Mi Alfa Vikingo.

By httops

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PRIMER LIBRO. El segundo lo pueden encontrar como "Renacer Vikingo" en mi perfil. Si tener un alfa es difícil... More

PRESENTACIÓN DE PERSONAJES.
PRESENTACIÓN DE PERSONAJES. 2
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Final.
Epílogo.
Nueva fic.
Segunda temporada.

Capítulo 34.

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By httops

Tres días parecieron un martirio casi interminable.

Ragnar se había dedicado a ignorarle a tal punto que siquiera le dirigía la palabra.

Aquél alfa con orgullo quebrantado no había encontrado más remedio que negarse a compartir diálogo alguno con su omega.

Sentía que si llegaba a acercarse a él no podría controlarse y terminaría cometiendo todos los errores que rondaban en su mente y que probablemente  se arrepentiría luego.

Fue cuando llegaron a tierra que las cosas cambiaron. Con Ubbe en brazos lo primero que hizo fue ordenar a los guardias que estaban en el puerto que llevasen a su omega a su casa, demandando vigilancia completa del perímetro.

A pasos agigantados y con su cachorro durmiendo con la cabeza apoyada en su pecho, se dirigió al salón principal, donde se suponía que debía de estar su hermano a esa hora del día ya que era momento de negociación con los comerciantes.

Allí lo vió, con una sonrisa despampanante en su rostro, siendo acompañado de los mismos granjeros de siempre.

Cuando el castaño le vió frunció su ceño, confundido ante la temprana llegada de su hermano.

Se disculpó con los hombres y les ordenó retirarse, quedando a solas con el rey.

Ragnar se limitó a contarle, sin muchos detalles, el por qué de su regreso prematuro. Alegó que había sido una discusión menor con el rey y que decidió que lo mejor era guardar lejanía.

Rollo no muy convencido decidió creerle, sabiendo que más tarde se enteraría de más cosas ya sea por boca de alguno de sus sobrinos.

Le informó que no habían habido casi ninguna novedad en el tiempo de su ausencia y que ninguna visita esperada había surgido.

Ragnar satisfecho con el trabajo de su hermano durante aquellos días le permitió seguir al mando en las horas que quedaban para terminar el día, aprovechando para poder descansar.

Athelstan había estado lidiando con las fervientes ganas de golpear a alguien desde hacía varias horas.

Desde que había sido confinado dentro de la casa lo único que había podido hacer era rogar porque Alfred no se despertara y soportar las preguntas de los jóvenes Ragnarsson's.

Sus nervios disminuyeron cuando unas criadas entraron con Ubbe en brazos, quien al parecer había despertado en los brazos de su otro padre y no le agradó la idea de no sentirle cerca.

Tales nervios se convirtieron en enojo cuando las horas pasaron y aún no había rastro del vikingo. El sol ya había caído hacía rato y Ragnar no aparecía.

Se molestó demasiado por su comportamiento evasivo, el cual impedía que pudiesen aclarar las cosas.

Amamantó por última vez a sus cachorros y los acostó, sabiendo que no se despertarían hasta en la madrugada, o quizás más tarde ya que lo mismo habían hecho luego de tan largo viaje cuando llegaron a Wessex.

Se asomó a la puerta delantera de la casa y  notó que, efectivamente habían dos hombres escoltando la entrada.

Éstos no tardaron en verle y recuperar sus posiciones de guardia.

Antes de que le dijeran que no tenía permitida la salida, el omega alzó una mano, indicando silencio.

-¿dónde se encuentra Ragnar? -cuestionó con su suave voz, mirando fijamente hacia ambos betas.-

-no sabemos con exactitud -contestó bruscamente uno de los vikingos.- hemos estado toda la tarde aquí, tenemos el mismo nivel de desconocimiento sobre su paradero que tú -por alguna razón que el pelinegro desconocía, el pagano parecía molesto.-

-¿esa es manera de hablarle a tu futuro rey? -los dos hombres se paralizaron en sus lugares al oír aquella voz externa a la conversación.-

Athelstan le vió llegar entre ambos guardias, haciéndoles una seña para que se alejaran del lugar. Éstos, sabiendo que luego deberían de hablar con su rey, se marcharon con prisa.

