Sr. Jeon | Kookv

By AlHanyG

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Kim Taehyung deambula de boca en boca debido a su pasado llenos de errores, obteniendo de ese modo el título... More

•00 | Prólogo.
•00 | PlayList.
•01 | Reglas.
•02 | El tercer shock de su vida.
•03 | Zahir.
•04 | Conexión.
•05 | 4:25 PM.
•06 | He decidido joder mi vida.
•07| Ni siquiera por tu pasado.
•08 | El único Jeon que tendré.
•09 | Él merece todo.
•10 | Ellos sufrirán.
•11 | No deseo detenerlo.
•13 | Si decido quedarme.
•14 | Glitter.
•15 | Cotidiano.
•16 | ¿Eres feliz en este mundo moderno?
•17 | Jungkook.
•18 | Cabello azul.
•19 | Siento... No lamentarlo.
•20 | ¿Podré algún día encontrar mi tiempo?
•21 | Tornillos sueltos.
•22 | Mi chico.
•23 | Como si fuera el último.
•24 | No renunciar.
•25 | Solo un nombre.
•26 | Las estrellas fugaces se rompen.
•27 | Estaré aquí esperando.
•28 | ¿Fuiste feliz?
•29 | Mío.
•30 | Hubiese deseado amarlo.
•31 | Hazlo feliz.
•32 | Necesitaba... Dejarlo ir.
•33 | La mejor historia de amor.
•34 | El misterio del amor.
•35 | Cosas de la vida.
•36 | Hasta las mismísimas estrellas.
• Epílogo | Sr. Jeon.

•12 | El Sr. Jeon y él.

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By AlHanyG



-Creo...Creo que las cosas no van muy bien con Taehyung ¿No?—son las palabras que salen de esos dulces labios con olor a coco. YiRen, la pelinegro que en esta oportunidad hace de compañera en una actividad universitaria con YeonJun, pronuncia de repente, logrando que los ojos del joven Jeon se pierdan de inmediato entre las líneas del libro que posee al frente—sé que no me incumbe... Pero... He podido notar que desde hace unas semanas para acá las cosas entre ustedes son raras, más estos últimos días que...-

-Ese no es tu problema, Ren. No te metas en esto—enfatiza el chico, alejando cualquier avidez de avanzar en dichos estudios pendientes. YeonJun se siente... Vulnerado. Demasiado expuesto, muy tonto, y tan herido. Herido... ¿Esa debería de ser la palabra a utilizar? En cualquier otra situación simplemente lo dejaría pasar, un desplante o un ''Vete'' Es aceptable en una relación cuando la otra persona necesita de un espacio solo para sí. Pero... ¿Después de haber hecho el amor? Su primera vez. Un largo suspiro se escapa al notar que YiRen simplemente se siente muy apenada por su respuesta—lo siento ¿Bien? Quizás estoy un poco... Estresado.

-No quise meterme, YeonJun. Tampoco incomodarte... Es solo que... Me preocupas ¿Sabes?—dice ella queriendo aclarar, y solo consiguiendo que el azabache se coloque de pie frustrado por lo que sabe vendrá. Él y YiRen han estudiado juntos desde que tiene memoria, es obvio que la chica se ha ganado un lugar importante en su vida como una casi hermana, pero no es secreto que ella nunca estuvo de acuerdo en su relación con Taehyung en un principio, logrando así, que su amistad se fuera desgastando con el tiempo por las constantes quejas de ella hacia el rubio—por favor, no te pongas así... Escúchame...—lo sigue cuando este decide ir al balcón con la cabeza entre sus manos—no voy a decir nada malo de su persona.

-¿Si?—duda, frunciendo el ceño a su dirección—así como no querías hablarme mal de él cuando corriste a decirme que lo viste entrando al baño con un chico, o cuando oíste por ahí que lo vieron salir de un hotel con varios tipos que nadie conocía. Oh, casi olvido cuando lo acusaste de haberme engañado con un profesor solo por haber sido el único en pasar ese examen de cálculo meses atrás... Profesor que tiene más de 70 años, por cierto—dice sarcástico—claro, supongo que en esas oportunidades tú solo querías hacerme entender que estabas más pendiente de mi NOVIO de lo que estaba yo mismo. Gracias, pero eso es una mierda.

