría plantado.
Quizás no todo estaba perdido.
- Te dije que iría y es porque iré, no saques conclusiones apresuradas estúpido dos caras.
- Lo sé, pero pienso que de igual manera podrías haber salido con tus amigos.
- ¿No que tú y yo somos amigos?
- Claro que lo somos.
- Entonces eso hago. Me quedo con mi amigo.
Cuánto le costaba pronunciar aquellas palabras y cuanto le llenaba el alma ver el asentimiento y la sonrisa de Shoto al escucharlo llamarse su amigo. Era una especie de placer masoquista que disfrutaba y repudiaba de la misma manera, así era su día a día con Shoto, una contrariedad viviente justo como él.
Llegaron a la habitación de Todoroki, era una de las costumbres que habían incorporado. Ellos se reunían allí luego de sus clases y se la pasaban hablando horas el uno del otro, conociéndose, descubriéndose, disfrutando de su compañía y de la música que siempre los acompañaba.
- Muy bien, mi buen amigo hoy oiremos mi disco favorito.
Shoto parecía animado, lo cierto era que a Bakugo no le encantaba la música que oía el contrario porque era una mezcla grotesca de estilos que rozaban desde el metal sinfónico al rock cutre de garage que según su percepción se oía a mucho ruído y poco talento, pero Todoroki parecía feliz oyendo ese tipo de música que a él le destrozaba los oídos.
- Yo no entiendo porqué te molestan mis gritos pero no los de ellos.
- Porqué lo de ellos es artístico, lo tuyo es simple y pura histeria y eso me saca de quicio.
Ambos rieron mientras de fondo se oía Hyena de la banda The Gazette.
Había algunos paquetes de golosinas en el centro del futón, que como se les había hecho costumbre, solían compartir para conversar. Ambos se sentaban allí durante horas para hablar de cosas tan burdas como de las más profundas, como la infancia de Shoto, de los hermanos de este, de los sentimientos confusos que lo embargaban al pensar en Enji, de lo mucho que amaba a su madre y luego estaban los relatos de Bakugo, su vieja bruja regañándolo, su vida simple pero feliz. Tan distinta a la turbulenta infancia del joven que lo contemplaba fascinado al oír sobre sus viajes o paseos familiares.
La familia Todoroki jamás había hecho ese tipo de cosas, cada vez que Shoto hablaba sobre su pasado, Bakugo sentía unas terribles ganas de ir a patear a Enji hasta matarlo, aunque luego el joven bicolor volvía a destacar el hecho de que a pesar de todo su padre era un gran héroe y admiraba su fortaleza y sus repentinas ganas de convertirse en alguien mejor.
Shoto era alguien demasiado bueno.
- Cuéntame... ¿Quién fue tu primer beso?
- ¿Eh? ¿Para qué quieres saber eso?
- No sé, Mina siempre hace ese tipo de preguntas y solo, bueno ya no sé de qué más hablar.
Shoto pensaba que Bakugo era un descarado por hacer ese tipo de preguntas ¿En serio tenía que preguntar algo tan vergonzoso?
- Responde tú primero.
- Ok... Mi primer beso fue a los doce con una compañera de preparatoria.
El muchachos de cabellos bicolor lo contempló sorprendido, pero sin embargo lo incitó a continuar. Quería saber que había sucedido con la chica, si Bakugo había salido con ella, si al igual que lo había hecho con él había cortejado a la joven hasta enamorarla.
Por su parte Katsuki no creía que hubiera mucho más por añadir, solo había sido un estúpido beso sin significado alguno, pero la estúpida expresión curiosa del dos caras le daba a entender que el contrario quería que se explayara un poco más y por supuesto él satisfacería los deseos de su amado amigo.
- No fue la gran cosa, ella solo se me confesó y me besó pero la rechacé y nada más ocurrió. Ahora te toca a ti.
Todoroki parecía algo decepcionado de la brevedad del relato, sin embargo acatando la regla implícita de que habiendo respondido Katsuki él no podía librarse de confesar, habló. Aunque de hecho fue bastante vergonzoso revelar la verdad.
- Oh... El mío fue hace un par de meses.
El rubio, quién se hallaba comiendo algún snack se ahogó y comenzó a golpear su pecho con violencia mientras sus ojos se abrían en demasía y miraba alterado al recientemente confesado.
¡¿Quién carajos había besado a Shoto?! ¿Cuándo? ¿Por qué? No esperaba esa respuesta ¿Hace meses? Estaba a punto de morirse porque esa maldita papa parecía incapaz de pasar por su garganta y seguir su recorrido ¿O era un nudo en la garganta? Shoto lo contemplaba preocupado mientras le ofrecía algo para beber e intentaba calmarlo.
¡¿Cómo mierda se suponía que estuviera tranquilo?! Habían besado a su NO-novio en sus narices y él ni cuenta se había dado.
- ¿Quién?
Pronunció en un murmullo desgarrado por la toz reciente.
- ¿Quién qué?
Cuestionaba Todoroki un tanto confundido.