Cuando iba a abrir su boca para hablar, fue sujetado fuertemente por el cuello de su abrigo, siendo arrastrado hacia el interior de la casa.

Su cuerpo cayó sobre el sofá e inmediatamente el peso del alfa se sintió sobre él.

Fue cuando sus rostros estuvieron lo suficientemente cerca que pudo sentir el aliento a cerveza que poseía el rubio.

Sus ojos no estaban totalmente visibles en aquella casi completa oscuridad que cubría aquella habitación, siendo apenas alumbrado por tres velas próximas a ellos.

Recordaba estar en esa situación varias veces anteriores, con aquellos casi cien kilos sobre él, impidiendo movimiento alguno.

Pero sin embargo, el enojo yacente en la mirada del rubio le preocupaba un poco.

-hacía mucho tiempo había muerto la consideración de tenerte amarrado a una cama -arrastró lentamente su dedo índice por el rostro del ojiceleste.- simplemente a la orden de satisfacer mis necesidades -sonrió ladino, dirigiendo su vista a los labios entreabiertos del omega.- te he dado tantas libertades -su respiración chocaba de lleno sobre la boca del menor, quien se obligó a cerrarla con fuerza al notar que el rey se había aproximado unos milímetros más a ella.- libertades que ni el esclavo más afortunado podría gozar.

Athelstan sabía aquello. Su realidad en ese mismo entonces podría ser distinta. Él estaría atado de pies y manos a los lados de una cama, esperando que los minutos se hicieran más largos para que la llegada del pagano nunca se diera.

Tragó saliva nervioso, esperando que simplemente fuera una idea pasajera que cruzó por la mente del mayor, que éste no hubiera estado toda la tarde pensando en ello mientras bebía cerveza con sus amigos.

No separó sus labios cuando los ajenos se posaron sobre ellos. Cerró tan fuerte su boca que sintió dolor por unos instantes. No quería darle pase libre al pagano.

-la traición se paga realmente caro, Athelstan -murmuró entre dientes.- y ésta vez me aseguraré que lo hagas.

El ojiceleste mentiría si dijera que aquello no fue suficiente para hacerle temblar.

Mínimo se esperaba uno que otro golpe de parte del mayor, pero, por lo contrario, éste se alejó por completo, sin verle siquiera una vez más.

Y aunque durmieron en la misma cama, cuando llegó el amanecer y con éste el llanto de los mellizos, Athelstan no le pudo ver en la habitación.

No quiso ir a buscarlo luego de ocuparse con sus hijos, simplemente tomó un baño de agua caliente y esperó a que los jóvenes alfas se despertaran para poder comer lo que les habían preparado las sirvientas como desayuno.

No tardaron en llegar a la cocina, ambos entre una corta plática que terminó cuando sus bocas se llenaron de pan caliente y leche recién ordeñada.

El omega era ajeno a la conversación que éstos mantenían con las criadas, concentrándose en el tejido que tenía entre sus manos hasta que el nombre del rey fue dicho.

-¿sabes dónde se encuentra mi padre? -había cuestionado Bjorn a una de las ancianas.-

-el rey Ragnar ha partido ésta madrugada en compañía de dos nuevas esclavas que llegaron durante el mandato de su hermano, joven Ragnarsson -había dicho por lo bajo la mujer, viendo apenada al pelinegro, quien había detenido lo que estaba haciendo para verle directamente.-

-espero que no se haya olvidado que en la noche iremos a pescar -dijo el rubio, símplemente encogiéndose de hombros, restándole importancia al asunto.-

Athelstan tragó saliva, intentando que su estúpido lobo no se sienta inseguro y preocupar a los alfas presentes.
Sus piernas estuvieron en funcionamiento cuando de un salto abandonó el asiento en el que se encontraba y tiraba sobre éste la lana junto con las agujas.