-¡Pero en serio había entrado al baño con un chico!—se defiende.

-¡Con su jodido amigo que tenía problemas con la alimentación, Ren!—grita exhausto, masajeandose la frente. El cerrar de la puerta de un auto distrae a ambos chicos de su tan común discusión que nunca llega a ningún lado. YeonJun ve a la distancia a Jackson, el hermano de YiRen, notando que el hombre los mira sin entender cómo es que pasaron de andar jugueteando como los mejores amigos, a casi no soportar verse. Otro suspiro cansino sale. Es consciente que vendrá a reprenderlos por haberse alejado de esta forma—Jack tiene el ceño fruncido.

-Sí—responde ella cruzada de brazos, dejando salir un puchero por lo que eso significa.

-Eso quiere decir que está molesto.

-Aja...

-Y que nos va a sentar para sermonearnos y hacer que la disputa entre nosotros quede de lado.

-Muy posiblemente eso es lo que va a suceder—ahora es el turno de la pelinegra en suspirar. Deja sus brazos caer a los lados de su cuerpo, volviendo a la habitación y dejando a YeonJun frustrado en el pequeño balcón por lo que sabe va a suceder. 

El Jeon desea lanzarse de ese primer piso y morir de una vez, aunque sabe que muy  posiblemente no muera por esta distancia tan mínima. Sus ganas de dejarse ir por lo que cree sería una solución rápida para sus problemas, se desvanece completamente cuando una persona que jamás había visto durante todos los años que lleva frecuentando esa casa, baja del asiento de copiloto del auto de Jackson con expresión un tanto adormilada.

El chico de cabello castaño ni siquiera se preocupa en mirar a otro lado que no sea el suelo al intentar caminar, y YeonJun dice intentar, porque parece que ni siquiera puede mantener el equilibrio de su propia existencia. Perfecto, un borracho más para la lista larga de personas desconocidas que conviven en esa casa.

Bufa.

Ignora que posiblemente el chico caiga antes de dar otro paso más, y entra a la habitación para seguir el camino hacia la planta baja donde sabe le esperará un amanecido Jackson con más sermones de los que verdaderamente tiene la moral para dar. Dicho y hecho. Wang Jackson espera de brazos cruzados al principio de las escaleras para darle esa mirada que dice un claro ''No debes discutir con ella por tu novio, primero fuimos nosotros que él... Y bla, bla, bla'' Lo sabe todo de memoria.

-Antes de que me digas cualquier cosa—detiene YeonJun cuando ve las intenciones de discutir, señalando hacia la puerta—creo que alguien debe de estar tendido desmayado frente la casa... ¿Te suena un chico castaño saliendo de tu auto demasiado alcoholizado para mantenerse de pie?—consulta, ganándose una cara llena de desconcierto de parte de Jackson al no saber de quién diablos habla. 

Un flash pasa por su rostro un segundo después, entendiendo a lo que se refiere. Rápidamente, va a la puerta para hallarse con dicho castaño que desconoce el nombre, tumbado al inicio de las escaleras completamente dormido... O desmayado, como sea.

-Mierda, había olvidado que él estaba ahí—rasca su cabeza sintiéndose estúpido. Bueno, no es totalmente su culpa, ni siquiera conoce al tipo, y tampoco es que esté totalmente sobrio después de menuda fiesta que vivió la noche anterior. —¿Qué se supone que haga con él? No sé dónde vive, tampoco sé quién es.

-¿Trajiste otro desconocido a casa?—cuestiona su hermana en voz molesta, con un vaso de agua en su mano izquierda y unas pastillas en la otra—un día de estos traerás a la mafia aquí y nos mataran a todos—comienza a discutir ella, ganándose varios chillidos por parte de Jackson al decir que le duele la cabeza.