- ¿Quién mierda te besó? ¿Qué bastardo o bastarda te hizo algo así?
- Tú
Ambos se miraban, Katsuki estaba como perdido, demasiado ido para procesar lo dicho. Shoto en cambio estaba a punto de reír por la rara expresión que adornaba ahora el gesto contrario.
Cuando Bakugo se recompuso solo pudo sonreír como estúpido, o sea él había sido el primer beso de Shoto. Tendría que haberlo supuesto, pero con los nervios se le había olvidado aquel hecho, además ese beso fue un desastre y él había actuado como un puto imbécil.
La sonrisa se había esfumado, ahora mismo se sentía avergonzado. Se dejó caer sobre la cama y cubriéndose la cara con ambas manos pronunció la oración más simple e inesperada.
- Perdón.
El mitad albino se conmovió, jamás creyó que podría oír al menor disculpándose por algo y sin embargo allí estaba haciéndolo. Sin poder evitarlo comenzó a reír mientras negaba.
- Está bien... Ahora pienso que no fue tan malo.
- ¿No lo fue?
¿Había oído bien? ¿Acaso Shoto estaba diciendo que le gustó su beso? No, de hecho no lo estaba diciendo, pero si no fue tan malo ¿Entonces que fue? ¿Por qué ahora no era malo? Parecía haber sido lo suficientemente malo en su momento. ¡Maldición se estaba ilusionando como un idiota!
- Quiero decir... Sí me sorprendió. ¿Yo quería eso? No. Pero pasó.
Bien, no era la respuesta que esperaba ni la que quería, ni se oía bien. Hubiera preferido que Shoto hubiera dicho que le daba asco su beso y su persona. Al parecer ambas cosas valían tan poco como para ser algo que simplemente "pasó".
- No sé como lo haces, pero tus palabras siempre son devastadoras.
- ¿Qué? No. ¿Por qué? No es esa mi intención.
- Mira yo sé bien que fue un beso patético y horrible, pero no puedes decir que es algo que solo pasó. Es como si no fuera importante.
- ¿Qué puedo decir?
- ¡No sé! ¿Lo odiaste? ¿Te dio asco? ¿Querías golpearme?
- Sí quería golpearte, pero no me dio asco y tampoco siento que lo haya odiado solo...
- No digas que solo pasó o te golpearé.
- Solo no fue tan malo.
- ¿Y qué demonios significa no tan malo?
- No sé... ¿Qué podría haber sido peor?
El silencio reinó en la habitación, Todoroki observaba con duda al rubio y este solo se avalanzó sobre el mitad albino. Su intención era besarlo pero decidió que era mejor no hacerlo, así que por excusa deliberó robarle el paquete de gomitas ácidas que el mitad albino tan celosamente resguardaba.
Shoto se vio sorprendido por el repentino "ataque", no sabía bien que esperar pero temió que pudiese tratarse de alguno de los comportamientos melosos de Bakugo, aunque estos habían cesado por completo cuando decidieron ser solo amigos, sin embargo allí se hallaba avergonzado al corroborar que había malentendido las intenciones ajenas porque cuando el más bajo se situó encima suyo, por inercia cerró sus ojos y cuando los abrió decubrió que el contrario solo le había quitado sus golosinas.
Algo agitado se recompuso y volvió a tomar asiento pretendiendo que nada había sucedido.
- ¿Estás decepcionado bastardo?
- Yo no ¿Por qué?
- Parecías esperar otra cosa.
Sí, Katsuki había podido apreciar como Shoto parecía encojerse en el lugar y como casi resignado se dejaba llevar ante su impulsivo movimiento. Le pareció verlo ceder y cerrar sus ojos, la verdad no estaba seguro pero el naciente rubor en las mejillas del más alto le daban a entender que las cosas se habían prestado a confusión.
- Para nada...
Aseguraba el joven de quirk dual al tiempo que estiraba su mano y simulaba serenidad mientras intentaba recuperar el paquete de gomitas que le había sido arrebatado.
Bakugo decidió jugar con él impidiéndole recuperar sus dulces. Cada manotazo que daba el mayor era evitado por el menor que cambiaba de posición la golosina.
La aparente lucha infantil era más complicada de lo que se veía porqué ambos tenían excelentes reflejos, sin embargo Katsuki iba ganando pues molestaba con sus palabras al contrario.
- ¡Las quieres! No puedes tomarlas.
Casi parecía estar empleando un tono melodioso al decir aquello, claramente se mofaba de Shoto y celebraba su victoria moviendo su mano de igual manera para impedir que Todoroki alcanzase el paquete de gomitas.
No supo en que momento, no supo porqué lo hizo, solo supo que cuando quiso darse cuenta ya estaba hecho.
Mientras seguían concentrados en su juego, Bakugo aprovecho el acercamiento ajeno para acercar su rostro al del más alto y robarle un beso.
El juego se detuvo al instante, apenas había sido un leve contacto. Ninguno de los dos dijo nada, simplemente se apartaron, uno de ellos avergonzado, el otro arrepentido y emocionado.