Alegó sentirse mal y se disculpó a paso rápido, dirigiéndose hacia la puerta de entrada.

Pero, como en la noche anterior, su paso fue interrumpido.

Frente a él dos nuevos betas que ya había visto anteriormente se encontraban custodiando la entrada.

Maldijo por lo bajo y se detuvo cuando éstos le vieron, acercándose a él.

-tengo que respirar aire fresco por un momento, sino no podré amamantar a los cachorros -fue lo primero que llegó a su mente como excusa, sabiendo que los hombres rara vez tenían conocimiento de los problemas que conllevaba dar a luz o estar embarazado.-

Éstos se miraron entre sí, cuestionándose qué hacer con la mirada.

Ambos sabiendo que para el rey sus hijos eran su prioridad ante todo, decidieron acceder a dejarle salir.

Claro está que le siguieron de cerca, escoltando su paso.

El omega respiró hondo una vez que pudieron estar lo suficientemente lejos del pueblo, cerca de su antigua casa.

Ignoró por completo los llamados de los hombres detrás de él, diciéndole que lo mejor sería volver ya que el ex conde llegaría en cualquier momento a la casa y no lo encontraría.

Se adentró en su antigua casa y sonrió al ver que las cosas seguían igual.

Las copas que le había regalado Ecbert estaban donde las había dejado, sobre la mesa y cerca de las velas.

Respiró hondo una vez más y frunció el ceño, confundido.

No recordaba que el olor a su alfa estuviera tan impregnado a las paredes como para que aún se sintiera con tanta fuerza.

Iba a abrir la boca para exclamar su confusión, cuando de pronto, escuchó un ruido frente a él.

Por claras razones, no habían podido ser los nerviosos centinelas que se encontraban detrás de él, así que avanzó.

Supuso que a lo mejor había sido la gallina que había conseguido hacía bastante tiempo y que había podido acceder por la ventana, la cual no estaba seguro si había dejado cerrada o no.

Con una media sonrisa terminó de abrir la puerta de su habitación, dispuesto a ver nuevamente los recuerdos de hacía unos meses atrás.

Su sorpresa no fue menor cuando, sobre su cama encontró a dos cuerpos completamente desnudos.

Sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas cuando, la oleada de olor a menta y limón llegó a él.

Éstos habían detenido sus movimientos al escuchar la puerta chillar al ser abierta.

Y finalmente las miradas fueron conectadas.

Ragnar, quien se encontraba debajo de una de las mujeres, la cual anteriormente había estado besándole la piel, abrió su boca en sorpresa.

El rubio apartó rápidamente a la esclava que se encontraba sobre su cuerpo y abandonó la cama, persiguiendo a su omega, quien se había ido con velocidad.

Su pecho se oprimió cuando la tristeza ajena se abarcó en él y su lobo exclamó con fuerza que debía de alcanzarle.

Comenzó a correr más rápido para finalmente llegar a él y tomarle de la muñeca con fuerzas, deteniéndole.

Está de más decir que el menor se resistió entre lágrimas e insultos, gritándole que le dejara libre.

Ragnar no hizo caso alguno a sus órdenes y le tomó firmemente del cuello, logrando que el menor levantara su mentón, dejando al descubierto aquél pálido rostro sonrojado por el llanto. Sus ojos azules apenas se veían en aquél decaído gesto.

Athelstan temía que le quisiera besar, realmente no sabría si podría soportar tener aquella boca sobre la suya en esos momentos.

Hasta ese entonces no se había dado cuenta que el alfa conservaba sus pantalones de cuero, demostrando que había llegado antes de que la verdadera acción se diera. No sabía si eso arreglaba un poco las cosas.