YeonJun sonríe. Extrañaba demasiado esos momentos donde los tres pasaban momentos juntos y se volvía parte de esa pequeña familia de dos personas, donde es Jackson el jefe de casa netamente por costear todo, y YiRen la persona que lleva los pantalones a la hora de tomar decisiones importantes. Se siente tan mal al alejarse de ellos por poseer un noviazgo, que a veces se siente entre la espada y la pared. Por supuesto que muchas veces quiso integral a Taehyung a salidas con los hermanos Wang, pero sencillamente no había forma de acoplarlos a ellos, a ella, porque básicamente es su gruñona amiga quien se niega aceptar de todo su relación con el rubio por culpa de su pasado promiscuo.

Ella asegura que Taehyung lo romperá tarde o temprano, y eso es algo que él jamás va aceptar.

Él no sería capaz.

Fue lo que dijo la última vez que lo pronunció. 

Al notar que ambos hermanos se van a discutir un montón de cosas estúpidas a quién sabe dónde y dejan al tipo desmayado en toda la puerta de la casa, siente la necesidad de ir a su rescate. Como puede, lo toma por debajo de los hombros y lo arrastra por el recibidor hasta dejarlo medio acostado sobre el sofá color crema que es el único que hay en toda la sala. Respira cansado. 

Fueron como cinco metros nada más, pero el tipo pesa como una jodida vaca embarazada. Con sus últimas fuerzas, empuja sin mucho tacto las piernas del hombre sobre el cómodo, y se deja caer al suelo para poder tomarse su tiempo en recuperar el aliento que ha perdido por ser un chico condescendiente. 

Sus ojos vuelven al chico dormido, notando sus grandes ojeras oscuras, sus labios agrietados y mejillas tan pálidas, como a nadie que haya visto. No, espera... Si ha visto a alguien más así, es solo que no le resulta mejor el poder comparar el estado de este hombre desconocido con el que su novio poseía la semana pasada. 

Un gran balde de tristeza cae sobre él sin contemplación al recordarlo. ¿Qué le pasa? Eso es lo que desea saber, y más temor da de descubrir. Independientemente de lo que sea, puede identificar la culpa en sus ojos. Taehyung piensa que no lo nota al ser un buen actor, el mejor según sus propias palabras. Pero con YeonJun no puede serlo; porque lo conoce tan bien, incluso mucho más de lo que le gustaría. 

Lo corroe por dentro la cautela que utiliza Taehyung al hablar, es como si estuviera cuidando de sus palabras para impedir cometer un error que volviera las cosas un caos total entre ellos, y odia eso, lo odia porque nunca fue de esa manera. Él jamás debía preocuparse por decir algo que no debía frente él, se supone que es su zona segura, que ambos están juntos para aliviar sus pesares y compartir momentos inigualables que los volverían mejores personas.

Pero algo ha cambiado, aunque no desea aceptarlo, es de esa forma y sería demasiado inmaduro de su parte el ignorarlo. Lo que más dolor en su pecho le da, son los motivos...

¿Por qué? O...

¿Por quién?


―•♡•―



Jungkook sigue de cerca al rubio mientras suben las escaleras de emergencia de su edificio, ya que con una voz avergonzada, le indicó que luego de las 6 de la tarde el ascensor no funcionaba sino hasta el día siguiente, debido al ahorro energético que dichas torres están llevando a cabo. 

Así que por ello, ambos van paso a paso hundidos en un completo silencio que resulta demasiado cómodo para su gusto. Jungkook mentiría si dijese que no siente algún tipo de curiosidad por ver el lugar de residencia de aquel chico que lo ha confundido a tal escala. El hombre realmente está interesado en descubrir más de lo que significa Kim Taehyung, ¿Y qué mejor forma de hacerlo? Siempre ha creído que la manera de vivir de alguien dice más de lo que se cree, es por ello que no se negó a subir cuando el chico sonrojado se lo propuso.

Al llegar finalmente al tercer piso, Jungkook recorre con la mirada el pequeño pasillo que posee el suficiente alumbrado como para distinguir hasta un alfiler, las paredes lisas y de un color blanco con una que otra mancha conseguida después de no haber cambiado la pintura por mucho tiempo, puertas de madera oscura y tres macetas con plantas que están más secas que vivas. 

Dicho piso solo cuenta con la existencia de cuatro apartamentos contiguos, y el número tres es donde se detiene el joven para proceder abrir con un gran manojo de llaves que destaca por los muchos llaveros que chocan unos con otros. Sus manos tiemblan, el azabache lo puede identificar fácilmente, y aunque trate de disimularlo al no conectar miradas, el nerviosismo que abandona su cuerpo choca con sus sentidos de forma abrumadora. 

Instantes después, la puerta es abierta y le invita a pasar educadamente.

-Gracias—da Jungkook antes de tomar su amabilidad. El rubio lo sigue, cerrando la puerta en acompañamiento de sus propios ojos, su frente va contra la madera y se siente al borde de perder la poca sanidad mental que lo acompaña. Están solos en su apartamento. Está con su suegro que acaba de decirle que no quiere alejarse por más equívoco que sea esa extraña cosa que ambos comparten, completamente solos. Por Dios... ¿Qué está haciendo?—se parece a ti, Taehyung—dice Jungkook de repente sin apartar su mirada de todos lados. El rubio se gira un poco hasta poder distinguir esa diminuta sonrisa en el hombre, en espera de que continúe lo que ha dejado a medias—es... Muy acogedor. Tu hogar, es tan placentero como tu forma de ser—le sonríe.

Joder.

Joder.

Mil veces joder... No sonrías de esa forma.

-Yo...—sus mejillas se calientan sin saber cómo debe tomar aquello exactamente, ya que no recuerda cuándo fue la última vez que alguien le mencionó que su forma de ser era cálida. Sin poder formular palabra, simplemente señala el único sillón en la pequeña sala invitándolo a tomar asiento. Jungkook de inmediato ocupa el lugar derecho de dicho cómodo, dejando el izquierdo totalmente libre para que el chico lo disponga—¿Desea algo de tomar?

-No, muchas gracias. Solo quisiera...-

-Bien. Yo.. Y-Ya vuelvo... Espereme—huye de la sala, yendo a lo que el hombre cree es su habitación. Con un largo suspiro, Jungkook se deja caer al respaldo del sillón y observar desde la comodidad que posee, todo el pequeño apartamento.

Y no hay duda de ello, es bastante pequeño pero sin dejar de ser demasiado agradable. Las paredes a diferencia de las externas, están bien pintadas en un tono rosa pálido en su totalidad, y el techo es de color blanco, dando la sensación de encontrarse dentro de la habitación de un bebé debido a los colores pastel. El mueble donde se encuentra es de color marrón gamuzado, de solo dos plazas y con pequeños cojines con estampados de rayas que conservan un patrón entre rosa, blanco y verde oscuro. 

Frente este, una pequeña mesita de café cuadrada que es atestada por libros de diferentes tamaños y grosor. Más allá, yace un diminuto televisor de cuerpo grande en tono gris que posee encima unos adornos de cerámicas que conservan la forma de niños disfrazados de animales. Tras el televisor, se encuentra un ventanal con vidrios corredizos que ocupa al menos la mitad de la sala, en la cual, se ondea una fina cortina blanca de un lado a otro.

Sus ojos pasan al inicio del pasillo con rapidez donde un estante pardo de al menos un metro de diámetro, ostenta más libros de los que quizás debería, siendo en su mayoría de la carrera que cursa actualmente el chico. Justo por encima, se encuentran más libros y una pequeña foto de un niño castaño abrazando a un hombre que supone de inmediato es su padre.

Si gira al lado izquierdo, puede ver la cocina que es separada de la sala por la mitad de una pared, dejando así, una vista amplia de lo que se hace en ambos espacios. El decorado del lugar es escaso, apenas dos pequeños cuadros que sabe no pertenecen a Taehyung, y unas cuantas pegaditas de frutas en la nevera. Desea seguir curioseando todo lo que pueda, pero la insegura figura de Taehyung aparece nuevamente por el pasillo que tomó momento antes, encontrándose con una ropa mucho más ligera y rostro totalmente lavado.