Ahí, entre el fuerte agarre del ojiazul, quien presionaba su tráquea con su dedo pulgar, llegó a la conclusión de que no quería seguir más con aquello.

No quería sentirse humillado, nunca más. Se había agotado de ser utilizado todo el tiempo y tenía miedo de no tener las fuerzas suficientes para hacerse valer como lo hacían los demás omegas.

Las lágrimas no dejaron de caer por su rostro cuando el alfa comenzó a producir un olor que se suponía que lo tranquilizaría.

Quería cerrar sus ojos y no verle nunca más a la cara, pero cada vez que lo intentaba las imágenes del hombre frente a él engañándole le inundaban la mente.

Sabía que el rey había comenzado a decir varias cosas hacía unos minutos atrás, pero la falta de aire y el aturdimiento no le dejaban escuchar claramente.

Tampoco era como si quisiera llenar sus oídos de cientas de excusas y mentiras.

¿a eso se refería Ragnar con que debía pagar la traición?

Aunque, él seguía pensando que lo suyo nunca fue traición ya que simplemente había abrazado a su amigo y lo del rubio era completamente diferente.

Enojado, intentó una vez más apartarse del cuerpo del más grande, quien no se lo permitía.

-¡mi paciencia ha llegado a su límite! -gritó lo más fuerte que pudo cuando notó que el rubio no pensaba dejar de justificar sus acciones.- ¡me he cansado de ti! -ahora, sus golpes en vez de parar en el pecho del pagano, aterrizaron en su rostro, logrando que el agarre en su cuello disminuyera y poder zafar.-

El vikingo se llevó su mano a su nariz, la cual había recibido un puñetazo de parte del menor.

-no eres el alfa que quiero en mi vida -terminó de decir, entre una completa ira.-

Sabía que de nada le servía expresar sus sentimientos ya que éstos simplemente lo enterrarían aún más. Ragnar luego de ello lo encerraría y, ahora sí, no le dejaría ver nunca más la luz del sol.

Así que, decidió callarse. Que el alfa pensara que era una rabieta del momento, que realmente no era para tanto.

Que perdonaba aquello como lo había hecho con todo lo demás y que miraría para un costado con el simple propósito de querer llevar una vida en paz dentro de tanto caos.

Decidió tragarse todo el orgullo y aceptar el abrazo en el que fue envuelto para impedir su huída.

Él iba a actuar tarde o temprano y nada ni nadie le podría detener.

Ya no quería ser quien siempre terminaba lastimado.

La traición se pagaba con más traición.

Pero bueno bueno Willy compañero mío :u

Les voy a confesar algo, hace tiempo vengo queriendo escribir algo y no tengo la suficiente inspiración. Éste capítulo lo comencé el 18 de noviembre según el historial de revisiones y recién lo pude terminar.

Bueno, les quiero contar mis felicidades porque las siento como parte de mi vida aunque no siempre esté presente y las abandone un poco, jaja.

Me gradué de la secundaria con un promedio final de 11 (el mayor de todos es 12) terminé sexto de medicina y ahora me tengo que inscribir para la Universidad.

Se vienen tiempos difíciles, Petter, je.

Bueno, la cosa es que por más que las haya abandonado durante el año, el haberme exigido tanto a nivel liceal me permitió tener unas buenas notas y poder pasar todas las materias sin inconveniente alguno.

Ahora estoy en busca de un trabajo de verano, espero poder encontrar.

También les cuento que, a veces me siento un poco desanimada al escribir para ustedes porque tengo esa relación tóxica con Wattpad porque por un lado me quieren y por el otro me odian jajajaja entonces a veces ver comentarios negativos influyen en mis ganas de querer seguir con todo ésto.

Ya son cinco años en los que me dedico a compartirles mis idioteces y espero que puedan ser más, si la vida me lo permite.

Si llegaste hasta acá quiero que sepas que agradezco por tu atención y espero poder traer más material.

Un abrazo enorme, no olvides votar y comentar.

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