-Disculpe la tardanza, necesitaba quitarme todas esas capas de ropa—asegura él, con la vista en el suelo.

-Tranquilo, no tardaste demasiado—responde con suavidad, sin poder apartar su mirada de cada uno de los movimientos del rubio—¿Es tu padre?—pregunta distraídamente queriendo cambiar el rumbo sus emociones.

Sin embargo, allí está esa cosa que le impide mirar a otro lado. Es que es Hermoso... Es hermoso como sus ojos evitan conectarse, sus cejas frunciéndose y desfrunciéndose, el gesto de arrugar la nariz, el rascar de su mejilla, el mantener su labio inferior preso entre sus dientes. Ese gesto está sacando de su zona segura a Jeon, y ni siquiera sabe exactamente a qué se debe. 

Por algún motivo que no logra comprender del todo, palmea el lugar libre en el mueble invitándolo a sentarse junto a él, al no poder mantener dicha distancia que el rubio no parece querer acortar

-Si, es mi padre—reconoce rato después, dando cortos pasos hasta ocupar el lugar cerca de Jungkook—ese día me dieron un reconocimiento especial por haber realizado los planos de una casa modernista en un concurso de arquitectura infantil.

-¿Arquitectura?—alza una ceja interesado—¿Te interesa la arquitectura?

-No. Bueno... No del todo. Papá ama la ingeniería, pero le apasiona la arquitectura también—se alza de hombros repentinamente cansado—él siempre ha dicho que los mejores ingenieros son aquellos que pueden comprender el amor que coloca un arquitecto en cada uno de sus diseños—sonríe con tristeza—papá no es muy comunicativo que se diga, pero cuando conversa, solo habla de eso... Y mi niñez fue de ese modo, solo logrando cosas por él. Haciéndolo sentir orgulloso...

-Y tú sintiéndote infeliz.

-Y yo sintiéndome infeliz—confirma, arreglando ensimismado todos los libros que yacen desordenados en la mesita de café. El sonar de los claxon se escucha de forma lejana, el viento haciendo que ese pequeño móvil que asemejan gotas resuene en el lugar que dramáticamente se queda hundido en un silencio aterrador que apenas es interrumpido por la respiración suave de Jungkook. Dios... Su respiración es tan relajante, se siente tan perfecta con todo lo demás—en realidad no deseo hablar de ello—comenta un par de minutos después cuando cree que es demasiado silencioso el sitio—¿En serio no desea nada de beber o comer? Tengo galletas de animalito con sabor a vainilla que quedarían muy bien con chocolate caliente.

-¿Galletas de animalitos?—esta vez es Taehyung quien sonríe dulcemente mientras asiente a su pregunta que posee un poco de burla en el trasfondo—vaya, llevo demasiado tiempo que no como ese tipo de galletas, así que me encantaría. Muchas gracias, Taehyung.

-S-Son de Daegu... Específicamente las hace una de las vecina donde mi papá vive, lo que quiere decir que son artesanales—aclara, sin saber el motivo exacto por el cual lo ha hecho. Quizás se deba a que aquellos ojos oscuros lo están mirando de una forma diferente ahora, más atenta, con deseos de descubrir mucho más... De desnudarlo, no de forma literal, mucho más inclinado hacia el sentido del alma—p-papá las mandó hace dos semanas y son mis favoritas, tanto, que a veces evito comerlas para que no se terminen tan rápido.

-¿Es así?—analiza, tamboreando rítmicamente sus dedos sobre su muslo izquierdo. ¿A qué se debe esa energía que circula entre los dos? ¿Acaso es el producto de que ese sonrojado rubio no deja de mirar sus labios? ¿A la cercanía que entre ambos existe debido al sillón?—¿No te molesta compartirlas conmigo?—la punta de su lengua humedece su labio inferior, Taehyung sigue el movimiento con demasiada atención.

-Por supuesto que no, Sr. Jeon. No me molesta compartirlas con usted.

-Entonces... Hazlo.

Su piel se eriza.

¿Hacer? ¿Hacer qué? ¿Besarlo? ¿Tirarse encima de él y matar la tensión? Mierda, desea hundir sus dedos entre esos cabellos negros y fundirse con él, así como lo haría el hierro dentro del horno dispuesto para ello. ¿Cómo puede ser tan sensual? Tan adictivo a la vista... Galletas Taehyung. Galletas. Claro, solo está hablando de las estúpidas galletas...

''...Me encantan, amor. Cuando finalmente podamos ir a Daegu para conocer a tu padre, comeré de ellas hasta cansarme. Espero la mujer tenga muchas reservas para ese momento...''

Son las favoritas de YeonJun, al igual que las propias.

-Voy... V-Voy a preparar el chocolate—informa demasiado bajo, dejando a un lado el libro que presionaba con dureza debido al recuerdo. Se coloca de pie un tanto tambaleante hasta llegar a su destino, sus manos comienzan a moverse con torpeza por el lugar, en busca de encontrar lo necesario para hacer el chocolate.

Mientras eso sucede, sus pensamientos siguen el camino que hasta ahora ha intentado ignorar... YeonJun. No es como si pudiera fingir que ha desaparecido y no lo verá nunca más, pero no cree necesario seguir atormentándose con lo mismo. Conoce su lugar, sabe que esto solo es... Un experimento para el hombre, por más que sus emociones estén de alguna forma conectadas. Está casado con una mujer que se mira esplendida, hermosa y... Mujer, cristo, ¿En serio Jungkook lo ha visto bien? Es un jodido chico, tiene un pene en vez de una plana y quizás linda vagina.

Está más que seguro que el hombre nunca ha experimentado nada con un chico en todos sus años de vida. Incluso, duda demasiado que haya pensado bien lo que puede perder si algo sale mal, si alguien descubre que... ¿Qué? ¿Qué cosa van a descubrir? ¿Qué ambos tienen algo extraño que no se termina de definir? Porque hay gusto de su parte, claro que lo hay, también existe esa tensión sexual tan agotadora que lo deja exhausto mentalmente. 

¿Pero qué hay de Jungkook? Hay atracción de su parte, sí, pero es extraña. No es esa que lo deja excitado y con su agujero listo para recibir... Es algo, Wo... Asfixiante y que dan ganas de llorar porque sabe que debe de estar ahí con él, así sea solo viendo sus ojos, oyendo sus palabras. No lo sabe.

Sus ojos comienzan a percibir todo de forma borrosa debido a las lágrimas, la opresión en su pecho por la angustia de no saber qué sigue después de ese ''No deseo detenerme'' Lo deja en una posición tan vulnerable, tan incierta, que solo teme perderlo todo una vez más por una mala decisión. La olla donde había vertido el agua para hacer el chocolate caliente, resbala de sus manos y cae dentro del fregadero en un sonido impetuoso. Sus manos van contra la loza y su cabeza deja caer la mirada entre respiraciones erráticas.

Luego, cuando no sabe qué tan profundo ha caído, lo siente. Ese calor en su espalda, ese ligero y precavido toque en el cabello de su nuca que sabe significa un ''Estoy aquí'' De su parte. Un sollozo sale entonces. Sus hombros comienzan a reflejar su llanto, y la presión en su cabello se vuelve lava, sus dedos se hunden y masajean siendo todo lo necesario para saber que aunque quisiera, no puede detenerlo. No puede contra Jungkook, no desea luchar contra esa cosa extraña que después de tantos errores, lo hace sentir completo, pleno, como si no necesitara más que una mirada de su parte para estar feliz.

Y llora, no porque lamente haberlo conocido, sino porque conoce el final de la historia. Una donde ese montón de sentimientos solo serán vistos por cuatro paredes, donde las sonrisas y besos solo existirán ocultos. Donde el anillo seguirá en su dedo anular, y posiblemente lo quite cuando cruce aquella puerta donde los deseos de ambos se puedan materializar. Donde seguirá de la mano de YeonJun, y lo verá sonreír a su dirección porque lo considera un buen chico que ha superado los rumores. Donde Jungkook irá a casa oliendo a su jabón, y dormirá con su esposa... Con la mamá de su hijo, y vivirán, se acostarán, y cuando ya sea suficiente para ambos, simplemente terminará.

-**''...Y si al final sientes que nada tiene sentido en esta vida, yo te haré ver que la vida es maravillosa con sus alegrías y dolores. Aun así no me llames, yo estaré ahí para ti, pensaré en ti, y solo pediré algo a cambio: "Que siempre seas feliz". Porque seré, lo que nunca pensaste, solo para hacerte feliz, porque mi felicidad es la tuya, en cada hora de mi vida, y me conformaré con tu amistad siempre y cuando me lo permitas. Al final de este día, recuérdame como soy...'' Recuerda como soy Taehyung, solo pido eso. No sé qué pasa por tu cabeza. Pero puedo jurar que yo también estoy tan asustado, temo perder lo que siempre he tenido... Por algo que se me es desconocido, nuevo y brillante, tan brillante, que me deslumbra más que cualquier pieza de oro, más que el brillante sol. ¿Imaginas eso? Pues, puedo asegurarte que entre la oscuridad del universo observable, existes. Tan resplandeciente y único, tan lleno de esplendoroso deseo de ser observado, y ahí estaré yo, dispuesto a descubrirte, mirarte y admirarte...

-D-Detente... Por favor...-

-¿Por qué debo hacerlo? Estoy tan agotado de detenerme, Taehyung. Por años desee ir a una fiesta y emborracharme como lo hacían los jóvenes de 17 años, pero yo tenía un hijo y no era capaz de dejar a Ji Woo sola, así que me detuve. Luego, quise ir de viaje a Japón... Kioto, específicamente, pero decidí invertir el dinero en un pequeño apartamento para mi familia, y detuve mis sueños de viajar. Un poco después, desee ingresar a la universidad, pero la empresa estaba despegando y no puede hacerlo, preferí trabajar arduo para una mejor calidad de vida... Otra vez deje ir mis metas. 

>> Más adelante, cuando pude adquirir un coche, moría por un Dodge clásico de color azul marino que poseía los asientos gamuzados, pero preferí una camioneta familiar de tono gris. Detuve una y otra vez mis metas por terceros, y está bien, yo lo decidí, porque yo luché contra la familia de Ji Woo cuando ellos quisieron practicarle un aborto que ella no quería, yo estaba tan asustado... Tenía tanta hambre y frío. Y no importó, porque yo la amaba. Yo quería asumir la irresponsabilidad de unirnos sin saber las consecuencias de no cuidarnos, yo lo decidí, y deje ir tanto de mí... Que ya he llegado al límite. Y lo hice, al notar cuántas cosas me faltan por vivir...

El aliento de Jungkook está tan cerca de su oído, su voz tan baja y ronca, susurrando solo para él. No es consciente de en qué momento sus brazos terminaron sobre su abdomen, apretándolo suavemente contra su pecho. Pero es así, siente en su espalda el golpear de ese corazón que grita por una libertad que traerá dolor, por una vida que dejó atrás por decisiones propias, y Taehyung quiere abrazarlo, decirle que está bien que posea los deseos de no querer detenerse nunca más, pero el propio nudo en su garganta se lo impide.

Llora, porque sabe lo que es dejarse ir por otra persona, en su caso, su padre es ese factor que lo ha hecho detener su vida, mantenerla en una pausa que quizás dure toda su existencia. Es tan doloroso lo que escucha, la forma en que su voz se rompe o su cuerpo tiembla.

Jungkook tiene miedo.

Pero se niega a detenerse otra vez.

-...Fuiste tú quien hizo que me diera cuenta de todo eso. Un chico de 21 años lleno de problemas y afanes que lo llevaron al límite. Un chico... Un hombre... Extrañamente no estoy perdiendo la cabeza por ello, y la mejor respuesta que te pueda dar al respecto, es que no poseo la juventud para mortificarme más. No tengo tus años, no gozo del tiempo para dar vueltas en lo mismo... Ya no más, por eso me importa tan poco que no conserves pechos, o vagina, o la fragilidad que a muchos les encantan. Es suficiente con todo lo que me haces sentir. Nunca... Lo juro por mi vida, que nunca me había sentido así—su nariz baja por el dorso de su cuello, quedándose clavada en la curva, donde percibe ese olor tan suave a la fragancia propia del chico. Cierran sus ojos con tal placer—y no voy a detenerme, Taehyung. No sé qué es lo que realmente quiero... No puedo asegurarte que puedo darte más de lo que sé haz imaginado... Pero no puedo negarme esto.

-E-Es tu hijo...

-Y lo amo—asegura, permitiendo que sus manos se aflojen alrededor de Taehyung, y pueda girarlo poco a poco, hasta tener de frente esos ojos húmedos y asustados. Vaya, no creyó que una estatura casi como la suya podría ser tan correcta como ahora. Su nariz roza con la de Taehyung, su aliento tembloroso lo siente sobre sus labios. Esos labios, cristo. Nunca había querido poseer algo tanto como ahora—lo amo, en serio que lo amo. YeonJun... Es un buen chico, lo he criado bien, le he dado valores... Le he permitido ser, quien desee ser. Él... Me perdonará.

Y lo besa.

Sus entrañas explotan en miles de pedazos, su cuerpo se tensa hasta que el dolor se vuelve insoportable, y su corazón se paraliza estruendosamente dando más vertiginosas emociones de las antes experimentadas en sus casi 40 años. Su mano toma con fuerza la espalda baja de Taehyung hasta que el espacio entre ellos no existe, mientras su otra palma sube a su mejilla y acaricia con demasiado cuidado su piel. Sus labios se mueven rápido, con temor de que todo ese explosivo momento lleno de sinceridad sea consumido y queden otra vez solo las inseguridad.

Taehyung entreabre sus labios y permite que esa habilidosa lengua haga camino por su cavidad, lo escucha gruñir, tensarse y apretarlo más hacia su gran existencia. Jungkook es... Adictivo. Simplemente eso, por ello, no se queja cuando es arrinconado un momento después contra el fregadero y obligado a subir al diminuto mesón donde las cosas que habitaban allí previos a ese momento, son lanzadas contra el suelo.

Por fin puede cumplir con lo querido, sus manos toman ese cabello azabache en un puño y guían el desordenado beso donde la tensión sexual que pensaba solo él poseía, es la que toma protagonismo.

No quiere parar, no desea dejar ir sus labios y esa sensación de necesitar mucho más, pero sabe que debe detenerse cuando los dedos de Jungkook pretenden hacer su grandioso camino por dentro de su camiseta. Detiene su mano, en conjunto del beso. Sus labios están hinchados y adoloridos, sus ojos cristalizados, su notable erección dentro de sus pantalón grita ser atendida, al igual que la viril proveniente del azabache.

-No de esta manera... No ahora—susurra Taehyung, alejando la palma del hombre. Jungkook asiente con ojos cerrados, dándole la razón. Hacerlo ahora solo volvería todo irreversible, y aunque está seguro que Taehyung ahora comprende ampliamente sus sentimientos, no desea forzarlo a nada—por favor...

-Lo sé...—susurra, llevando su dedo índice aquellos labios brillosos de saliva que acoplan tan perfectamente a los propios. Los acaricia—no tengo apuro alguno. Lo juro. Solo... Dejame besarte otra vez... Son tan dulces, Taehyung. Tan suaves... Déjame...

Nuevamente juntan sus labios, esta vez de una forma más suave. Solo sintiendo. Solo percibiendo cuán correcto es todo, por más que 7 billones de puntos de vistas distintos opinen lo contrario.

Solo ellos.

Solo el Sr. Jeon y él.



*Poema tomado de la página ''Tu breve espacio'' Hecho por Max Paredes.


-AlHanyG

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